Conseguir algunas de las municiones de armas del Imperio, rescatar a los wookiees y soportar los intentos de escape del ahora nuevo miembro de la tripulación del fantasma. Había sido un día realmente largo, y para la explosiva artista Sabine, no hay mejor manera de calmar los nervios que agregando un dibujo más a las paredes de su habitación.

Tomó sus pinturas y se colocó frente a un espacio vacío del lugar, pero la inspiración no llegaba para una nueva obra de arte. ¿Un droide de color rosa? ¿Un trooper con una expresión chistosa? ¿Un Caza Estelar Imperial en medio de una gran explosión?

-¿Qué se vería bien aquí?- se preguntó a si misma en voz alta.

-¿Qué tal un Jedi?- sugirió alguien en la puerta.- Ya que muchos se han ido, es una buena forma de honrarlos.- La chica volteó rápidamente.

-¡Ezra! ¿Qué haces aquí?- exclamó ella un poco incómoda.

-Lo siento. No podía dormir. Es mi primera estadía en una nave en el espacio.- respondió él con simplicidad.

-¿Y espiar a los demás te parece una buena solución contra el insomnio?- dijo Sabine sarcástica.

-Bueno, ahora sé que no funciona.- dijo el novato.- Tus pinturas son increíbles.- comentó mirando las mezclas de colores a su alrededor.- Tienes mucho talento.

-Gracias.- dijo ella un poco seca.- Y hablando de talentos, parece que tú tenías uno muy bien oculto.

-¿Oculto?

-Escuché que serás el padawan de Kenan.- le recordó recostándose contra la pared.

-Ah, sí. Eso.- respondió él imitando su posición.- Sí, solo espero no meter tanto la pata.

-El tiempo dirá que tal eres como Jedi. Pero si llegas a ser uno poderoso, serás de gran ayuda para la rebelión.

-Eso espero.- dijo Ezra cabizbajo.- Oye, y eh, tú... ¿crees que podrías enseñarme alguna vez a pintar?- Ella rió un poco.

-Bueno, primero hay que evaluar tu habilidad.- dijo ella entregándole una de sus latas de aerosol.

-¿Qué? ¿Ahora?

-¿Tienes algo mejor que hacer?- El muchacho miró hacia abajo y tomó el contenedor. Se acercó a una esquina del muro y comenzó a hacer unas curiosas expresiones, extrañando a Sabine.- ¿Qué rayos haces?- preguntó riendo?

-Hey, cada no tiene su manera de hacer que le llegue la inspiración.- respondió él. Finalmente una idea llegó a su cabeza y comenzó a trazar líneas rápidamente. Por más que tratara de esforzarse, la chica no hallaba ninguna forma en ellas.- ¡Tará!- dijo le joven al terminar.

-Y eso es, eh, ¿una naranja cuadrada?- Ezra la miró decepcionado.

-Se supone que es Chopper.- le reclamó. Sabine se acercó, entrecerró sus ojos, giró su cabeza y trató de encuadrarlo con sus manos, pero siendo honesta no hallaba similitud de ninguna manera.

-Bueno, es un buen intento.- intentó animarlo. Pero el muchacho no lo parecía en absoluto.

-Justo a esto me refería con meter la pata.- dijo regresándole la pintura.

-Hey, cada uno tiene lo suyo. El que no sepas retratar droides no significa que no serás un gran Jedi. Relájate, lo harás bien.- le dijo colocando una mano en su hombro.- Ahora será mejor que intentes dormir.

-¿Mañana tendremos un día largo?- preguntó él saliendo de su habitación.

-Niño, cada día con esta tripulación es largo.- respondió Sabine riendo.- Descansa, Ezra.

-Descansa.- sonrió el joven Jedi antes de retirarse. La artista volvió su mirada hacia el aún espacio vacío en la pared. Tomó algunas más de sus pinturas y comenzó a trabajar.

Una gran base naranja, algo de azul arriba. Poco a poco comenzaba a tomar forma. Al terminar miró su obra con orgullo y una sonrisa. Un bostezo le indicó que para ella también sería bueno un poco de sueño. Luego de guardar sus materiales en su lugar se dirigió a su cama.

Un jedi era ahora la más reciente pintura en el cuarto de la experta en explosivos de la tripulación del Fantasma. Una esperanza para los nacientes rebeldes en su lucha contra el imperio: Ezra.

Este One-Shot se situaría luego de "La Chispa de una Rebelión", como una especie de escena final mostrando lo que se espera de Ezra.