Cap. 1

Contaba la leyenda que hacía muchisimo tiempo, una hermosa princesa de los hielos había llevado a su hijo a un lugar llano, mientras huía de su casa pues su padre deseaba matar al pequeño; la mujer desesperada por esconder al pequeño se convirtió en montaña y a su hijo, lo ocultó en su interior en forma de fuego cubierto por sus nieves eternas en el exterior. Y así se contaba la leyenda entre las criaturas del otro mundo, como la madre Fujiyama resguardaba dentro suyo su mas preciado tesoro, su príncipe, el hijo que nadie jamás había visto criatura alguna… y con una madre tan sobreprotectora, nadie podía esperar otra cosa.

Últimamente, esta leyenda ya se había perdido en el tiempo creandose un sin fin mas, tomandose como original cualquier otra que no tuviera que ver con la pobre madre que nunca iba a morir, pues solo vivía por el cuidado y la crianza de su pequeño hijo.

Había sido uno de los clientes el que había comenzado con el rumor de esta supuestamente primera leyenda, comenzando a soltar chismes que se regaban como agua derramada sobre una superficie plana… era demasiado extraño, como podían creerse tal barbaridad.

Al menos esa historia mermaba en un poco el dolor que un muchacho aún guardaba por dentro… le hacía imaginar como sería si tuviera de nuevo su libertad, poder mirar el paisaje y observar aquella montaña que en esos momentos era fuente de tantas platicas entre los trabajadores.

-Hey!... despierta! No puedes estar soñando todo el tiempo, ya falta poco para que los clientes comiencen a llegar!

Kohaku suspiró pesadamente, mientras su mente que ya había ido bastante lejos regresaba de manera lenta y dolorosa a la cruda realidad mientras se levantaba y se giraba hacia la muchacha que lo veía con expresión preocupada.

-Si… disculpa…

-Estas bien?... ya se que el castigo no es precisamente de lo mas alentador pero… tu fuiste el que decidió quedarse

-Si… yo decidi quedarme- dijo tenuemente mientras daba un ultimo atisbo al horizonte y a su sueño de lugares lejanos, antes de levantarse y comenzar a cambiarse por una ropa muchisimo mas ligera y algo transparente, para luego dirigirse a la entrada

Aun podía recordar la opción que le había dado aquella mujer supuestamente ablandandose en el castigo… o podía morir o podía hacer un trabajito, el mas sucio y bajo de todos los que le había encargado… en su inocencia, preferia trabajar a morir así que eligió lo último, algo de lo que se arrepentiría por toda la eternidad, pero… que podía el hacer ahora?.

Nada… si tan solo se hubiera ido con Chihiro… pero no, se había tenido que quedar a negociar… por primera vez, maldecía su mala costumbre de cumplir con todos sus deberes.

Se quedó parado en la entrada mientras los primeros clientes de la noche comenzaban a llegar a los baños y una enorme criatura, parecida a un bisonte ponía sus ojos en el esbelto chico de ojos verdes… sería una larga y dolorosa noche…

Y de todas las criaturas que podían llegar justamente en aquellas horas… la carta en color rojo y plateado que refulgía entre sus arrugados y horribles dedos, resaltaba en toda la habitación mandando destellos a aquel envejecido y horrible rostro.

-No puedo creerlo- dijo la anciana bruja abriendo sus ojos mas de lo acostumbrado- de verdad… él… viene hacia aca?

Yubaba comenzó a gritar a sus sirvientes escandalizada… una de las personas mas importantes en todo el mundo de los espíritus le estaba enviando un alumno nuevo… y no era cualquiera…

El paisaje a su alrededor cambiaba continuamente, era un paisaje muy hermoso pero a la vez desconsolador… por alguna razón al pasar por ahí le traía recuerdos muy duros… muchos incluso, que ya había olvidado… el joven rostro que observaba a su alrededor estaba cubierto de una sombra negra que se acrecentaba con la puesta del sol impidiendo verle tan siquiera un poco.

El anciano que lo acompañaba, un duende pequeño y delgado de barbas grises brillantes que vestía con un trajecito en rojo y dorado, lo observaba atentamente antes de comenzar a reir.

-Dé que te ries Namida?

-Nada, nada mi joven príncipe- dijo el anciano mirandole con una mueca parecida a una sonrisa divertida- es solo… que creo que para ser su primera salida al mundo exterior, debería estar mas animado…

-Mandarme a estudiar con una amiga de la infancia, te parece un sinónimo de libertad?- dijo el jovencito soltando un enorme suspiro a lo que el anciano respondió rapidamente

-Pues por lo menos lo esta mandando fuera de su hogar… y sigo insistiendo, debería tener una expresión mas… animada?

-Es solo que este paisaje me recuerda un poco a casa… a lo que es estar encerrado, congelado en el tiempo, sin poder respirar una sola vez el aire de afuera… por alguna razón, este sitio me hace sentir lo mismo a pesar de que estoy afuera…

-Bien… supongo que en eso tiene razón- se rindió al fin el anciano mientras al fondo de un enorme y largo camino, se observaba el pequeño pueblo ya alumbrado y resplandeciente con los baños termales al fondo.

-VAMOS, VAMOS, DANDOSE PRISA TODOS!- gritó la anciana furiosamente mientras todos corrían para preparar el aposento donde dormiría tan importante invitado- su madre es una persona muy buena, pero si algo le pasa a su pequeño su furia será incontenible… como la mía- sonrió la bruja mientras todos se ponían en sus posiciones

-Porqué yo tengo que recibirlo en el baño?- se quejó Haku mientras Lin lo empujaba al interior del baño mas lujoso y cerrado que tenían- aun necesito descansar- se quejó, tensandose un poco ante las punzadas de dolor que provenian de algun punto de su trasero… había trabajado sin descanso y realmente, necesitaba dormir

-Porque Yubaba dijo que quería lo mejor para ese chico y de entre las personas que se venden a los clientes pues… tu entenderas, eres de los preferidos…

-Entiendo… supongo- dijo mientras se paraba al lado de la puerta, en espera de la llegada del chico que entraría a bañarse después de tan largo viaje… generalmente las personas que llegaban ahí eran horribles y por alguna extraña razón, presentía que este famoso personaje no sería la excepción… a ver que sucedía…

Parecía que había pasado una eternidad… los gritos de admiración que llegaron del vestíbulo lo despertaron y lo pusieron de alerta… las palabras de bienvenida de Yubaba… sus frases empalagosas para atraer mas dinero… era asqueroso. Un chasquido le indico que la persona que estaba esperando había llegado. Se quedó quieto y sin hacer ruido mientras algo o alguien, cubierto por una manta roja pasaba a su lado casi sin hacer ruido y se detenía un poco mas delante de él, cerrandose la puerta y dejandoles solos.

-Por favor alteza, relajese y pase un muy buen momento- dijo la voz de Yubaba a través de una rendija- se le deja solo, descanse de su viaje…

La voz se esfumó y Kohaku estuvo seguro de que ahora estaban solos… aunque la persona que le daba la espalda, no parecía percatarse de su presencia…

La manta roja cayó al suelo y el chico no pudo mas que asombrarse del otro joven que acababa de aparecer frente a sus ojos… tenía la piel blanquisima y brillante, de un cabello plateado blanquecino igual de resplandeciente y unos hermosos ojos lilas, que parecían buscar donde podía reposar.

No podía moverse… estaba impresionado, era extraño ver espíritus que tuvieran la perfección de aquel que se movía frente a sus ojos y que después de unos segundos, se metía en la tina de agua cálida; suspiró un poco y se acercó lentamente a la tina.

-Buenas noches- dijo el chico, haciendo que el invitado pegara un respingo enorme mientras abria grandemente sus finos ojos y lo miraba sorprendido- disculpe la molestia, a mi me toca atenderlo esta noche…

El chico lo miro de pies a cabeza (algo a lo que Haku ya estaba acostumbrado) antes de sonreirle de una manera en que nadie mas le había sonreido fuera de Chihiro… una sonrisa de calma…

-Así que tu eres Nigihayami…

-Prefiero que me digan Kohaku, pero usted puede llamarme como guste- respondió el chico acercandose y sentandose en la orilla de la tina

-Bien… entonces permiteme presentarme- dijo el chico de cabello blanco inclinandose levemente- mi nombre es Fujiyama Yukihi, pero tu puedes llamarme Yuki- sonrio mientras lo veía con curiosidad que Haku, comenzaba a desnudarse- qué haces?

-Me toca atenderlo esta noche- dijo monótonamente terminando y dirigiendose a él- puede pedirme que haga todo lo que usted me pida, yo lo cumplire- apenas dijo eso, resbalo y se sintió caer pero unos brazos lo sostuvieron

-Te ves cansado…- dijo una voz. El muchacho ya no alcanzaba a distinguir mucho pero trató de moverse, fracasando completamente en ello- y honestamente no se que es lo que te pidan los clientes de aquí pero dudo que sea lo mismo que a mi me gustaría…- se rió un poco con vergüenza y finalmente los ojos del oven dragón se enfocaron en el otro que parecía… apenado?

-No se preocupe… y bueno…- ahora si comenzaba a dudar, Yubaba jamás le dijo que hacer en caso de que el cliente se le negara, eso jamás había pasado- puedo traerle algo?

-No… pero tal vez deberías dormir… no creo que puedas mantenerte de pie ni un momento mas- sugirió el joven colocándole una mano en la cabeza para acomodarlo mejor en el sostén que le estaba dando para que no cayese al suelo

Y así tal cuál le acomodó mejor en el interior del agua a su lado.

Kohaku abrio un poco los ojos, no entendía… no dijo que no deseaba sus servicios?... pero el agua… era muy cálida y confortable, olía tan bien… además el cuerpo del chico era suave y lo abrazaba contra su pecho a pesar de que no era mucho mas alto que el… No pudo evitar que el sueño lo venciera… cerró sus ojos, estaba tan agotado por todo y tan adolorido por el trabajo que no pudo mas que rendirse a lo que su cuerpo suplicaba, bajo las suaves caricias a su cabello que le propinaba aquel misterioso chico nuevo…

Solo esperaba no meterse en problemas.