Les traigo esta historia, no se creo que he leído muchos libros y esto no es un plagio esta historia está siendo sacada de algún rincón de mi cabecita, espero que pueda llegar a transmitir lo que siento, cuando escribo trato de imaginarme realmente la situación para lo que no sepan de la Selva Petenera está ubicada en mi país Guatemala, espero puedan enamorase de la historia sin más los dejo con el capitulo 1

Los personajes no me pertenecen, la historia es completamente de mi autoría y queda prohibido su plagio sin autorización Gracias!

Amor Salvaje

Capitulo

La selva tenía su encanto, el sonido de los pájaros mientras volaban, escuchar a lo lejos el correr del agua, el ruido imponente de la Selva, era sin duda algo del que vivía agradecido, tenía todo lo que necesitaba para vivir, su pueblo vivía en las profundidades de la selva pero vivían bajo códigos y leyes que cualquiera que osara quebrantarlas pagaría con su vida, esa era su vida salvaje, nada monótona, cada día suponía una aventura diferente y el estando a punto de sustituir a su padre como el líder del pueblo, debía entrenarse lo suficiente para llevar a cuestas tremenda responsabilidad…

Sesshomaru, amaba la selva, el lugar donde nació y creció, se vio obligado por las mismas leyes de su pueblo a abandonarlo y conocer el mundo fuera de la selva, conoció gran parte del mundo, pero siempre sentía nostalgia por lo que volvía constantemente a su Selva Petenera, el único lugar donde realmente se sentía libre y feliz…

Su pueblo era uno totalmente apartado de la civilización, era un pueblo que en sus genes llevaban una bendición, eran los encargados de proteger los bosques de los múltiples cazadores que vil mente mataba a los animales y muchos ya en peligro de extinción, por placer o por dinero, Sesshomaru estaba más que listo a sus treinta y cinco años, era guapo su rostro reflejaba fiereza esa que ni el más astuto o fuerte hombre podría desafiar, su mirada ambarina, su cabello platinado recogido en una larga coleta, su porte, hombros anchos, cintura estrecha, un cuerpo que invitaba descaradamente al pecado.

El gran Líder el pueblo Taship, se dirigió a su pueblo y su hijo heredero – pueblo de Taship, como es conocido por todos mi heredero Sesshomaru recibirá en esta ceremonia el liderazgo de nuestro pueblo, esperando que sea quien nos guie a la supervivencia, somos pocos y tenemos una misión que cumplir, nuestra especie se extingue por cazadores furtivos que matan especies por placeres o por dinero, debemos comprometernos con nuestro nuevo líder, ya conocen las reglas si alguno ustedes quisiera pelear por el liderato de nuestro pueblo no se le será negada porque no imponemos lideres pero para nuestra forma de vida es necesario, la lucha seria a muerte – el hombre tan parecido a su hijo con muchos años mas encima, se dirigía a su pueblo, quien atento escuchaba a su ex líder y daba la bienvenida a su nuevo y joven líder…

Sesshomaru – el padre del joven ambarino le ofreció su lugar, el que tomo gustoso se sentía preparado para tal responsabilidad

No voy a imponerme ante ninguno de ustedes, somos un pueblo libre y con elección de hacer siempre lo que creemos conveniente, pero deben saber que aquel que ponga en peligro nuestra existencia y se rehusé a seguir las normas que no fueron impuestas por mí, sino por nuestros ancestros pagara con su vida, la traición a nuestro pueblo también es castigado, debemos asegurarnos la supervivencia y la de muchas más especies que dependen de nosotros, hombres leopardos – hablo con firmeza digna de todo líder…

El pueblo leopardo cayo a la silenciosa orden de su nuevo líder, todos sabían para que vivían y cuál era la razón de que la naturaleza les diera un don tan maravilloso como ser mitad hombre, mitad animal…

El avión cruzaba tierras peteneras, podía ver desde las alturas la majestuosa selva, sentía como su cuerpo reaccionaba ante tan enorme espectáculo, tenia vagos recuerdos de su niñez, cuando corría libremente, como si la selva y ella fueran una sola, no se había sentido realmente feliz, por mucho que lo había intentado sus padres abandonaron las tierras cuando ella tenía apenas cinco años y hoy después de quince años volvía a su hogar, aquel que había anhelado y había soñado… pronto se dijo para sí…

El avión había aterrizado en El Aeropuerto Mundo Maya, sabía que una vez que dejara la civilización atrás difícilmente volvería no porque no pudiera si no porque anhelaba estar en casa…

El Taxi la llevo al pueblo de Dolores, donde tomo una barca para aventurarse en las profundidades del rio Usumacinta, no lleva equipaje todo lo que necesitaba lo tenía en su pueblo natal Taship, su cabello negro tan profundo como la noche volaban al viento la noche empezó a caer, sobre la pequeña embarcación, no había muchos lancheros que se aventurasen a las profundidades del bosque, por lo que ofreció su pago en dólares para que alguien accedería a llevarla, las lloviznas propias de la época no se hicieron esperar…

La lluvia pronto nos alcanzara, es probable que el rio crezca señorita, quizá debimos esperar hasta mañana, es peligros viajar a estas horas, podemos encontrarnos de cara con algún puma o cazador, cualquiera sería peligroso, el hombre hablaba tratando de ver algo que le indicara que no había nada a su alrededor…

Rin Taquena, sonrió amablemente, el pobre hombre tenía miedo, quien en su sano juicio, no lo tendría, la paga fue buena y el alego que tenia necesidades y acepto, pero podía ver y oler el miedo en el cuerpo del pobre hombre…

Puedes volver yo continuare mi camino – amablemente se dirigió al anciano, quien la miro sin comprender, pero no tuvo tiempo de reacción ya que el ruido fiero que trajo consigo las fuertes lluvias se reflejo en el flujo de la correntada del Usumacinta, el rio creció y el agua se volvió turbulenta por la cantidad de lluvia que empezó a caer, en las profundidades del bosque petenero habría empezado la lluvia hacia un par de horas, la pequeña barca se movía violentamente, tratando de estabilizarla el anciano estaba, pero la lluvia se intensifico, pudo oler la humedad que provenía del bosque, su instinto de supervivencia salió a flote, ayudo al anciano, pero era casi imposible el viento empezaba a soplar fuerte en su dirección, Rin llevaba la ropa empapada se le pega al cuerpo como una segunda piel, no se preocupaba de eso ya que el pobre anciano en una turbulenta sacudida cayo a las aguas del Usumacinta, Rin no dudo ni un minuto en lanzare para salvar al anciano, el agua era fría, pero poco le importo trato de nadar pero las correntadas la estaban arrastrando, Rin Taquena supo entonces que nada podía hacer por aquel hombre que en medio de su necesidad acepto llevarla era su culpa y no pudo salvarlo…

Nado a la orilla del rio, se sostuvo de alguna raíz que encontró, estaba cansada el esfuerzo de nadar contra la corriente la había dejado sin fuerzas, su cuerpo estaba frio y era incapaz de salir de las aguas por su propia cuenta, la muerte se le dibujo, no pensaba que regresar a su tierra terminaría de esa manera tan dolorosa, quizá si se soltara todo terminaría, su cuerpo seria encontrado por aldeanos o en su defecto correría todo el trayecto del rio hasta su desembocadura en el golfo de México, no quiso pensar más su cuerpo se entumeció y cerró los ojos, después de todo ella siempre estaba lista para morir….

El olor a lavanda le llego como un golpe de algún saco de boxeador, no supo identificarlo, también olio miedo, terror en el aire, no lo dudo y adopto su forma de leopardo un hermoso puma de gran tamaño rugió después de abandonar su cuerpo humano, se guio por su instinto de depredador y corrió a una velocidad increíble, poco le importo la fuerte lluvia que azotaba en esos instantes la selva, corrió, hasta que su olfato lo dirigió hacia un pequeño bulto que se aferraba a una raíz a lado del rio, su cuerpo estaba sumergido, solo su cabeza parecía estar fuera, puedo oler el abandono a la vida de aquella persona, se acerco sigilosamente y estando a unos cuantos metros de distancia adopto su forma humana, lo hacía con rapidez años de entrenamiento, se acerco y pudo ver el rostro de una hermosa mujer, el olor golpeo aun más fuerte de lo que le había golpeado a kilómetros de distancia, el animal dentro de el rugió con ímpetu y urgencia… ¿Qué haces tan lejos de la civilización pequeña? – hablo despacio temiendo despertarla, la tomo entre sus brazos, su largo cabello negro tapo una parte de su rostro, no dudo mucho empezó a caminar hacia las profundidades, sea quien fuera la mujer entre sus brazos, debía explicar que hacia sola en las profundidades la selva…

Sentía dolor en todo su cuerpo, podía jurar que hasta el último de sus cabellos estaba sufriendo alguna fractura de ser posible, sonrió ante lo absurdo de sus pensamientos. Abrió sus ojos con lentitud, no estaba en medio de la nada como en un principio pensó, la casa no era un lujo, pero era todo lo que se podía pedir en medio de la selva, recorrió el lugar con sus ojos de color cafés, era una habitación, estaba sobre una cama, se preguntaba la joven como había llegado ahí, lo último que recordaba era al pobre anciano caer de la barca y ella siendo arrastrada por la corriente en un intento vano de salvar al anciano…

Sesshomaru se detuvo frente a la entrada de su casa, se recriminaba el haber llevado a una completa extraña a su pueblo, nadie le aseguraba que no fuera un peligro, hija de algún cazador furtivo quizá – maldición – susurro antes de entrar debía asegurarse que la mujer estuviese aun dentro y que no fuera un peligro para él y su pueblo.

Escucho la puerta abrirse e instintivamente giro su rostro para ver de quien se trataba, dorado y café chocaron, algo en su cuerpo recorrió con fuerza y salvajismo, podía verse el brillo en ambos, Sesshomaru, permaneció parado incapaz de moverse de su lugar, aquellos ojos le parecían tan familiar, tan conocidos y tan lejanos a la vez, su cuerpo reacciono como bomba, había algo en ella que hacia gruñir a su fiera dentro, Rin, por su parte no podía dejar de verlo, ese hombre era inolvidable, ella lo recordaba, tenía apenas cinco años, cuando él la salvo de un cazador que la había encontrado mientras corría en dirección contraria al pueblo nunca, podría olvidar esos ojos ambarinos que le quitaron el sueño cuando la furia se mostraron en ellos después de haber asesinado a aquel hombre por su culpa..

Sesshomaru – Rin susurro – el cuerpo de Sesshomaru se vio en vuelto de repente en un tumulto de emociones cuando ella lo llamo por su nombre, su espina dorsal sintió un cosquillero placentero y fue acumulándose en su parte baja –maldición – escucho al pelipla decir

De donde me conoces quien eres tu – pregunto urgido quería salir a toda prisa, el puma atrapado en su cuerpo luchaba por salir y no quería mostrarse ante ella en su forma animal

Rin Taquena – se presento la joven, mientras la mirada curiosa de Sesshomaru recorría desde su rostro hasta donde podía ya que la joven estaba aun sentada en la cama…

Sesshomaru recordaba a la familia Taquena integrada por tres miembros nada mas, pero era casi imposible, la noticia de la muerte de la pequeña familia había llegado a la Selva después de que partieran por el temor que les implicaba tener una pequeña que era más impulsiva que cualquier otro niño o niña en la aldea escondida entre la selva… la miro con desconfianza, mientras inhalaba su penetrante olor, podía sentir a la fiera dentro de la joven, podía olerla, no había duda ella pertenecía a su pueblo, pero su llegada sorpresiva daba pie a la desconfianza de Sesshomaru el gran Líder…

A paso lento se acerco a la cama donde descansaba la joven, sus ojos brillaban de una manera sublime salvaje, y con cada detalle de la joven su cuerpo perdía el control, deseaba, la deseaba, idioteces – se dijo a sí mismo, era normal que los leopardos sintieran las ganas salvajes del sexo, pero veía a Rin, esa penetrante mirada, lo sabia esa era la chiquilla que había sido atrapada por un cazador cuando era una niña, recordaba la furia que desato contra la chiquilla por su imprudencia y el que tuviera que asesinar por primera cerca de su pueblo…

Así que tu eres la chiquilla imprudente – menciono, viendo como la joven se encogía, podía ver la furia en su rostro, pero sus ojos se dilataban de una manera hermosa, el ámbar de sus ojos se tornaron oro fundido estaba segura que el puma estaba cerca y algo en su interior se removió, el deseo de tocarlo de tenerlo más cerca de ser uno solo – la joven se sorprendió ante tales pensamientos, en su vida fuera de la selva no tuvo contacto con ningún hombre, temía hacerles daño en un descontrol por lo que opto evitar al sexo opuesto de una y mil maneras, pero el hombre frente a ella la estaba incomodando de una manera placentera….

Nunca vas a perdonar la imprudencia de una niña de cinco años – se atrevió a preguntar, manteniéndose mas que quieta en su lugar, no estaba segura de acercarse a él sin hacer algo bochornoso

Nunca has dejado de ser una niña imprudente, si no mírate estas hecha un desastre – le dijo, haciendo que ella se viera, tenía el pelo despeinado, más bien parecía un nido de pájaro y ropa estaba hecha sucia pero intacta

No soy ninguna niña, solo quise volver a casa – susurro, recordando que por su imprudencia un anciano noble había perecido en el rio Usumacinta – hay lugar para mí o debo irme – pregunto desconcertando al hombre frente a ella, sabía que no podía negarle su estadía en su pueblo natal, pero precedía sobre ella el hecho que por su culpa casi aniquilan a todo su pueblo.

Podrás ocupar la casa que eran de tus padres, se mantiene limpia, no hemos dejado que nada dañe la infraestructura, a pesar de tener noticias de que la familia completa había fallecido, esperábamos a que alguien reclamara la propiedad, - es tuya dijo desviando la mirada de la joven, no tenía sentido torturarse de esa manera cuantos años tendría ella 19, 20, era un pervertido por querer y desear tenerla debajo suyo, gimiendo su nombre… se dio media vuelta para salir y dejar a l joven, no sin antes mencionarle que había ropa limpia sobre la silla a su lado

Sesshomaru, gracias – susurro, recordaba esa mirada llena de enojo y odio que le había dedicado su madre murió por culpa de los cazadores cuando el paneas tenia quince, pero aun así se abstuvo de asesinar, pero no había dudado cuando tuvo que hacerlo por culpa suya, respiro resignada, pensado que quizá no era buena idea quedarse, no donde no fuera bien recibida…

Quien es la chica del rio – su hermano lo intercepto el paso, para saciar su curiosidad, Sesshomaru lo vio fijamente

Pertenece a nuestro pueblo es todo lo que tienes que saber Inuyasha y por favor deja de vigilarme soy tu hermano mayor y tu líder – dijo viendo como se morfaba una mueca de rebeldía en el joven muchacho, las diferencias eran pocas entre ellos, parecidos entre hermanos y padre, la diferencia estaba en que eran de madres diferentes, suspiro

Se cambio de ropa rápidamente, su estomago hizo una protesta, no recordaba cuando fue su última comida y no estaba segura de si se atrevería a pedir un poco a Sesshomaru, se peino los cabellos y los dejo tan lisos como siempre, ese profundo negro de un brillo particular, se vio al espejo quedando satisfecha de su apariencia y se avergonzó de cómo la había encontrado Sesshomaru aquella mañana… recorrió la habitación una vez más dándose cuenta que era muy masculino, tenía poca decoración, no había retratos solo una camisa negra colgaba de un ganchillo en la pared cercana a la cama, se acerco y la tomo, inspiro su olor y supo que era suyo, nunca pudo olvidar ese olor de su salvador, no terminaría de estar agradecida por haberla salvado hacia años a tras…

Sesshomaru – susurro

Continuara…..

Este capítulo es el primero y el más largo que he hecho en mis historias espero lo hayan disfrutado a la espera de su opinión y aceptación