Disclaimer: Todo lo relacionado con Harry Potter pertenece a J. K. Rowling.


Me miro al espejo y veo lo que los demás parecen no notar. Veo amargura, inseguridad, vergüenza y arrepentimiento por la traición a mi familia, miedo a que esto para él solo sea un juego, infelicidad. Nunca pensé que una chica de dieciséis años pudiese ser tan infeliz como lo soy yo ahora. Ese uno de septiembre, cuando mi padre me dijo que me alejara de él no llegué a imaginar lo en serio que iba esa advertencia, la demostración la tuve unos meses después en navidad, cuando gritó, furioso, al tío Harry por no decirle nada a Albus por su amistad con Scorpius. Todo eso fue por una amistad, ¿qué haría al saber de mi relación con el hijo de su enemigo?

Mi familia siempre ha sido el pilar de mi vida y nunca pensé que sería capaz de traicionarles, pero tampoco había pensado que me enamoraría de una persona como me he enamorado de Scorpius, nunca pensé que estando al lado de la persona que quiero podría estar tan feliz pese a lo mal que me siento cuando él no está conmigo. El amor que siento por mi familia es incondicional y si él quisiese que me alejase de ellos estoy segura de que no le haría caso y lo dejaría a él, pero ¿por qué debo dejarlo si él siempre se ha esforzado por caerle bien a mi padre y lo ha hecho todo por que yo fuera feliz y no tuviera que elegir?

Una caricia suave en la mejilla me hizo abandonar mis pensamientos y, girando mi cabeza, me topé con unos serios ojos grises.

-¿Estas bien?- Sentí su aliento golpear mi rostro.- Estás un poco distraída.

Me acomodé en el césped para tener una mejor visión de su rostro, y por un momento cruzó mi cabeza el pensamiento de lo triste que era que tuviésemos que escondernos, nos encontrábamos cerca del Bosque Prohibido, junto a un árbol, lejos de miradas indiscretas.

- Estaba pensando en...todo esto, ya sabes.- Nos señalé a ambos, esquivando su mirada.

- ¿En que exactamente? – El pánico era claro en su mirada.

- Recuerdas que me dijiste que estabas cansado de tener que esconderte?

Un suspiro salió de sus labios y luego agarró suavemente mi mentón.

- Pero también te he dicho que si tú no quieres decir nada, esperaré.

Me levanté del césped, decidida, yo también estaba harta de todo este cuento, los dos estábamos todo el día insoportables y teníamos a Albus todo el tiempo de aquí para allá con mensajitos para el otro, también de los nervios. Se acabó.

Agarré su mano y tiré de él dirigiéndome al castillo, había muy poca gente fuera , los demás estaban acabando de comer. ¨ Mejor ¨ me dije a mi misma ¨ Así habrá más gente ¨. Caminamos por los pasillos hasta el Gran Comedor, yo con el ceño fruncido, decidida, y él nervioso sin saber la razón por la que le llevaba de la mano por los pasillos donde nos podía ver cualquiera.

Entramos al Gran Comedor y al instante un montón de miradas curiosas se clavaron en nosotros, sorprendidos de ver a un Malfoy y a una Weasley de la mano, a un sangre pura agarrando la mano de una sangre sucia, la hija de Ron y Hermione Weasley con el hijo de Draco Malfoy, los murmullos no tardaron en llegar. Sonreí a Albus, sentado en la mesa de Slytherin, antes de girarme para ver a mi muy sorprendido novio, cogerle el rostro entre mis manos y presionar mis labios contra los suyos.

Sonreí contra los labios de Scorpius al oír los gritos furiosos de mis primos James y Fred y el sorprendido de mi hermano Hugo. Aumenté mi sonrisa al notar los brazos de Scorpius rodear mi cintura, separándome de él y contemplando su sonrisa. Estaba segura de que esto no sería fácil pero estaba dispuesta a pasarlo. ¨ Lo siento papa ¨ fue lo primero que pensé.