Our Destiny
Miyako Hyuuga 1912
Nota: un fanfiction de drama y romance yaoi y universo alterno.
Sumary: Francis le pidió irse con él, pero por azares del destino Arthur no podrá cumplir con esa promesa.
Disclaimer: Los personajes de hetalia no son de mi propiedad, pertenecen a su respectivo autor: Hidekaz Himaruya
Advertencias: Este Fanfiction es de género Yaoi.
Destiny
"El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida."
1 de Julio de 1890.
Era una tarde llena de lluvia en el norte de Inglaterra, la mayoría de la gente estaba ocultándose de esta lluvia, mientras que muchos afortunados estaban ya adentro de un lugar fuera de la humedad y de la lluvia, como era el caso de un joven de cabello rubio y ojos verdes, él estaba en una cafetería muy cerca del castillo de Buckingham, su cara se podía mostrar un poco de disgusto, ya que no solo estaba en ese lugar por gusto, si no porque se tenía que ver con una persona, que lo había citado en ese lugar. Después de tomarse la 2 taza de café, se paró de su asiento dispuesto a irse, cuando de la nada vio a un joven de cabello rubio ondulado que estaba parado en frente de él, esa persona tenía una sonrisa en sus labios y un gran brillo en sus ojos.
—Mon amour, ¿ya te ibas a ir, sin hablar conmigo?— Le hablo ese hombre de mirada cristalina.
—No tenía más opción, no llegaste a tiempo a la hora que acordamos — Le reclamo el ojiverde.
—Pero Arthur, mira como se está cayendo el cielo, los carruajes no puede ir más rápido por el lodo que se hace, mon amour— Se disculpo, mientras se sentó en la silla enfrente de Arthur.
— ¿Para qué me citaste? Espero que sea algo importante, por que deje trabajo pendiente — Arthur hablo de manera áspera.
—Bueno, yo no sé cómo empezar esto — El francés se lo miro con nerviosismo.
—Habla desde el principio Francis — Lo miro con poca paciencia el inglés.
—Bueno, recibí una carta de mi madre que está en Paris y me pide, más bien, me suplica que regrese a Francia lo más pronto posible, esta está enferma y yo...
—Quieres regresar a tu casa a cuidarla — Se adelanto el inglés, mientras tomaba su cuarta taza de café.
—Oui, pero no quiero irme sin antes hacerte una propuesta — El francés tomo de las manos al inglés, haciendo que este se sonrojara y empezara a decirle que lo soltara.
—Suéltame, Great Bastard, no ves que estamos en un lugar público, la gente nos puede ver. — El inglés por fin se deshizo del agarre haciendo que el francés volviera con su postura de antes.
—Arthur, mon amour, quiero que vengas conmigo a Francia — Se lo dijo fuerte y claro, haciendo que unos cuantos voltearan a ver a la pareja que estaba sentada en el lugar, Arthur por impulso tomo a Francis de la mano y salieron de la cafetería, claro, dejando dinero en la mesa de la cafetería y así salieron del recinto donde no le importo que aun estuviera lloviendo, así que siguió caminado en la lluvia y llevo a Francis a un lugar que solo él conocía.
—Estas demente, nos estaban mirando raro en ese lugar, y ahora... tú me sales con que quieres que me valla contigo a Francia — Lo ultimo lo había dicho con cierta timidez
El francés los miro por unos segundos, se le había hecho tierno la forma de que Arthur lo estaba regañando, su forma estricta, mientras a su vez esa forma tierna lo volvía loco, así que aprovecho la oportunidad que estaban solos los dos en ese lugar y lo tomo de la cintura para después besarlo, al principio fue un beso dulce y cálido, pero después empezó a tener más movimiento, hasta que Arthur tuvo que parar ese beso, así que puso sus manos en los hombros del francés y lo empujo.
— ¿Para qué quieres que me valla contigo? — Lo miro con desafío — tú y yo no podemos tener nada serio, no es normal.
—Mon amour, deja de pensar en lo que dirán las demás personas, haz lo quieres hacer por una vez en tu vida, sin que tu madre te diga que hacer, sin que te tengas que presionar por el trabajo, olvida por una vez a tu reina y a tu madre y se tú, Arthur, vive la vida. — Lo tomo de las manos y las beso, haciendo que Arthur se sonrojara — se que no es normal para la gente que dos hombres se vean más que amigos, pero no se tienen que enterar de que somos más que amigos íntimos, ellos no deben saber que somos amantes, mon amour — Lo volvió a besar.
—Estas Crazy, no puedo dejar a mi madre sola después de lo que paso con Alice, mi madre me necesita a mi — Lo miro con dolor en los ojos, sus ojos verdes estaban llenos de dolor, aunque, no tenían lagrimas, esas hace tiempo se habían secado.
—Alice, esta muerte Arthur y tu madre debe asimilarlo, tú no vas a estar toda tu vida con ella, debes de entender que debes de hacer tu vida y espero que yo sea parte de tú vida futura — Supero al ver a su gran amor con los ojos llenos de melancolía. — Arthur, yo salgo el día de hoy rumbo a Southampton para después tomar un barco que me lleve a directamente a Francia, hoy me iré a las siete de la noche — Lo tomo fuertemente de las manos y las despisto en su corazón — Te estaré esperando en la estación del tren que va rumbo a Southampton, yo se que vas a dejar todo atrás mon amour, y que iras a nuestra cita, no va a dejar que nuestros recuerdos, nuestras pelas y mis esfuerzos de que aceptaras de que amas se vallan al aire, se que iras amon amour — Se acerco y le dio un beso rápido a Arthur, haciendo que este no tuviera ni tiempo de una reclamo, para después salir de ese lugar e irse.
Arthur se quedo unos minutos en ese lugar, tocándose los labios, estaba sorprendido por lo que le había dicho Francis, mientras, en su mente solo estaba pensando en las palabras que el francés le estaba proponiendo: Huir e irse lejos. Si sonaba algo tonto y cursi, pero en algo tenia la razón el rubio y era de que ellos dos tuvieron muchos problemas para aceptarse que los sentían algo uno al otro, además, de que su relación era secreta y aunque a su madre no le caía bien Francis logro que al menos lo tolerara un poco, por otro lado, el amaba a ese hombre que lo sacaba de sus casillas con sus ideas pervertidas y de más, pero no sabía qué hacer, su madre estaba sola y enferma desde que murió su hermana, sus hermanos mayores ya estaba casados y ya habían formado una familia, a su madre solo le queda él y eso es lo que Arthur le preocupa, que su madre este sola.
Empezó a caminar solo por las calles, mientras seguía pensando en lo que el francés le había propuesto, no se dio cuenta que aun estaba lloviendo y que casi no había gente en la calle, pero solo una cosa pudo sacarlo de sus pensamientos, un gran grito de dolor que venía en uno de los callejones de esa gran cuidad, Arthur, siempre fue una persona caritativa, aunque su carácter sea seco, gruñón y cambiante, siempre fue una persona buena, y esta vez no fue la acepción. Así que corrió hacia el lugar donde había escuchado el grito hasta que la encontró.
—Help me, please, Help. — Grito de dolor la mujer nuevamente— me duele mucho el vientre, ayúdenme por favor — La mujer volvió a pedir ayuda, cuando Arthur la encontró vio a una hermosa mujer de cabello rubio claro, ojos azules como el mar y su piel blanca pálida. Ella estaba recostada en el suelo por el mismo dolor que estaba sufriendo en su vientre.
—Yo... Espéreme voy por ayuda... — Manifestó un angustiado Arthur, hasta que un grito más fuerte que el anterior se escucho, haciendo que Arthur regresara y mirara a esa mujer a los ojos, algo dentro de él hizo que su corazón se hiciera añicos y no supo qué, pero cuando menos se dio cuenta él cargo a la mujer y bajo la lluvia se la llevo hacia su casa que por suerte se encontraba cerca del lugar.
Eran las cinco de la tarde y Arthur había llevado a esa mujer a su casa y desde que llego la mujer había entrado en labor de parto, por lo cual mando a llamar a una partera que vivía muy cerca de la calle donde se encontraba su casa.
En una habitación amplia estaba esa mujer rubia y de ojos del color del cielo, su cuerpo estaba débil y no paraba de quejarse por la tremenda tortura que sufría. En ese lugar una mujer de aproximadamente cincuenta años observada todo con detalle, solo había aceptado a esa mujer por la única condición que ella trabajaría como una de sus mucamas en forma de pago por su hospitalidad.
Isabel Kirkland era una mujer de carácter fuerte y ambiciosa, pero no se podía negar que era una madre ejemplar ya que cuando ella quedo viuda, saco a sus cinco hijos adelante, pero cuando murió su única hija Alice al dar a luz a su nieto que desafortunadamente esté también murió, su carácter se había vuelto sombrío y amargado.
Cuando el reloj marco las seis y media de la tarde, se había escuchado el primer grito de un recién nacido, todos estaba contentos, porque había nacido un varón con grandes pulmones, pero todo se volvió a poner preocupante cuando la mujer aun seguía en labor de parto, la partera le había dicho que no solo era uno, si no dos, Arthur solo miro como la partera hacia su trabajo mientras él ayudaba con el agua y el cuidado del primer niño recién nacido. Después de quince minutos se escucho otro llanto, este era menos fuerte, pero su llanto se podía escuchar, por lo cual en toda la sala se pudo escuchar gritos de felicitación hacia la madre por tener a dos niños, pero esta desafortunadamente había muerto al dar a luz a su último hijo.
Bonjour a tous.
Bueno, primero que nada este es mi segundo fic de esta pareja que creo que me está empezando a gustar cada día más y pues bueno, la historia nació hace tres semanas, pero aun no la tenía bien planteaba, hasta que la empezó a escribir a mano en unas hojas de papel que tenía cerca y pues así empezó a desarrollarse la historia que espero que sea de su agrado y no olviden dejar un mensajito (Reviews xD o como se llamen)
Acepto: tomates, pasta!, papas, vino, hamburguesas, maple, hotcakees (?), bombas, pistolasos y todo lo demás... menos virus xD!
Thanks por leer este fic.
NOTA: Historia modificada el día: 2012-10-26
