Capitulo uno

A la espera en un balcón de un hotel de Cuba y con el viento fresco del mar del Caribe haciendo volar sus cabellos en una danza rítmica, se encuentra una escultural mujer rubia mirando hacia el horizonte con expresión soñadora que delata su expectativa de lo que le espera en unas pocas horas.

Hoy 31 de diciembre de 2015, último día del año, no puede estar más que agradecida por las cosas maravillosas que han pasado en su vida, o más feliz por la persona que se encarga de alegrar cada momento de ella. Aunque no pueda esperar el año nuevo con él cómo quisiera, sabe que puede celebrar con sus amigos por ahora, porque sea como sea, hoy o más bien mañana pensó con una sonrisa estaría celebrando con él.

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En una villa con vista al mar en otra isla del Caribe, en un lugar llamado St. Barth, Stephen está pensando en cierta chica rubia de piernas asesinas y trasero de infarto que lo tiene pendiendo de su dedo meñique y de lo cual no se queja, porque le encanta estar perdido en ella.

Pero una voz lejana que va acercándose le hace aterrizar de golpe a su realidad…

-Cariño…Cassandra se acerca e intenta besar sus labios pero estratégicamente elude su beso para que solo roce su mejilla.

Con una sonrisa trata de despistarla y le pregunta -¿No saldrás con Jenny? Si quieres esperamos que sean las 12: 00 pm para desearnos feliz año y festejamos luego nosotros dos solos. Además, es un día también para compartir con ellos, no crees, los tenemos muy abandonados, sobre todo tu Cass.

-Me parece bien, vamos a tomarnos unas copas de vino y luego vamos con los demás. Acepta Cassandra.

Agarrados de la mano se encaminan hacia una terraza adyacente de la suite a esperar entre anécdotas del día de playa que tuvieron y lo que planean hacer en los días que le quedan de vacaciones.

Media hora después, se están felicitando por el nuevo año que acaba de llegar, esta vez Cassandra se aferra a su cuerpo en un abrazo que no permite distancia alguna entre ellos y espera por su primer beso de 2016. Stephen pide perdón silenciosamente porque no podrá cumplirle a su chica con el primer beso de año nuevo, solo reza para que ella comprenda. Besando con ligeros toques los labios de su esposa le desea feliz año nuevo y se mantienen en ese abrazo a observar los fuegos artificiales que siguen anunciando con sus coloridas explosiones la entrada del año 2016.

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Caminando por la fría arena de una paradisiaca playa de arena blanca, Emily ve sobre su hombro, asegurándose que no haya nadie a la vista antes de adentrarse a la semi cueva escondida en la que espera a su amado.

A esa hora de la madrugada puede que no hubiese nadie por esos lados pero debía ser muy cuidadosa para que nadie viera hacia donde se dirigía.

Por fin era 2016, un nuevo año en el que deseaba que todo siga mejorando en su vida. Para ella será un buen punto de partida, más aún porque estaría con él y eso es lo que importaba.

Vislumbrando una tenue iluminación, no tanta como para llamar la atención a menos que te adentraras al rincón más profundo de la cueva, camina hasta estar más cerca y encuentra el lugar rodeado por unas velas de color verde que inundan hasta la esquina más oculta, lo que gana una sonrisa que ilumina sus ojos de pura felicidad.

En el centro de todo, esta él. Todo el lugar se ve espectacular, las velas, el nido de mantas y cojines de aspecto confortable. Pero lo que más le hace llegar decidida hasta él, es su hermosa sonrisa.

-¡Feliz año nuevo! Dicen ambos cuando se encuentran por fin, dándose un pasional abrazo. Luego fijan sus miradas entre sí, que reflejan todo lo que sienten sin necesidad de palabras, se acercan lentamente sin despegar sus ojos uno del otro hasta que sus labios se encuentran para su primer beso del año.

Uniendo sus labios suavemente, se exploran con toques suaves aquí y allá, sin dejar ninguna zona por recorrer para luego dar cabida a una danza entre sus lenguas, que se acarician como si no hubiera fin ni nada que los esperase más allá de ese rincón oculto.

Sin aliento y con la respiración entrecortada por su ardiente beso dejan descansar sus frentes unidas para recuperar el aire que tanto necesitan sus pulmones.

-Yo… Comienza Stephen pero Emily lo detiene poniendo un dedo sobre sus labios para silenciarlo y vuelve a repartir besos por todo su rostro.

-No quiero saber nada que no sea lo mucho que te alegras de estar aquí conmigo, cualquier otra cosa… puede esperar. Habla Emily entre beso y beso. – ¿Queda claro Sr. Amell?

Lanzando un suspiro de pura dicha asiente como niño obediente y termina por regalarle una gran sonrisa por sus últimas palabras.

Sosteniendo su mano, Emily camina lentamente dándole miradas seductoras a la vez que lo guía hasta las mantas. Posicionándose entre los cojines le hace un ademan para que tome asiento junto a ella. Sin más demora vuelven a dedicarse esas miradas cargadas de deseo que expresan las ganas que tienen de entregarse en cuerpo y alma.

Iniciando otro beso, esta vez no tan suave como el anterior, Stephen sostiene su rostro para tener mejor control del mismo y se dedica a explorar con su lengua cada recóndito espacio al que tiene acceso. Los gemidos de excitación y los jadeos por la falta de aliento no les impide seguir con su mutua degustación.

-No tienes idea lo mucho que extrañaba tu sabor, eres tan adictiva Em… no sé qué haría si no consumo lo suficiente de ti. Susurra Stephen por encima de sus labios, tocándolos cada vez que dice una palabra.

Emily aprovecha su cercanía para lamer su muy tentador labio inferior, pero como no es suficiente chupa muy suavemente el mismo para demostrarle que ella también tiene ganas de consumirlo a él.

-Stephen…por favor…basta de juegos…te deseo ahora. Exclama Emily presa de un deseo incontrolable.

Para iniciar la exploración de su cuerpo, Stephen besa y lame lentamente su mandíbula para luego bajar recorriendo su lozana piel y ubicarse en su cuello al que le dedica especial atención con una, dos, tres lamidas. Luego se posiciona en su hombro y restriega ligeramente su barba a la par que introduce una de sus manos al cabello rizado de Emily y guía la otra a bajar los tirantes de su ajustada blusa negra.

Aunque está disfrutando de sus caricias, Emily guía sus propias manos al lazo frontal de su blusa y lo desata, dejando al descubierto sus pechos libres de sujetador.

Stephen que estaba tan concentrado en su tarea no noto la acción de Emily y cuando levanta la vista se le seca la boca de puro deseo al encontrarse con semejante visión.

Emily disfrutando del brillo de pasión en los ojos de Stephen, pone su mano sobre los labios y le exige –Quiero…tu…boca…aquí. Mientras señala el lugar exacto en el que quiere ser saboreada con su otra mano haciendo círculos en uno de sus pezones.

Stephen sostiene su mano y aprovecha el momento para lamer sus dedos sin despegar su mirada de la de ella. Cuando los ojos de Emily se dilatan, él se introduce uno de sus dedos y chupa como si quisiera mostrarle que haría exactamente a sus pechos.

Aferrándose a la camiseta de Stephen, lo impulsa hacia ella con un fuerte agarre, para que le demuestre la misma destreza pero en su muy necesitado pezón.

Stephen se carcajea por su impaciencia, por la verdad es que no hay nadie más impaciente que él en este momento. Abalanzándose sobre el cuerpo de Emily la conduce hasta que ella queda recostada encima de las mantas y él posicionado entre sus piernas abiertas.

Entrelazando sus manos con las de Emily, Stephen comienza a besar sus pechos. Primero besa la zona de su escote hasta llegar al centro de sus pechos, luego va hasta el pecho derecho y reparte besos por toda la zona pero sin llegar a tocar del todo su pezón, lo que le gana un gemido desesperado de Emily.

Decidido a disfrutar al máximo su tiempo, va y repite el mismo trato a su pecho izquierdo. Emily decidida a motivarlo, libera una de sus manos y comienza a frotar ella misma uno de sus pezones, pero Stephen le aparta la mano y por fin se introduce todo el pezón en su húmeda y caliente boca.

Besa, lame, chupa y succiona ese pezón como si la vida se le fuera en ello, y Emily lo alienta con cada suspiro, gemido y grito de placer que emite por sus caricias. Decidido a darle lo mejor, va alternando entre ambos pechos, luego de un buen rato de prodigarle la atención justa a cada uno, se aleja a ver su obra.

Verla así le arrebata el aliento y susurra -Eres…tan…malditamente…hermosa. Una sonrojada Emily le devuelve la mirada con la cabeza ligeramente inclinada sobre los cojines para verlo mejor y le regala una sonrisa deslumbrante.

Ella misma observa como sus pezones erguidos y de color rosa están húmedos y apuntando hacia Stephen como pidiendo más, y a pesar de que los siente tan adoloridos, pero de una muy buena forma, no puede negar el deseo de querer que vuelva a hacerlo.

-Ven aquí. Dice Stephen y ambos se encuentran en medio camino para besarse.

Emily lleva sus manos hasta su camiseta y entre ambos se la quitan. Entonces Stephen se deja caer sobre ella para sentir su cuerpo y ambos gimen por la placentera sensación de estar pecho a pecho.

Descendiendo otra vez por su bello cuerpo llega hasta su estómago, recorriéndolo con su boca e introduce su lengua en su ombligo para saboréalo también. Poco a poco lleva sus manos hasta la falda de flores estampadas que lleva Emily y se la quita con todo y tanga.

Sigue descendiendo y esta vez llega hasta su pubis, delinea con su lengua la v entre sus muslos. De a poco toca con sus dedos sus labios inferiores hasta separarlos y con un sorpresivo movimiento besa su clítoris hasta aspirarlo entre sus dientes.

El grito de estaxis de Emily no se hace esperar deja muy claro lo mucho que le gusta lo que hace –Más…por…favor…Ruega Emily con voz ronca cargada de excitación.

Stephen se ríe de pura dicha por tenerla en ese estado delirante, ronroneando para enviar vibraciones directo a su clítoris continua con sus ardientes besos que hacen que Emily se estremezca de placer.

Introduciendo un dedo en su interior para probar que tan preparada esta para recibirlo sigue dando lametones suaves en sus labios inferiores y clítoris. Un dedo luego dos marcan un ritmo exquisito entrando y saliendo de su húmedo calor para hacerlos jadear a ambos, a Emily por las sensaciones que le despierta y a Stephen por que muy pronto sentirá lo mismo al estar profundamente enterrado en su interior.

-Nooooooooo. Grita Emily no muy convincente cuando Stephen retira sus dedos de su empapado interior que clama por algo mucho más placentero.

Pasando su lengua desde su vagina hasta su clítoris para chuparlo una última vez, Stephen se quita las únicas prendas que le impiden estar tan desnudo como ella. Una vez listo, vuelve a unirse a Emily y comienzan a besarse apasionadamente. Emily se sostiene de sus hombros y lame su lengua para probarse a sí misma de sus labios a la par que Stephen restriega su erección por su sexo.

Alejándose por un momento, Stephen lleva sus manos a los muslos de Emily y luego va escalando hasta sostenerse de su firme trasero, Emily por su lado, acaricia sus abdominales y recorre de forma descendiente su cuerpo hasta llegar a su muy endurecido pene. Prodigando la misma atención que él tuvo con ella, Emily comienza a acariciar con apretones firmes de arriba hacia abajo su erección, escuchándolo gemir en el proceso.

-Aunque me encanta lo que me haces Em, creo que ya es suficiente. Quiero estar en tu interior…ahora. Habla Stephen entre jadeos.

Sin más demora Stephen insta a Emily para que una sus piernas alrededor de su cintura y aferrándose a su culo posiciona la cabeza de su pene en su húmeda entrada. Anclan sus miradas entre sí a la espera de la unión de sus cuerpos y entrelazan sus manos.

Stephen de un certero empujón se adentra en su ardiente y empapado sexo y Emily grita por lo increíble que se siente tenerlo dentro de ella, unidos como un solo ser. Sin esperar un segundo, ella comienza a rotar sus caderas en movimientos delirantes que no hacen más que ponerlos a gemir.

-Quiero todo de ti…lo necesito todo. Le pide Emily a Stephen lamiendo el lóbulo de su oreja. –Ámame como solo tú sabes hacerlo.

Perdiendo el poco control que aun creía tener Stephen se pierde en ella con estocadas fuertes y lentas. Sale suavemente de su cuerpo y vuelve a introducirse fuerte y rápido, emprende el mismo ritmo en unas cuantas penetraciones y luego hace círculos con sus caderas para llegar a aquel rincón oculto que tanto placer le despierta.

Notando que Emily está a punto de alcanzar el orgasmo por las convulsiones de su ardiente sexo, Stephen restriega su pelvis justo encima de su hinchado clítoris y repite las mismas fuertes y rápidas envestidas, esta vez sin darse descanso entre cada penetración.

Emily siente como va acumulándose esa aplanante sensación que marca el punto sin retorno para su liberación y busca la boca de Stephen necesitando desesperadamente sus labios.

La fuerza con la que explota su orgasmo hace que libere la boca de Stephen para poder gritar a libertad su nombre –S…T…E…P…H…E…N…

Sintiendo como su sexo succiona su pene acelera sus penetraciones y unas cuatro, cinco envestidas más atrás le sigue con su propia liberación.

-Muy, muy feliz año nuevo. Dice Emily jadeante por su increíble clímax y sin querer liberar a Stephen se abraza a su sudado cuerpo.

Con la cabeza sepultada en su cuello Stephen replica –Feliz 2016. Luego se levanta con ella aun entre sus brazos y se besan con el mismo deseo, como si no acabaran de hacer el amor apasionadamente, como si necesitaran volver a demostrarse todo desde el principio.

Continuará….