Aun recuerdo cuando solo era un polluelo, no tengo muy claro de cómo empezó todo, tampoco estoy seguro si es real o no…

Solo puedo recordar un poco de aquella mañana, en Rio, la luna se ocultaba dejando ver la hermosa mañana que se acercaba, las aves se despertaban y empezaban con una de sus canciones favoritas. En ese momento solo deje que la música me guiara, se sentía el entusiasmo y la felicidad de ese momento, fue un momento mágico, a un lado pude observar como una guacamaya amarilla arrojaba a sus polluelos al aire seguido de que estos empezaran a volar, me sentía muy feliz y tenía por primera vez el deseo de volar, todo era perfecto, estaba seguro de que era el momento de alzar vuelo y surcar el cielo seguido de aquella emoción. Todo parecía estar en su lugar y no había nada que pudiera impedir eso, o eso creía yo.

En ese instante todo paso de ser una armoniosa mañana a una pesadilla, redes y jaulas caían del cielo atrapando a una gran parte de las aves que se encontraban allí, no podía comprender como es que en un segundo aquel paraíso se transformó en una horrible pesadilla. Las aves huían como podían del lugar, yo solo me quede aterrado mirando aquella escena, una pequeña bandada de aves pasó por mi nido con tal velocidad que perdí el equilibrio y caí.

Todo pasaba muy rápido, intente con todas mis fuerzas tomar vuelo, en verdad anhelaba con mi alma poder volar y salir huyendo de esa pesadilla, pero no fue así. Por suerte caí en un arbusto que evito que cayera demasiado fuerte al suelo, lo primero que hice fue pedir ayuda, deseaba que algún milagro ocurriera en ese momento, desesperadamente intente llamar a mis padres, pero nadie respondía todos habían abandonado el lugar, me quede completamente solo. Al instante una jaula cayó sobre mi capturándome, me quede en shock, lo único que pude hacer fue tratar de buscar consuelo apegando fuerte mis alas a mi cuerpo, creía que era una mala pesadilla así que trate de dormir un poco.

Al despertar pensé que todo había terminado y que me encontraba cómodamente recostado en mi nido, pero no fue así, pude observar como la jaula en la que me hallaba se levantó y me llevo hacia una avioneta. Me dejaron junto con las demás aves que habían capturado, lo único que alcance a ver antes de que cerraran la compuerta era como un sujeto le daba dinero al otro por haber conseguido capturarnos. Las aves que se encontraban allí no dirigían ni una palabra, solo se quedaban con la mirada decaída mientras observaban el suelo, todos habían perdido la esperanza, era de esperarse ya sabían que no podrían volver a estar con sus familiares ni amigos, lo único que hice en ese momento fue recostarme en un rincón de la jaula pensando en mis padres, no recuerdo mucho de ellos, más que mi padre era un fuerte guacamayo azul con las plumas un poco más oscuras que las mías y que tenía el mismo tono de mis ojos, mi madre era una hermosa guacamaya azul y tenía las plumas un poco más claras que las mías y sus ojos eran de un verde oscuro, su mirada reflejaba alegría y esperanza, mientras que las de mi padre expresaba valentía y orgullo.

Mis recuerdos se vieron interrumpidos debido a que habíamos llegado y la temperatura había bajado mucho, temblaba del frio y apegue más mis alas a mi cuerpo buscando regular mi temperatura interna. Abrieron la compuerta, se podía observar un paisaje cubierto por nieve y un cielo claro, no le tome mucha importancia ya que nos estaban sacando de las jaulas y nos ponían en cajas mientras nos daban una manta a cada uno para poder conservar el calor. Ahora nos habían acomodado en un camión con grandes letras que decía: "Mascotas Exóticas".

Llevábamos un largo tiempo en el camión desde que nos bajaron del avión, lo único que hice fue acomodarme en la manta y tratar de descansar ya que estaba lleno de miedo y solo pensaba en que sería de mí ya que todo lo que tenía lo había perdido. De repente sentí como el camión freno bruscamente lanzándome a la calle, por el susto volví a reaccionar pero ya que en ese momento el miedo me dominaba solo llame a alguien, esperaba un milagro, algo que me hiciera regresar a mi casa con mis padres y olvidar todo lo sucedido. Nada, no obtenía respuesta alguna, así que me acomode en un rincón de la caja volviendo a tratar de entrar en calor ya que estaba en la calle y la temperatura volvió a bajar dentro de la caja. Sentí como la tapa de la caja se levantaba lentamente, me aterre así que trate de orillarme más dominado por el miedo, pude observar como una pequeña niña pelirroja con unos lentes grandes me miraba con curiosidad, yo le devolví esa miraba, luego reacciono y se dio cuenta que me estaba muriendo del frio, así que suavemente acerco sus manos hacia mí, lo único que hice fue asustarme más tratando de alejarme pero logro tomarme en su mano y levantarme, pude ver como su cara reflejaba una mirada de lastima y también de cariño, luego articulo unas palabras:

-"Tranquilo, no te asustes"-Dijo acariciándome suavemente las plumas de la cabeza, esto me dio un poco de tranquilidad así que solté un leve escalofrió.

-"Yo te voy a cuidar…"- Seguido de estas palabras me dio una especie de abrazo.

Me sentía feliz y ya no me sentía solo, así que me acurruque en su cachete y di un suspiro de cariño mientras ronroneaba un poco. Luego de esto me metió suavemente en un bolsillo de su abrigo y se dirigió a su casa.

Al entrar su madre se encontraba en la cocina, entonces se acercó rápidamente a su madre para saludarla.

-"Hola mamá"- Dijo esto con un tono muy alegre y con una sonrisa.

-"Hola hija, ¿Cómo te fue hoy en la escuela?" Ella no quitaba su mirada del chocolate que estaba preparando.

-"Muy bien mamá, todo como siempre, bueno no todo…"-

-"¿No todo?, que ocurre hija ¿te sucede algo?, ¿Estas bien?"- Su tono de voz empezó a ser uno de preocupación mientras volteaba a mirar a linda.

-"No pasa nada malo mamá es que…De camino a casa encontré una caja en la calle, no había nadie cerca así que la ignore, pero no pude porque escuche algo dentro de ella, al acercarme, Lo encontré…."- Su expresión dio paso a una pequeña sonrisa

-"¿Lo encontraste? De que hablas hija, ¿A quién?- Preguntaba la madre con curiosidad.

-"A Él…"- Dijo esto mientras me tomaba suavemente y me levantaba a la vista de su madre. Ella simplemente se quedó en shock.

-"Como es que… ¿Sera de alguien?…Es solo un polluelo… ¿Qué harás con él?-

-"Eso mismo estaba pensando por eso quería preguntarte si ¿Puedo conservarlo?"-Su rostro se iluminaba y mostraba una sonrisa muy grande

-"Claro hija, pero debes prometer que lo cuidaras mucho, luego hablare con tu padre, pero dime ¿ya tiene nombre?"-

-"Pues no lose mamá, estaba pensando en un nombre como….."-Se quedó mirándome por un momento, yo estaba feliz así que simplemente sonreía.

-"Blu…si así se llamara, como azul en inglés"- Realmente me gustaba bastante aquel nombre me recordaba el cielo azul en las mañanas de Rio.

-"Es un bonito nombre hija, anda, ve a tu cuarto que en un momento estará tu chocolate, luego hablaremos más acerca de Blu"-

Linda me llevaba a su cuarto, era una pequeña casa acogedora, tenía 2 pisos, en el primero se hallaba la sala, el comedor, la cocina. Y en el segundo se encontraban las alcobas, el cuarto de Linda era pequeño, tenía muchos juguetes y una tele, no había gran cosa. En fin, ella me dejado en su cama mientras iba a buscar algo que darme de comer. No estaba muy relacionado con esas cosas así que todo era muy nuevo para mí, Linda había dejado la televisión encendida y me dispuse a ver un rato, aunque no entendiera mucho disfrutaba verlo.

En un momento había llegado Linda con su chocolate caliente y unas galletas, me ofreció una galleta que con guste acepte y me comí en un momento ya que tenía mucha hambre porque desde el día anterior no había comido nada, luego me ofreció otra, pero note que había dejado su chocolate caliente cerca, así que quise probar un poco, Linda me acerco el chocolate y me dejo tomar, ella no había tomado así que prefirió dejármelo e ir por otro. Al saborearlo era delicioso, además que con el clima frio que había era muy agradable tomar de este, por un momento tome la galleta y cuando me la estaba llevando al pico se cayó al chocolate, me puse triste pero luego intente recogerla con el pico, al probarla descubrí lo delicioso que era combinar estos dos, así estuve por un largo rato hasta que llego Linda, no hizo gran cosa solo se quedó observándome mientras ella también le daba un trago a su chocolate caliente.

El resto del día Linda se dedicó a enseñarme su casa, tenía un patio trasero grande que estaba cubierto por la nieve, nunca había visto la nieve, era blanca y fría, trate de ver si era comestible, lo cual resulto congelándome el pico. Más tarde me encontraba con Linda jugando, pasamos una tarde agradable y le tenía mucha confianza ya que era mi única compañía en ese momento, Al caer la noche Linda junto con su madre habían decidido dejarme en una manta en una pequeña mesa que tenía Linda en su cuarto, no era lo mejor pero era muy cómoda así que me dispuse a dormir.

Ya eran altas horas de la noche, no conseguía conciliar el sueño, muchos pensamientos ocupaban mi mente y no me dejaban en paz, por una parte estaba triste por haber dejado mi hogar y no saber nada acerca de mis padres, pero por otra gran parte estaba feliz de que Linda me hubiera acogido, ahora ella era como mi madre, luego de un rato me doy cuenta que lo mejor ahora será olvidar el pasado y empezar mi vida de nuevo. Antes de quedarme dormido doy un pequeño vistazo a la ventana del cuarto, no se podía apreciar mucho más que empezaba a caer una pequeña nevada, lo que más resaltaba el cielo a esa hora era la luna que brillaba la cual me recordaba cuando mis padres me cantaban algo antes de dormir.