Disclaimer: La historia me corresponde a mí y a mi mejor amiga. Los personajes no son nuestros, sino seríamos rubias multimillonarias, viviendo en Londres. Pero no somos rubias (no naturales), no tenemos millones ni vivimos en Londres. xD
Resumen: Primer drabble de la mano de Sirius Black. Una navidad a lo Merodeador.
Navidad con Quejicus
Sirius Black POV
Otra Blanca Navidad más. Mi decimosexta navidad, pero la primera lejos de esa casa de locos. Este año me quedaría en Hogwarts, junto a mis amigos. Ninguno, excepto James, tenía a dónde ir. Remus y Peter siempre se quedaban, por más que la señora Potter los invitase a su morada, igual que a mí este año. Sin embargo, quedarnos en Hogwarts, teniendo en cuenta que es nuestro anteúltimo año, es reconfortante. James no tuvo que decir mucho más que no deseaba dejarnos solos. Somos, como los Muggles dirían, Los Mosqueteros, aunque fuésemos cuatro.
Es la época del año, dónde la escuela queda casi vacía, cuando más nos divertíamos. El día veintitrés, la mayoría de los alumnos dejaban el castillo por las vacaciones de navidad. Nosotros, los merodeadores, nos despertamos temprano. Debíamos preparar una de nuestras famosas bromas a Quejicus, una hermosa bromita por las fiestas. Una que nunca se olvidaría.
Estábamos reunidos en nuestro cuarto, desparramados en el suelo, con miles de pergaminos escritos, plumas rotas y tinta derramada. Éramos minuciosos en nuestros planes. Lunático, el de la logística; Colagusano, el cebo; Cornamenta y yo los que lo llevábamos a cabo.
- Chicos – nos llamó Lunático-. No creo que sea buena idea bromear con Snape en ésta época.
- Mi buen Lunático – comencé-. Tú siempre tan bueno. Sólo planea el ataque.
- Exacto – continuó Cornamenta-. Tú planeas, nosotros atacamos.
- No creo que termine bien, chicos – dijo el cobarde de Colagusano.
Suspiré y miré los planos. El ataque resultaba perfecto. Quejicus nunca se olvidaría.
Era el veinticuatro a la medianoche. El banquete por navidad había terminado hacía un buen rato. James y yo nos preparábamos para atacar. Me vestí como ese Muggle que les llevaba regalos a los niños, una tradición de ellos; mientras que Cornamenta se transformaba en ciervo. Con un hechizo le coloreé la nariz de rojo, me hacía acordar a ese tal Rodolfo. Él bufó. A las doce exactas de la noche, nos aparecimos en el cuarto de Snape.
- Ho-ho-ho. Feliz Navidad – grité a su lado.
Snape se despertó y nos miró desorientado.
- Oh, Severus Snape, me temo que has sido un niño malo, muy malo, digno Slytherin – dije con voz grave y mirando un pergamino que tenía en la mano-. Por eso te tengo un muy buen regalo.
Quejicus seguía sin comprender. Lo apunté con la varita y lo dejé de cabeza. La suerte estaba con nosotros, ya que vestía un pijama con ositos. Le puse un gorro rojo con una borla blanca.
- Di Santa, Quejicus – le dije.
Nos miró con odio y sacamos una foto. Más tarde, esa foto recorrería el castillo entero, con una inscripción que decía "Navidad con Quejicus"
Tomates, crucios, flores, por un comment
Se aceptan críticas de varios tipos.
Saludan, sus servidoras, Roh & Roo. xD
