Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling
By Lars Black
Capitulo 1: La Fallida cura para el Avada Kedravra y la llegada del chico nuevo
Faltaban dos semanas para el inicio del nuevo curso, Albus Dumbledore y Severus Snape trabajaban arduamente en las mazmorras para encontrar la cura para el Avada Kedavra. Sus progresos habían sido grandiosos habían logrado regresar a la vida o una rana aunque solo por solo 5 segundos, no era mucho pero ya habían avanzado algo.
-Profesor Dumbledore, ¿qué tal si agregamos mas de estas raíces?-
-Me parece bien Severus, tenemos que probar de todo, si queremos que esta poción funcione-
-Usted cree que funcione, ya sabe, logra revertir el efecto, nunca se ha hecho-
-La verdad no lo se, pero tenemos que lograrlo, sino el número de bajas en esta guerra será demasiado grande-
Snape agregó las raíces y la poción adquirió un color azul- plateado. Le dieron de probar una cucharada a la rana y esperaron la reacción. La rana empezó a moverse, dio un salto y cayó justo enfrente de ellos, parecía estar bien, ambos miraban asombrados, lo habían conseguido, pero de pronto la rana empezó a temblar, se puso de color azul y cayó muerta de nuevo. Los dos se decepcionaron.
-Me parece que debemos agregarle mas polvo estabilizador Dumbledore, si me permite traeré un poco de mi despacho, siga agitando la poción, si empieza a cambiar de color disminuya el fuego y agregue de este Liquido-
Snape le puso en frente una botella de liquido transparente. - Enseguida regreso-
Snape salió del aula, no iría tan lejos, así que Dumbledore siguió agitando, su mente empezó a divagar, estar mezclando de esa manera le recordaba sus tiempos de estudiante, odiaba pociones, tenia un maestro demasiado exigente y perfeccionista, jamás había podido realizar una poción que realmente funcionase bien, y ahora la vida de muchas personas dependía de su éxito.
Cuando regresó en si la poción se encontraba burbujeando mas de lo normal y estaba adquiriendo un horrible color negrusco.
-Que me dijo Severus- Dumbledore vio el frasco con el liquido trasparente.
-Ah, si, dijo que le echara de este liquido.
Dumbledore tomo el frasco, abrió la tapa y empezó a verter el contenido al caldero, justo en ese momento Snape entró al aula, y vio como Dumbledore vaciaba el frasco sin haber disminuido la Flama.
-Profesor, ¡No!- gritó, pero muy tarde Dumbledore terminó de vaciar el contenido.
-Agáchese-
La poción empezó a burbujear y de pronto el caldero estalló fuertemente derribando gran parte de las estanterías del lugar, mesas, libros y demás salieron volando, una gran capa de polvo había llenado el aula, todo era un desastre.
Snape abrió los ojos, el polvo aun le dificultaba la visión.
COF, COF
-Profesor Dumbledore, ¿dónde esta?, ¿se encuentra bien?- gritaba mientras que con su varita despejaba el lugar del polvo.
El lugar había quedado destruido, pero eso no era importante, Dumbledore no parecía encontrarse en ningún lugar-
-Albus. Albus, contéstame-
Entonces escuchó ruido, el cual provenía debajo de una pila de libros.
-Ayúdame, ayúdame,- escuchaba.
Snape con un movimiento de varita quitó todos los libros y Dumbledore se puso de pie.
-Muchas gracia Severus, me estaba acalambrando-
-¿Profesor Dumbledore?, ¿es realmente usted?- Snape lo miraba aprensivo.
-Por supuesto que soy yo, ¿Por qué lo preguntas?-
Snape levantó un pedazo de vidrio del suelo –¡imagis Rleflec!- y el vidrio empezó a reflejar como un espejo, Snape le dio el vidrio a Dumbledore y este lo tomó.
Dumbledore estaba fascinado, en el espejo se reflejaba un muchacho de unos 15 años, sus ojos eran azules intensos y su cabello entre pelirrojo y rubio.
-Si, definitivamente soy yo- dijo sin preocupación.
En eso los demás profesores que se encontraban en el castillo llegaron a las mazmorras (Hagrid, y McGonagall )
-¿Qué ha ocurrido?, ¿ambos están bien?, ¿Snape donde esta Dumbledore?, ¿Quién es ese niño?- no dejaban de preguntar.
-Calma- Dijo el chico ojiazul .
-Hemos tenido un pequeño percance, pero ambos nos encontramos bien-
-¿Y tu quien eres pequeño?- pregunto Hagrid
-¿Profesor Dumbledore?- dijo McGonagall.
-A si es Minerva, soy yo, no se que ocurrió, pero al parecer volví a mi juventud-
-No se preocupe profesor, buscaré la cura de inmediato, solo déjeme ordenar todo este desastre-
-No, espera Severus, tengo una idea, pero necesitamos hablar en mi despacho, Hagrid, te pido que guardes esto en secreto, nadie además de nosotros debe enterarse de lo ocurrido, ve y avísale a Filch que hubo un accidente en la mazmorras y que debe ser reparado, dile que disponga de toda la ayuda y recursos que necesite.
-Así es profesor, en seguida le aviso- Hagrid salió en busca de Filch
-Severus, Minerva tenemos que hablar en privado, vamos a mi despacho-
Dumbledore apenas podía caminar con toda la ropa que traía puesta, así que con encantamiento disminuidor arregló su ropa a la medida, llegaron hasta su despacho, Dumbledore acarició a Fawkes, el cual no se negó en absoluto y luego tomo su asiento habitual.
-Tengo una idea, se que al principio les parecerá algo descabellada pero es una muy buena, me quedare así-
-¿Qué?, debe estar bromeando profesor, usted no puede quedarse así. Eso seria-
-No te preocupes Severus, se que parece algo descabellado, pero creo que el plan es brillante, acaso no lo ven, Voldemort ha regresado, todos los años su objetivo a sido atrapar a Harry, y nunca hemos podido hacer nada, Harry siempre se las arregla de alguna manera, tenemos que admitirlo, el muchacho siempre sabe cosas que nosotros no y eso lo pone en peligro-
-¿Entonces piensa quedarse en el castillo?- preguntó McGonagall
-Así es, me quedaré como alumno y así podré vigilarlo de cerca y podremos actuar de ante mano si es que Voldemort piensa atacar a Harry.-
-Pero profesor, que hay de su puesto, la gente va a notar su ausencia, y que me dice de todas las cosas que usted realiza, no puede simplemente dejarlo-
-Ya lo he pensado Minerva, es aquí donde necesito tu ayuda, yo podré hacerme cargo de muchas cosas, pero tu tendrás que disculparme y suplirme en caso necesario. No te preocupes, te daré todas las indicaciones, solo tienes que mantenerme al tanto.-
-Y que hay de mi, Profesor-
-A ti Severus, te dejo de encargo que busques la cura, no estamos seguros del los efectos de la poción, así que hay que estar prevenidos, por si hay algún percance, confío en ustedes y recuerden voy a ser un alumno cualquiera, no deben ser preferenciales en nada-
-¿Y como lo llamaremos Señor?, obviamente no podemos llamarlo por su verdadero nombre.-
-De ahora en adelante llámenme Al Bumblebee-
Snape y McGonagall pensaban no podía haber peor nombre, pero que podían hacer, era decisión de su director y no se iban a poner a discutir por algo tan insignificante.
-Bueno, tengo que prepararme, necesitaré comprar las cosas para las clases y algunas túnicas, Minerva si alguien pregunta por mi, tuve que salir por asunto de mucha importancia y no sabes cuando regresaré-
-Severus, te pediría que me acompañaras, pero se que tienes mucho trabajo, así que mejor voy solo, y recuerden es un secreto, nadie debe saberlo. Nos veremos el 1 de septiembre-
-Pero profesor, ¿Cuál será la excusa, ya sabe, no es muy común aceptar alumnos nuevos en cursos avanzados?- Preguntó McGonagall
-Ya lo se, pero estoy seguro que sabrán que inventar, por cierto, este año le he pedido a Lupin que regrese de profesor de DCLAO, no creo que tarde en llegar, Severus lo tratas bien- y después de decir esto Dumbledore desapareció.
McGonagall, de inmediato empezó a organizar la oficina de Dumbledore, si se iba a hacer cargo quería por lo menos saber donde estaban las cosas.
En cambio Severus echaba fuego por la ira interna, Dumbledore lo había hecho otra vez, no le había dado en puesto que quería, y a cambio el inútil de Lupin regresaría. Definitivamente este año no había empezado nada bien.
Dumbledore apareció justo en la entrada del callejón Diagon, para esas fechas el lugar estaba repleto de estudiantes de varias escuelas, así que andar era algo difícil, montones de recuerdos le vinieron a la mente, tal vez había pasado mucho tiempo, pero el lugar no había cambiado casi nada, recordó el día que había ido por su varita, su primera lechuza y su primer viaje a Gringotts, adoraba ir a Gringotts, y esa sería su primera parada, necesitaba algo de dinero.
Por tanto divagar no se dio cuenta y tropezó con otro joven, haciendo que ambos cayeran al suelo. Llevaba la insignia de Hogwarts.
-Fíjate por donde caminas, inútil- le gritó el chico, sus ojos eran grises y su cabello era rubio-plateado.
-Lo siento, no me fije- dijo inmediatamente
-¿Quién demonios eres?, nunca te había visto, y ¿que clase de ropa es esa, acaso se la robaste a tu abuelo?- Malfoy empezó a reír
-Eso no te importa joven-
-Ah si, y seguramente tu serás muy mayor, no entiendo como es que existen magos tan mediocres, simplemente rebajan a los verdaderos magos- Malfoy dio media vuelta y se alejó dejando a Dumbledore tirado en el suelo.
-Las cosas nunca cambian- y negó con la cabeza.
-No te preocupes- dijo una voz. –venga yo te ayudo a pararte-
Dumbledore miró y reconoció inmediatamente a su dueño, cabello negro azabache, ojos verde esmeralda y una cicatriz en forma de rayo lo hacían inconfundible, era Harry Potter.
-Muchas gracias Harry- dijo sin pensar
Harry lo miró.
-Disculpa, ¿Nos conocemos?, por que la verdad jamás te había visto-
-Yo, solo, eh, eh, te reconocí, ya sabes- y Dumbledore se tocó la frente.
-Ah, si, ya se, la cicatriz, creo que tienes razón, como sea no te conviene meterte con los Malfoy, son la peor clase de gente que hay-
Harry observaba al joven, ahora que lo observaba bien, estaba seguro de que había visto esa mirada en algún lado, pero no recordaba donde.
-Bueno, me tengo que ir, mis amigos me esperan.-
Harry desapareció entre la multitud.
-Estuvo cerca- pensó, -Debo tener mas cuidado, llevó siendo joven una horas y ya tengo problemas. Ni modo, algunas cosas nunca cambian- aspiró hondo y soltó una gran sonrisa.
Se sentía bien, realmente se sentía bien.
Varios minutos después salía con todo los galeones suficiente para comprarse todo lo necesario, primero fue por las túnicas, luego los libros de hechizos, los ingredientes para la clase d pociones y todo lo que les hacia falta. Ya entrada la tarde pasó por la tienda de artículos de calidad para Quiddicth, varios recuerdos llegaron a su cabeza, -Y si lo intentaba, no sería nada malo, tenía que actuar como chico normal, además...-
No lo pensó dos veces y entró, se compro la nueva versión de la nimbus, no le importaba gastarse todo su dinero, además esta era una oportunidad única en la vida.
Como todavía faltaba para el primero de septiembre alquiló una habitación en el Caldero Chorreante, todo esto era muy extraño, pero de alguna manera le gustaba, le gustaba demasiado para su gusto. Quedó profundamente dormido.
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Harry pensaba en aquel chico con el que se había topado, era algo misterioso, no lo dudaba, pero pronto encontró a sus amigos y todo pensamiento se desvaneció.
-¡Harry!- Hermione corrió para abrazarlo. -¿Cómo has estado?, ¿tuviste problemas para llegar?,Debes contarnos todo lo sucedido.-
-Calma Hermione, déjalo respirar- Ron le dirigía una sonrisa a su amigo.
-Gracia Ron-
-De nada amigo, pero anda cuéntanos lo que ocurrió y por que la prisa de vernos aquí-
Harry les hizo la seña de que lo siguieran recorrieron varios negocios hasta que llegaron a un lugar con poca gente,
-Chicos, lo que les voy a decir debe quedar entre nosotros, deben prometer que no se lo dirán a nadie-
-Lo prometemos amigo-
Bueno todo comenzó hace dos semanas, justo después de mi cumpleaños.
No se como sucedi pero logré contactar a Voldemort mentalmente.
Al oír eso Ron y Hermione, quedaron expectantes.
-¿A que te refieres con contactar?-
-Ya le dije, no se como sucedió, me encontraba acostado sin hacer nada, entonces me entro somnolencia y la cicatriz me empezó a doler, trate de concentrarme en que el dolor se fuera, y de pronto escuché su voz que me llamaba.
-Hola Harry, veo que lograste establecer el vinculo, no me sorprende, puesto que se supone que eres un gran mago,- Voldemort ri
-Te preguntaras que esta sucediendo, bueno, yo te lo diré, planeo la manera de deshacerme de ti, y créeme tengo un muy buen plan, yo que tu no confiaría en nadie- y volvió a reír-
-Temo que no podré pasar mas tiempo contigo por ahora, ya que tengo asuntos pendientes-
- Entonces desperté del transe, estaba empapado en sudor y todo mi cuerpo temblaba-
-Pero Harry, eso debemos decírselo a Dumbledore, si lograste hacer esa clase de conexión es que algo esta pasando, no podemos dejarlo así-
-Si, lo se, es por ello que les pido este favor, nadie debe enterarse, solo Dumbledore debe saberlo, y yo se lo diré cuando lo tenga frente a frente, no dejo de pensar en lo que sucedería si los demás se enteraran, pero tenia que decírselo a ustedes, no podía quedármelo adentro.
-Esta bien Harry, no diremos nada-
-Pero ¿que hay de Sirius?- preguntó Ron. –Acaso no piensas decirle-
Harry negó, lo ultimo que quería era poner en peligro a Sirius, y si le decía seguro trataría de protegerlo y se pondría en peligro.
-No, sobre todo a Sirius, él no debe enterarse-
Los tres se pusieron de acuerdo y cerraron su acuerdo con un apretón de manos.
Harry pasó el tiempo restante en casa de Ron, procuraban no hablar nada al respecto y gozar al máximo el tiempo que les restaba.
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Por fin llegó el primero de Septiembre, el expreso escarlata partiría en 5 minutos, por la estación de King Cross, Coria un chico pelirrojo ojiazul a toda velocidad, se había quedado dormido y ahora llegaba tarde, -Definitivamente algunas cosas nunca cambian- pensaba para si, por fin divisó el muro que lo llevaría al anden 9 ¾ , lo cruzó a toda velocidad, del otro lado casi se estrella con una señora regordeta, a la cual solo miró de reojo, no tenia tiempo de saludar, como pudo subió todas sus cosas justo antes de que el expreso iniciara su marcha.
-Fiu- jadeaba
-Pense que no lo lograba- miró a ambos lados del pasillo, en ese momento nadie lo recorría, primero que nada tenia que encontrar un vagón donde guardar sus cosas, jaló el baúl hasta el ultimo vagón, abrió la puerta y se introdujo a el, adentro solo había una persona, un hombre que aunque joven se veía mayor.
Dumbledore lo reconoció de inmediato.
-¡¿Remus?!, no se supone que tenias que estar en el castillo hacia dos semanas- dijo al verlo.
Remus se le quedó mirando extrañado.
-¿Disculpa?¿quien eres tu?-
Dumbledore sabia que la había regado.
-Mi nombre es Al-
-Bueno Al, ¿Cómo sabes mi nombre?.
-Yo, este, yo lo supuse señor-
Remus aun lo miraba extrañado.
-O se a que supusiste que me llamaba Remus, a si nada mas-
-A si es señor, nada mas lo supuse.
-Bueno Al, supongamos que lo que me dices es cierto, y supusiste que ese era mi nombre, ¿Cómo sabias que yo debía estar en el castillo hacia dos semanas?, solo dos personas conocían esa información?-
Dumbledore estaba acorralado, no tenia otra opción, odiaba tener que hacerle esto a Remus, pero toda la misión se vendría abajo si se enteraba, rápidamente sacó su varita –Desmaius-
Remus notó su intención pero no fue lo suficiente mente rápido y cayó desmayado. Dumbledore le modificó un poco la memoria y le hizo olvidar lo que acababa de ocurrir.
Terminó de acomodar sus cosas, y tomó asiento justo enfrente del Remus dormido, a los pocos minutos despertó.
-Buenos días señor- dijo mas seguro.
-Buenas días Chico,- Remus se puso colorado, -disculpa, debí quedarme dormido, la verdad no me dí cuenta.
-No se preocupe, espero que no le moleste que me quede en este vagón, ya que todos los demás estaban llenos-
-No te preocupes, oye, por cierto ¿Cómo te llamas?, estoy seguro de no haberte visto antes, acaso vas a estudiar a Hogwarts-
-Mi nombre es Al-
-¿Al?, sabes se me hace conocido-
-Tal vez es porque es algo común-
-Y si, este año estudiaré en Hogwarts, no había podido venir antes.
Remus no sabía que era lo que tenía ese chico que lo llenaba de confianza, simplemente era tan fácil hablar con él, era como si lo conociera desde hacia mucho tiempo.
-¿Es usted profesor?-
-Remus tardó en contestar, -Si, soy el maestro de DCLAO-
-Que bien, estoy seguro de es de lo mejor, ya que es muy agradable-
-Si, ya lo creo- Remus tenía un dilema, no estaba muy seguro de cómo lo recibirían los alumnos ahora que sabían su secreto, pero Dumbledore después de lo que había pasado el curso anterior, tenía que dejar ese puesto a alguien de confianza y por eso decidió tomarlo, pero este chico era nuevo, él no lo sabia, seria apropiado decírselo, era lo mejor, no debía enterarse por otras personas.
-¿Señor se encuentra bien?-
-He, si, solo pensaba en algo, sabes Al, antes de que alguien te lo diga mejor te aviso, no te preocupes entenderé tu reacción, Yo, soy un Hombre Lobo, tus compañeros ya lo saben.-
Remus miró a Al, cualquiera que fuera su reacción lo entendería.
-¿Y?,- dijo, -eso no tiene importancia, usted es agradable, y seguro un excelente maestro, lo demás no importa.- y le dedicó una gran sonrisa.
Remus definitivamente no esperaba esa respuesta, pero por dentro lo agradeció de corazón
Al medio día la señora del carrito pasó, y Al compró de todo lo que había, se moría de hambre ya que no había comido nada, Remus por su parte no pidió nada.
-Esta seguro Señor, si no le molesta creo que compre demasiado, me encantaría compartirlo con usted-
-No gracias Al, yo estoy bien-
Entonces Dumbledore sacó la barra de Chocolate mas grande que había comprado y la partió a la mitad.
-Si no la acepta, dejaré de pensar que es agradable-
Remus rió y tomo el pedazo que Al le ofrecía. Este chico definitivamente era especial.
Como a las tres de la tarde la puerta del compartimiento se abrió, una chica de cabello enmarañado y largo llevaba una lista, al parecer apuntaba algo-
-¿Cuántas personas hay en el vagón?- preguntó sin despegar la vista del pergamino.
-Solo dos Hermione- dijo Remus tranquilamente.
La chica levantó la mirada al reconocer aquella voz, no podía creer lo que sus ojos veían
-¡Profesor Lupin!, que sorpresa, que gusto, espere, iré por Harry-. Y Hermione salió corriendo.
Al miraba contento
-Ya ve, le dije que tenía razón, usted es agradable-
Y en pocos minutos Ron, Hermione y Harry, hicieron acto de presencia.
-Profesor, que gusto,-
Harry no podía estar más feliz, El Mejor maestro de DCLAO que jamás hubieran temido regresaba este año.
Entonces después de l efusivo reencuentro, Harry notó al chico pelirrojo.
-Hola Harry, tanto tiempo sin vernos ¿Verdad?-
Los demás quedaron callados
-¿Acaso conoces a Al, Harry?-
-Bueno, no tanto como conocerlo, por que no sabia su nombre, pero si, ya lo había visto antes-
-Ese día no me Presente, soy Al Bumblebee-
-¿Bumblebee?- preguntaron todos
-Si, es algo gracioso, pero es bastante único, ¿no lo creen?-
-Entonces estudias en Hogwarts, ¿No te había visto antes?-
-Bueno, este será mi primer año en esta escuela, he escuchado que es una de las mejores, espero que así sea-
-No hay duda de eso- repuso Ron.- No hay mejor escuela que Hogwarts, ojalá quedes en Gryffindor, es la mejor casa, Bueno Ravenclaw no esta tan mal, y Hufflepuff, definitivamente es mejor que Slytherin, pero Gryffindor es la mejor-
-Eso espero-
Durante el resto del viaje hablaron de muchas cosas, Ron y Al platicaban alegremente, pero Harry se encontraba algo reacio, no podía confiar simplemente en alguien que no conocía, las palabra de Voldemort resonaban en su cabeza, Voldemort planeaba algo, y Al era nuevo, realmente todo podía pasar.
-Bueno, tenemos que irnos, ya casi llegamos y tenemos que cambiarnos-
-Nos vemos Remus, nos vemos Al- y los tres salieron del compartimiento.
-Bueno Al, yo también me retiro, necesito estar en el frente- Y Remus También salió.
Dumbledore empezó a Cambiarse, el primer paso ya estaba dado, ahora tenía que moverse con cuidado, para empezar tenia que comportarse, no podía dejarse llevar por sus instintos, pero por otro lado era Hogwarts, el lugar ideal para todo tipo de bromas. Y con su conocimiento del lugar esto seria genial.
El clima no pudo ser mejor aquel día el viaje al castillo era una experiencia bastante curiosa, por fin llegó al comedor, estaba repleto de estudiantes, en la mesa de profesores se encontraba un lugar vacío, era lógico, faltaba él. Tomó lugar junto a los chicos que iniciarían su curso, Hagrid o pudo evitar saludarlo y el le devolvió el saludo, Harry los miraba extrañado.
La excusa de la falta del profesor Dumbledore fue un asunto se suma importancia en el ministerio y así dieron inicio a la selección, todos los chicos de primero se sentaban en su casa correspondiente. Entonces McGonagall lo llamó.
-Alumnos, este año tendremos el privilegio de contar con la presencia de un estudiante de intercambio nuevo, él iniciará su educación de quinto curso, espero que lo traten con mutuo respeto, les presento a Al Bumblebee-
Las risas no se hicieron esperar.
-Si, a mi también me gusta- y les dedicó a todos una gran sonrisa
Al tomó asiento, el sombrero apenas rozó su cabeza y Grito: ¡Gryffindor!.
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Bueno este capitulo ya terminó, gracias por leer este fic
