Deadman Wonderland, es propieda de Jinsei Kataoka y Kazuma Kondou.
Título: Dios
Pareja/Personajes: Kengamine Nagi/Genkaku
Advertencias: Posiblemente spoilers, si no han leído el manga hasta inicios del volumen 06. POV de Genkaku. Algo así como shounen-ai. Una visión enferma de un pobre chico budista y excitación por solo el hecho de ver/oler/comer (?) sangre.
Notas: Me gusta pensar que Genkaku hubiese encontrado un mundo feliz sí tan sólo no se le hubiese subido a la cabeza que los réquiem con intestinos volando eran In. Pero al final tuvo lo que quería, quizás.
Quería que volvieras, con esas garras carmesí y ese canto silencioso capaz de violarme los sentidos; pero no con esa falsa caridad ni aquella sucia clemencia con la cual has atraído a cada mosca que vuela sobre ésta jaula.
"Owl", ese eres tú ¿Viejo?, para mí no, quizás para el sucio de Tamaki sí ¿Sabio?, tampoco, solamente astuto ¿Propio?, más bien diría que retorcido; y ¿confiable? Eso ni siquiera lo discuto.
Desde aquel día en el que tus acciones destrozaron por minutos mi control total sobre los esfínteres y de que una convulsión imparable (incluso aún después de que te fuiste) me invadiera el cuerpo; no he dejado de pensarte. Fue entonces cuando comencé a cuestionarme sobre el cómo te veía y te veían, además de la posible visión tuya acerca de ti mismo. Sí, todos coincidíamos en que eras gentil, pero, su concepto y el mío eran absolutamente distintos.
Tu caridad residía para mí, en esa enfermiza hambre reprimida por devorar vísceras. Para mí, tu sonrisa amable no era otra que la burla amarga de tu futuro ataque. Los ojos melancólicos reflejando la tristeza de no poder librarte de la cadena que te impide ser salvaje, y no la que cuentas a esa sucia mujer sobre un hijo inexistente y un amor eterno que trasciende hasta la muerte.
Para mí, Owl, tú eras Dios.
Uno al que amaba, amo y que mañana odiaré.
Las cuerdas de mi guitarra resuenan con fuerza, haciendo florecer las mentes de todo el afortunado que las escucha. Una explosión sanguínea y un grito eufórico son mis elogios por tales melodías.
¿Vendrá el día en que tú mismo detones de emoción por ellas?
Lo sé, sé que será así, porque tú como mi salvador no dejarás que me pudra entre este mundo repleto de hipócritas.
― Ah, ¿escuchas Owl, la melodía de la salvación? ― qué importa si ahora ese vientre tuyo está perdido y que las cuerdas de tu garganta, esas que hubieran sido la voz idónea para mis baladas, estén rotas.― Aquí ― sí, allí.― Puedes cantarlas, ¿no, Owl?
Porque dentro de tus pensamientos está el amarme, como yo lo hago
― 「Tu concierto ha terminado」 ― y con ello viene lo que siempre he deseado.
― Ha. Éste supermonje tendrá su salvación, ¿no? ― me tiene sin cuidado el que frunzas el entrecejo ahora que mis labios pérfidos se comen los tuyos, ya no puedes sentir repulsión absoluta, porque ¿recuerdas que ese vacío en tu estomago no es otra cosa que el viento acariciándote las tripas que derrocha la herida que te he dejado?
Ni siquiera esa estúpida y el horroroso sonido de aquel cascabel pueden silenciar el remix que está a punto de empezar.
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