Este es ese fanfic del que tal vez ya me habréis visto hablar/escribir recientemente, ese que supera las 200 páginas de word pero que no conseguía publicar por no haber decidido un buen título.

Le doy gracias a mi buena amiga "Kyan" por iluminarme sobre ello xD


Sinopsis:

Una chica de nuestro mundo acaba en el universo Hunter x Hunter, y conoce al grupo en el examen Hunter. Ella intentará evitar las cosas malas que ocurrirán, volviéndose fuerte y tal vez enamorándose de alguno de los protagonistas.

(Romance lento Killua x OC / Kurapika x OC / Hisoka x OC -no ha sido decidido aún con quién se queda así que podría cambiar)

Sigue la trama del anime-manga con pequeños cambios causados por la protagonista hasta que finalmente se vuelve una historia completamente distinta.


Advertencias:

- Para leer esta historia uno debe de haber visto entero al menos el anime de Hunter x Hunter (2011). Algunas escenas de la versión vieja del anime serán usadas pero Arielle (la protagonista) no ha visto esa versión por lo que os animo a vivirlo con ella.

- Flashbacks y menciones a abuso a menores (del tipo de golpear, menospreciar, tratar de estorbo, etc) y acoso escolar. Será en dos o tres ocasiones hasta llegar a la saga YorkShin donde se profundizará más en el pasado de la protagonista. Aún así, procuraré hacerlo leve y dejaré advertencias en los capítulos donde ocurra.

- La saga de las Hormigas podría ser una catástrofe y una montaña rusa emocional en este fanfic así que aviso desde antes.

Sin más dilación, empecemos~

Nota: está escrito en primera persona.


Capítulo 1 – Un deseo concedido

Con los ojos entreabiertos, me levanté perezosamente de la cama. Era ya casi medianoche, por lo que debía hacerme la cena. ¿Por qué estaba en la cama? En realidad, no había mejor lugar para mí. La mesa estaba llena de cosas y era incómoda, mientras que en la cama podía usar el portátil y ver algún anime hasta quedarme dormida.

Eso era al inicio, pero tras unos meses pasaba el día ahí. Capítulo tras capítulo, ya sea de anime, serie, manga o fanfic, el tiempo avanzaba y ya no recordaba la última vez que salí de mi casa. Aunque tampoco me importaba.

Las compras las hacían mis padres o mi hermano, la comida del mediodía la cocinaban mis padres, y mi perra la sacaban a pasear ellos también.

No es que sea una "hikikomori" (persona que se encierra y no sale nunca) realmente… o tal vez sólo un poco. De todas formas no le encuentro sentido alguno al salir a la calle. ¿A hacer qué? ¿Ver las caras aburridas de la gente? ¿Mirar los pajaritos con cara de estúpida? De acuerdo, dicen que es sano caminar no-sé-cuántos KM al día, pero sin una razón para hacerlo aunque lo intente a la semana ya no lo hago.

Mi vida era así desde hacía ya años, por lo que no me importaba. Me sentía mucho más "viva" conectada a Internet. Hablaba con personas que tienen las mismas aficiones que yo, compartimos gustos, nos recomendamos animes.

De entre todos los animes, había uno que siempre me acababan nombrando. No prestaba mucha atención al nombre, lo tomaba por "otro anime sobrevalorado" hasta que me quedé sin nada que hacer. Miraba con la mente en blanco la pantalla del portátil, repasando mentalmente todos los animes que me interesaban. Ninguno tenía un capítulo nuevo, los ya acabados de emitir los había terminado o me habían aburrido, y realmente me sentía vacía.

Exacto, estaba pasando por el vacío emocional que tenía cada vez que acababa un anime o que directamente no miraba ningún anime. Era una sensación horrible, insoportable, me hacía sentir que moría sin morirme.

Entonces, bajando por el inicio de una de las redes sociales que tiendo a mirar en busca de memes o vídeos divertidos, vi una imagen.

Un chico de cabello blanco y ojos azules. Debo admitirlo, los personajes así me llaman. En la misma publicación había otros personajes. Un rubio o rubia, no podía saberlo, de ojos rojos me hizo detenerme. Era ese tipo de personaje que sólo con verle no podías saber si era hombre o mujer. Otro tipo de personajes que me llamaban. Pasé de largo de la imagen del protagonista, era el típico con el cabello hacia arriba en contra de la gravedad, y no me fijé demasiado en el chico con gafas tampoco. Detuve mis pensamientos cuando mis ojos se pusieron en el siguiente personaje. A este le recordaba, un amigo, en su intento para atraerme al anime que le gustaba, me había pasado una escena hacía unas semanas. Era de este personaje. Cómo no reconocer el extraño maquillaje o directamente su ropa. ¡Y los tacones! Entrecerré los ojos procurando recordar la escena, era una pelea de él contra… ¡Oh! ¡Era contra el protagonista! Recordaba que ocurría algo absurdo, pero mi amigo sabía que llamaría mi atención, además me había cautivado SU VOZ. Recordar en qué consistía la escena exactamente fue difícil, pero sé que causó su impacto en mí.

Todos eran del mismo anime, y aquello me hizo pensar profundamente sobre si ver ese anime. Reconocí a otros dos personajes de los que me habían hablado, uno tenía el cabello negro, aspecto algo sombrío y su ropa tapaba la boca del chico. El otro tenía orejas y cola de gato, y la verdad no sabía si era mujer u hombre. ¿Otro posible trap? Esto iba cada vez mejor. Aunque a juzgar por el leve bulto en su pecho, debía de ser mujer… o tal vez era el efecto de la ropa. De todas formas, había tenido suficiente, iba a ver ese anime.

Lo busqué en la web de siempre, y descubrí que, aparte de películas, había dos animes con el mismo nombre. Al parecer, habían hecho un remake 12 años después del primero. Del remake eran las imágenes que había visto, reconocí, pero igualmente decidí que iba a comparar el primer capítulo de ambos y de ahí decidir cuál veía.

Puse el de la versión de 1998 y me horroricé tras unos segundos. ¡No estaba en la versión original! Estuve a punto de lanzar por los aires el portátil pero me controlé, respiré hondo, cerré pestaña del navegador y me puse a ver la versión de 2011 procurando olvidar lo ocurrido segundos antes.

Tres horas después, miraba fijamente la pantalla con los ojos muy abiertos realmente impaciente mientras empezaba a cargar otro capítulo. Ni pensaba ya el número por el que iba, sólo miraba uno tras otro, absorbiendo el anime como si se tratara de un banquete y yo llevara días sin comer. Porque así me sentía.

Llevaba meses buscando un anime así.

Gon, Killua, Kurapika, Leorio. No tardé demasiado en aprenderme sus nombres. Hisoka, él era el personaje de la escena que me habían mandado, también apareció incluso antes de que Killua hablara con Gon. Detecté bastante rápido al "posible enemigo", pero mi impaciencia se centraba en "CUÁNDO VAN A ENCONTRARSE CARA A CARA CON HISOKA". Mis deseos fueron cumplidos bastante rápido y el final de esa escena me dejó tan extasiada que estoy segura de que seguramente esa noche no dormí nada. Aunque en el fondo había sufrido por Gon, sabía que no podían matar al protagonista tan deprisa.

Seguí viendo, día tras día. Mientras comía, anime. Antes de dormir, anime. Despertaba, anime. No tenía freno, deseaba más, simplemente era como una fuente inagotable de felicidad.

Por eso, cuando llegué al final… sentí el peor vacío hasta ahora. Podría leer el manga, pero sabía que no había avanzado demasiado en cuanto al anime (entendí por qué algunos fans lo llamaban Hiatus x Hiatus). Podría buscar extras y ver las películas, pero no sería lo mismo.

Fue entonces que me di cuenta, de lo vacía y sin sentido que era mi vida. No tenía ningún amigo con el que salir, nadie con quién hablar de anime cara a cara, sólo tenía personas con las que nos mandábamos mensajes pero eso nunca sería lo mismo a hablar delante de ellos.

Y mi familia ya ni siquiera me hablaba pues hacía tiempo que se habían rendido sobre mí, el único que de vez en cuando llegaba a acercarse era mi hermano, para regañarme, castigarme u obligarme a hacer algo. Nunca eran cosas buenas.

Deseé.

Deseé poder estar con "ellos" de nuevo.

Deseé poder sentirme viva junto a ellos.

Ah, y sin duda, si eso fuera posible, intentaría evitar todas las cosas malas. Las palabras que Gon le dijo a Killua, por las cuales lloré por horas, las muertes que se habrían podido evitar, todo. Haría lo que fuera, sea lo que sea, para estar con ellos de verdad.

"¿De verdad deseas eso? Si esa es tu petición, puedo cumplirla."


De un sobresalto abrí los ojos. Esa voz había sido muy real. Parpadeé varias veces intentando que mis ojos se acostumbraran para así ver mi habitación y poder salir de la cama sin chocarme con nada, pero todo seguía oscuro, no había ni una sola fuente de luz.

Eso era raro. Recordaba perfectamente no haber bajado la persiana de mi habitación, y la habitual luz de la pantalla del portátil debería estar iluminando. Moví las manos intentando encontrar algo con lo que agarrarme para ubicarme y así caminar hasta el interruptor, pero no había nada. También, la cama donde creía estar de pronto ya no estaba.

Una luz muy fuerte llenó el área, haciéndome soltar un quejido. Me tapé los ojos preguntándome si me había dormido con la luz encendida, había habido un apagón, y ahora acababa de volver. Tuve la respuesta en cuanto abrí los ojos.

– ¿¡Qué es esto!? –mi susurro resonó por el lugar.

Era un "lugar". El cielo, suelo y alrededores eran blancos. No veía un "final" mirara donde mirara, parecía estar en medio de la nada.

Al girarme de nuevo hacia adelante, había alguien ahí. Yo y la niña nos sobresaltamos y pusimos cara de estar asustadas. Tragué saliva, ¿por qué la niña parecía de mi altura? Di un paso hacia ella y ella hizo lo mismo, mirándome a los ojos y evitando mi mirada de la misma manera que yo hacía, era como si decidiéramos mirarnos al mismo tiempo.

Al llegar a un metro de ella la estudié, intentando que no se notara mucho, y ella hacía lo mismo. Aparentaba unos 12 años, su cabello y ojos eran castaños. Piel blanca, algo pálida, vestía ropa holgada de tonos azules; una camiseta y un simple pantalón largo. Me pareció recordar haber tenido ese tipo de ropa cuando era una niña e interiormente me pregunté si ella sería alguien parecido a mí. Después de todo teníamos igual el mismo tipo de cabello (castaño y ondulado), los mismos ojos, la misma forma de nariz, los mismos labios…

Un momento…

Di otro paso adelante y alcé mi mano derecha. A su vez, ella dio también el paso y alzó su mano izquierda. La miré a los ojos confundida y ella me miró igual. ¿Habíamos pensado lo mismo? Empecé a agitar la mano como si dijera adiós, y ella hacía exactamente el mismo gesto.

– ¿Qué es esto? ¿Quién eres?

Esta vez, la niña movió los labios al mismo tiempo que yo, pero la única voz que se oyó fue la mía… la cual era distinta. ¿Más aguda?

Oh, no.

Sabía que soy lenta, pero había tardado demasiado en darme cuenta de que era mi propio reflejo.

En cuanto me di cuenta, directamente moví hacia adelante la mano alzada hasta tocarla a ella. No estaba tocando un ser humano, esto era como tocar un espejo. En realidad toda esa "pared" era un espejo.


El viento me golpeó en la cara. Miré alrededor notando que era de noche y comprobé si todo era un sueño tras pellizcarme el brazo. Nada, no despertaba y sentía el dolor. Suspiré y me senté en un banco cercano para comprobar lo que llevaba en la mochila con la que cargaba en mi espalda.

Había varias mudas de ropa, al igual que cinco botellas de agua y comida empaquetada. Encontré también un par de libretas pequeñas (de la mitad de un DIN-A4) y un estuche con lápices, colores y un par de bolígrafos. ¿Me habían dado eso para que pintara como una niña pequeña? Un momento, ¿quién me lo había dado?

Vi a unas personas pasar y me quedé con la boca abierta, olvidando completamente el tema de mi mochila. Parpadeé varias veces, mientras las dos personas se alejaban, a la vez que yo buscaba señales de que mi pensamiento imposible era cierto. Cerca, encontré una señal que no estaba escrita en las letras que yo conocía. Tampoco era japonés, pero sí algo que se le parecía, concretamente al "katakana" de la escritura japonesa.

Esto era el universo de Hunter x Hunter y ese lenguaje era el usado en ese universo.

Bien, entonces la persona que había visto caminando tranquilamente no había sido una alucinación. Era el verdadero.

Sería una locura, pero agarré mi mochila y caminé tras ellos, sabiendo que él se daría cuenta. Aún así, no me preocupé de él, sino de la persona que le guiaba, así que al llegar a su lado tiré de la manga de su ropa.

– Eres uno de los guías para los exámenes de Hunter, ¿verdad? Pude encontrar el camino hasta aquí, ¿podrías guiarme? Me dijeron dónde es y lo que tengo que decir pero acabé perdiéndome y se ha hecho de noche. Mi "navegador" enfermó.

El hombre y "él" me miraron entre sorprendidos e interesados. Aún así, "él" decidió no decir nada mientras el hombre me preguntaba cómo había descubierto dónde era. Me puse a explicarle que, después de haber pasado la prueba impuesta por el "navegador", había llegado hasta aquí. Sabía que era cerca. Y en un lugar donde servían comida. Pero mi "navegador" me había dejado a medio camino diciendo que estaría bien.

– Hum… supongo que si ese es el caso no habrá problema. –comentó el guía, y lo miró a "él" de reojo- No te importa, ¿verdad?

– Por mí está bien. –le respondió– ¿Cómo te llamas~?

Tuve que controlarme. Mucho. SU VOZ. SU VOZ. AAH. Me emocioné al punto que sonreí mientras respondía.

– ¡Me llamo Arielle!

Él pareció interesarse más por mi emoción que por mi nombre, a juzgar por cómo me miró, pero acabó presentándose.

– Yo soy Hisoka. Llevémonos bien~

Asentí con la cabeza al menos tres veces de pura felicidad pero tuve que mantenerme en silencio mientras caminábamos hacia el lugar del examen. Si hablaba demasiado o me tomaba confianzas, Hisoka podría marcarme como "interesante" y no quería morir.

Ya que Hisoka era el número 44 según recordaba, yo sería o el 43 o el 45… ¿No cambiaría eso algunas cosas? Me quedé pensativa, tal vez debería esperar a que Gon y los demás llegaran y entrar luego de ellos… Pero entonces quedaría sospechoso con Hisoka y el guía. Y hacer sospechar a Hisoka es equivalente a cavar tu tumba mientras le pides que te lance una de sus cartas. Es decir, doblemente mortal.

Entramos al lugar que yo recordaba del anime, y nuestro guía dijo esas palabras clave. Me di cuenta de que yo ni recordaba esas palabras clave por lo que fue una suerte que llegara al mismo tiempo que Hisoka y su guía… o tal vez más que suerte fue a propósito hecho por quién sea que ha planeado esto…


En la sala del fondo, mientras el ascensor bajaba y bajaba, Hisoka se mantuvo en silencio mientras yo comía la comida que estaba servida. En el anime no hubo de eso, pero sí en el manga, por lo que supuse que se mezclaban ambas cosas (había leído los primeros capítulos).

Una vez entramos, vi la poca gente que había en comparación a lo que recordaba de la escena cuando llegan Gon y los demás. Claro, Hisoka era el 44, por lo que no debía haber ni 50 personas. Vi al personaje verde y bajito entregando el número a Hisoka después de comprobar su nombre en un listado. Me puse nerviosa, no había pensado en eso. Antes de que el examen siquiera empezara, todos se habían inscrito para poder participar… Me alejé de ellos fingiendo no haberme dado cuenta y tras sentarme en el suelo empecé a buscar en mi mochila. Debía de tener algún tipo de documento de identidad o algo parecido…

– Disculpa, debo darte tu número, ¿podrías decirme tu nombre para que pueda apuntarte conforme has llegado? –dijo él, y yo asentí con la cabeza mientras seguía rebuscando. Entonces alcancé una de las libretas y vi en la primera página mis datos personales, es decir, nombre, apellido y número de teléfono.

– Perdón, estaba comprobando que no me hubiera olvidado nada, es la primera vez que hago el examen. –admití así, fácilmente, y pude notar las miradas de los 44 participantes presentes en mí. Más nerviosa, le mostré mi nombre en la libreta– Ya que todos están escuchando preferiría no decir mi nombre en voz alta. –le expliqué, causando que cerca de la mitad de los oyentes desviara por fin la mirada. Hisoka pareció complacido por alguna razón pero decidí ignorarle.

– Entiendo, entiendo. Sí, estás en la lista, todo correcto. –habló el hombrecito, dándome el número 45– Toma tu número, debes llevarlo sobre el pecho visible durante todo el examen, ¿de acuerdo?

– ¡Recibido! –respondí con una sonrisa, a causa del alivio me había destensado completamente.

Tras eso, el hombrecito se alejó y yo me puse a ordenar el desastre que era mi mochila luego de que hubiera buscado frenéticamente un documento de identidad (que parecía no llevar).

Tenía:

- Las botellas de agua (ahora 4 y media)

- Comida.

- Cinco mudas de ropa.

- Dos soportes o estructuras pequeñas con ruedas, en una bolsa. (¿Patines de quita y pon?)

- Las dos libretas con el estuche lleno de lápices, colores y un bolígrafo.

- Una navaja.

- Una brújula.

- Un reloj de bolsillo.

- Una linterna con varias pilas.

- Una manta.

- Un teléfono de los desplegables.

Miré atentamente lo que tenía. La brújula y la navaja serían útiles tal vez, la manta me serviría si conseguía llegar a la prueba de la torre, el teléfono sin duda iba a ser útil. El tema eran esas ruedas en ese extraño soporte. Recordaba haber visto algo así en…

Abrí mucho los ojos mientras los sacaba de la bolsa. Esto eran, sin duda, patines de quita y pon. Con ese soporte extraño podía atarlo a mi pie. Mis ojos brillaban de emoción, siempre había querido de estos, pero nunca encontraba de mi talla. Me puse a pensar en para qué me servirían mientras quitaba las ruedas y guardaba todo, hasta que recordé en qué consistía la primera prueba. Cierto, yo sería incapaz de correr por tantas horas, pero con esto sí podría, tal vez. Killua había ido con su monopatín y nadie (excepto Leorio) le había dicho nada. Por lo cual yo debería poder usar esto. Además debería poder quitar las ruedas rápido al llegar a las escaleras y de ahí tomarlo con calma… Sonreí para mí misma, ya tranquila al tener un plan, mientras sacaba la manta de la mochila.

Gracias al reloj de bolsillo y al teléfono, sabía que debería dormir ya si quería tener energías para afrontar el examen. La siguiente vez que dormiría sería en un dirigible, y la siguiente ya en la torre de la tercera fase. No quería ni pensar en qué ocurriría ahí. Envolviéndome con la manta de manera que ésta evitaba que tocara el suelo y a la vez me tapaba, caí dormida abrazando la mochila. Es posible que fuera a causa de que mi cuerpo de niña no había sufrido nunca de insomnio, o esa sensación extraña de calma que tuve al ver cómo podía superar esto, pero me dormí rápidamente.


– No me parece bien lo que hacéis.

Uuh… ¿por qué tenían que hablar tan cerca de mí? Con lo bien que dormía.

– No te metas niño, es su culpa por dormirse. –alguien que estaba aún más cerca le respondió– Los novatos no deberían bajar la guardia de esta manera.

– Oh, pero yo también soy un novato, este es mi primer año. –respondió la primera voz, en tono despreocupado, se iba acercando hacia mí– Ella llegó mucho antes que vosotros, id a robarle a otro.

Esta voz… estaba segura de que la conocía. Entreabrí los ojos para ver a un niño (de mi edad en ese momento) delante de mí, mirando hacia tres tipos que parecían querer acercarse. Uno de ellos dio un paso cuando creía que el niño no lo veía y, haciéndome la dormida, moví deliberadamente uno de mis pies de manera que se tropezó y cayó sobre los otros dos. Abrazando la mochila, acomodándome como si no hubiera despertado, escondí mi sonrisa burlona mientras esos tres se largaban.

– Buen método. –dijo el niño, mientras se sentaba en el suelo, a mi lado. Abrí los ojos y le sonreí, todavía no enfocaba bien su cara a causa de tener que acostumbrarme a la luz pero él siguió hablando– ¿Cómo te llamas? Creo que tenemos la misma edad, yo soy Killua.

Ahí me forcé a parpadear.

– E-espera un segundo, estoy demasiado medio dormida y mi cerebro no arranca… –le dije, mientras me incorporaba poco a poco, había dormido casi boca abajo por lo que quedé sentada sobre mis rodillas y tobillos mirándole.

– ¿Tan dormida que no recuerdas tu nombre? –bromeó, pero yo le seguí la broma asintiendo con la cabeza y empezamos a reír.

– Yo soy Arielle. –le respondí unos segundos después, tras recibir algunas miradas de los que, como yo, habían optado por dormir. Aunque estaban tan tensos que ninguno podía, seguramente. Bueno, excepto Hisoka, él estaba sentado haciendo un castillo de cartas…

– ¿Te importa si duermo aquí, Arielle? Las demás esquinas están demasiado cerca de idiotas. –me dijo entonces, y yo reprimí una carcajada mientras asentía con la cabeza.

– Está bien, aunque pensaba dormir un poco más, ¿preferirías que vigile por si acaso? –me ofrecí, mirando de reojo a los tres tipos que habían seguramente intentado robarme– Esos podrían intentar vengarse.

– No te preocupes, despertaría en cuanto los note acercarse, no hay problema. –su respuesta estaba llena de confianza y yo sabía que tenía razón, por lo que volví a taparme y me dejé caer abrazando la mochila.

– Entonces cuento contigo, Killua… buenas noches.

– Buenas noches.

Ah, felicidad. Había hablado con Killua. Una conversación no existente ni en el anime, ni en el manga, una conversación sólo mía (y de Killua). Había conseguido mantenerme calmada pero sabía que debía tener cuidado. Este Killua no dudaría en matarme si yo resultara ser una amenaza o alguien que sabe demasiado.


Desperté a causa de que alguien movió mi mochila. Abrí los ojos fulminando a la persona con la mirada para luego suavizar la expresión al ver que era Killua.

– Buenos días. –dijo, sonriendo sin que le afectara mi mala mirada– ¿Mal despertar?

– Algo así…

Me incorporé y reprimí un bostezo, para luego comprobar la hora. Había dormido unas diez horas, supuse que era suficiente para mi cuerpo de niña.

– Mientras dormías siguió llegando gente. –comentó Killua, mientras miraba las personas presentes.

– ¿Sí? ¿Cuántos van ya?

– Unos 400.

Ahora sí me forcé a reaccionar, unos 400 significaba que Gon y los demás debían de estar a punto de llegar o incluso ya habían llegado… busqué alrededor y vi que Tonpa estaba solo, por lo que no debían haber llegado. Me levanté y estiré los brazos, intentando desperezarme.

– Se nota, hay mucha más gente que cuando llegué.

– Claro, eres el 45. –Killua se rió un poco y yo lo miré de reojo, viendo que llevaba el 99. Un momento, ¿no era ese el número que llevaba en el anime y manga? ¿Qué había pasado con el verdadero 45 entonces?

– Lo soy. –dije, pensativa, mientras miraba alrededor. Pude reconocer las caras de algunos (no pienses en la saga de las hormigas, no pienses en la saga de las hormigas…), incluso encontré a Hisoka por ahí en medio y a Illumi transformado con agujas. La verdad Illumi era más creepy en persona que visto en manga o anime…

– ¿Alguien que conozcas? –me preguntó Killua, viendo que miraba las personas que había.

– No, pero buscaba por si acaso. –me giré hacia él, algo seria– Oye, ¿no tienes la sensación de que nos están observando?

– Sí, es el número 16. –Killua se encogió de hombros– Hace un rato que mira hacia aquí pero desvía la mirada cuando le miro.

– El 16, ¿ése es…? –miré hacia Tonpa.

– Sí, es él. –entonces pareció recordar algo– A ti no te dio ningún zumo, ¿verdad? Les ha hablado a todos los novatos que llegan, y a todos les ofrece zumo.

– Ah, a mí no me habló cuando llegué. –me quedé pensativa– ¿Por qué será?

– ¿Llegaste sola?

– No, con Hisoka, el 44.

Killua entonces se puso a reír.

– Es por eso, no se atrevió porque él estaba cerca, es posible que venga a hablarte pronto. –me explicó, mientras yo recordaba el momento, sí había notado la mirada de Tonpa al llegar y esperaba rechazar su zumo, pero él ni se me había acercado. ¿Había sido por Hisoka?

– Ese zumo es sospechoso, ¿verdad? –susurré, mientras empezaba a guardar la manta dentro de la mochila– Si se lo da a todos los novatos, debe de tener algo, un veneno o parecido.

– Sí, pero a mí esas cosas no me hacen nada. –Killua no susurró, sonreía felizmente como si quisiera que le escucharan– Y los zumos de Tonpa-san son deliciosos. –añadió en tono aún más alto.

Desvié la mirada, había olvidado lo malvado que podía ser Killua sólo para inquietar a alguien. Seguramente la razón por la que Tonpa nos miraba no sólo era porque no había conseguido hablar conmigo, sino porque no veía que a Killua le afectara.


Un rato después, me puse a investigar el contenido de mi teléfono mientras Killua se alejó para estudiar un poco a los participantes. Eso era lo mejor, pensé, así cuando la prueba empiece no estaremos juntos y él podrá conocer a Gon y los demás tal como en la historia original. Encontré algunos juegos en el teléfono por lo que me entretuve con eso hasta que de pronto se oyó un grito de dolor.

Levanté la cabeza a tiempo de ver cómo los brazos de uno de los participantes desaparecían convirtiéndose en algo extraño que no era sangre. Reconocí la escena, y miré a Hisoka directamente a la espera del diálogo que tanto conocía.

– Oh, qué misterioso. –habló– Sus brazos se han convertido en pétalos de flor y han desaparecido. No hay truco ni secreto. Tened cuidado, cuando te chocas con alguien, debes disculparte.

El hombre cayó al suelo seguramente inconsciente mientras yo tragaba saliva, esto era más impactante en persona, ¿cómo lo había hecho Hisoka? Me habría gustado poder tener Nen sólo para ver su truco.

¡Un momento! Que esto estuviera ocurriendo significaba que Gon y los demás ya estaban aquí, ¿cómo no me di cuenta antes? Busqué con la mirada hasta que los vi, al lado de Tonpa. En ese momento Tonpa debía de estarles explicando sobre Hisoka, así que agarré mi mochila y me acerqué. Sería un buen momento para asustarle.

– De todas formas, a nadie le gusta ese tipo. Es mejor que no os acerquéis a él.

– ¿Acercarse a quién?

Oh, sí. El susto en la cara de Tonpa fue tal que por poco perdí mi expresión inocente. Killua tenía razón, no me había hablado porque había llegado junto a Hisoka.

– Al 44, realmente parece peligroso. –me respondió Leorio, mirándome sorprendido como si se preguntara si estaba bien que una niña como yo tomara ese examen de Hunter.

– Ah, yo llegué junto a él. –me señalé el 45– No me pareció tan mala persona, compartimos guía sin problema. –me encogí de hombros para luego poner un dedo en mi barbilla– Aunque estuvo callado todo el rato en el ascensor, ¿me pregunto si no le caigo bien…? De todos modos lo acabo de conocer. –me encogí de hombros y noté claramente el alivio en Tonpa– Ah, ¡hablando de conocer! Soy Arielle, ¿y vosotros?

Pasaron a presentarse, mientras Tonpa se quedaba con la palabra en la boca queriendo ofrecernos su zumo. Kurapika y Leorio se limitaron a decir sus nombres, pero Gon me sonrió e incluso me preguntó si era la primera vez que venía al examen. Después de que le respondiera que sí, Tonpa no perdió la oportunidad.

– No dudes en preguntarme cualquier cosa, ¡ya llevo 35 veces!

– ¿Entonces eres un experto? –le pregunté, fingiendo admiración, preguntándome si sólo tenía eso en la cabeza.

– Algo así. –él sonrió y buscó en su bolsa– Oh, ¡cierto! Para celebrar nuestra amistad… –sacó latas de zumo– ¿Queréis?

– Oh, esto se agradece. Justamente tenía sed. –dijo Leorio, mientras Gon sonreía. Me fijé en que Kurapika no hizo ninguna expresión en concreto, como si no se fiara del todo.

Mientras Gon y Kurapika agradecían, yo miré mi lata. Ni loca iba a beber, sólo iba a esperar a que Gon dijera que estaba mala para tirársela a la cara a Tonpa.

– Entonces, brindemos por la mejor de las suertes, ¡kanpai!

Alzamos nuestras latas para brindar mientras Tonpa decía eso, pude notar las miradas de las personas alrededor. Recordaba lo que habían dicho en el anime por lo que simplemente les miré mal y abrí mi lata fingiendo que iba a beber. Miré a Gon de reojo, a la espera, hasta que él dejó caer el zumo de su boca (era más asqueroso verlo en persona que en anime).

– Tonpa-san, este zumo debe de estar caducado, tiene un sabor raro.

Dijo, provocando que Leorio escupiera el suyo.

– ¿¡Enserio!? ¡Por poco…!

– ¿E-eh? Qué extraño… –Tonpa empezó a fingir, mientras Kurapika dejaba caer el líquido de su lata. ¡Ahora era el momento! – ¡Auch!

Le lancé la lata a la cara a Tonpa, y como la lata estaba abierta, claramente se ensució por el zumo.

– ¿¡Acaso tiene veneno o algo así!? –le grité, fingiendo estar muy enfadada– ¡No podría hacer el examen si me enfermara por esto! ¡Eww! ¡Estuve apunto de beberlo! –me giré hacia Gon y los demás– ¡Por estas cosas no hay que confiar en las personas que nos hablan tan amablemente! –exclamé, señalando a Tonpa de la misma manera que haría una niña pequeña. Mi actuación estaba siendo tan perfecta que el mismo Tonpa estaba en shock y la gente cercana se aguantaba la risa.

– Venga, venga, no creo que haya sido a propósito. –intentó calmarme Gon, pero la expresión de Kurapika decía todo lo contrario, él pensaba lo mismo que yo.

– Hmph, se lo merece, he visto que les ha dado el mismo zumo a otros, seguro por su culpa otros años también ha habido muchas personas que se han retirado. –murmuré, cruzándome de brazos, pero entonces Tonpa tuvo que seguir con su actuación.

– ¡Lo siento muchísimo! –exclamó, juntando ambas manos, arrodillado en el suelo– ¡No me había dado cuenta de que estaba caducado!

– Está bien, no tienes que disculparte. –Gon como siempre debía ver la parte buena– ¿Tu estómago está bien?

– S-sí, estoy bien. –claro que estaba bien, si no había bebido…

– He probado todo tipo de hierbas y plantas en la montaña, así que tiendo a darme cuenta por el sabor cuando algo está mal. –le explicó el niño, inocentemente.

– A-ah, ya veo, eso es asombroso… –entonces Tonpa se levantó y empezó a alejarse– De nuevo disculpadme, ya nos veremos…

Le hice una muy mala mirada y se apresuró a alejarse mientras Leorio murmuraba que era un tipo ruidoso. Me encogí de hombros, más que ruidoso, molestamente irritante. Observé desde lejos como Killua le pedía más zumo y tuve que aguantar la risa, la cara que Tonpa debía de estar haciendo, me encantaría verla pero sería ya meterme demasiado; podría provocar que Killua y Gon se conocieran antes de tiempo.


Recordando que el examen empezaba justo después de la escena con Killua, les dije a los tres protagonistas que ya nos veríamos y me alejé para sentarme en una esquina y ponerme las ruedas en los zapatos. Fue realmente muy fácil, y por suerte no eran patines en línea, por lo que sería capaz de usarlos. Justo acababa de asegurar el cierre del soporte cuando sonó una especie de alarma extraña y la pared empezó a elevarse, apareciendo ahí el primer examinador de la prueba, Satotz.

– Me disculpo por el retraso. –dijo (¡su bigote se movía y hablaba sin boca!)– Acaba de terminar el periodo de ingreso para los aspirantes a Hunter. ¡El examen Hunter empezará ahora! –Claramente todos pensaron "¡por fin!". Yo incluida– Una última advertencia. Si en este examen tienen mala suerte o les falta habilidad, podrían terminar seriamente heridos o, en el peor de los casos, muertos. Los que aún así quieran continuar, deben seguirme. Los que no, pueden volver usando el ascensor de ahí atrás. –pasados unos segundos en los que nadie se movió, Satotz siguió hablando– Entendido. Los 404 aspirantes participarán en la fase 1.

Y así, Satotz empezó a caminar. Me levanté, tomándome mi tiempo para guardar bien todo en la mochila, ya que sabía que con los patines alcanzaría al grupo de Gon rápidamente, y empecé a patinar a un ritmo lo suficiente lento como para que no notaran de una mirada que llevaba patines. No pasó ni un minuto hasta que empezaron a correr, por lo que pronto nadie se fijó en mí y tuve libertad para avanzar a la mitad del grupo.

– Disculpad la demora, soy Satotz, examinador de la fase 1. –habló Satotz, desde delante de todo, sin detenerse– Los guiaré al lugar donde harán la segunda fase.

– ¿La segunda? ¿Y la primera? –preguntó alguien de enfrente, supuse que era Hanzô el ninja (si mi memoria no fallaba).

– Ya ha empezado. –de ahí todos empezaron a murmurar, atónitos, pero Satotz siguió– Seguirme hasta el lugar donde se lleva a cabo la segunda fase. Ésta es la primera fase.

– ¿Seguirlo? ¿Sólo debemos seguirlo?

– Sí. No puedo decir el lugar o el tiempo de llegada. Sólo deben seguirme.

"Es decir, una prueba de resistencia y a la vez fuerza mental." Pensé, suspirando. Recordaba en el anime que superaron por mucho los 60KM. No sabía si podría resistir eso incluso con los patines, pero debía intentarlo.


Ya había pasado un rato y la gente se iba rindiendo, mientras que yo ya veía a Leorio delante, Kurapika y Gon estaban cerca también. Sonreí esperando ver esa escena que tanto deseaba al momento en que Killua pasó con su monopatín al lado de Leorio.

– ¡Hey! ¡Espera, niño! –le gritó Leorio, mientras Killua bajaba la velocidad lo suficiente como para escucharle– ¡Tómate enserio el examen Hunter!

– ¿De qué hablas? –Killua no parecía entender a qué venía la rabia de Leorio.

– ¿¡Qué pasa con ese monopatín!? ¡Eso es trampa!

– ¿Por qué?

– ¡Esta es una prueba de resistencia!

– ¡No lo es!

Sonreí al ver pasar a Gon cuando él habló a mi lado y avancé junto a él.

– ¡Otro que hace trampas…! –exclamó Leorio señalándome al verme, yo sólo me reí negando con la cabeza– ¿Y qué estás diciendo, Gon?

– El examinador sólo dijo que le siguiéramos. –respondió él, mientras yo veía que Killua se había interesado ya.

– ¿¡De qué lado estás!? –exclamó Leorio, mientras Killua retrocedía hasta ponerse entre Gon y yo. Dejándolos ser, avancé poniéndome al lado de Leorio.

– Hey, ¿cuántos años tienes? –oí que le preguntaba Killua.

– Tengo 12.

– Hmm.

Entonces Killua se bajó del monopatín de esa manera tan cool y tan aahhh que me hizo quedarme embobada y chocar contra Leorio.

– ¡Mira adelante! –me regañó él, pero yo no podía, Killua era demasiado para mí ahora mismo.

– Mejor yo también correré. –dijo Killua, como si eso no fuera nada para él.

– ¡Oooh! ¡Qué genial! –exclamó Gon, mientras yo asentía con la cabeza al menos dos veces dándole la razón.

– Yo soy Killua.

– Yo soy Gon.

– ¡Y así los tres que tenemos 12 ya nos conocemos! –exclamé, patinando entre los dos– Yo me quitaría los patines, pero no creo tener tanta resistencia como para aguantar hasta el final. –les susurré, sonriendo un poco.

– Está bien, eres una chica, es nor-

Gon se interrumpió cuando vio la mirada que le hacía.

– No hay ninguna norma en contra de eso, tú sigue. –intervino Killua antes de que asesinara a Gon. Les sonreí entonces.

– Bien~

Sabía que a Gon le habían enseñado a "tratar amablemente" a las chicas, pero un solo comentario sobre que alguna acción mía era justificada por ser chica y me enfadaría.

Un buen golpe haría que olvidara esas tontas ideas de que las mujeres son débiles.

CONTINUARÁ.


Autora:

¡Y así empezamos un nuevo fanfic! Espero os haya gustado este primer capítulo, el segundo será publicado antes de que acabe la siguiente semana.

Nota: este fanfic también está siendo publicado en otros sitios.