Hola, aquí os dejo esta historia. Decidí escribirla antes para publicarla completa.
Espero que os guste.
Gracias por leer :)
Capítulo 1
Los ojos le dolían como el infierno y apenas podía moverse. Se pasó la mano por la cabeza tratando de que el incesante martilleo desapareciera. No tenía ni idea de dónde estaba ni de por qué se sentía como si fuera en un barco a la deriva.
- Derek... Tranquilo... No intentes levantarte. Tienes una vía puesta.
La voz preocupada de García, lo devolvió a la realidad, y por fin abrió los ojos.
- ¿Qué...?- Balbuceó, pero su boca estaba terriblemente seca y coordinar las palabras le resultaba una misión casi imposible.
A pesar de sus dificultades para hablar, García por fin suspiró aliviada.
- Tuviste un accidente con el coche, pero afortunadamente estás bien, aparte del golpe que te has dado en la cabeza. Llevas días semiinconsciente.
- ¿Cómo estás, Morgan?.
Ni siquiera se había dado cuenta de que Rossi estaba de pie, junto a ella. Levantó la vista hacia él, intentando recordar. ¿Un accidente?. Sí, recordaba algo de eso. ¿Se había pinchado una rueda?. En su mente apareció la imagen de un árbol.
- Como si me hubiera empotrado contra un árbol...- Se quejó llevándose la mano a la sien.
- Parece que tu memoria está intacta- Se burló Rossi- Lo único que hay que lamentar es que tu furgoneta irá directamente a la chatarra.
- Viajabas por la carretera sur, y te pilló una buena tormenta- Le explicó García- ¿Qué hacías por allí?.
"¿Carretera sur?", "¿Una tormenta?". Ahora lo recordaba. Por un momento se le encogió el estómago, pero Rossi había dicho que sólo había habido daños materiales. Terminó de escudriñar la habitación a su alrededor, pero allí sólo estaban ellos tres.
- ¿Y Emily?.- Preguntó sin ocultar su ansiedad. ¿Se habría quedado también inconsciente?. Se preguntó qué habían pensado al descubrir que iban juntos en el coche.
García y Rossi intercambiaron una mirada perpleja.
- ¿Emily?- Lo cuestionó García- No ha venido. Le envié un correo pero aún no me ha contestado.
Y ahora era Morgan el que estaba totalmente confundido.
- ¿No está en el hospital?.
Ni a García ni a Rossi les pasó desapercibida la alarma en su voz.
- Bueno... Morgan... Hay muchos kilómetros de distancia entre Londres y Virginia- Rió la rubia, preguntándose por qué razón Morgan pensaría que Emily iba a viajar hasta allí cuando en realidad, su estado no era tan grave.
Derek se quedó petrificado, y sintió que su corazón se aceleraba hasta casi salirse de su pecho.
- ¿Estáis tratando de gastarme una broma?- Les preguntó con nerviosismo- Iba conmigo en el coche.- Y luego los miró alternativamente- ¿Dónde está?.
Por un momento los otros dos agentes no supieron qué pensar. Después de que los avisara la policía local, se habían dirigido directamente al hospital, pero era evidente que Morgan viajaba solo. No había rastro de una segunda persona en el coche.
- Rossi...- Insistió Derek.
- Sólo estabas tú, Derek...- Le reiteró García. ¿Había perdido el juicio su amigo?. ¿El golpe le había afectado más de lo que creía?- Además, ¿Por qué iba a ir Emily contigo? Ni siquiera estaba en el país. Hablé con ella la semana pasada y no me dijo que fuera a venir.
Aquello fue suficiente para Derek. Se incorporó del todo y tiró de las vías.
- Claro que estaba aquí...- Les dijo cada vez más ansioso- Estaba conmigo.
Tanto Rossi como García intentaron detenerlo, pero Morgan no parecía darse por vencido.
- ¡Por Dios, Derek!- Exclamó García- La llamaremos... Verás como coge el teléfono.
- ¡Te estoy diciendo que iba conmigo!- Le gritó entonces Morgan deshaciéndose de ella.
-¡Ey vamos a tranquilizarnos!- Intervino Rossi- ¿Qué tal si llamamos al médico?- Añadió suavizando el tono.
Sin embargo su instinto le decía que Morgan parecía demasiado convencido como para que fuera solo su imaginación.
Derek se detuvo frente a él, ya de pie. Respiró hondo y se esforzó en recuperar la serenidad. Era la única forma de lograr que le creyeran y si Emily estaba desaparecida, necesitarían salir a buscarla cuánto antes. Un pensamiento horrible pasó por su cabeza. ¿Cuánto tiempo había pasado desde el accidente?.
- Rossi...Estoy tranquilo- Le aseguró controlando su respiración- Pero te juro por mi vida que Emily estaba conmigo en ese coche.
García, que se había apartado durante unos momentos para comprobar su teléfono, se acercó a ellos, ahora genuinamente preocupada. Le había escrito a Emily tan pronto se había enterado de todo, y de eso hacía dos días.
- Chicos... Emily aún no me ha contestado.
Morgan esperó a que Rossi admitiera que tenía razón, y de hecho, podía ver en su cara que temía que fuera cierto.
- Si no me crees...Mirad en el maletero de mi coche. Aún deben estar sus cosas.
Rossi sabía que la policía les había entregado a J.J. y a Reid un par bolsos de viaje, pero desconocía su contenido. Envió un mensaje a J.J. Ella, Reid y Hotch habían ido a la cafetería a tomar algo. Ninguno se había despegado del hospital desde el accidente. Un par de minutos después, los tres agentes entraron en la habitación.
- ¡Morgan!- Exclamó Reid al verlo. Se acercó a él y le dio un abrazo. Sin embargo, se sorprendió de que éste no estuviera demasiado interesado en saludar a ninguno de ellos.
- ¿Qué pasa?- Preguntó J.J. Por las caras de preocupación de los otros tres agentes, podía darse cuenta de que se le escapaba algo.
-¿La policía os entregó algún objeto de mujer?- Les preguntó Rossi crípticamente.
Ahora eran Reid, J.J. y Hotch los que les devolvieron una expresión desconcertada. Derek los observaba resignado, frotándose la sien. Mientras ellos se debatían en si creerle o no, trataba de hacer algo más productivo y recordar el momento del accidente.
- Recogimos algunas maletas de viaje, pero no las abrimos. Asumimos que eran de Derek- Les explicó J.J.
- Tampoco encontraron ningún bolso de mujer en el interior. Ningún documento identificativo que indicara que fueras acompañado.- Añadió Hotch- ¿Qué está ocurriendo?.
- Derek dice que Emily iba con él... Y no le creía... Pero es que no consigo localizarla. No contesta al teléfono ni a mis mensajes.- Les explicó García.
- Ya os lo he dicho- Resopló Morgan cada vez más impaciente- ¿En serio vamos a perder el tiempo con esto?.
- Morgan... ¿Estás seguro?. Te has dado un buen golpe en la cabeza- Le recordó Reid.
- ¡Por el amor de Dios!- Exclamó Derek perdiendo los nervios- ¡¿Creéis que me imaginaría algo así?!
- No... Claro...- Continuó J.J. con la desconfianza reflejada en su rostro- Pero, ¿Por qué iba a ir Emily contigo en ese coche?. Está en Londres...Hablé con ella hace sólo unos días. Piénsalo. No tiene sentido.
Morgan resopló con impaciencia. Por supuesto que había hablado con ella igual que lo había hecho con Penélope. Hablaba con uno u otro miembro del equipo varias veces a la semana. No podía negar que parte de su desconfianza era por su culpa. Al fin y al cabo, el equipo no sabía nada de su relación y de hecho, él había estado presente durante aquella llamada, en la que Emily había fingido encontrarse en Londres.
Fue cuando decidió cortar por lo sano.
Aun tambaleándose, se dirigió hacia la silla que había junto a la puerta. Allí había una bolsa con la ropa que llevaba el día del accidente. Rebuscó hasta que encontró su chaqueta, y luego hurgó en el bolsillo interior. Suspiró aliviado al comprobar que aún seguía allí. Cuando se volvió hacia el resto, se encontró con sus expresiones curiosas. Así que simplemente extendió la mano y les mostró el anillo que había comprado sólo unas semanas atrás para Emily. Tenía una inscripción en su interior. Todos pudieron leer las iniciales de sus nombres y la palabra "siempre".
- ¿Me creéis ahora?.- Continuó Morgan ignorando su estado de shock- Podemos discutir cuánto tiempo llevamos juntos y por qué os lo hemos ocultado... O podemos salir a buscarla ahora mismo.
Los otros cinco agentes se miraron entre sí, boquiabiertos, incapaces de asimilar que dos de sus mejores amigos se hubieran implicado emocionalmente de aquel modo sin que el mejor equipo de perfiladores del país sospechara nada. Sin embargo, Derek tenía razón. Ya habría tiempo para las preguntas incómodas. Emily estaba desaparecida desde hacía dos días y el tiempo corría en su contra. Hotch intercambió una mirada con el resto, para asegurarse de que estaban en la misma página y tomó las riendas del asunto.
- Dinos todo lo que recuerdes del accidente.
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