Disclaimer: Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen, todo de Kishimoto-san :)

Advertencias: Este fic participa en el reto "Lo perdí" del foro "La Aldea Oculta entre las Hojas".

Es mi primera aportación al foro y el primer drabble que escribo, sí que es difícil ajustar el número de palabras XD La verdad es que llevo poquito escribiendo y esto es como un experimento para mí... Espero que se entienda y guste aunque sea un poco T.T gracias por leer y suerte a todos los participantes :D

Total de palabras: 430.

- Despair -

Una noche cualquiera, en un lugar cualquiera, le recuerda. No es algo que normalmente haga y no es algo que quisiera hacer, pero, simplemente, lo hace.

Si él siguiera ahí, a su lado, probablemente estarían discutiendo, pero todo sería más fácil. O eso era lo que creía.

La vida es tan bella y hermosa porque dura un suspiro, es arte efímero, como un beso o una caricia. Y pese a que él quiso ser eterno y dedicó todo su esfuerzo a ello, no lo consiguió. Su vida resultó ser tan efímera como cualquier otra.

"No pretenderás que me crea que una vieja moribunda y una quinceañera del montón pudieron acabar contigo. ¿Por qué no esquivaste ese último ataque? ¿Por qué no quisiste?".

En un momento cazaron al bijuu, extrajeron al Ichibi, dominaron la situación, y, un parpadeo después, estaba gravemente herido y él...él ya no estaba.

Sin darse cuenta sus puños se cierran con rabia, las uñas se clavan en su piel dejando marcas rojizas, los dientes rechinan unos con otros, la garganta es recorrida por un extraño picor. La ira, el odio, la tristeza, la soledad... se juntan formando una bola que golpea su pecho, luchando por salir.

"Zetsu me contó que las dos marionetas que te atravesaron el corazón te estaban abrazando, ¿valió la pena sacrificar tu eternidad por algo tan efímero?".

Los brazos y las piernas empiezan a temblar, los dientes están a punto de partirse. Siente un ardor recorrer todo su cuerpo. Y explota. Pierde el control de su cuerpo y es un árbol cercano el que sufre las consecuencias.

Golpe a golpe, la corteza se rompe y los pedazos caen al suelo. Gritos mudos pelean por salir de su garganta. Sobre los restos del árbol, en el suelo, caen las lágrimas que se abren paso a través de la rabia que le inunda y se mezclan con las gotas rojas de sus manos.

Solo cuando el cansancio se apodera de él, se deja caer en el suelo, pasa una de sus mangas por el rostro para limpiar los restos y extiende los brazos en cruz. La respiración agitada retumba en su cabeza. Mirando el cielo trata de recuperar la tranquilidad en su corazón.

A lo lejos Tobi se acerca dando grandes zancadas, con su voz chillona. Algo brilla en su pulgar izquierdo. Ese anillo antes le perteneció a él. Y le vuelve a recordar.

"Dejaste a tu alumno solo, no sufras que no te guardaré rencor porque tuviste una muerte muy artística. Para mí serás eterno, pero, al final, me diste la razón".

Y sonrió.