LA FLOR Y EL INSECTO

Ella era valiente.

Una kunoichi que no le temía a la muerte, se había enfrentado a ella en miles de ocasiones y había salido airosa. Pero ella tenia un secreto, una fobia que habia conseguido ocultar durante años.

Labios fruncidos, mirada tensa… En ese momento lo que tanto temia se acercaba hacia ella con movimientos elegantes sobre la mesa.
Gustosamente hubiera gritado y huido de ese lugar, pero estaba trabajando de cara al publico, no podia hacer algo así, si alguien la viera de esa forma sería el hazmerreír de toda Konoha.

"Eres valiente, manten la calma" se repitio mentalmente, "No te va a comer".

Mientras tanto la pequeña araña recorría la mesa de forma despreocupada.

"¡Mierda! Se esta acercando... ¿Y si la mato de un golpetazo?… Pero no me puedo quitar la zapatilla delante de un cliente..."

- Entonces me llevo los tulipanes

- Oh, si… Buena elección, gracias por su compra.

"¡Bien! El cliente se ha ido. ¡Esta es mi oportunidad! ¿Donde estas arañita? Te voy a presentar a mi zapatito…"

-Uhh vaya, no esta...

¡Ding ding! Repicó la puerta mientras un hombre joven y todo cubierto de ropas entraba sigilosamente en la tienda.

"Oh vaya… El que me faltaba, Shino Aburame. ¿Acaso no se cansa de venir? Todos los dias me lo tengo que encontrar".

Esbozó una sonrisa coqueta.

- ¡Buenas tardes Shino! Bienvenido a la floristería Yamanaka, ¿Que deseas hoy?
- Margaritas

- Muy bien, ¿cuantas? Pregunto con voz cantarina mientras cogia las tijeras dispuesta a cortar las flores.

Noto un cosquilleo, la pequeña arañita se encontraba en ese mismo instante intentando escalar su brazo.

El tiempo se detuvo.
Su cara perdió todo el color.
¿El trabajo?
¿Los clientes?¿Su dignidad? ¿Acaso importaban?

¡Esta era una cuestión de vida o muerte!

Cuando Shino había salido de su casa esa mañana para buscar alimentos para sus queridos insectos, lo que menos se habría podido imaginar era encontrarse aquella situación.
Delante de el se encontraba Ino Yamanaka totalmente blanca, agachada en el suelo con las manos en la cabeza y gritando como loca: ¡Quitamelo, quitamelo!

- Ino, tranquilizate

-¡Quitamelo! Por favor… ¡No puedo mas! ¡Quitamelo ya!

- ¿Quitarte el que?

- Araña… brazo… Logro articular

- En tu brazo no hay ninguna araña

- ¿Que? Dijo abriendo los ojos de golpe y mirando con temor su brazo.. ¡Anda!, es verdad... Suspiro aliviada

- La araña esta en tu pelo.

La palidez regreso a la cara de Ino mientras se volvía a encoger y a repetir la misma escena de antes

"Interesante" pensó el Aburame mientras intentaba mantener una expresión de indiferencia.

Se acercó a la chica y se agacho a su lado, dejo que su mano recorriera suavemente su sedoso cabello dorado en un intento desesperado por tranquilizarla y en un pequeño movimiento cogio con delicadeza a la pequeña araña.

-Es preciosa

Ino abrio los ojos de golpe y lo encaro, su palidez se había vuelto en rojez.

- ¿Q…que?
- La araña… es preciosa, un ejemplar único... Repitió con voz emocionada.

No obtuvo respuesta.

Extrañado por el silencio de ella, la miro y entonces se dio cuenta…
Su otra mano todavía seguía sobre la cabeza de ella,con sus dedos fundiendose en su rubia melena, vio su cara sonrojada y esos ojos azules mirandolo fijamente, pero tambien vio un deje de desilusión en ellos...
No pudo contenerse, la atrajo hacia el, acariciando su mejilla, recorriendo con sus dedos sus ojos, su nariz, su boca…

-¿Sabes? Las flores también son preciosas.