Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no son míos, la historia si :)
Nota de la autora:
Un pequeño drabble para pagar por mi demora en la historia de "Familia" de momento lo dejaré como terminado pero, ¿quien sabe? igual y lo continúo después. :) espero que les guste.
Prohibida
Esto definitivamente estaba mal. No, era peor que algo malo; era enfermo.
Se aferró con fuerza al barandal del balcón mientras la miraba nuevamente: Su cabello negro azabache estaba flotando con el viento detrás de ella, su mano, con los dedos finos y la blanca piel, se llevó un mechón de cabello detrás de su oreja, mientras sonreía abiertamente por algún comentario que hubiera hecho el joven frente a ella.
¡Por Dios! Como quisiera ser él quien estuviera haciéndola reír de esa forma. Tomar su frágil y esbelta figura entre sus brazos y jamás dejarla ir. Ahogárse en su aroma y sentir cada centímetro de su inmaculada piel de muñeca de porcelana. Cubrirla de besos y protegerla de todo y de todos.
Que fuera suya.
Su bestia interior gruñó en complicidad con sus pensamientos y en ese momento se dio cuenta de lo terriblemente mal que la situación se tornaba. Apretó con fuerza los dientes y se obligó a dejar de verla. Separó a regañadientes sus manos del barandal y dio la vuelta para internarse en la casa
–Si tanto la quieres, tómala–
Levantó la mirada del suelo para observar los ojos ambarinos de su hijo mayor. Recargado en el marco de la puerta de su habitación, con su traje de etiqueta negro y su cabello plateado agarrado en una coleta detrás de él.
–No digas estupideces, Sesshomaru– fue todo lo que le respondió. Lo pasó de largo para dirigirse a su estudio: algo de trabajo la sacaría de su mente, aunque solo fuera por unas horas.
–Entonces haz algo con tu aura mortal, puedo sentirla desde el primer piso–
Apretó fuertemente los puños mientras le mostraba los colmillos a su cachorro. A pesar de haber llegado a la edad adulta a su hijo aún le hacía falta aprender de las emociones. Lo decía como si fuera algo tan fácil.
Se encerró en su estudio y se dedicó a revisar los contratos de la compañía. Tenía que olvidarse de ella, eso sería lo mejor. No solo porque era humana y una niña, si no porque era la prometida de su hijo.
No solo estaba mal, ella estaba prohibida.
