Declaimer: Los personajes aquí presentes son propiedad de Takehiko Inoue de su inigualable serie Slam Dunk, aunque algunos pertenecen también a un sin fin de series cuyos dueños no soy yo (ya quisiera), probablemente salgan otros más de algún otro manga y la lista se haga interminable, sin embargo haré el deber de mencionarlos cuando pueda porque son las series que me gustan y me agrada hacerles propaganda. Pero he de decir que no utilizo ningún personaje con fines lucrativos, si no por mera diversión ya que me hace gracia ponerlos en las más divertidas, vergonzosas y angustiosas situaciones puesto que sus creadores los quieren demasiado para hacerlos pasar por eso.
Shersnape: Bueno ya sé que tengo otro fic en el tintero, pero no pude evitarlo, necesito relajarme con otra historia o no podre seguir, además la idea vale la pena.
Resumen Cap: La oscuridad amenaza con engullir a Hanamichi cuando sus problemas parecen demasiado grandes, una mala combinación de frustración y desanimo le hacen querer escapar hacia el único lugar donde se siente seguro, todo para encontrarse con la persona que pondrá en movimiento la rueda de su destino.
- conversación -
Pensamientos en medio de conversación
-Recuerdos cortos en medio de conversación-
Pensamientos de la "bestia"
"Énfasis o doble sentido"
- -U- - Cambio de POV/personaje/escena/lugar/dirección/punto espacio-tiempo
- -U- -
CAPITULO 1
NOCHE DE HALLOWEEN
El pelirrojo cerró los ojos inconscientemente por decima vez esa noche, un poderoso rayo había partido el cielo en dos y a los pocos minutos el sonido ensordecedor del retumbar de mil abejas golpeo su ventana, haciendo vibrar hasta la más mínima parte de su ser. Era 31 de octubre cerca de las 10 de la noche, noche memorablemente gris por no decir negra, ya que una extraña tormenta azotaba la región como si fuera el fin del mundo. La anómala e incesante lluvia ya debía tener más de 2 horas pues cuando salió huyendo del gimnasio ya debían ser más de las 7, por lo cual las calles estaban llenas de agua como si se trataran de pequeños pero peligrosos arroyos, además el viento huracanado soplaba de un lado para otro tumbando cuando estaba a su alcance.
Desde las montañas una niebla espesa y anormal amenazaba con cubrir la ciudad en la penumbra, si es que las borrascosas nubes dejaban salir a la luna llena que se asomaba tímida ante los desgarradores rayos y truenos que golpeaban el suelo. Todo eso, en ese día tan famoso por sus historias de terror, que Hanamichi estaba seguro que más de uno temblaba de miedo en vez de frío.
Sin embargo ese no era su caso, tal vez en otra situación estaría con un poco de nervios, pero su estado de ánimo no le daba para ello. Hanamichi simple y llanamente estaba devastado, desanimado, desconsolado y todo lo que comenzara con des… Al recordar su situación, sus ojos acaramelados no pudieron evitar posarse en la pared de su habitación para ver el objeto de su desanimo; aun en penumbras, pues el fluido electrico habia sido cortado por seguridad en toda la ciudad, pudo ver claramente el enorme calendario (bastante femenino para su gusto) que le había regalado Haruko.
Una vez llegó a sus manos el dichoso objeto, y luego de calmarse por la alegría de saber que Haruko le había obsequiado algo, había llenado los espacios con notas y metas propuestas desde que se lesionó hace ya dos meses, prácticamente había planeado su vida de aquí a febrero del otro año y jamás se le ocurrió pensar que había la posibilidad de fallar tanto en sus apreciaciones, en que la vida no podía ser tan milimétrica. Justo en ese instante, todos esos cronogramas le parecían imposibles de cumplir e incluso dudaba si realmente quería hacerlo, por lo menos en el tiempo establecido por medio del calendario.
Básicamente se había engañado a si mismo al pensar que podía estar de regreso en el entrenamiento antes de navidad y mucho menos tenía verdaderas oportunidades de participar en los juegos de invierno, todo porque al parecer él no era un jugador tan necesario para el equipo como imaginaba. El chico suspiró fastidiado de su propia ignorancia, nunca pensó realmente en que sus planes no tuvieran el éxito que esperaba, que los sucesos se tornaran literalmente en su contra y que estuviera a puertas de la angustia y desesperación.
Todo comenzó cuando el pelirrojo dejó salir por completo la adrenalina del partido contra el Sannoh varias horas después, el alto chico se desmayó frente a sus compañeros a causa del dolor que había ignorado todo ese tiempo, el entrenador enseguida lo llevó a un centro médico que quedaba cerca y casi todos los jugadores y amigos del pelirrojo fueron a acompañarlo. El asunto no parecía grave en principio, pero cuál fue su sorpresa cuando un medico vino a increparles los resultados que había arrojado la radiografía.
STAR FLASH BLACK
―Este chico ha sufrido una lesión muy grave ¿por qué no ha sido traído de inmediato en ambulancia? ¿Cómo así que le obligaron a seguir jugando? ¿Qué clase de entrenador es usted?- un hombre grueso y de cabello negro llegó azorado al lado del entrenador Anzai echando humos pero Akagi rápidamente intervino.
―Un momento doctor, el profesor Anzai no tiene la culpa, Sakuragi insistió en seguir jugando por su propia voluntad.
―-Eso es inamisible joven, con esta fractura no podía ni moverse, según la radiografía este chico se dislocó entre T3-T4 y se fracturó T2, le habría sido extremadamente doloroso mantener su peso y mucho menos jugar. El sobre-esfuerzo debió tironear todas las cervicales y creó una fisura en C7, las astillas fueron a parar a su medula, haciendo que ésta se inflamase, todos los músculos están desagarrados y su sistema inmune esta débil, ruéguele a Kami-sama que no haya atrapado una infección desde que se lesionó, porque en ese estado no lo resistirá.
Aquello había sido una bomba, el doctor desapareció en el acto dejándolos más confundidos sin la menor idea de qué fue lo que dijo, mucha gente empezó a moverse para atender la emergencia y trasladar a Hanamichi a una zona de cuidados intensivos, al final una residente del centro médico se apiadó de ellos y les explicó que la lesión se había concentrado en la parte superior de la espada y que al no ser inmovilizado una vértebra del cuello se había fracturado lo cual le dejaba expuesto a perder la motricidad y a que su medula ósea resultara dañada.
―Pero él estaba bien, jugaba, saltaba, corría, se caía y se levantaba- Mitsui recordó a medias los momentos del partido, pues el cansancio no le permitía acordarse demasiado.
―Eso es imposible, yo misma vi la radiografía ―la chica rió con nerviosismo mirándolos profundamente―. Es en serio, en el momento que se levanto debió sentir un tirón y ruido en la espalda, su columna tenía una fractura inestable, el dolor se propagaría rápidamente entumeciéndolo y no permitiéndole estar de pie para evitar un daño mayor a su medula y una paraplejia, no podía correr y mucho menos saltar, el dolor habría sido aterrador, es físicamente imposible ―si no fuera porque la muchacha lo decía con tanta seguridad habrían creído que era una broma.
―Estábamos en un estadio repleto, todos lo vimos, hay videos incluso ―Miyagi habló serio, sosteniendo a Ayako la cual se sentía culpable por no haberse dado cuenta y haberle insistido a Sakuragi que no jugase. La residente pensó rápido en varias razones para el suceso y de repente una idea se le ocurrió.
― ¿Alguna vez le han visto lastimarse de manera contundente, como un golpe fuerte y él apenas dice que le dolió? ―los muchachos pensaron inmediatamente en los cabezazos que Sakuragi se daba de vez en cuando y asintieron―. Es posible que tenga una ausencia de B12 o alguna deficiencia en sus sensores de dolor, es decir no sentía en dolor por eso no sabía que era grave, si es así debo avisar a mis superiores.
― ¿Quiere decir que Sakuragi podía estar muy mal, no sentir el dolor y seguir como si nada mientras se muere? ―la residente asintió a la pregunta de Ayako.
―Hay varios casos reportados de gente con traumatismos cuyas secuelas es la inhabilidad e insensibilidad, aunque también podría ser algo momentáneo, el punto es que aunque no sienta dolor el daño está allí, técnicamente una dislocación de este tipo es medianamente fácil de tratar, incluso la fractura de T2, el problema es que al seguir moviéndose, desestabilizó la lesión terriblemente, produjo una fisura en C7 y se comprometió la zona medular, es posible que tengan que hacerle una intervención quirúrgica, pero el verdadero problema es que su sistema inmune no está funcionando, lleva varias horas en contacto con todo tipo de virus y bacterias, si sufre una infección en ese estado, no sobrevivirá.
END FLASH BLACK
Si Hanamichi pudiera demandarlos por mala praxis lo haría, ya que aquella información había tenido a sus compañeros en vela toda la noche y distraídos en el partido siguiente contra al Aiwa, dejando como resultado un completo fracaso. Afortunadamente la prensa y el público no fueron duros con ellos, por que se escucharon rumores de que la lesión del pelirrojo era muy seria y por eso sus compañeros estaban demasiados desconcentrados. Sin embargo la idea de la demanda murió cuando una semana después los médicos del centro hospitalario le informaron que llevarían su caso a un congreso en no sé donde, por que era un milagro excepcional.
No sólo era el hecho que pudiera sostenerse y jugar con una lesión como esa (no se halló ninguna evidencia que su sensor de dolor estuviera "dañado"), sino que no había agarrado ni una infección, ni siquiera un mísero resfriado, justo en el momento más crítico de su vida la suerte le había sonreído, sorprendentemente la hinchazón bajo y sus defensas volvieron a su lugar, las astillas desaparecieron por arte de magia (algunos dijeron que una absorción espontanea y más teorías locas) y los médicos intervinieron para limpiar la zona y estabilizar con unos injertos de cartílagos. Así que un conjunto de doctores y especialista de esa la rama había llegado a Hiroshima para comentar y analizar el caso, en un idioma medico que sólo entendían ellos, como si fuese un fenómeno. Aquellas actitudes le decían que realmente lo que había pasado era grave, además no quería que el profesor Anzai y sus compañeros se sintieran más culpables por haberlo dejado jugar y por haber perdido a pesar de su sacrificio.
Pero eso no importaba en lo más mínimo al equipo, todos sintieron un alivio tremendo al ver al pelirrojo despierto a pesar de estar encerrado en una cámara desinfectada que no podían pasar y en silla de ruedas. Después de varios días, el chico se preparaba para una larga recuperación como si nunca hubiese estado al borde de la muerte y con unas ganas enormes de recobrarse pronto para volver a jugar.
Que voluntad de hierro
Eso habían dicho todos, incluso el nuevo capitán Miyagi lo tomaba como un ejemplo, por eso su equipo estaba decido a dar el 200% de sí mismos y mira que lo habían logrado, lo había hecho tan bien que lo había dejado botado en el camino. Hanamichi volvió a suspirar tratando de sacarse esa idea de la cabeza, ¿no debería sentirse feliz y orgulloso del avance de sus compañeros? Sí, debería, pero en sus planes estaba participar en los juegos de invierno, por que el festival de otoño ya había comenzado, sabía que su lesión no era una cosa simple pero estaba seguro de recuperarse completamente para diciembre y entrenar duro para enero. Sin embargo la distancia entre él y todos sus compañeros era demasiado grande, prácticamente sentía que no sabía ni meter una canasta.
Como siempre estaba exagerando, los doctores no dejaban de seguirle la pista y la pablara sorprendente ya no era suficiente. Según la doctora Soen (la encargada de su recuperación) su progreso era muy bueno, exigirse de más podría ser peligroso.
STAR FLASH BLACK
―Sakuragi-kun debes entender que un proceso como éste debe ser pausado y conciso, no puedes curarte por arte de magia, por más que tu suerte haya sido increíble ―la doctora Soen era gordita y bajita, con el cabello corto de color negro. Ambos se encontraban en su despacho, el muchacho pelirrojo hacia pucheros por el cronograma de la recuperación.
Después del susto atroz que se llevó el equipo y a pesar de que la situación estaba controlada, el profesor Anzai se sintió fatal, lo peor es que en medio de la emergencia todo el equipo se enteró que Hanamichi era huérfano ya que se consultó sobre sus parientes al ser menor de edad.
El muchacho le resto importancia al hecho, tratando de hacerse el fuerte como siempre, los demás le siguieron la cuerda ya que meterse en la vida de los otros era poco común en Japón, sin embargo el profesor Anzai tomo cartas en el asunto y se ofreció a pagar absolutamente todos los gastos, inscribiéndolo en un instituto de rehabilitación y recuperación para deportistas que tenía mucho renombre en Kanagawa y en donde la doctora Soen era una de las mejores. Hanamichi le insistió que no era necesario pero entendía que el entrenador necesitaba de esa acción para sentirse más tranquilo, al final acepto cuando el gordito le prometió no hablar con sus padrinos sobre "el peligro de muerte" en el que había estado, ya que sus padrinos eran muy viejos y el joven no quería preocuparlos.
―Pero doctora, cómo voy a dejar el equipo hasta el otro año, eso sería fatal para ellos, necesitan de este genio para lograr pasar a los juegos de invierno.
―No seas terco, mira debes entender que una rehabilitación de esta clase va ser muy dolorosa y debe ser hecha con precisión, eres muy joven y es seguro que vas a seguir creciendo, no quieres quedar mal de por vida ¿o sí? ―el muchacho sólo bajó la cabeza derrotado―. Vamos hacer un trato, tú dedícate a obedecer todas las indicaciones del cuerpo medico, tanto yo como el doctor Omura y las enfermeras haremos lo imposible por que te restablezcas en el menor tiempo posible. Para eso vivirás aquí por un tiempo…
― ¿Cuánto tiempo? Lo siento de verdad, pero no me gustan los hospitales y menos vivir en ellos y… ―el muchacho iba sacando todos los pretextos que se le ocurrían con tal de salir pronto de allí.
―Esto no es un hospital, es un centro de rehabilitación, tendrás tu propio cuarto con baño, comerás en un restaurante-buffet a ciertos horarios, seguirás las instrucciones médicas, pero puedes relajarte en el gimnasio, en la piscina o saldremos de vez en cuando a la playa. Es como si estuvieras de vacaciones y al mismo tiempo recuperándote después de todo ese esfuerzo que hiciste ¿No crees que ese descanso lo tienes merecido y quieres hacer todo por recuperarte?
―Pues…Sí, bueno, pero de todas formas quiero volver al colegio y ver a mis amigos, además están las clases y si permanezco mucho tiempo aquí mi nana se va preocupar ¿cuando podre volver a mi vida normal?
La mujer se le quedo viendo, más que un chico revoltoso y problemático le parecía un niño grande y mimado, cuando realmente te interesabas en él y lo conocías mejor era imposible no encariñarse con esa cara de cachorro.
―Si haces todo lo que te diga al pie de la letra y te comportas con mucha responsabilidad y madurez, te dejaremos aquí sólo dos meses ―Hanamichi estuvo a punto de saltar de felicidad por la noticia―, pero no para jugar inmediatamente ―el muchacho volvió a desparramarse sobre la silla―. Entiende que debemos estabilizar la fractura, sólo cuando todo esté en su puesto, se curara correctamente, los huesos sellaran y todo volverá a la normalidad. Así que después de esos dos meses, seguirás viniendo a terapia por lo menos un mes para recuperar la motricidad y resanar con calma. Si todo va bien podrás regresar al equipo unas semanas después mientras hacemos varios análisis, pero regresaras sólo haciendo ejercicios suaves, aumentado la dificultad lentamente, luego volverás a practicar dribleo y estoy segura que tus compañeros te apoyaran en el proceso que durara unos dos meses más, aunque también podemos buscar algún entrenador personal.
― ¿Eso quiere decir que en febrero estaré listo para volver a entrenar? pero en eso es prácticamente me deja fuera de los juegos de invierno ni siquiera podre participar en las eliminatorias.
―Sakuragi-kun, recuerdas lo que paso en Hiroshima, te fracturaste una cervical, eso es algo serio, pudiste quedar con menos de 90% de tu motricidad normal, no podrías practicar un deporte ni moverte bien si quiera, pero el hecho de que hayas tenido tanta suerte no quiere decir que el peligro ya pasó, lo siento pero debemos tomarnos esto con calma. Además una vez comiencen las terapias tu mismo te darás cuenta que son muy dolorosas, incluso querrás parar de vez en cuando.
―Eso jamás, ya verá saldré antes de esos dos meses y volveré al equipo antes de navidad, no se ría de mi, ya vera, por que yo soy un tensai.
END FLASH BLACK
Había sido muy sincero en ese momento, y aunque nadie le daba crédito, todos sus amigos y compañeros le apoyaron en su intención mientras pudiera recuperarse totalmente y no hiciera escándalo, incluso Miyagi insistió en que fuera Haruko (la chica había entrado por ayudar a su hermano y al equipo) la que le mandara cartas para que se sintiera parte del proceso que estaba llevando como nuevo capitán, además el bajito estaba seguro de que el pelirrojo le agradecería la oportunidad de relacionarse con la chica que le gustaba de esa manera.
Todos en el equipo se sentían culpables por lo sucedido y lo único que esperaban era que el muchacho se mejorara sin contratiempos, Ayako le había mandado frutas y comida, Mitsui le visitaba de vez en cuando, Akagi y Kogure le mandaban saludos y consejos de estudio para que no se atrasara con las clases. Incluso aquellos que ni siquiera se llevaban con él le mandaron regalitos para que no se aburriera en las instalaciones, Yohei y su gundam le visitaban en el fin de semana para molestarle la vida.
Gracias a todos esos pequeños detalles, incluyendo el pique que tuvo con el zorro en la playa donde le mostraba la camiseta de la selección juvenil, el pelirrojo tuvo más ganas para afrontar la dolorosa rehabilitación y lograr salir victorioso de todo.
STAR FLASH BLACK
― ¿Hanamichi estás seguro que no te lavaron el cerebro?
El chico más alto miro con molestia a Yohei que se mostraba burlón en ese momento, el pelirrojo estaba pasando sus cuadernos y manteniéndose al día con sus deberes escolares para que sus notas no volvieran a ser un problema a la hora de jugar.
―No me mires con esa cara que desde que Haruko te regaló ese calendario pareces otro, estas como obsesionado con todo esto- trato de mediar el moreno, que venía a visitarle cada viernes sin sus demás compañeros para llevarle los cuadernos y trabajos escolares.
―No soy otro, lo que pasa es que ahora tengo un cronograma que cumplir ―respondió Hanamichi con aire de intelectual.
―Lo dicho no eres tú… okay okay no es necesario que me des un gol…
―Eso te pasa por molestarme ―el chico peliverde le miro de malas―. ¿Por qué les molesta tanto? Michi y Riochin también se burlaron, no se supone que deberían estar contentos por mis progresos.
―No es que no estemos contentos, pero es que es… raro.
Hanamichi le miro en silencio, de todos sus amigos Yohei le conocía por más tiempo, se podía decir que eran muy cercanos y se entendían sin necesidad de palabras.
―No me voy a morir por esforzarme y tampoco estoy melodramático por eso, ¿por qué no lo entienden? Simplemente quiero volver a jugar lo más pronto posible, quiero volver a correr a toda máquina, saltar y meter el balón con un slam dunk ―el pelirrojo dejó los cuadernos a un lado con expresión soñadora―. Es la primera vez en que de verdad deseo hacer algo Yohei y que no es visto como malo, deseo volver a sentir la adrenalina correr por mi cuerpo y mi corazón estallar después de una espectacular clavada.
Yohei le miro serio, no le gustaba que se esforzara tanto y mucho menos ahora que las cosas habían cambiado un poco. Si bien su sacrificio había sido valorado al principio hoy en día la gente no dejaba de mirarlo como un terco muchacho que debía reconocer cuando parar, pero al parecer la palabra "stop" no existía en el diccionario del pelirrojo.
―Está bien te entiendo, pero no te sobre esfuerces Hanamichi, las canchas no van a desaparecer, en el mundo se seguirá jugando Baloncesto hasta que te recuperes, no tienes que correr contra reloj, simplemente recupérate ―el chico desvió la mirada, por eso los hombres no hablaban entre ellos, era demasiado bochornoso, lo bueno era que al ser esos dos tan amigos entendían perfectamente lo que deseaban decirse entre líneas.
―Vale, pero no me molestes con eso todo el tiempo, aunque de todas formas el próximo viernes ya no vas a tener que venir.
― ¿Ah, y porque no? ―Hanamichi le miro de forma arrogante y con cara de ponqué.
―Salgo la otra semana.
― ¡Pero se supone que no saldrías hasta principios de noviembre y apenas estamos a 11 de Octubre! ―Hanamichi frunció el ceño ¿Por qué todo el mundo lo quería dentro de ese condenado centro por tanto tiempo?
―Sí es cierto, pero este Tensai ha cumplido su promesa, la doctora Soen ya ha confirmado con la junta directiva por si acaso ―El chico bajito le miró con cara de no creer―. Lo han hablado varias veces, es en serio, estoy bien, la columna ya esta estable o algo así. De todas formas no puedo volver al equipo sino dentro de un mes, pero como voy seguro también puedo reducir ese tiempo, ya veras para diciembre estaré en perfectas condiciones.
END FLASH BLACK
En perfectas condiciones para diciembre, que imbécil ¿Cómo puede ser tan iluso?
El chico acomodo la almohada sobre su cabeza sintiendo un pulsante dolor en ella, desde que la tormenta había comenzado tenía una jaqueca de mil demonios, aunque él se lo achacaba a su terrible mal humor y el dolor continuo en su espalda.
Para Sakuragi la salida del hospital casi 15 días antes fue un logro único, había resistido las terapias con todo el acopio que pudo, ganándose una fama entre los fisioterapeutas que Mitsui le recordó en alguna ocasión: un chico de 15 años que resistía dolores que podían partir y hacer llorar a un hombre de 25 y en la armada o marina. Pero a Hanamichi eso no le sorprendía, estaba tan seguro de sí mismo y confiaba tanto en su cuerpo que sabia que nada se interpondría en su camino. Seguro mató a confianza, decían por allí.
Hanamichi había vuelto al colegio con muchas ilusiones y esperanzas, estaba preparado para ser recibido como un héroe pero cual fue su sorpresa cuando sólo recibió una fría bienvenida que lo dejó totalmente helado, el pelirrojo supo por sus compañeros que su nombre se había escuchado por toda la ciudad durante algunas semanas, que incluso se había hecho una reseña sobre él, que la gente no dejaba de aplaudir su tenzón y su sacrificio, pero nada de eso se veía después del mes y medio de rehabilitación. El chico seguía siendo tan impopular como siempre mientras el kitsune tenía más admiradoras que antes.
No Hanamichi, prometí no volver a sentir nada por el sangrón ese.
El chico se mordió los labios, había quedado consigo mismo en dejar de echarle las culpas a Rukawa por todo lo que le pasaba, o más bien por lo que pasó.
STARK FLASH BLACK
― ¿Por qué no me dijiste nada Yohei?
―Hanamichi, Yohei no tiene la culpa, estabas tan obsesionado con tu rehabilitación que escasamente nos dejabas hablar cuando ya estabas corriendo por qué tenias que hacer tus ejercicios ―Takamiya comía tranquilamente junto al resto de la gundam en medio de una de las terrazas del colegio, Hanamichi estaba de mal genio por no haber sido recibido como esperaba.
―Eso no es excusa, si me hubieran dicho algo podría no haber hecho el oso allá afuera.
―Hanamichi has hecho el oso miles de veces y nunca te has quejado ―medio el chico de bigotes―, no veo por que te molesta tanto ahora, además no te vi pasar ninguna vergüenza.
― ¡Ninguna vergüenza! Era obvio que llegó con ínfulas del gran tensai al colegio Noma, sólo fue necesario 10 minutos para que lo bajaran de esa nube y lo peor es que lo hizo Rukawa.
Hanamichi le propino un cabezazo al rubio por mencionar ese nombre, lo que menos quería era escuchar el apellido del bastardo que arruinó su magnifico regreso a Shohoku, el chico pelirrojo había llegado a la preparatoria con la esperanza de que algún estudiante se le acercara a decirle algo, lo palmeara, lo felicitara o por lo menos le vieran con admiración o sorpresa o lo que sea. Durante 10 míseros minutos lo único que recibió fueron algunas miradas suaves e indiferentes, quizás un poco de curiosidad, o caras de: éste qué hace aquí, pero de repente las chicas se pusieron eufóricas, entonces el chico pensó que les había tomado tiempo asimilar que su genialidad había regresado.
Pero no, la euforia era porque Rukawa atravesaba la puerta dormido y lo peor en su dirección, le había estrellado la bicicleta justo de espalda y Hanamichi contuvo la punzada de dolor todo para levantarse a exigirle una explicación e insultarlo por su estupidez.
― ¿Quien te manda a estar en el medio Doa'ho? ―y el chico moreno siguió sin siquiera preocuparse por haber lastimado a su compañero, lo peor fue que cuando Hanamichi reacciono con ganas de ir a pegarle, le interceptaron el trió Ru-ka-wa.
―No te metas con él pelirrojo…
―Ahora es una estrella de la selección nacional…
―No estas a su nivel, mejor déjalo o te arrepentirás.
Aquello tenía que ser una broma, de repente a nadie le importaba el esfuerzo que hizo en el nacional y sobre todo en la rehabilitación, tal y como la doctora le dijo las terapias eran tan dolorosas que a veces le daban ganas de parar. Pero al pensar en sus compañeros, en la necesidad de volver a jugar, todo eso se iba al garete y volvía a obsesionarse con la idea de seguir hasta el final. Pero la masa siempre ha sido moldeable, caprichosa y recuerda a los ganadores no a los perdedores, Hanamichi se enteró por sus compañeros que el paso de Rukawa por la selección nacional fue la sensación, que el chico mostró mucho profesionalismo y que incluso recibió propuestas y no se que más.
―Hanamichi suficiente, Rukawa no tiene la culpa de nada, no creo que debas tenerle envidia, desde los nacionales tiene un sequito de fanáticas superficiales detrás de él, estoy seguro que tu no aguantarías ni un día en eso ―Hanamichi le dirigió a Yohei la peor de sus miradas, se levantó sin pensarlo y salió de la terraza con su espalda gritando: no me sigas o morirás.
Él no envidiaba al kitsune, no quería ser para nada como él, pero era insufrible ver como su declarado rival se alejaba de él sin poder evitarlo, el chico pelirrojo se fue a un lavado y se lavó la cara dejando que el agua le despejara. Sentía un dolor continuo en la espalda, en la seguridad del centro de rehabilitación no pensaba en los problemas ni en peleas ni en nada más que recuperarse, pero ahora se daba cuenta que no podía usar su cuerpo en la cotidianidad como antes. Era como superman sin poderes, le dolía al caminar demasiado rápido y al tomar malas posturas, además como vivía sólo fue un martirio volver a la rutina cuando en el centro tenia varias enfermeras pendientes de él.
Claro que nadie sabía de esto, le había asegurado a la doctora Soen que se quedaría en casa de un amigo por varios días y para su fortuna el profesor Anzai estaba de viaje por un asunto familiar así que nadie se enteraría pues ni loco se asomaba por donde los Mito, no si no quería que la madre de Yohei le sacara a patadas. Así que a todas cuentas, por el dolor e incapacidad física, no podía mostrarse infalible e iracundo, no podía acallar las miradas de burla con mala cara ni arriesgarse a una pelea innecesaria.
El chico suspiro y conto hasta diez, simplemente tenia que seguir concentrándose en el objetivo final, en recuperarse y no prestarle tanta atención al que dirán. Rukawa llevaba muchos años practicando ese deporte y aun así jugaban en el mismo equipo, lo único que tenía que hacer era dar el todo por el todo, de ahora en adelante dejaría de echarle las culpas al moreno y seguiría adelante. Por lo menos el equipo le recibiría como merecía, con esa idea salió de mejor humor del baño.
END FLASH BLACK
Idiota y mil veces idiota
Para Hanamichi el día que regresó a Shohoku fue demasiado largo pero cuando llegó al entrenamiento sintió un poco de alivio. Craso error.
Su llegada fue sin bombo ni platillos, el equipo estaba ocupado con el festival de otoño así que las prácticas eran demasiado intensas, además el kitsune atraía aun publico más critico y Miyagi no quería verse como un capitán incapaz. Aun así aguantó esperando que al final del entrenamiento pudiera por lo menos saludar a los de equipo, trató de entablar conversación con Ayako, a la que saludó brevemente, pero ella estaba demasiado metida en el entrenamiento al igual que Haruko así que no tuvo de otra que observar en silencio.
Al finalizar Miyagi fue el primero que se le acercó, preguntándole como 10 veces, de forma mal disimulada, por que había salido antes de tiempo, a todo el mundo aquello le había extrañado y no querían que un suceso como el de Hiroshima se volviera a repetir. Hanamichi podía parecer lento pero no lo era, entre Mitsui, Ayako y Miyagi pudo entender esa preocupación en particular, sin embargo no la sintió como una preocupación por él sino por el equipo, al final lo dejó pasar preguntado por el gori y el megane los cuales no estaban presentes por que debían estudiar para los exámenes de ingreso.
Luego de 15 minutos bastante pesados pudo saludar a Haruko la cual miraba por el rabillo del ojo al kitsune que para variar seguía entrenado, la chica le saludo con mesura y volvió a interesarse en la razón por la cual estaba afuera antes de tiempo. En ese momento disimuló su disgusto y trato de salir de allí lo antes posible pensando que quizás el día siguiente iba a ser diferente pero como se equivocaba.
STARK FLASH BLACK
― ¿Sakuragi Hanamichi cierto? ―llegó temprano a la preparatoria con tal de no encontrarse con el kitsune y su sequito de zombie-seguidoras, cuando se dirigía hacia su salón una chica de cabello corto le llamó.
―Sí soy yo ―respondió con emoción contenida, pero aquello se esfumó al ver la cara de desagrado que la muchacha le dirigió.
―Mi nombre es Etsuko Mariko, soy del grupo de periodismo y me gustaría hacerle unas preguntas ―Hanamichi acepto por cortesía ya que ninguno de los chicos presentes (los de las cámaras) parecían estar muy a gusto.
―Tengo entendido que su lesión fue muy delicada y que todo se debió a un acto de irresponsabilidad de su parte a querer seguir jugando en el partido contra el Sannoh ―el chico se quedó de piedra ante la afirmación―. ¿Qué le hace pensar que volverá al equipo después de eso?
Cerró los ojos instintivamente junto con las manos, él no acostumbraba a tratar mal a las mujeres, pero una mala cara y salir de lugar sería una forma rápida de dejar en claro que le afectaba mucho lo que le estaban diciendo, así que eso era lo que molestaba al equipo, ¿entonces por que ellos no se lo decían de frente? No señor, no iba a huir.
―Los médicos todavía no están seguros de lo que sucedió en ese partido, muchos deportistas se lesionan en medio de un juego, se recuperan y vuelven ¿Por qué debería ser un caso diferente? ―dijo con rabia contenida.
―Creo que es obvio, el equipo perdió por estar preocupados por lo que le pasó, en vez de ayudar al equipo le hundió por completo, ellos podían haber ganado sin usted y pasar hacía una mejor posición, su lesión no seria tan grave y no estaría dejando un puesto vacio.
―Sí es así, el gord… digo el profesor Anzai me dirá algo.
―No, no lo hará, ¿no sabe qué el colegio estuvo a punto de despedirlo pensando en la demanda que su familia interpondría por lo que pasó?
―Mi familia no haría nada de eso ―respondió con desesperación―, y no, no sabía que estuvieron a punto de despedirlo, pero eso es injusto ―el pelirrojo contestó bruscamente―. Él no tuvo nada que ver con mi decisión.
―Exacto, actuó irresponsablemente y egoístamente, ¿realmente cree que es un buen elemento para el equipo? Las directivas no están muy contentas con una persona tan poco confiable y con antecedentes de violencia en un grupo deportivo tan serio ―aquello no le estaba gustando para nada, pero se calmó lo más que pudo, estaba frente a cámaras y su instinto le dijo que defenderse de las acusaciones con violencia no iba a servir, además le dolía la espalda.
― ¿Exactamente qué es lo quiere que le diga? ¿Que voy a dejar el equipo? Pues no, a menos que me echen no lo haré ―la chica le miro con el seño fruncido.
―He escuchado que considera como su rival a Rukawa Kaede ―la voz de la chica se volvió soñadora y Hanamichi supo por donde ibas las tornas―. ¿Realmente cree poder estar a su altura y más con una lesión? ¿Se volverá violento para evitar que Rukawa siga ascendiendo como jugador? ¿Quizás volverá a lesionarse irresponsablemente impidiendo que jugadores de talla como Rukawa puedan mostrar al mundo su talento?
En ese momento, por primera vez en su vida, quiso golpear a una mujer, pero se contuvo porque además de ser inapropiado era inoportuno, así que con lo último de sus fuerzas y voluntad tomo aire y respondió con calma, por nada del mundo iba a ceder a una fanática caprichosa del kitsune.
―Sí, no y no, ahora si no es más…―el muchacho alzo la mirada buscado una excusa para escapar cuando vio una cabeza castaña conocida cerca y sin esperar pensó ir hacia ella como si fuera un salvavidas―. Lo siento pero debo hablar algo con Haruko-san, con su permiso.
Haruko había llegado temprano para hacer algunos arreglos del entrenamiento, al principio la idea de ser la segunda manager le asustó un poco, sobre todo por compartir espacio personal con Rukawa, pero si el baloncesto era el amor de su amor pues entonces debía contribuir en ello. Además la tenacidad de Sakuragi le había inspirado a seguir ese amor que consideraba imposible, sin embargo no tardo mucho tiempo en sentirse incomoda al confirmar las sospechas plantadas por su amigas sobre los sentimientos del pelirrojo por ella gracias a las cartas que se dirigían.
Los del equipo bromeaban sobre su "relación" cercana y ella se desesperaba por la opinión que podía tener el número 11, así que evitaba el tema con ceguera irracional. De alguna forma su instinto le decía que si Rukawa sabía con certeza que Sakuragi gustaba de ella, ella no tendría ninguna oportunidad con la estrella, quizás fuera por que en cierta forma Sakuragi era una especie de amigo de Rukawa o simplemente era un fastidio tener a alguien detrás de ti cuando tú estas en el mismo plan de conquista.
―Haruko-san ¿cómo estas, vas para el gimnasio, te acompaño? ―la chica le miró y asintió cautelosa y Hanamichi volvió a leer entre líneas. Los dos jóvenes se dirigieron al gimnasio y el pelirrojo se mantuvo a distancia para no ponerla nerviosa sin embargo se estaba desesperando.
― ¿Y cómo está el gori? ―quiso comenzar una conversación para romper ese extraño hielo, en las cartas finales sentía que la chica estaba distante, pero él se auto convencía que era por los exámenes y eso.
―Bien ―la chica arreglaba unos papeles y cajas, luego cerró la puerta de los camerinos.
―Gracias por las cartas, realmente me ayudaron mucho ―dijo con sinceridad esperando alguna respuesta positiva.
―De nada, era mi trabajo ―la chica ni le miró a los ojos y el pelirrojo sintió un dolor muy fuerte.
―Me acabo de encontrar con alguien del club de periodismo, parece que quisieron echar al profesor Anzai.
―Sí ―otra escueta respuesta de parte de la chica mientras trataba de deshacerse de su compañía, ya que la verdadera razón por la que llegaba tan temprano era para propiciar encuentros "casuales" con el kitsune y lo que menos quería era que la viera con el pelirrojo.
―Y también parece que alguien quisiera que no volviera al equipo, ella estaba preocupada por la seguridad o el futuro de Rukawa ―al escuchar ese nombre la chica se detuvo y le miro por primera vez.
― ¿Y qué respondiste? ―Hanamichi no necesitaba más respuesta que esa.
―Que el profesor Anzai debía tomar la decisión.
―Uhmm… ―y la chica siguió su camino hacia la puerta a ver si así el muchacho entendía la indirecta. Hanamichi miró su espalda y supo que ese tiempo cerca del kitsune habían hecho que la chica abrigara esperanzas con el moreno, dejándolo a él a un lado completamente.
―No me dijiste nada en tus cartas ―le dijo cuando la alcanzó con un tono de voz que no había usado hace años, estaba seguro de estar deprimido puesto que su voz sonaba melancólica.
―Miyagi-senpai me dijo que no lo hiciera ―la pelicastaña empezó a sentirse algo culpable pero aun así seguía impaciente por que se fuera.
― ¿Están molestos porque haya salido antes? ―el chico se adelantó para dejarla sola en ese lugar.
―No ―la chica intento encararlo―, estamos preocupados.
―Uhmm… no se preocupen, todavía tengo que seguir la rehabilitación, sólo hasta que este completamente curado no volveré al equipo y espero que sea para diciembre ―la chica pareció hacer cuentas, dos meses para seguir con sus planes.
―Está bien, cuídate ―y se despidió sin más con una sonrisa algo tonta en el rostro como diciendo: eres encantador pero si te vas ahora me harías un gran favor, haciendo que Hanamichi se sintiera peor al ver a Rukawa llegar por el lado contrario.
END FLASH BLACK
Aquello todavía le dolía, pero él no podía cambiar los sentimientos de la castaña ni obligarla a quererle y tampoco seguir culpando a Rukawa de todo, simplemente lo único que podía hacer era estar cerca y esperar a que se diera cuenta que él era mejor partido. Sobre el equipo podía entender la preocupación de sus compañeros, las directivas jamás estuvieron de acuerdo en que él entrara al equipo y cuando vieron la oportunidad trataron de sacarlo. Al mismo tiempo había sido un asunto grave, otros familiares hubieran demandado sin pensar, pero a él esas cosas no le importaban.
Sus padres le habían dejado una fortuna considerable que cubriría sus gastos hasta su adultez, el chico estaba en manos de sus padrinos, un matrimonio de viejitos que habían cuidado a su padre cuando joven. Su "nana" y su "nono", Aoki Todou y su esposa Aoki Yoko, eran como sus terceros abuelos y les quería muchísimo, cuando su padre murió su custodia quedó en sus manos pero aun así los viejitos no dejaban de llamarle boochama y tratarle como un amo ya que la familia Sakuragi era ancestral en Kioto.
Sus abuelos paternos tenían una propiedad en Kioto de varias hectáreas, un viejo castillo al estilo imperial heredado de quien sabe cuantas generaciones en donde los Aoki trabajaron con ellos. Sus abuelos más que terratenientes eran campesinos ya que la tierra no tenía más valor que el turístico, así que su padre no tenia ínfulas de niño rico, sus abuelos vendieron parte del terreno quedándose con el viejo castillo para que su hijo se volviera un profesional y viviera en el mundo moderno. Por otra parte su madre también tenía una herencia por el lugar, una vieja tienda de antigüedades que su abuelo Walker trajó desde Inglaterra, lo cual lo dejaba con varias propiedades y una buena cuenta en el banco.
Pero Hanamichi no pretendía gastárselo en vanidades, después de la desafortunada muerte de su padre vendió la casa (bueno a través de sus padrinos) para evitar los malos recuerdos y los comentarios de los vecinos, al final encontró una especie de apartaestudio sencillo que se encontraba en un vecindario de ambiente familiar, cuando su nana insistió en conseguir una casa para que ellos se fueran a vivir con él los convenció que era mejor vivir en algún lugar sólo ya que no iba a abusar, ellos habían servido ya a su familia y por nada del mundo haría que sus hijos siguieran esa tonta tradición, a pesar que Shino el hijo menor de ellos quiso tomar el lugar de sus padres e irse a vivir con el chico.
Hanamichi no necesitaba protección, ya era un niño grande que podía cuidarse a sí mismo, sabía lavar, cocinar y organizarse en la vida domestica, no por nada había perdido a su madre a los 8, así que no era un problema para él vivir solo. Aun así los Aoki le visitaban cuando podían, los viejitos tenían como 8 hijos y un mundo de nietos de su edad, así que le vigilaban constantemente, además sus padrinos había decidido mudarse en las cercanías de Yokohama, en una casa cerca del mausoleo familiar, no le gustó hacerlos cambiarse pero todavía recordaba cada visita, cuanto se alegraron cuando les habló del equipo y cuando les relató sus avances en el básquet, realmente les quería muchísimo. Sin lugar a dudas hubiese tenido una vida mejor en Kioto, pero amaba mucho Yokohama a pesar de haberla odiado al principio, además estaban Yohei y su banda, los quería mucho y no quería comenzar de nuevo otra vez, sin embargo eso no evitaba que se sintiera solo y que algunos momentos se volviera demasiado sensible.
Este era uno de eso casos, aquellos 15 días habían sido de lo peor, no dejaban de molestarle los comentarios de los chismosos y la preocupación extrema de sus compañeros, que creían que se iba a desmayar de un momento a otro, sinceramente esa situación le quitaba el ánimo en las fisioterapias y no sabía si quería volver o no al equipo tan rápidamente. El profesor Anzai había hablado con él cuando regresó, pero en realidad no pudo decirle mucho sólo que se recuperara, sus amigos trataban de animarlo como siempre, especialmente por que el 31 de octubre se realizaba una fiesta de disfraces después de un sensacional partido entre Shohoku y Ryonan para recaudar fondos para el equipo.
STARK FLASH BLACK
―Vamos Hanamichi, quédate a ver el partido y vienes a ver la fiesta, te disfrazas de algo y nos divertimos.
―Noma tiene razón, Miyagi dijo que arreglarán el gimnasio para la fiesta, incluso los de Ryonan están invitados, vamos anímate podrías invitar a Haruko a bailar.
―Cállate Takamiya, no te preocupes más por Haruko Hanamichi, es obvio que Rukawa no la pela, un día de estos se dará cuenta, pero yo he escuchado que Fuji está soltera y también su otra amiga Matsui.
Yohei se mantenía en silencio, la depresión de Hanamichi le preocupaba, pero era necesario que el chico se distrajera y volviera al gimnasio, una mirada a sus tres amigos y estos entendieron que debían dejarlo solo con el pelirrojo para que le diera una de sus atípicas charlas.
―Hanamichi, sé que los del equipo se están comportando un poco idiotas, pero están preocupados y con la presión de los profesores se sienten peor. Pero ya se les está pasando, incluso hable con Miyagi y parece que Ayako convenció a Haruko de bailar contigo una pieza en la fiesta ―el chico le miró a los ojos, la propuesta era interesante―. Estoy seguro que habrá mucha comida, música, diversión, además ¿no quieres ver que tanto ha mejorado el equipo? Pareciera que ya no vas a volver y tú dijiste que lo ibas hacer para diciembre.
El pelirrojo suspiró y reconoció que se estaba comportando demasiado infantil, a todos les habían castigado con el látigo de la indiferencia para evitar comentarios sobre su recuperación, pero para el chico era difícil ver a sus compañeros jugar mientras él no podía hacerlo, le molestaba que todo el mundo parecía feliz mientras el soportaba los dolores de espalda así que terminó por alejarse de todos.
―Está bien iré pero no me disfrazare ya estoy muy grande para eso ―el moreno le sonrió complacido.
END FLASH BLACK
Hubiese sido mejor no haberse hecho ilusiones, durante los últimos días su humor empezó a subir rápidamente imaginándose que todo volvía a encausarse, primero acallaría a un montón de idiotas mostrándose al lado del equipo, a pesar de que el dolor era difícil de soportar estaba seguro de poder volver a jugar pronto además le plantaría la cara al tontarrón de Sendoh y quizás a otros de varios equipos, que según lo que sabía ahora estaban muy interesados en los movimientos de Shohoku, para finalizar bailaría con Haruko en medio de una fiesta e intentaría recuperar el terreno perdido. En conclusión ese sería un día magnifico que resulto ser una pesadilla.
STARK FLASH BLACK
― ¿Escuchaste lo que te dije? La hermana de Akagi, la tal Haruko, irá acompañada de Rukawa a la fiesta de Halloween…
―No seas tonta, lo que pasa es que los del equipo deben estar presentes por obligación y Rukawa no quería ir, le convencieron cuando le propusieron que Haruko iría como su acompañante para alejar a las chicas, a él no le gusto la idea pero ya sabes que es un caballero y ella es la hermana de su ex capitán…
―Sin embargo hay que echarle un ojo a esa chica, se hace la tonta, sé que Ayako se propuso pero el capitán, el tipo ese bajito, hizo un escándalo, pero al final Akagi le rogó que le cediera su lugar a cambio de bailar con el pelirrojo ese que anda de baboso detrás de ella.
Para su mala suerte Hanamichi se encontró con el trío Ru-ka-wa justo cuando iba hacia el gimnasio para desearles suerte a los chicos antes del partido, las chicas parecían satisfechas con hacerle llegar esa información de forma mal disimulada y cruel, ya que lo odiaban sin razón aparente. Contuvo la rabia cuanto pudo por la hipocresía de las tres babosas y decidió buscar a la chica pelicastaña sin pensar realmente que deseaba decirle, recorrió el colegio para encontrarla charlando y arreglándose con sus dos amigas en el salón de música, sólo para escuchar algo que le dejó peor.
―Haruko ¿y no te dan miedo las fans de Rukawa? Todas están furiosas por que iras con él.
―Por supuesto que no Fuji-chan, además estoy segura que él y yo haremos una pareja estupenda, simplemente tengo que seguir mi plan y ya verán que pronto podremos ser amigos y pues…―la chica se sonrojó, Rukawa ya le había hablado 5 veces, poco a poco iba entablando una especie de relación con él y estaba segura de que ya no la desconocía como antes.
―Pero te salió caro, Ayako-senpai no te dejara en paz hasta que bailes con Sakuragi- la muchacha de coletas se arreglaba las uñas, mientras la chica hizo una mueca de resignación con su cabello en las manos para atarlo en un coleta.
―El sacrificio vale la pena ―aquello hirió mucho al chico que se encontraba detrás de la puerta escuchado indiscretamente.
―No deberías hablar así, tú le gustas a Sakuragi…
―Pero él a mi no Fuji-chan, es cierto que me cae bien y que me gustaría que fuéramos amigos, pero sólo eso- así que la castaña ya lo sabía, allí iba su rechazo numero 51.
― ¿Y por qué no sé lo dices? ¿Además que posibilidades tienes con Rukawa-kun? ¿No sería mejor que le dieras una oportunidad a Sakuragi-kun? ―Hanamichi agradeció el intento de la joven por convencer a su amiga pero no todo era color de rosa.
―Estás loca Fuji, cambiar a Rukawa por Sakuragi, te lo he dicho muchas veces Haruko, Fuji tiene muy mal gusto.
―Eso no es cierto Matsui-chan, sé que Rukawa es más guapo…
―Más cool, más tranquilo, más normal- Haruko se echo a reír de la chica de coletas que contaba con sus dedos las cualidades del pelinegro.
―Eso no me importa Matsui, bueno sí un poco, pero no puedo mandar sobre mi corazón, Sakuragi es muy amable, pero no es, no es la persona correcta para mí, es demasiado diferente simplemente no es…
―…Rukawa, no puedes ver la luna cuando el sol la tapa ―Matsui sentenció la frase con maestría y aquello destruyó la poca alegría de Hanamichi―. Pero ¿entonces vas a bailar con él?
―Tengo que hacerlo, ha estado muy deprimido últimamente por los comentarios, ven esa es una diferencia clara entre Sakuragi y Rukawa, Rukawa Kaede nunca se deprimiría por el qué dirán y dejaría sus metas por tonterías, Rukawa-kun es mucho más maduro- sentenció con voz soñadora.
Hanamichi quedó perplejo ante esa afirmación y se alejó rápidamente sin ganas de ir a la fiesta, por un segundo quiso escarparse y volver a su casa a partir alguna cosa. ¿Quién demonios había dicho que estaba deprimido por el qué dirán? ¿A él que le importaba lo que otros pensaran de él? ¿Qué ha acaso no sabían que eran ellos, el equipo, los que lo estaban deprimiendo? ¿Y de cuando acá ser un insensible era símbolo de madurez? Hanamichi se encaminó rápidamente hacia la salida y Yohei interrumpió sus pensamientos llamándolo.
― ¿A dónde vas Hanamichi?- el chico pelirrojo se detuvo en el acto, ¿mierda ahora que le digo?
―Me voy a disfrazar al final y voy a buscar uno ―le dijo lo primero que se le ocurrió.
― ¿En serio, vas a la de siempre, puedes buscar el mío? ―el chico le extendió el recibo con toda seguridad y Hanamichi entendió que no le dejaría no asistir.
Sin embargo el pelirrojo consiguió llegar lo más tarde posible, escondiéndose entre la multitud que aclamaba a los dos equipos, buscando alguien a quien dejarle el condenado disfraz y desaparecer en su casa. Y entonces comenzó el partido
END FLASH BLACK
Hanamichi se quedó todo el partido escondido, viendo algo que no esperaba, si bien había escuchado que el kitsune tenía un nivel muy bueno después de participar en la selección juvenil, no esperaba que el equipo fuera tan bueno. Sin Akagi y sin él, esperaba que el grupo tuviera problemas sobre todo en defensa, pero este equipo incluso parecía mejor sin ellos dos, Miyagi jugaba mucho mejor, con decisión y agilidad, Mitsui había mejorado su puntería y era una atacante de temer junto a Rukawa y si no estaba mal habían jugado Kakuta y Yasuda, los cuales definitivamente estaban buscando un puesto en la titular.
El recuerdo le volvió azorar, la sensación de estar atrás le volvió a llenar, esa sensación de que nadie notaba su ausencia, de que a nadie le importaba su existencia y cuando hablaba de nadie pensaba en sus compañeros, en aquellos que le importaban, no en los otros chismosos, sino en aquellos amigos que parecía no estar interesados en él.
Simplemente el mundo había seguido girando mientras él estaba en esa cama de hospital, ahora entendía por qué no estaban preocupados por su pronta recuperación, por que no habían tenido la decencia de hablar con él sobre su regreso al equipo, porque tenía la sensación de que querían sacarlo del equipo por lo menos en este año. Además la mirada fija de Haruko sobre Rukawa no le ayudaba en nada, el recuerdo de la fría comparación de la chica entre el numero 11 y él le había calado hondo, la sensación de desprecio por no ser un prototipo fue la última gota que rebosó el vaso.
Además el publico gritando el nombre de los jugadores sin siquiera notarlo le hizo sentir impotencia, sus compañeros jugando sin que él pudiera hacerlo, festejando triunfos que no lo involucraban, jamás en su vida se había sentido tan insignificante, así que salió sin hacer escándalo aprovechando su invisibilidad, al final se topo con Etsuko a las afueras y aunque le revolvía estar cerca de esa chica, le pidió amablemente hacerle llegar el traje a Yohei porque él tenía que atender un asunto urgente y huyo como un animal herido mientras la chica le miraba satisfecha.
―Soy un cobarde, pero detesto la soledad, la ignorancia de la gente, ser invisible, ¿Por qué no soy lo que otros quieren?
Se sentía tan desesperado, estaba adolorido, su lesión le dolía, la cabeza le iba a estallar, se encontraba sólo y abrumado. Estaba seguro que Yohei quizás estaba preocupado pero la lluvia no le dejaría llegar a él.
―Pero cuantas veces he salido contra viento y marea para ayudarlos ¿Por qué nadie parece preocuparse por mí?
A veces era demasiado caprichoso, pero últimamente se sentía vacio, inseguro y adolorido, sin su fuerza sobrehumana no era nada, no tenían un lugar en la sociedad, no era respetado ni temido ni nada. No podía pelearse, ni gritar, ni jugar, estaba atado de manos y pies y ahora todo el mundo le pasaba por encima sin siquiera parase un instante a peguntarle como estaba.
Quizás estaba llevando su depresión a un nuevo nivel, dar demasiado tenía sus problemas, él era un chico que se entregaba con todo y esperaba recibir en la misma medida, pero eso no era posible. La realidad es que fue muy iluso e irresponsable, como le había dicho Etsuko, el único culpable de lo que le pasaba era él, por su culpa su familia se desintegró, por su culpa su padre no estaba con él, por su culpa estaba solo y sin las personas que amaba en vez de estar en Kioto, por su culpa estaba lesionado, por su culpa estaba allí en medio de esa soledad en vez de estar en la fiesta con sus pocos amigos.
Hanamichi estaba acostumbrado al drama, siempre había sido el niño mimado de una gran familia, siempre fue el centro de atención entre los Sakuragi y los Walker, pero de repente su vida cambio a la muerte de su madre, no recordaba muy bien como había sido todo, pero al final terminó en Yokohama sólo con su padre y renegando a los cuatro vientos. Se volvió rebelde, un peleador sin causa ni ley que ni siquiera su padre podía controlar.
―Eres un niño.
―No lo soy, soy más alto que tu.
―Aja y por eso debes pegarle a quien se te enfrente, te lo repito eres un niño, sino no te comportaras así.
Podía recordar las muchas discusiones entre su padre y él desde que se mudaran a Yokohama, discusiones en el que Sakuragi Yuuta le regañaba con paciencia y tolerancia, con ese amor de padre que era su mayor tesoro y que derrochó sin pensar nunca en un final tan abrumador. Hanamichi era impaciente, volátil, infantil, jamás entendió por que habían abandonado Kioto como si estuvieran huyendo, le reprochó, le gritó, le insultó y aun así su progenitor siempre le sonreía y le regañaba con cariño.
Como extrañaba sus sabias palabras, sus consejos, su cariño, su amplia y gran mano, como extrañaba la sensación de sentirse protegido, amado, seguro, a pesar de su irascible humor su padre lograba controlarlo, entenderlo, explicarle cosas que él veía en blanco y negro por su juventud. ¿Estaba ahogándose en un vaso de agua él solo? ¿Realmente era tan inmaduro como había insinuado Haruko? ¿Y entonces que se supone que debería hacer?
De repente se levantó como un resorte, la habitación se estaba haciendo más pequeña, se estaba ahogando en esas cuatro paredes, necesitaba salir tomar aire, buscar algo que no sabía ni que era, el alto chico tomo una gabardina negra y salió corriendo hacia la puerta sin importarle el diluvio que se estaba desatando allá afuera, el chico corría y corría por las calles desiertas e inundadas de agua, en menos de 5 cuadras estaba mojado hasta el alma, nadando en vez de caminar mientras los rayos relampagueaba, el viento azotaba a todo lo que no estuviera en reguardo, no había fluido eléctrico en toda la ciudad ni el las calles, la oscuridad de la noche lo convertiría en blanco fácil de cualquier desgracia y aun así Hanamichi seguía corriendo persiguiendo las respuestas.
¿Por qué se sentía tan desesperado, tan sólo, tan impotente? ¿Por qué su vida se estaba trastornando tanto cuando todo parecía ir bien? ¿Por qué sus compañeros no le decían la verdad en la cara sea lo que fuere? ¿Por qué sus amigos parecían no entender su necesidad de volver a ese lugar que con tanto esmero había estado buscando? ¿Por que las chicas lo descalificaban como pareja, hombre o amigo? ¿Por qué nadie entendía que lo único que quería era un poco de amor, afecto y reconocimiento, que debajo de esa capa hostil y agresiva sólo había un niño cariñoso y afable, un amigo confiable, un luchador, un deportista competitivo, un adolecente queriendo ser un hombre derecho, un hombre deseando amar y ser amado, capaz de bajar la estrellas y hasta más?
Un rayo atroz bajo por el cielo y el ruido se escuchó inmediatamente, sea donde sea había caído muy cerca de donde el pelirrojo se encontraba, el muchacho se asustó un poco saliendo de su ensimismamiento y tratando de localizarse en espacio y tiempo, ya debían ser más de las diez y media de la noche. Miro hacia los alrededores, reconociendo una estación de tren y se dirigió hasta ella, tomo un tiquete ante la mirada atónita de la cajera que pensó que el chico tenía alguna emergencia para salir a esa hora y en esas condiciones. Hanamichi no lo pensó mucho subió a tren para entrar en calor, casi no había pasajeros y el conductor repartía cafés paras los pocos adentros, todos le miraron de pies a cabezas, estaba empapado y pálido como si tuviera una urgencia terrible, el chico no le dio importancia y agradeció que nadie le preguntara nada por que el mismo no sabia que demonios hacia allí.
El tren partió rápidamente y el muchacho volvió a revivir todos los sucesos desagradables de su vida, tal vez era por el inclemente dolor de cabeza, se sentía que se iba a morir de un momento a otro, el sonido de los rieles lo despejaron un poco, lentamente se sumergió en un estado de catarsis y le pareció escuchar varias voces. ¿Acaso se estaba volviendo loco?
De repente alzo la vista al escuchar el sonido de un cascabel y le pareció ver algo en la ventana pero no supo que era pues paso muy rápido, entonces el tren se detuvo de improviso señalando haber llegado a su destino, el muchacho miró la pantalla sorprendiéndose de encontrarse fuera de Yokohama, justo en la zona donde se hallaba el mausoleo de su familia ¿será que su instinto había dominado sus pies llevándolo con los Aoki? Hanamichi no quiso pensar de más y se bajo con presteza todavía mojado de pies a cabeza, salió de la estación sin tomar si quiera un paraguas y se internó en las calles de nuevo sorprendiéndose de que la lluvia ya no fuera tan fuerte. Volvió a escuchar el sonido del sonajero pero no supo identificar que era o de donde venia, sus pies se movieron rápidos y seguros hasta llegar a la larga escalera que llevaba a las tumbas de sus familiares y ancestros.
¿Qué demonios hago en el cementerio familiar?
El chico miró a los lados, no había nadie, la lluvia seguía siendo constante y los rayos seguían siendo tan desgarradores, pero al parecer sus sentidos estaban registrando todo de una forma lenta, o quizás se había resfriado en el trayecto. Sin poder entenderse a si mismo, el muchacho subió las escaleras, volviendo a sentir ese dolor punzante y angustiante en su columna vertebral, pero ignoro todo eso con tal de llegar a un resguardo en la cima de la montaña. Y no sólo por la lluvia, su cuerpo había respondido instintivamente a su deseo de protección, y no era por los Aoki, Hanamichi estaba allí porque deseaba ver a sus padres.
Él nunca pudo asistir al funeral de su madre, no recordaba eso tampoco, según su padre la muerte de ella fue muy traumática para él y cuando tuviera la edad él mismo le contaría más cosas sobre ese suceso. Esa fue una de las tantas cosas que el chico le reprochó a su padre, el cual siempre le decía que era mejor esperar hasta que no fuera un niño, razón por la cual Hanamichi se peleaba constantemente para librar su frustración de no poder recordar, por que tenia la impresión que de una u otra forma él era el único culpable de lo que sea que halla pasado, por eso cada día replicaba en todos los tonos que conocía pero el día en que murió su padre tuvieron una de sus mayores peleas lo cual lo hacia sentirse más culpable por la muerte de ese hombre maravilloso, un padre que lo ultimo que oyó de su hijo fueron palabras desagradables y que él dejó morir por su irresponsabilidad sin poder decirle cuanto lo amaba.
Desde entonces no tenía valor suficiente para venir a verle en su tumba, había llorado y maldecido por ser tan torpe, lo sabía y lo reconocía era un completo imbécil, por eso se disgustaba con Rukawa por darle ese apelativo que le venia como anillo al dedo. Pero aun así en ese año en donde había encontrado en el basquetbol una válvula de escape para su impaciencia no había podido ir a visitarles incluso a sabiendas que los restos de su madre fueron trasladados para que pudieran estar junto a su amado por la eternidad, no podía ir a llevarles flores ni platicar con ellos pues se sentía condenado a pesar de que estaba seguro que ambos le habían perdonado por su comportamiento. Pero ahora esta allí, era sumamente irónico, después de casi un año su alma y su mente estaban listas para saludar a su progenitores y lo hacia justo un día de brujas, a la medianoche en medio de una aterradora tormenta, sin embargo Hanamichi no era de los que pensaban demasiado, a veces era mejor dejar al cuerpo actuar.
El chico llegó con dificultad a la cima, respiró hondo y abrió las verjas para toparse con un jardín hermoso bordeando un pequeño mausoleo, inundado como todo en la localidad esa noche. La estructura de piedra conservaba los restos de sus familiares que habían muerto hace años, mientras que los muertos más recientes residían en tumbas en el jardín formando un cementerio. Al parecer los Sakuragi tenían la costumbre de ser enterrados lejos de Kioto como símbolo de un viaje al otro mundo de camino al mar aunque la verdadera razón era proteger sus cuerpos de enemigos y saqueos, por eso el mausoleo tenía añales y todos sus ancestros estaban allí, por lo que sabia al morir un Sakuragi primero era enterrado en las tumbas que se abrían en el jardín y que eran visitadas por 7 años para luego ser incinerados y colocados dentro del mausoleo en valiosas urnas fúnebres, en el caso de los varones Sakuragi debían esperar a estar junto con sus esposas si querían estar juntos en la otra vida.
Era una tradición extraña, ya que en Japón se acostumbraba a cremar a los muertos, pero según su abuela aquello se hacia en la familia para que el alma trascendiera al ser visitada por los familiares. A Hanamichi no le interesaba mucho la historia de su familia y después de desaparecer de Kioto dejó de pensar en ello por completo, sin embargo agradecía que sus padres estuvieran juntos en esa tumba y que su amor pudiera seguir en donde sea que estuvieran. El chico se acercó a las lapidas hermosamente decoradas mientras las lluvia empezaba suavemente a menguar, el viento soplaba suave y armonioso justo como el latido de su corazón.
―Hola papa, hola mama, sé que no he venido a verlos hace mucho tiempo, deben estar molestos, sé que nunca fui un buen hijo ni siquiera después de que murieran, pero lo siento, de verdad lo siento, perdóname papa, perdóname por no querer reconocerlo antes, pero sigo siendo un niño mimado después de todo ―Hanamichi se arrodilló dejando que la lluvia pasara por su cuerpo limpiando un poco su alma.
-Soy un idiota, un doa'ho como dice el kitsune, tienes razón papa, soy sólo un niño caprichoso queriendo destacar ―el chico se secó las lagrimas con la manga de la gabardina, aunque era inútil su cara ya estaba empapada por la lluvia―. Ya no me peleo constantemente, ahora me gusta el básquet, me gusta ser la revelación del equipo de Shohoku y me gusta una chica llamada Haruko, pero últimamente no me ha ido bien y ninguna de las cosas que hago. Me lesione por andar de loco, mis compañeros han mejorado muchísimo y a mi me falta mucho para volver a jugar, además a Haruko le gusta el kitsune y quien sabe hasta logre conquistar al "rey del hielo".
―No sé que hacer, quiero tratar de resolver las cosas maduramente pero no puedo, no sé que pasó hace 8 años, no lo recuerdo pero papa si tu creías que no estaba listo para saberlo estoy de acuerdo, es decir, mírame, estoy tan deprimido por tan poca cosa, por los problemas con le equipo, no sé que hubiera pasado si supiera la verdad, por que estoy seguro que no fue algo agradable. Mi cabeza me va estallar, no sé que me esta pasando.
―Pero ahora no me importa, perdí mucho tiempo estando triste, deprimido y frustrado, seguro estas enojada conmigo mama por ser tan cabeza hueca y tratar tan mal a papa, pero es tu culpa tú eras más terca que yo, así que debí heredarlo de ti ―el muchacho le sonrió a la tumba imaginándose a su madre levantar el puño enojada ―. Los amo, los extraño, los necesito, quiero escucharlos darme un consejo en estos momentos, entender mejor esta sensación de desespero y soledad, que me digan que debo tener paciencia, que tengo amigos a los que valorar, que lo importante es mi salud y que pronto seguiré jugando como si nada, que algún día encontrare una persona que ame de verdad.
―Tal vez no los pueda escuchar pero sé en lo profundo de mi corazón que están conmigo, sé que quieren decirme, que tengo que madurar, enfrentarme a la vida, seguir caminado sin detenerme ni mirar atrás, lo sé, pero me gustaría escucharlos ―de repente Hanamichi sintió un susurro, un ruido extraño que lo sobresaltó y lo hizo ponerse en guardia.
El chico miró hacia todas partes ¿acaso había sido el viento? Entonces sintió una rama crujir, el mausoleo estaba rodeado de un bosque espeso, quizás fue algún animal del monte, sin embargo una sensación pesada le hizo sentir que había algo más en ese lugar, un olor singular llego a su nariz, un sabor metálico se posó en su garganta, el chico estiró la cabeza para distinguir entre la noche y la maleza. Había una sombra grande que salía del bosque, ¿un niño? ¿Una persona que se arrastraba? Por más que su mente mandaba señales de alarma su cuerpo no respondía, lo que sea que fuera se movió lentamente es su dirección como acechando y analizando.
Un gruñido extraño e infernal salió de la sombra, unos dientes afilados aparecieron de la noche misma y resplandecieron junto a las garras que sostenían a unas patas fuertes y letales, el pelaje negro estaba erizado, manchas rojizas cubrían el cuerpo del animal junto a los ojos más rojos y penetrantes que jamás hubiese visto. Un rayo partió el cielo en dos y Hanamichi pudo observar detalladamente a su acompañante nocturno, era un animal, un lobo, pero quizás más grande, jamás había visto un perro tan grande y con un aspecto tan demoniaco, el animal mostraba sus dientes y el pelirrojo pudo divisar heridas mortales en su costado, el perro estaba herido y en su cuello un collar plateado resaltaba.
―Hola perrito, bueno no eres un perrito ―el chico retrocedió y la mirada lobuna se suavizó, mostrando dolor y fragilidad.
Soy una bestia chico, algo que tu raza nunca entenderá, deberías tenerme miedo ¿Por qué no corres? No voy a poderme contener por mucho tiempo.
― ¿Estás bien? ―para Hanamichi ese perro era muy grande, pero sólo era un animalito lastimado y por supuesto no había escuchado nada más que un gruñido.
No, pero pronto me sentiré mejor, lo siento por ti, estas en el lugar equivocado en el momento equivocado
Y el animal se lanzó sobre él.
RESPUESTAS A PREGUNTAS QUE NI SIQUIERA TE HAS HECHO
¿Otro fic?
Es necesario… desde hace rato la idea me da vueltas, quiero un fic de suspese y sobrenarutal que incluya "bestias" bueno la idea esta chévere veremos si puedo con dos fics al mismo time, de todas formas muy pronto publicare el 18 de Fantasmas.
¿Yaoi?
Jajaja, sé que a más de uno le interesa, pues sí creo que sí, será un Hana y alguien más, el problema es que no sé quien será ese alguien más. De todas formas el romance no me va, aunque la "bestia" será toda una mina de oro en ese tema jajaja.
¿Cómo que fractura en la C7 eso como es?
Me perdonaran aquellos lectores que si sepan de medicina y me disculpen la ignorancia en el tema, afortunadamente nunca me he partido ni un hueso así que no tengo experiencia en el área (y la medicina no se me da) el punto es que es una lesión dura y que Hanamichi se recuperó como por "arte de magia" XD
¿Y en este Haruko si sufre, Ru esta enamorado de Hana y sus amigotes son tan amigotes?
Ganas me dan de hacerla malvada jajaja, no sé, pero aquí hay cambios con respecto a Fantasmas, en donde Hanamichi es dios y tales, Yohei y su grupo no son tan amigos del pelirrojo, de hecho ni saben sobre su vida y la boba de Haruko es muchísimo más inmadura y bueno quizá sufra un poco. Sobre Ru, no, no esta enamorado del pelirrojo, pero si le gustaría hacerse su amigo.
¿Y las actualizaciones?
Bueno, toca de mes en mes, sorry pero prometo que serán de más de 20 pág (Word arial 12).
GRACIAS Y PERDONEN CUALQUIER COSA QUE SE PUEDA PERDONAR (LA MALA ORTOGRAFÍA Y GRAMÁTICA INCLUIDA)
