¿En busca de la sazón?

La capital del Oeste era sumamente activa en las primeras horas de la mañana. El tráfico no dejaba de circular en las avenidas, las aeronaves seguían su transcurso en el aire. Los adultos que no poseían vehículo propio se enfrentaban a una severa lucha por subirse a la locomoción colectiva, mientras que los jóvenes tampoco eran la excepción, muchos de ellos transitaban por las calles en bicicleta, otros intentaban tomar los buses, algunos se desplazaban en transporte escolar o simplemente a pie. Muchas personas dirigiéndose a diferentes sectores, en las arterias principales de la ciudad, algunos con mas prisa que otros, pero había algo en ellos que tenían en común y eso era, llegar a su destino a la hora exacta y sin contratiempos.

Un distinguido príncipe se encontraba asomado en el balcón de su habitación, hacía poco que se había levantado, su mujer al parecer había despertado mucho mas temprano, cosa que lo hacía extrañar mucho en un día sábado por la mañana. Su pose era la misma que adoptaba al colocarse en una esquina, los brazos cruzados y una mirada sin emociones, simplemente unos ojos negros acompañados de una seriedad tremenda. No recordaba, desde cuando empezó a disfrutar de cosas sin importancia, de abrir las ventanas y ver el sol de cada día, cuando se asomaba a su balcón le era imposible no ver a esos molestos terrícolas caminando de un lado a otro, no es que le incumbiera o le importara la vida de los humanos, pero era inevitable no verlos desde ese lugar. Su mirada repentinamente se dirigió al reloj, eran las 7:30 AM, se había levantado muy tarde debido a los entrenamientos de el día de ayer. Luego de ver el reloj se dirigió hacia la puerta, no sin antes echar un vistazo al baño, sabía perfectamente las cosas que hacía cada día, su rutina matutina que había adoptado por muchos años, quizás estaba aburrido de cumplirla sin alteraciones, por lo tanto debería modificar su horario ese mismo día.

El saiya tomó la chapa de la puerta y la abrió, se percató que el piso había cambiado de alfombra, cosa que no había notado el día de ayer, alzó una ceja y no le dio mas importancia a esa pequeñez, se dirigía rumbo a las escaleras, paso a paso, escalón por escalón logró divisar la sala y el comedor, no había nadie en casa, solo el Ki de Bulma estaba en el laboratorio, pero era como si la casa estuviera vacía, porque cuando ella entraba no salía después de muuuchas horas. "Al parecer los empleados no estaban trabajando este día" eso lo había sorprendido, pero al mismo tiempo lo alegró, detestaba a esos insectos merodeando en su alrededor.

Inmediatamente abrió la puerta de la cocina, encontrándose con muchos cartones provenientes del supermercado al que Bulma llamaba cada día domingo para que le traigan los pedidos de la semana, le parecía raro que el día se haya adelantado o quizás.. ¿el se había equivocado?. Hizo una pequeña mueca con sus labios e iba esquivando esas compras que estaban en el suelo, odiaba el desorden, esa era una de las cosas que detestaba ver y mas todavía tener que convivir. Aunque no podía quejarse tanto porque Bulma era el retrato vivo del desastre. Tomó el hervidor de agua y buscó en la lacena algo para desayunar.

---------------------------------En otra parte de la corporación capsula------------------------------

Mientras que en el laboratorio, una científica de cabello azulado se encontraba dando varias vueltas alrededor de su nuevo prototipo de aeronave, el estrés la estaba consumiendo por completo y el calor la estaba matando, el aire acondicionado no funcionaba, había sufrido una descompostura recientemente y para colmo ese día estaban en las temperaturas mas altas de la semana. 40° centígrados, todo un horno y mas aún en su laboratorio. Ella revisaba constantemente los planos de su nuevo invento, hacía cálculos mentales una y otra vez y no coincidían. La situación la estaba haciendo enojar demasiado, aparte que había tenido unas horribles vacaciones de verano en donde Vegeta fue el causante de todos los malos ratos.

Al recordar aquellas escenas no pudo dejar de agarrarse ciertos mechones de su cabello y apretar sus dientes con dureza. Todo había salido mal, habían ido en un crucero, pero no contaba con el exceso de mal comportamiento de cierto saiya orgulloso. En ocasiones Vegeta se volvía incontrolable, como la vez en que se levantaron muy temprano para ir a nadar un rato a la piscina a solas y todo estaba bien, hasta que llegó un hombre y también se hecho a nadar, al darse el primer chapuzón le hecho agua a la cara de su muy "tolerante" esposo, cosa que irritó a Vegeta e intentó ahogar al pobre sujeto sin compasión, ni hablar de todo el lío que se formó, ese príncipe era muy "territorial" por así decirlo. Después de ese mal momento, había decidido olvidar aquella penosa escena e intentó relajarse con una sesión de masajes, había escuchado hablar de un profesional que se destacaba por tener unas manos divinas a la hora de hacer su trabajo, ella decidió probarlo, se había desvestido y solo quedó en una toalla blanca, arriba de una camilla y recibiendo masajes reconfortantes en la espalda, pero de repente escucho un crujido de huesos, seguido de un grito y para cuando sus ojos vieron hacia atrás, su sorpresa fue mayor, no era nadie mas, ni nadie menos que Vegeta, tomándole las manos ""delicadamente"" a cierto terrícola atrevido que estaba tocando algo que solamente le pertenecía a él.

En otro día, le había dicho a su Vegie que vaya a buscar alguna actividad que le interese, pero este se había negado por completo, a lo mucho Vegeta salía para causar problemas o para comer en algún restaurante. Habían peleado muchas veces, tantas que perdió la cuenta, estaba muy irritable esos días y para calmar esos estados de ánimo fue a una zona de baile donde enseñaban a moverse con sensualidad, para desgracia de ella, sintió que le había llegado el periodo menstrual y justo en el tiempo de su aniversario. Ahora tenía un motivo mas por el cual sentirse enojada, no había podido encontrarse íntimamente con Vegeta, no habían tenido nada de nada, primero por las discusiones y ahora por eso, no es que ella detuviera sus impulsos por algo tan normal que le ocurría a toda mujer cada mes, sino que ella se sentía muy adolorida, sin humor y con los pechos hinchados, en conclusión, estaba una mier..

---------------------Flash back--------------------

Había entrado a su habitación luego de tomar pastillas para la inflamación por los dolores molestos de la menstruación y también para deshacerse de los malestares de una pesada jornada de aeróbic. Cuando alzó su mirada hacia la cama, encontró algo que jamás esperó de Vegeta, eso si que la perturbaba y mucho, verlo como televidente le hacía pensar que no era él. Lo había pillado viendo programas deportivos, pero el se hizo el desentendido, diciendo que le gustaba burlarse de esos supuestos "luchadores" que hacían puras tonterías en el Rin, nada como escucharlo reír por algo, aunque sea de la desgracia ajena..pero una vez que el terminó de ver su entretención y se dirigió a la ducha, ella había tomado el control de la TV y una llamada de teléfono la dejó impactada..

-Buenas noches, ¿esta es la habitación 69?.-

-Lo es, ¿que desea?.-Respondió Bulma esperando escuchar algo muy cotidiano en las recepcionistas. ""El ofrecimiento de los múltiples servicios y recalcar la atención que tenían con sus viajeros""

-¿Me puede comunicar con el señor Vegeta por favor?.-

-¿Eh? el está en la ducha, dígame ¿para que lo necesita?.-Preguntó Bulma sorprendida.

-Bueno...es que el pidió algunos canales extra de el TV cable y pues no se ha acercado a cancelar.-

Al oír eso, Bulma quedo un poco perturbada "¿Vegeta es un fiel televidente? ¿desde cuando? ¿Será desde ahora o hace ya varios meses?".-Oh ya veo, dígame ¿de cuanto dinero hablamos?.-

-No es mucho, pero si desea seguir teniendo esos canales deberá cancelar lo antes posible.-

-Ya, no se preocupe, mañana mismo salgo a cancelar, ¿me puede decir que canales son?.-

-Este.. son unos canales para adultos...-

-¿Para adultos?, ¿acaso es pornografía?.-Preguntó Bulma choqueada, si no se esperaba ver a vegeta de televidente mucho menos de espectador de canales porno.

-Si, discúlpeme pero tengo que dejarla, le aviso que los horarios de atención son de 9 AM a 7 PM, que tenga muy buenas noches señora.-

Bulma seguía con el auricular en la mano, escuchaba la línea cortada pero no salía de su impresión, pero en ese instante una especie de gemidos salían del baño. Su cabeza fue girando muy lentamente hacia el lugar proveniente de dichos gemidos y empezó a pensar cosas... Se puso de pie y fue caminando de puntillas, una vez que estuvo al frente de la puerta acercó su oreja y pudo escuchar con mayor claridad. "No hay duda, son gemidos de Vegeta, ¿estará masturbándose? Mmm.. que extraño jamás lo había visto hacer eso, salvo cuando estamos en plenas sesiones de sexo, debe estar muy necesitado" Sonrió Bulma de una manera pervertida y olvidándose de la reciente llamada, pero antes de tomar la chapa de la puerta se acordó y un pensamiento siniestro se apoderó de su mente. "¿Será que esta soñando conmigo o con esas descerebradas conejitas play boy?" Una especie de rubor azulado apareció en sus mejillas.-No puede estar pasándome esto.-Susurró Bulma. En eso Vegeta dijo algo que fue captado inmediatamente por Bulma.

-No, no, mujeres, allí no, mejor arriba.-

Ahora si que estaba con la sangre helada y Vegeta pronto también lo estaría porque lo iba a matar, no permitiría que la engañe ni con el pensamiento, ese hombre era suyo y de nadie mas, no estaba dispuesto a compartirlo ni con las mujeres de la televisión que eran inalcanzables para el, aunque le aterraba la idea de que se haga un mujeriego, era verdad que el era reservado y no le gustaba entablar conversaciones, pero nunca faltaban las zorras desvergonzadas que querían tener algo fugaz con el.

Mientras que dentro del baño, Vegeta reía maliciosamente, había estado despierto, no estaba soñando ni nada, solo quería desquitarse de la manera mas sutil de todos los malos ratos y tratos que le dio Bulma, fuera que se divertía mucho viéndola celosa y le fascinaba verla toda brava, por lo general después de una larga pelea terminaban muy exhaustos y no precisamente del coraje.

-Vamos mujeres, háganlo mas duro.-Después de decir eso no pudo evitar una risa ahogada y un brillo en los ojos con maldad pura.

"Esta soñando con dos mujeres, el muy maldito esta haciendo un trío" La científica no aguantaba mas los celos que la corroían por completo, estaba lista para echar esa puerta abajo, pero se le ocurrió un plan mucho mejor, algo en donde podría saber si vegeta era en realidad un tipo semejante al pervertido maestro Roshi, estaba dispuesta a llegar donde sea, descubriría la verdad a toda costa e incluso registraría la habitación, no vaya a ser que esté comprando revistas xxx "estúpido Vegeta, me las pagarás"

--------------------------------Fin del flash back-------------------------

En la sala, Vegeta estaba sufriendo de la misma crisis de calor, se había quitado la camisa y había quedado en unos boxers, como no había nadie espiándolo se había permitido quedar casi desnudo, no entendía la razón de porque no le funcionaba el aparato que daba ventilación a la casa. Sus venas se habían brotado en su frente al notar que su paciencia no había servido para nada. Resignado y ya desayunado, dio media vuelta para volver a su habitación, darse una ducha y empezar con sus severos ejercicios de calentamiento.

Cuando iba por la escalera, pudo sentir el ki de Bulma subir por el ascensor, no le prestó mas atención y retomó su marcha. Al llegar a su cuarto se desprendió de su ropa interior, pero antes de entrar al baño, notó que habían muchos papeles en la cómoda de la mujer, arrugó su frente al ver que estaban hechos bolas, señal de que no servían.-Siempre tan desordenada, acaso.. ¿no puede hacer algo tan simple como arrojarlos al tacho?.-Después de decir eso enseguida los agarró y los incineró con su Ki.-Listo.-Murmuró para si mismo.

Al entrar al baño y abrir la llave de la bañera, sintió el Ki de la desordenada atrás suyo.-¿Que quieres?.-Preguntó seco.

-Vegeta, he estado buscando unos planos que tenía en mi cómoda, es que me llevé por equivocación los planos fallidos, como son casi iguales, salvo que por pequeños cálculos hacen una gran diferencia en mi invento, ¿los has visto?.-

-Hmp..-

Bulma se fijó en la reacción de su marido, cuando decía su Hmp era porque no sabía que responder... algo debió haber hecho, porque si no hubiera contestado. No lo sé mujer y se hubiera ido sin decir mas. Sus ojos comenzaron a buscar nuevamente en la cómoda, 100 por ciento segura que los había dejado allí, a menos que...

-¿Tomaste los planos verdad?.-Se cruzó de brazos y adoptó una mirada severa.

-Hmp.-

Ella respiró profundamente, contó hasta veinte para calmar su enojo.- ¿Donde están Vegeta? ¿que hiciste con ellos?.-Preguntó intentando no pensar lo peor.

Vegeta se colocó la toalla en la cintura.-¿para que los buscas? sabes que los puedes ver también en tu computadora.-Le respondió aburrido del interrogatorio y queriéndose librar de una discusión.

-Mi computadora ha sufrido un desperfecto, es decir me ha caído un virus y he perdido mucha información importante, salvo algunas que las tenía aseguradas, menos la de los planos, así que dime de una buena vez ¿donde están?.-

-Ya no están mas...-

El canto de las aves y la respiración agitada de Bulma pusieron un poco inquiero al guerrero de clase alta.

-¿Que hiciste con ellos?.-Preguntó ella con los ojos cerrados y con un notoria arruga en la frente, dirigiéndose cada vez mas al príncipe saiya.

-------------------------Fin del capítulo--------------------------------

Notas de Saiya Elite: ¿Qué le hará Bulma a Vegeta? Todos sabemos que ella es una maestra para toda clase de castigos, pero esta vez no será el típico castigo de: Te dejaré sin cámara de gravedad, sin comida y sin postre o no te dejare entrenar a Trunks... Muajajajaja.

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