We Got Married
Prólogo
Era, en momentos así, que se sentía pleno; cuando sentía la sangre correr por sus venas y el aliento caliente saliendo precipitadamente de su boca.
Giró de forma rápida, sintiendo los músculos de su cuerpo tensarse y soltarse a través de la danza. Amaba la vibración que hacían sus cuerdas vocales al transmitir, de forma melódica, esas palabras que escribió bajo un arrebato emocional en una simple hoja de papel.
Era, en momentos así, que se sentía vivo: cuando sentía el dolor del esfuerzo palpitar en su cuerpo, la experiencia de hacer lo que amaba; se asemejaba a la vida de muchas formas. El dolor muscular y el ardor en su garganta, el sentirse satisfecho al acercarse a la perfección, el sentirse frustrado al no conseguirla… Y al final, fallar 3 veces en el mismo paso a lo largo de todo el concierto. Eso era la vida.
Esa era su vida.
El miedo le presionaba el pecho y sus inseguridades dominaban su mente haciéndolo dudar de cada paso que daba. Se movía de forma inconsciente, guiándose por la memoria corporal de tantos ensayos previos; tratando desesperadamente de calmar su mente y de mantener la compostura. Se esforzaba por conservar su actuación, al momento que trataba de ignorar el cúmulo de emociones mezclándose en su pecho.
Sería una falacia decir que su presentación se vería empañada por el arrebato emocional que lo devoraba desde adentro y que luchaba por salir a la luz. Por el contrario, tanto el público como sus compañeros se sentían eclipsados por el sonido de su voz: cada palabra que soltaba estaba bañada de la frustración que inundaba su pecho.
Soltó un melódico grito agónico y dio un último giro, al momento que tomaba la mano de su compañera y la hacía girar grácilmente entre sus brazos. Con una mueca llena de rencor, la chica lo apartó bruscamente de ella y se lanzó a los brazos del chico moreno presente en el escenario. El azabache que acababa de ser abandonado se llevó una mano al pecho, con una expresión contorsionada por el dolor, y entonó la última parte de la canción, con un marcado resentimiento que hizo estremecer a más de uno.
