Capitulo 1: Una estatua y una apuesta
Era una noche fría, las nubes cubrían la luna llena y solo dejaban ver pocas estrellas. Sí. Fue en una noche como esta cuando toda mi vida cambió. Abrí la puerta de mi casa recordando lo que había pasado la última vez que alguien aparte de mí había vivido allí, la furia comenzó a correr por mis venas, quería venganza. Pero un irritante sonido me sacó de mis pensamientos, era un mensaje de Kukai.
De: Kukai
Para: Ikuto
Solo para avisarte que un paquete debe estar llegando a tu casa en estos días, NO LO ABRAS, lo haré yo cuando vuelva.
PD: Cuando vuelva no quiero verte sentado FOREVER ALONE en una banca. ¡Habla con alguna chica Ikuto, no seas así!
Ignoré su último comentario y subí las escaleras, Kukai solo quería que conociera a alguien que alegrara mi vida desdichada, pero las chicas de la preparatoria eran demasiado molestas, estoy mejor sentado en una banca o descansando bajo un árbol que escuchando alguno de sus comentarios. Tomé una ducha rápida y me eché sobre la cama, eran las 3 de la mañana, afuera las nubes se estaban despejando, dejando ver la luna llena en lo alto. Odiaba estas noches, es por eso que había salido para despejar mi mente, cogí mi mochila y saqué el objeto que acababa de ¨conseguir¨, era una estatua de plata que mostraba a una chica sosteniendo un candado con forma de trébol de 4 hojas. Esta noche no había sido una pérdida de tiempo como había pensado, y esta estatua lo demostraba, realmente nunca creí que esa leyenda fuera real, se decía que una misteriosa isla aparecía solo en las noches de luna llena, ABSURDO pero lo que nos parece absurdo es solo lo que nos cuesta trabajo creer.
Me quedé observando la estatua, la chica tenía los ojos cerrados como si estuviera profundamente dormida, había algo especial en esta estatua, no era como los otros objetos que había robado, mi mirada pasó al candado, ahora que lo pensaba… Me dirigí al ático, estaba lleno de polvo y de objetos que no se habían usado en años, caminé hacia el viejo estuche blanco que estaba en una esquina, no me molesté en abrirlo, no quería revivir esos recuerdos dolorosos, solo quería la llave que colgaba del estuche. Me la había regalado mi padre hace mucho tiempo, tenía forma de trébol de 4 hojas al igual que el candado de la estatua. Nunca me había preguntado si la llave tenía par, no le había tomado importancia… hasta ahora. Volví a mi habitación, tenía razón la llave hacía juego con el candado pero ¿por qué? Y ahora que lo pensaba cómo consiguió mi padre esta llave, solo recuerdo que era muy preciada para él.
Cogí la estatua e inserté mi llave en la ranura del candado, encajaban, giré la llave y los ojos de la estatua se abrieron, mostrando un brillo dorado. La habitación se iluminó y cuando me di cuenta, la estatua se había convertido en una chica, tenía el cabello pelirosa y sus ojos dorados se encontraron con los míos, pero los cerró y se desmayó cayendo sobre mis brazos… ¿Qué es lo que acaba de ocurrir? Levanté a la chica y la coloqué sobre mi cama, llevaba un traje peculiar que demostraba que no era una chica común y corriente. Se veía tan pacifica durmiendo, pero ¿en qué estoy pensando? ¿Por qué la puse en mi cama? Pude haberla llevado a otra habitación, aunque a esta altura ya no me importaba, estaba exhausto, cubrí a la chica con la frazada y me acosté a su lado.
-Black Lynx-
-¡AAHHHH!- escuché un grito y algo o más bien ALGUIEN, me pateó y caí al suelo
-¡Oye!-le grité mientras me paraba ¿Cuál era su problema?
-¿Quién eres y qué hacías durmiendo conmigo?-su rostro estaba ruborizado.
-No veo cuál es el problema.
-¡Como que no puedes verlo! No puedes dormir conmigo, ni siquiera estamos casados.
-¿Me estás pidiendo que me case contigo?-todo su rostro se tornó de color rojo.
-¡BAKA!-me comenzó a lanzar las almohadas de mi cama, las cuales atrapé sin ningún esfuerzo, ella me miró sorprendida como si fuese imposible que alguien se moviese tan rápido, yo solo le tiré las almohadas en la cara-¡OYE!
-Sabes, esperaba que fueras más amable conmigo, después de todo te deje dormir en mi cama, en vez del piso.
-Pues… ¡yo no te pedí que lo hicieras!-se defendió.
-Bueno la próxima vez que te encuentre inconsciente, recordaré que prefieres el piso-ella frunció el ceño. Pero mi mirada se fijó en el collar que traía puesto, era el mismo candado que llevaba la estatua, me acerqué y ella cerró los ojos por la proximidad, cogí el candado entre mis dedos-¿Donde conseguiste esto?
-¿P-Por qué te importa?-esa era una buena pregunta ¿Por qué me importa? No tiene que importarme si este candado tiene conexión con la llave de mi padre o no (aunque obviamente la tiene), él ya no está aquí y yo ya no necesito saber más sobre él.
- No lo sé-mire a la chica enfrente de mí que me miraba confundida- Y bien ¿Quién eres?-ella desvió la mirada molesta.
-No tengo por qué decírtelo.
-Tal vez, pero yo quiero saber – me senté a su lado y acerqué mi rostro al de ella, ella se sonrojó y desvió su rostro, era divertido verla así. Parecía la persona perfecta para molestar.
-Si te lo digo ¿me dirás el tuyo?
-¿Ah? ¿Interesada en mí?-le sonreí.
-¡No! ¡Baka!- ella volvió a desviar el rostro un poco ruborizada, yo me reí por dentro.
- Tsukiyomi Ikuto
-¿Ah?
-Ese es mi nombre
-¿Ikuto? Que extraño nombre.
-Creo que de todo lo que ha pasado mi nombre es lo menos extraño aquí.
-Y bien ¿Quién eres?
-Bueno yo… -pero fue interrumpida por un extraño sonido.
-Ese… ¿era tu estomago?
-¡No!-pero en ese momento volvió a sonar, ella se sonrojó y yo me reí-¡Deja de reírte!
Unos minutos después nos encontrábamos desayunando en el comedor del primer piso, mi casa era más grande que las demás, tenía balcones en casi todas las habitaciones pero el más grande era el de la sala. Al principio ella no quería comer, decía que no confiaba en mí, pero su hambre venció su orgullo. Observé como ella comía, realmente estaba hambrienta, aunque eso no me sorprende.
Fue cuando comencé a pensar, las ruinas en las que encontré la estatua, tenían aproximadamente 500 años de antigüedad, así que ¿cómo ella podía seguir con vida? Le calculaba unos 16 años a la chica enfrente de mí. Pero eso no tenía ningún sentido, ¿qué era ella?, ¿un espíritu? Puedo verla, ayer pude levantarla, ella me pateó, parece humana, come, pero nada de esto concuerda…
-Aún no me has dicho tu nombre -le dije.
-No necesitas saberlo.
-¿No crees que es injusto que tu sepas mi nombre y yo no el tuyo?
-No-dijo sin siquiera pensarlo, yo suspiré.
-Bueno, supongo que con el tiempo conseguiré que me lo digas, al menos espero que contestes mis otras preguntas.
-¿Ah?- pareció confundida.
-Sabes a lo que me refiero-ella siguió comiendo.
-Sabes, el mundo no gira alrededor tuyo, así que si tú estas pensando en algo no quiere decir que yo también lo sabré.
-Vaya que fría-ella ignoró mi comentario y siguió comiendo, yo suspiré -me refiero a tu ropa -ella me miró confundida-y a tu cabello.
-¿Qué tiene de malo?
-Es rosa
-¿Y?
-Y no es normal que alguien tenga el cabello rosa-le dije como si fuera lo más obvio del mundo. Aunque tal vez ella no sea de este mundo.
-¿Y qué quieres que haga? Mi cabello es así-esto no me lleva a nada, necesito respuestas.
-Tú sabes a lo que me refiero, no perteneces aquí, así que quiero que me digas quién realmente eres-ella frunció el ceño.
-Para empezar no sé quién eres ni por qué estoy aquí, así que no tengo por qué decírtelo- bueno si así estamos…
-Bien, ¿quieres saber por qué estás aquí? Bueno te lo diré-apoyé mi mentón sobre mis manos y la miré directo a los ojos-Es porque te he secuestrado y no pienso dejarte ir.
POV AMU
-Te he secuestrado y no pienso dejarte ir-sus ojos azul zafiro me miraban intensamente, lo cual me hacía sentir algo extraña, desvié la mirada tratando de esquivar ese sentimiento, y sentí que un estúpido sonrojo subía a mi rostro.
-¿Y qué vas a conseguir secuestrándome?-esa era una pregunta sin sentido. Pero todo me parecía demasiado complicado, este chico… Ikuto no parecía una mala persona, tal vez una persona irritante, molesto, guapo, fuerte, con lindos ojos… ahhhhhh pero en qué estoy pensando, bueno era cualquier cosa, pero no parecía un secuestrador, debía ser una broma.
-Bueno no podré seguir mi plan original, así que…-¿Qué? ¿Qué quiere hacer conmigo? -Así que por ahora no importa, porque eres mi trofeo.
-Espera soy tu ¿qué?
-Eres mi trofeo, no sabes lo complicado que fue "secuestrarte" así que por ahora no pienso dejar que te vayas-¡¿este estupido piensa que puede hacer lo que quiera conmigo?! ¡Pues se equivoca!
-Pues que pena,¡porque me voy!-me paré y comencé a caminar dándole la espalda.
-Estás equivocada-lo escuché decir y de un momento a otro, me empujó contra la pared -¿crees que te dejaré ir tan fácilmente? – sus ojos zafiros me miraban intensamente lo cual no me dejaba pensar con claridad, desvié la mirada pero él tomó mi barbilla y me obligó a mirarle a los ojos-me interesas -susurró, y por alguna razón me sonrojé -por eso no te dejare ir- lo aparté de golpe, su proximidad me abrumaba.
-N-No puedes encerrarme aquí para siempre-rayos, ¿por qué tartamudeo?
-Tal vez sí, tal vez no, pero áún si escapas, ¿a dónde irías? Ni siquiera sabes dónde estás-tenía un buen punto, ni siquiera sé donde estoy.
Resignada volví a mi asiento, Ikuto me estaba sonriendo.
-En vez de quedarte sonriendo como un baka, ¿por qué no me traes algo de beber?
-¿Qué?, ¿crees que soy tu sirviente personal o algo así?
-Sí-le contesté, pero en vez de molestarse, se comenzó a reír-¿por qué te ríes?
-Sabes, yo no tendría problemas en serlo, pero si fueras tú, ni siquiera soportarías un día sirviéndome.
-¡¿Crees que puedes hacer algo que yo no?!
-Exacto-me miró con aura de superioridad-¿o crees que puedes hacerlo?
-¡Puedo hacer cualquier cosa, incluso mejor que tú!-cuando me di cuenta de lo que había dicho por impulso, una sonrisa ya se estaba formando en el rostro de Ikuto.
-Bien entonces apostemos.
-¿Apostar?
-Sí, tendrás que servirme y ser dulce conmigo hasta la media noche, si lo logras seré tu sirviente, pero si no, tú tendrás que servirme a mí, y las cosas se pondrán muy interesantes entonces.
-Eres un pervertido
-Y a mucho orgullo. Entonces, ¿apuestas? - él me extendió su mano, dudé, temía lo que la persona enfrente de mí era capaz de hacer-¿o la gatita está asustada? -eso me enojó.
-¡Claro que no! Acepto-dije estrechando su mano.
-Muy bien –él sonrió, lo cual no me indicaba nada bueno.
-Pero sin cosas pervertidas-agregué.
-¿Como cuáles?-él me sonrió
-¡Baka!- Este será un largo, largo día.
-Black Lynx-
Unos minutos después…
Definitivamente voy a matarlo por esto…
-Más fuerte…sí así
-¿Por qué tengo que masajearte los hombros?-traté de preguntar sin gritar, pero aun así en mi voz se notaba la molestia que sentía por tener que hacer esto.
-Porque tienes que cuidarme-nunca me había sentido tan humillada en mi vida, no puedo creer que pensé que él era guapo, parece más un gato casero, flojo y engreído, por alguna razón él estaba sonriendo.
"¡Borra esa estúpida sonrisa de tu rostro!" eso quería gritarle, pero si lo hacía, perdería la apuesta y no iba a rendirme sin antes luchar, además me vengaría cuando Ikuto se convierta en mi sirviente.
¡HA! SI VENGANZA LO HARÉ SUFRIR MUCHO, una sonrisa maliciosa cruzó por mi rostro pensando en lo mucho que lo torturaría muajajajaja
Unas horas más tarde . . .
Lo odio, lo odio, lo odio
-Más uvas.
Cogí otra uva y la coloqué en su boca, lo odio lo odio lo odio. Ikuto estaba echado en el sofá viendo un aparato extraño…televisión. En la pequeña mesa del costado había un tazón lleno de uvas.
-Uva-cogí otra uva y la coloque en su boca, no quería hablarle porque sé que lo primero que haría sería gritarle, pero no sé cuanto más podre aguantar, lo único que me reconfortaba es que cuando él se convierta en mi sirviente lo voy a hacer sufrir, sufrir mucho muajajaja, pero por ahora tenía que ser dulce con él, o al menos tratar de hacerlo.
-Mmmm Ikuto, ¿no te gustaría otra cosa aparte de uvas? -le sonreí, pero por dentro quería matarlo.
-La verdad sí- él cogió algo extraño y oprimiendo un botón rojo las imágenes de la televisión desaparecieron. Se sentó y enfocó sus ojos color azul zafiro en los míos, me di cuenta de mi error: lo que podría pedirme puede ser peor que las uvas. ¿Por qué no pensé en eso antes?
-¿Qué?-dije algo nerviosa.
-Cántame algo- iba a gritarle pero me acordé que no debía.
-P-Pensándolo mejor ¿por qué no vemos más televisión?- apreté el mismo botón rojo que oprimió Ikuto y apareció la imagen de una mujer con un micrófono.
-Anoche Black Lynx pidió 100 mil millones de yenes por un nuevo objeto robado, si la entrega no se da en 3 días es probable que halla otro gran robo en la joyería o en el banco como la última vez-la televisión se apagó, supongo que Ikuto volvió a oprimir el botón rojo.
-¿Quién es Black Lynx?
-Nadie importante-dijo serio pero podía distinguir algo distinto en sus ojos, ¿tristeza?-y bien ¿qué me vas a cantar?-regresó a su antiguo yo, maldición ¿por qué tuvo que acordarse de eso?, puse mi mejor carita de cachorrito y lo miré como diciendo: ¿tengo que hacerlo?
-Si no lo haces pierdes la apuesta-rayos, suspiré sabía que igual tendría que hacerlo
-Ok-me quedé mirando a Ikuto, NO, no iba a cantar mirándolo, busqué con la mirada otro lugar, y divisé un balcón, me dirigí hacia allá porque no quería sentir sus ojos clavados en mí aunque sabía que lo estaban, pero cuando salí me encontré con un hermoso paisaje, estábamos cerca al mar, se veía toda la playa, me sentía tan bien, relajada, podía sentir la brisa del mar y ver el vaivén de las olas cada cierto tiempo. Cerré los ojos y respiré profundamente antes de comenzar a cantar…
POV IKUTO
Ella se dirigió al balcón ¿por qué? ¿No sería mejor que cante aquí a mi lado? pero cuando salió me quede mirándola.
La brisa del mar levantaba levemente su cabello y su mirada era tan pacifica, estaba sonriendo, no una sonrisa fingida, sino una real, ella cerró los ojos y comenzó a cantar con una voz suave y melodiosa, sin darme cuenta me encontraba avanzando hacia ella. Hice esta apuesta más para molestarla, su rostro ruborizado era una de las cosas que más me llamaban la atencion, pero había algo más, algo que no podía describir, esta chica no era como las demás. Ella paró de cantar, me pareció extraño, parecía que la canción no acababa allí.
POV AMU
No terminé la canción, solo me acordaba hasta esa parte, la verdad solo fue una melodía que vino a mi mente, no estoy muy segura deeee…. sentí unos brazos rodeando mi cintura, me sobresalté, normalmente hubiera gritado, pero sabía quien estaba detrás de mí y qué pasaría si gritaba.
-Cántame más-mis ojos se ensancharon, NOOOOO ya había sido muy vergonzoso cantar esta canción, se notaba que le gustaba torturarme.
-¿No sería mejor si…
-Por favor-susurró en mi oído, podía sentir su respiración sobre mi cuello, un escalofrío recorrió mi cuerpo ¿POR QUÉÉÉÉ?
-Está bien, pero necesito espacio- dije mirándolo fijamente para que se apartara, él me sonrió y retrocedió unos pasos, apoyándose en el extremo del balcón, tomé otra vez aire para volver a cantar….
-Black Lynx-
Era las 11 de la noche, faltaba 1 hora para que la apuesta acabara y a pesar de que estaba ganando, YA NO LO SOPORTABA, odio a Ikuto ¡LO ODIO! no sé cuantas veces me hizo cantar, ¡hasta me hizo ladrar solo para divertirse! LO ODIO, LO ODIO, nunca había caído tan bajo, cuando gane y lo convierta en mi sirviente voy a hacer que sufra ¿ya mencione que lo iba a torturar lentamente?
Escuché el sonido de una campana, Ikuto me llamaba, otra razón para odiarlo mas, me estaba tratando como una mascota. LO ODIO, LO ODIO, LO ODIO
-¿Si Ikuto? -le sonreí fingidamente, ¡¿ahora que quería?! estaba exhausta.
-¿Podrías cambiar de canal?
-Pero si allí está ese aparato-dije señalando el aparato que usó antes para cambiar de canal, el cual podría alcanzar fácilmente estirando el brazo.
-¿Y?
.
.
.
Le cambie el canal molesta. Lo había estado viendo hacerlo todo el día y ahora ni siquiera puede estirar el brazo.
-¿Algo más Ikuto?-traté de contener las ganas de ahorcarlo.
-Sí, mejor apaga la televisión no hay nada bueno que ver.
¡Eres un…! Mejor me calmo un poco o voy a terminar realmente ahorcándolo, y todo habrá sido para nada. ¿Por qué tuve que aceptar esta apuesta? Hubiera sido mejor escapar y quedarme en cualquier lugar que no sea este, cualquier lugar hubiera sido mejor.
Te odio ¿lo sabes? ¡TE ODIO!
Apague la televisión y me fui sin decirle nada, ¡ya no lo soportaba! Una hora más, vamos tú puedes, tú puedes, llegué sin querer a la habitación de antes, debía ser la de él. Salí por el balcón, la luna llena estaba en lo alto y a lo lejos una pequeña isla se divisaba.
-Amu-escuché una voz de repente-Amu
-¿Amu?- ¿de dónde venía esa voz?
Unas imágenes pasaron rápidamente por mi mente un pequeño pueblo rodeado de plantas y mucha gente a mi alrededor, todos sonriendo, cientos de familias, padres e hijos, todos juntos, juntos...
"Te he secuestrado y no pienso dejarte ir…"-recordé las palabras de Ikuto "secuestrado", esa palabra comenzó a retumbar por mi cabeza
La puerta se abrió de repente, era Ikuto, cuando lo vi sus ojos se ensancharon, y avanzó rápidamente hacia mí.
-¿Qué sucedió? ¿Por qué estas llorando?-me llevé las manos al rostro y justo como él dijo: estaba llorando.
-Por nada-le respondí y traté de irme, pero él me tomó del brazo y no me dejó-¡Déjame Ikuto!-ni siquiera tenía ganas de seguir siendo dulce con él.
-No, hasta que me digas el porqué estás llorando-sus ojos se veían muy serios.
-¿Por qué este cambio repentino de carácter?- me zafé de su brazo- ¡Lo único que has estado haciendo es molestarme! ¡¿Por que de repente te preocupas por mí?!-él se quedó callado-Solo me has estado tratando como tu juguete nuevo, tu trofeo, entonces ¿por qué te interesa saber cómo estoy?-pasé por su lado, pero él me volvió a tomar del brazo
-Porque me interesa, no... no me gusta verte así-él desvió la mirada, ¿d-de verdad se estaba preocupando por mi? -…fue… ¿mi culpa? -preguntó.
-¿Eh? No… no fue… tu culpa- él soltó mi brazo.
-Entonces ¿por qué fue?
-Porque... –mi voz me comenzó a fallar-no sé quien soy-otras lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas-no sé mi nombre, ni quiénes son mis padres, no sé de donde vengo, no soy nadie-mis rodillas se debilitaron, caí y comencé a desahogarme-no soy nadie, ni siquiera sé porque sigo aquí tratando de ganar tu apuesta, no soy nadie, soy solo una chica sin recuerdos, no valgo nada-sentí unos brazos rodearme y cuando me di cuenta Ikuto estaba abrazándome.
-Ya basta, tus recuerdos volverán, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero volverán, así que no te preocupes porque ahora no recuerdes tu pasado-por primera vez desde que llegue aquí me sentí …como decirlo…bien al lado de Ikuto- eres más especial de lo que crees-sentí un leve ardor subir a mis mejillas-así que no sigas diciendo que no vales nada, porque vales mucho.
Otras imágenes comenzaron a pasar por mi mente, vi a un hombre con una mujer ambos sonriendo y me vi a mi misma pero muy pequeña.
Flashback
-Amu-me dijeron, yo los abracé, me veía muy feliz con ellos. En ese momento alguien más apareció– oh mira ya llegó Ami.
Fui corriendo hacia esa persona y la abracé también.
-Quieres mucho a tu hermana mayor ¿verdad Amu?-me preguntaron.
-Sí, quiero mucho a oneechan-dije abrazándola, creo que ella me sonrió.
Fin del Flashback
-Amu-dije al fin mientras me separaba de Ikuto y lo miraba-Mi nombre es Amu
-Ves Amu-dijo acariciándome-tu nombre es más extraño que el mío.
-Bakkkk-pero en ese momento unas campanas comenzaron a sonar, ¿de dónde venía el sonido?
-Las campanas del reloj suenan a la media noche- me explicó Ikuto.
-Ahh…... ¡ES MEDIA NOCHE! –grité dándome cuenta de lo que significaba-la apuesta acabó-dije aliviada y preocupada al mismo tiempo.
-Sí, así es-Ikuto se paró y me ofreció su mano-supongo que ahora tendré que servirte- por alguna razón él me sonrió, y al tomar su mano yo también sonreí, no porque ahora él era mi sirviente y lo haría hacer TODOOO lo que él me hizo hacer, no, sino porque ahora sentía que podía confiar en él en cierto sentido, porque a pesar de que sea un pervertido que le gusta molestarme, no era una mala persona después de todo.
-Black Lynx-
Espero que les haya gustado, esta es mi primera vez publicando un fanfic, y realmente les agradezco que se hayan tomado el tiempo de leerlo. n_n
Por favor dejen reviews :D y díganme que opinan de este capítulo.
Para aclarar Amu tiene 16, Ikuto tiene 17 y en esta historia Ami es la hermana mayor de Amu.
