Fuera de la zona de confort
Kuroko no Basket Fanfiction
Por Midori
Ahora que Takao ha sido nombrado capitán durante su tercer año en Shutoku, ha retado a sus compañeros a encontrar su verdadero potencial para que puedan llevarse el trofeo dorado a casa en su último torneo de preparatoria.
Con la completa intención de ayudar a Midorima a convertirse en el mejor jugador de la temporada, mientras que intenta sacarlo a la fuerza de su bien construida zona de confort, Kazunari se da cuenta de una cosa: existen maneras infinitas de enamorarse de una persona, y él está dispuesto a intentar cada una de ellas.
Pareja: Midorima x Takao
Rating: T/R-15
Original en inglés en Ao3. Traducción al español en FF . net
Enero – Julio 2017
Capítulo 1- Nuestro mayor error
-Takao! A partir de hoy serás el nuevo capitán de Shutoku.- Anunció el entrenador Nakatani cuando Yuuya-senpai y los demás superiores de tercer año habían terminado su discurso de despedida en el último día de la Winter Cup. Otra derrota contra Seirin los sacó de las finales, pero esta vez habían terminado hasta cuarto lugar al perder contra Touou. Por segundo año consecutivo, sus oportunidades de coronarse como campeones se quedaron cortas, y este año Yousen tomó la ventaja gracias a su estrategia de dobles ases de Murasakibara y Himuro. Aún tenían el próximo Inter High y la última copa de invierno durante su último año de preparatoria para llevarse ese trofeo dorado a casa, inclusive podían terminar en las Nacionales... pero eso sería el fin. Ambos lo sabían, y sentían el tiempo pasando rápidamente ante ellos. Takao sentía su orgullo oprimiéndole el pecho cuando el entrenador anunció su promoción, por la que había esperado por bastante tiempo. Ya no usaría más el jersey con el número 10 el próximo año. El número 4 estaba reservado para los capitanes y planeaba usarlo con orgullo.
- ¡Si señor!,- Dijo Takao con lágrimas aun corriendo por sus mejillas debido a la frustración de la derrota. A pesar de ello, las noticias hicieron brotar algunas lágrimas de felicidad.
- Midorima, espero no le causes muchos dolores de cabeza como vice capitán. - Por el rabillo de sus cansados y borrosos ojos, Takao pudo distinguir una sonrisa formándose en el rostro de Shin-chan.
-No lo haré, señor. Gracias.
-Tras haber hecho estos anuncios, los de tercero nos retiraremos tras observar el partido de mañana. Todo está en sus manos ahora. Recuerden que tienen que apoyarse en los de segundo año y entrenar arduamente con los nuevos reclutas para llevar a Shutoku a la victoria. Nos ha eludido por los últimos dos años, pero estoy completamente seguro de que nuestro orgullo como equipo está en las mejores manos ahora. - Las palabras de Yuuya-senpai hicieron que Takao se sintiera nervioso, pero increíblemente emocionado.
-Recuerden, ¡Persistentes e Incansables! ¡Ese es el espíritu de Shutoku!
La primera práctica del año estaba por iniciar, y Takao estaba respirando nerviosamente con los ojos abiertos de par en par. Midorima lo miraba preocupado y algo entretenido, como si esperara que su amigo hiciera implosión en cualquier momento. La preocupación incluso se había transmitido al rostro de su confiable manager, Tae-chan, desde el momento en que se había dado cuenta que el nuevo capitán había empalidecido repentinamente.
-Uhh… Takao-senpai, ¿te encuentras bien? - la chica de segundo año le preguntó mientras le daba un pequeño empujón en el hombro.
- ¡SI! ¡si! - Intentó calmarse, arreglándose el cabello hacia atrás con las yemas de los dedos para acomodarlo con una diadema posteriormente.
-Nunca has estado en una posición de mando, ¿verdad? - Midorima preguntó, lanzándole una toalla en la cabeza. -No es tan complicado. Además, tienes a Tae-san, al entrenador y a mí para apoyarte.
-¡Calla, Shin-chan! ¡Tú tampoco has sido capitán! - Le espetó, pero recibió la toalla agradecidamente para limpiarse el sudor antes de salir a la cancha. Recibiría a los estudiantes de primer año y llamaría a aquellos que formarían parte del equipo regular para su primer partido de práctica contra Seirin en tres semanas. Tenía que instruirles a todos en el plan de entrenamiento, supervisarlos, encontrar sus fuerzas y debilidades como equipo. Para ello, Takao tenía un extraño plan en mente que había discutido escuetamente con Nakatani-sensei, y que a penas había mencionado un par de detalles a Shin-chan antes de que iniciara el receso de verano. No sabía si iba a funcionar, pero no perdía nada con intentarlo. Si este extraño proyecto de entrenamiento germinaba algún resultado, por más pequeño que fuera, Takao se daría por satisfecho.
-¡Todo saldrá bien, Takao-senpai!- Dijo la joven con una voz alegre tras entregarle una copia con todos los nombres de los nuevos integrantes escritos en ella. Suspiró profundamente. Finalmente había legado el momento de presentarse a los novatos y saludar a sus viejos compañeros. Era momento de dar los primeros pasos hacia un nuevo año de desafíos para el equipo de baloncesto de Shutoku.
La cancha estaba llena de los nuevos reclutas que habían logrado incorporarse a la primera división, quienes por lo tanto se convertían en posibles regulares para el equipo. La mayoría, como era de esperarse, eran alumnos de segundo año y alguno que otro de primero que había mostrado el suficiente talento y corazón como para sobrevivir a las dos semanas de prueba. Takao y Midorima eran los únicos alumnos de tercer año esta vez, y el único miembro del equipo del año anterior era un muchacho que había pasado a segundo año llamado Kyou Inazuma. El muchacho de pelo castaño rojizo los saludó con una sonrisa amable, colocándose al lado de Midorima cuando Nakatani anunció su nombre como regular una vez más. Varios de los novatos del año pasado habían apoyado desde el banquillo y el día de hoy se presentaban nuevamente ante ellos, pero en su mayoría Takao notó que muchos eran rostros nuevos que tendría que memorizar y saludar individualmente mientras su entrenamiento progresaba.
El entrenador los presentó como capitán y vicecapitán tras anunciar a los otros dos regulares que se unirían al equipo. Otro muchacho de segundo tomaría la posición de alero, y un chico de primer año tomaría el ala-pivot. Por lo que Takao había leído sobre él, tenía mucho potencial como jugador, quizá tanto como Midorima cuando había salido de Teiko y se había integrado a Shutoku. Manejar a un prodigio se había convertido en una especie de hábito para él, pero mantener a dos bajo control sería un reto interesante. El entrenador les dio a cada uno su menú de entrenamiento y las instrucciones para la primera semana de prácticas, y con ello, se enfocaron en retomar el entrenamiento que habían dejado pendiente antes de salir de vacaciones.
Desde el año anterior, era regla obligada que Midorima y Takao practicaran juntos con la intención de perfeccionar sus habilidades combinadas lo mejor posible. Sus aptitudes individuales, así como las que tenían en pareja les habían dado muchas ventajas durante los encuentros pasados, pero no había sido suficiente para superar a los otros miembros de la Generación de los Milagros. Aunque los ataques de Kagami eran brutales, y las habilidades de pase de Kuroko parecían sobrehumanas, el trabajo en equipo de ese par superaba aun por mucha distancia el del dúo de Shutoku y sus estrategias: no solo tenían poder individual, era la compleja forma de jugar basketball basándose en la combinación de fuerzas lo que les daba muchísima ventaja.
Contra Touou, Aomine en la Zona había causado su derrota, ya que había logrado absorber la energía de todos sus oponentes al intentar frenarlo en su violenta avanzada, mientras el resto del equipo de negro anotaba puntos sin tener una marca estable. Trabajo en equipo, resistencia, habilidad individual, técnica… había muchas cosas que debían pulirse antes del siguiente torneo. Takao estaba seguro de que podían lograrlo esta vez, a pesar de todo. Era su último año. Tenían que hacerlo.
-Hey, antes de que vayan a casa…- Takao les pidió que se quedaran unos minutos después de que la práctica terminara. -Quiero agradecerles a todos por su esfuerzo. Este año estoy seguro nos llevaremos el oro. Seremos campeones, indetenibles gracias a nuestros nuevos reclutas y a los antiguos miembros del equipo uniendo fuerzas.
Takao no lo notó, pero Midorima sonreía mientras escuchaba al neófito capitán animando a su equipo con amenas palabras.
-Tenemos jugadores muy fuertes, como Inazuma-kun o Shin-ch… Midorima, y yo mismo, claro, pero tenemos nuevos jugadores talentosos uniéndose a nuestras filas este año, con quienes estoy seguro llegaremos a la victoria esta vez. Pero… hay una cosa que he querido pedirles, así que siéntense para que pueda explicarlo, por favor.
El peliverde había escuchado varias veces durante el mes pasado, sobre todo al hablar por teléfono con Takao, acerca de un plan malvado que había ideado el de los ojos de halcón para los entrenamientos de este año. Takao estaba muy emocionado por ello y había molestado a Midorima por semanas, pero lo mantuvo todo en secreto hasta ahora. Midorima estaba seguro de que iba a ser algo estúpido, algo sumamente idealista que haría que las esperanzas de su amigo se desvanecieran al instante en cuanto viera las primeras negativas de su proyecto. Sin embargo, Yuuya-senpai y los demás superiores les habían confiado ese poder a ambos. Como buen vice capitán, Midorima podía intervenir, pero debía seguir las instrucciones. Al menos podría discutir y negociar con Takao si sus ideas eran demasiado idiotas.
-Los resultados del año anterior fueron buenos, pero lejos de ser satisfactorios. Le pedí a nuestra manager que nos ayudara a investigar cuáles fueron nuestros puntos más débiles y cuáles fueron nuestros mayores errores durante los últimos partidos, y encontramos algo en particular que me interesa que corrijamos. -Takao suspiró y les pidió a todos que escogieran una pareja de equipo o alguien con quien asumieran podían llevarse bien por el resto del año, en caso de los de primero.
-Nuestro peor error, desde que Midorima y yo nos unimos al equipo, fue enfocarnos únicamente en nuestras habilidades individuales. Necesitamos mejorar nuestro trabajo en equipo, mientras que podemos mantener nuestra independencia, y es precisamente a eso a lo que estoy apuntando como capitán. Durante el año pasado, nos hemos dado cuenta que hacemos un muy buen trabajo si trabajamos con compañeros, perfeccionando esos aspectos compuestos como si fueran uno solo. Puede que existan múltiples combinaciones para un equipo de cinco, pero si hay un jugador apoyando a otro en todo momento, nos ha mostrado que mejora nuestro trabajo en equipo de forma general. Es por eso por lo que quiero que intenten tener un compañero de entrenamiento, cambien de persona hasta que encuentren a alguien que encaje con su manera de jugar basket. Después, arreglaremos al equipo de acuerdo con las necesidades de todos.
-Huh, eso no suena tan mala idea…- Midorima dijo, reconociendo que esa había sido su propia rutina de entrenamiento desde hace un año y medio y hasta el momento había dejado muy buenos resultados.
-Si, pero no he terminado. Tengo otra propuesta. Nos falta resistencia, que es algo que mejoraremos a través de entrenar arduamente. Pero al mismo tiempo nos falta paciencia, fortaleza mental y, por encima de todo… nuestro equipo fue increíblemente predecible en el torneo pasado. – Takao agachó la mirada con un gesto poco característico en él, ya que parecía decepcionado. -Nos falta espontaneidad, porque todos nuestros jugadores están atascados en sus zonas de confort desde hace mucho tiempo. Repetimos nuestras jugadas seguras una y otra vez, y como tal, nuestros rivales nos podían leer como un libro abierto. El equipo necesita estrategias nuevas, pero también necesita gente que sea capaz de romper con la rutina y la normalidad.
Los de menor grado hablaron entre ellos, algunos con rostros emocionados, otros con molestia y hartazgo en sus miradas. Takao sabía que no todos ellos iban a estar de acuerdo con la idea de tener que poner esfuerzo extra en la práctica (Shin-chan siendo uno de ellos, probablemente), pero el de los ojos de halcón sabía en que dirección quería dirigir a su equipo. Tendrían que enseñarle buenos resultados, o serían expulsados antes de que empezaran a afectar al equipo.
- Es opcional el unirse a esta tarea, por cierto, a menos de que el entrenador insista que deben de hacerlo. Si la aceptan, solo les pediré que me reporten su progreso cada semana, para ver si hay buenos resultados o no." Takao explicó, dejando ir a sus compañeros justo después. Todos se dirigieron hacia las duchas, algunos discutiendo sus ideas para este plan. En general, había recibido una buena respuesta por parte del equipo.
-Buen trabajo en tu primer día. -Midorima dijo después de salir del cuarto de baño sólo con sus pantalones puestos. Buscaba una camisa seca en su casillero, que colocó sobre su torso rápidamente ya que el clima aún era bastante frío y la suave briza le quemaba la piel. -Espero que tu régimen traiga buenos resultados.
- ¡Como superiores, tenemos que darles el mejor ejemplo, Shin-chan! -Takao lo molestaba, regresando a su personalidad burlona. -No creas que te voy a dejar salirte con la tuya.
-No esperaba que lo hicieras, por supuesto. -Midorima se arregló los lentes y se sentó en el banquillo de madera en lo que esperaba a que Takao terminara de cambiarse.
Desde el año pasado, habían acordado ya no utilizar la carretilla debido a un pequeño incidente con una luz roja que Takao ignoró, pero aún usaban sus bicis para regresar a casa juntos. Frecuentemente, terminarían en la casa de Midorima haciendo tarea, o pasando una perezosa tarde leyendo manga y jugando videojuegos en la casa de Takao, usualmente acompañados por su hermana. Si no, solían ir por las tardes a las canchas en el estacionamiento enfrente del departamento de Kazunari para un pequeño juego uno-a-uno. Takao tenía que admitir que estaba agradecido que Shin-chan se hubiera mostrado mucho más honesto a partir de su segundo año juntos, y que después de todo ese tiempo y esfuerzo, al fin lo reconocía como su mejor amigo en frente de otras personas (en su propia manera de hacerlo, claro). Más que eso, se había vuelto muy amable con él, en comparación en el muchacho antisocial de primer año que repelía a Takao a toda costa.
-Que bueno… porque tengo que discutir algo contigo sobre ello. -Takao se sentó a su lado, cruzando las piernas sobre el banquillo. -Haremos algo ligeramente diferente que el resto del equipo.
- ¿No dijiste que supuestamente debemos darles un ejemplo?
-Así es, pero nuestro reto será un poco más difícil, Shin-chan. -Su tono volvió a cambiar. Takao dejó que su mirada se perdiese en el techo mientras se recargaba contra el asiento, tratando de encontrar las palabras perfectas para poder explicar sus planes a su amigo. -Mi desafío personal es hacerte el mejor jugador para la siguiente Winter Cup, para el momento que terminemos la preparatoria. No uno de los antiguos Milagros de Teiko, no. Voy a convertirte en el mejor jugador, "Shintaro Midorima de Shutoku High, el mejor jugador de su generación, bajo la tutela de su mejor amigo, entrenador y capitán, Kazunari Takao", ¡¿qué tal suena, eh?!
-Eso es… -Midorima parecía estar reprimiendo una serie de insultos, pero prefirió guardar silencio ante la emoción de su compañero.
-Te he mencionado que quiero estudiar Gestión Deportiva en la universidad, ¿cierto? Bueno, es una de mis opciones… si logro hacer esto, creo que me aceptarían en cualquier escuela que quiera. No es un logro fácil hacer que alguien como tú alcance su forma perfecta. Quizá hasta podrían darme una beca… quiero que brilles con tu verdadero potencial, que creo no has encontrado todavía.
-Quizá me estás sobreestimando, Takao -Shin-chan volvió a arreglarse los lentes, reconociendo que tenía bastantes fallas que consideraba imposibles de arreglar.
-No, conozco un prodigio cuando lo veo, Shin-chan. Sé de buena fe que, a) no estas usando tu verdadero potencial; o b) ni siquiera estás consciente de él. Sabemos que todos tus compañeros de Teiko han entrado a la Zona, pero-
-No puedo entrar a la Zona. -Dijo con severidad y el ceño fruncido. -Ya alcancé mi verdadero potencial cuando-
-No quieres entrar a la Zona, es una cosa completamente distinta. -Takao lo interrumpió negando con la cabeza y señaló violentamente a Midorima entre los ojos con un gesto decisivo. -¡Te demostrare que puedes hacer maravillas si te sales de tu molesta zona de confort! Si te tragas tu orgullo y confías en tus compañeros, te volverás imparable. ¡Para ello, desafortunadamente, vas a tener que cooperar al 110 por ciento, Shin-chan!
-Explícate, nada de lo que estás diciendo tiene sentido, -Midorima lo reprimió con un gesto de enojo.
-Ok, esta es mi teoría: -Takao tomó una gran bocanada de aire antes de empezar a explicar, pero su mirada decidida no cambió. -Tu orgullo te mantiene lejos de alcanzar tu verdadero poder. Tus límites no son una barrera física, como hemos visto, prácticamente ya has dominado tu técnica, tus habilidades especiales, y tu cuerpo está llegando a la madurez. Ya puedes mantener un partido con toda tu fuerza física. ¡Tus límites están aquí, Shin-chan!
Takao lo picó en la frente, lo que causó que el mayor lo mirar con aun más enojo, pero Takao sólo rio e ignoró la mirada de desprecio dirigida hacia él.
-Si te saco de tu zona de confort y te empujo a hacer cosas que consideres vergonzosas o imposibles, estoy seguro de que se reflejará en la cancha. Con eso, te convertirás en el mejor para el final de año.
Midorima lo miró extrañado, pero no podía negar, ante la determinación y entusiasmo de Takao, que todo funcionaría al final. Tenía muy buenos argumentos que él ya había considerado para sí en tiempos anteriores un par de veces. Odiaba admitir que era un jugador incompleto, cosa que usualmente negaba arduamente y se enorgullecía de sus habilidades perfeccionadas al momento. Pero los tiros sin forma, las clavadas y los trucos de pase… había muchas cosas que no sabía cómo manejar ni lidiar con ellas, que quizá podrían hacer su modo de juego mucho más rico, variado y fuerte de lo que pudiera imaginar. Estaba confiando ciegamente en Takao, pero entendía que tenía muy buenas razones para proponer un alocado plan como este. El muchacho de pelo verde estiró un mano, aceptando el reto de su amigo.
-Prométeme una cosa, Kazu. -Era inusual que usara ese mote cuando estaban en la escuela, donde cualquiera podía escucharlos. Sólo lo llamaba así cuando estaban completamente solos, lo que sólo mostraba lo cercanos que se habían vuelto. Había momentos en que Kazunari se sentía herido por lo amable que se había tornado Midorima con él.
Si tan solo supieras, Shin-chan…
-No te quedarás atrás. Me alcanzarás y seremos los mejores, juntos. Necesito tener un compañero de equipo digno. -Le ordenó con ese tono arrogante y orgulloso que usualmente hacía a Takao enojar, pero que por primera vez lo hacía inmensamente feliz.
- ¡Hah! No suenas como tú mismo Shin-chan! ¡Claro, tienes un trato! -Contestó y tomó su mano con una amplia sonrisa en los labios.
…Si tan sólo supieras por qué estoy haciendo todo esto…
N/A: ¡Estoy de vuelta! ¡Ugh! Entre bloqueos de escritor y muchísimo trabajo en la oficina, no he podido terminar la versión original de este fic para las dos fechas límites que tenía (¡Midotaka Day el mes pasado y el cumpleaños de Shin-chan el día de ayer!) Me decidí a traducir el primer capítulo y publicarlo lo antes posible, pero tampoco pude terminarlo a tiempo. Espero disfruten esta historia, que mientras más la leo, menos coherencia le veo. Creo que son prompts aleatorias que se fueron hilando con la intención de hacer a Midorima sufrir y romperle el corazón a Takao poco a poquito.
Si todo sale bien, actualizaré esta historia todos los viernes. Si me libero de trabajo, puede que suba más de un capítulo a la semana.
