N/A: ¡Hola! Gracias por detenerte a leer este humilde fic.

Lo primero que les tengo que advertir si piensan acompañarme en esta historia es que será un camino bastante angustioso. Esta es, probablemente, la historia más oscura que jamás he escrito y seguirá así por un largo tiempo. Pero no se preocupen, siempre hay una luz al final del camino.

Ya tengo una parte hecha del segundo capítulo pero aún tengo que trabajar en él para asegurarme que sea lo suficientemente bueno para ustedes y que tenga sentido con el resto de la trama.

Kurt sí aparecerá en este fic. Obviamente. Pero tal vez tarde un poco en salir porque lo primero que quiero hacer es ver como Blaine se levanta por sí mismo. Tal vez también ponga como Kurt se esta recuperando de su ruptura pero aún no he escrito nada de eso, así que por favor tengan paciencia con eso.

Sin más que decir: Espero que les guste.

Disclaimer (o como se diga): Nada me pertenece.

...

El día más feliz en la vida de Blaine Anderson fue cuando Kurt le dijo que sí quería casarse con él y el día más triste de su vida fue cuando le dijo que ya no quería casarse con él.

Su vida nunca había sido muy feliz. Sus padres lo amaban pero eran personas muy ocupadas y se peleaban todo el tiempo, su hermano era exigente y crítico con él aún cuando decía que sólo quería ayudarlo a ser mejor. Y nunca había tenido muchísimos amigos reales porque creció en Lima y creían que ser gay era subnormal. Incluso las personas que conoció en Dalton le dejarón de hablar cuando se cambió de escuela y conspirarón en su contra cuando casi lo dejarón ciego.

Y de McKinley sólo hablaba con dos personas: Tina, quien estudiaba en Brown por lo que generalmente estaba muy ocupada y Sam, quien también estaba muy ocupado siendo el asistente de la entrenadora Beiste y saliendo con varias chicas en un intento fallido de olvidar a Mercedes.

Por lo que sí, Blaine estaba solo. No era algo a lo que no estuviera acostumbrado, pero nunca había sido tan grave su situación como para que realmente no hubiera una sola persona que se acordará de su existencia.

La única persona que lo escuchaba era su terapeuta, y tenía que pagarle para que lo escuchara.

Ah, eso le recordo que estaba con su terapeuta en ese momento.

- Blaine, ¿me estás escuchando? - preguntó Richard, frunciéndo el ceño un poco, sus ojos cafes tratando de estudiar a Blaine.

Blaine sacudió la cabeza para intentar sacudir los pensamientos oscuros de su mente - Lo siento, ¿qué dijo?

Richard suspiró - Blaine, no te puedo ayudar si no estás dispuesto a dejar que te ayuden.

Blaine bufó y volteó a ver a otro lado con desinterés - ¿Cómo ayudar a alguien que ya no siente nada?

- ¿Lloras mucho? - preguntó Richard derrepente.

La cabeza de Blaine giró como látigo - ¿Qué?

- Te pregunte que si lloras mucho - repitió Richard con paciencia.

- Bueno.. Sí - contestó Blaine vacilante - En realidad, es lo único que hago.

Richard asintió - Entonces sientes. Las lágrimas son la expresión más obvia de los sentimientos.

Los ojos avellana brillaron con ira - Así que el único que sentimiento que aún puedo sentir me hace sentir como mierda. Estupendo. Me alegro de aún sentir algo.

- Sé que no lo ves como algo bueno, pero tienes que entender que con el tiempo el dolor se va.

Una risa amarga se escapó de los labios de Blaine - Es lo mismo que he repetido en mi mente una y otra vez durante toda mi vida - se inclinó un poco más sobre su asiento para que su cara quedará un poco más cerca de Richard - Pero ¿adivine qué, Doc? Hay momentos en el que el dolor disminuye o se disfrace. Momentos en los que me puedo engañar diciendo que yo tal vez puedo ser feliz.. Pero la felicidad es efímera. Mientras que el dolor nunca, nunca se va - se volvió a apoyar en el respaldo del elegante sillón incómodo - Y nunca lo hará.

- ¿Me está diciendo que usted nunca ha estado feliz? - preguntó Richard poco convencido.

- ¿De qué me sirven dos segundos de felicidad si el resto de mi vida está llena de pura mierda? - preguntó Blaine con vehemia, mirando a Richard con los ojos entrecerrados - Si así es la vida entonces no vale la pena.

Richard se detuvó un momento para apuntar algo en su libreta y después volvió a mirar a Blaine - ¿Ha considerado el suicidio?

Blaine se tensó. Por supuesto que lo había hecho, pero no quería contestar, eso no era asunto de nadie más que suyo, es su vida y él tiene derecho de decir si quiere vivirla o no.

- No puedes matar a alguien que ya está muerto - contestó Blaine con voz ronca después de un largo momento de silencio.

Podía decir que Richard quería decir algo, pero en vez de eso asintió y empezó a escribir en su libreta otra vez.

Blaine sabía que con un poco más de sesiones iba a colmar la paciencia del Dr. Richard. Podía verlo por el ceño fruncido estampado en la cara del hombre.

Richard era grande pero no era viejo, Blaine le calculaba unos 42 años. Su cabello castaño tenía canas, su rostro se arrugaba un poco cuando fruncía el ceño, cuando sonreía o cuando entrecerraba los ojos. Sus ojos cafes eran penetrantes pero también pacientes. Era atractivo por lo que Blaine no estaba sorprendido por el anillo de bodas en su dedo.

Su estilo también era bastante bueno. Tenía una camisa blanca con corbata de rayas de diferentes tonos arenosos, encima de eso tenía un sueter liso y delgado con únicamente dos botones de color cafe claro en todo el sueter los cuales estaban abiertos dejando ver su linda corbata. Sus pantalones eran unos simples jeans de mezquilla de color gris oscuro y tenía unas zapatos de color cafe claro sin calcetines. Y con un elegante reloj de correa de cuero cafe oscuro en su muñeca.

- ¿Lleva mucho tiempo casado? - preguntó Blaine rompiendo el largo silencio.

Richard levantó la mirada, dejando de escribir por un momento y quitándose los lentes para ver a Blaine ligeramente sorprendido por la plática casual - ¿Disculpe?

Blaine se encongió de hombros - No muchas personas casadas de su edad se conservan en buena forma y usted luce bastante bien.

- Tengo dos hijas adolescentes que básicamente compran mi ropa por mi - admitió Richard con una suave sonrisa - Mi esposa murió hace cinco años.

Por primera vez en mucho tiempo, su mirada se suavizo - Vaya, yo.. Lo siento mucho, Richard.

Richard se encogió de hombros - Llega un momento en el que aprendes a vivir con el dolor. Nunca dejaré de amar a mi esposa y nunca dejaré de extrañarla. Pero ella no era todo lo que yo tenía. Tengo a mis hijas. Y ellas me hacen feliz.

- Si es así, entonces, ¿por qué aún lleva su anillo de bodas? - preguntó Blaine en voz baja.

Richard miró su anillo por un momento antes de volver a mirar a Blaine - Como tú dijiste, el dolor nunca se irá. Pero no porque suframos significa que no podemos sentir nada más que el dolor. Yo mantengo a mi esposa como un hermoso recuerdo que me ayuda a seguir todos los días.

Blaine se quedó callado. Y no volvió a hablar durante el resto de la cita.

...

Cuando volvió a su casa lo primero que Blaine notó fue que su mamá estaba hablando por teléfono con su abogado. Sabía que si subía se acercaba un poco a la oficina de su papá iba a escucharlo haciendo lo mismo. Es lo único que ellos dos hacian desde que decidieron divorciase.

Así que Blaine subió las escaleras en silencio y se encerró en su cuarto.

Leyendo la diagnostico de su terapeuta por milésima vez.

Depresión mayor.

Mierda, él estaba más que deprimido. Ese diagnosito se quedó corta. Y estaba seguro de que todas las medicinas que le había dejado su terapeuta no le iban a servir.

Se sentía cansado, simplemente exhausto. Pero decidió irse a bañar para tratar de relajar sus músculos.

Cada vez que iba al baño sentía la tentación de agarrar una de las navajas de afeitar, romperlas para que el metal filoso quedará libre y acabar con todo. Y esta vez no fue diferente, las navajas le gritaban que las tomará, pero algo lo detuvo.

No porque suframos significa que no podemos sentir nada más que el dolor.

En todo el tiempo en que Blaine había empezado a ver a un terapeuta, esa era la primera vez que realmente le había hecho efecto alguna de sus palabras.

¿Sería cierto? ¿Realmente podía llegar a ser feliz de nuevo?

Tenía que ser cierto ya que Richard también estuvo deprimido por la muerte de su esposa y se recuperó con el tiempo. Él era feliz ahora.

Pero él tiene a sus hijas - se recordó a sí mismo - Tú no tienes a nadie.

Blaine se apresuró a bañarse y apenas salió del baño se vistió con lo primero que encontró, tomó su celular y llamó a Richard.

Richard contestó un par de pitidos después - ¿Hola?

- Hola, Richard. Soy Blaine.

- ¿Blaine? - preguntó Richard con sorpresa - ¿Está todo bien? Nunca me llamas después de que te vas de mi consultorio.

Blaine no podía culparlo por estar tan sorprendido, después de todo cada vez que iba a sus citas él tenía que ir prácticamente obligado - Es que tengo una duda muy importante.

- ¿Cuál?

- Bueno, cuando usted dijo que superó su depresión por la muerte de su esposa dijo que nunca le va a dejar de doler pero no porque sienta dolor significa que no pueda sentir nada más que eso. Pero usted tiene a sus hijas, ¿yo qué tengo? - preguntó Blaine sin calor en sus palabras. Sólo realmente curioso.

- Tus padres te aman, Blaine. Me contaste que tienes un hermano y además tienes amigos. Tienes muchas cosas fantásticas en tu vida - contestó Richard.

Blaine sacudió la cabeza. Esto no estaba yendo a ningún lado - No. Me refiero a personas que me presten atención. No que simplemente me amen.

Sabía que sonaba muy caprichoso, pero también sabía que le había dado justo en el clavo, porque ese era exactamente su problema con todas las personas cercanas a él. Podían amarlo, pero casi nunca tenían tiempo para él.

- Bueno, eres joven. Puedes conseguirte amigos o tal vez incluso volver a salir con algunos chicos siempre y cuando te sientas listo. O también podrías realizar actividades que te hagan feliz.

Blaine miró a su teclado olvidado en el rincón de su habitación - Pero no me siento muy bien como para salir o hacer cualquier cosa.

- Para eso son las pastillas que te reseté, Blaine. Te ayudarán a sentirte mejor.

- ¿Y si no lo hacen? - preguntó Blaine casi desafiante - ¿Qué pasará si las pastillas no me hacen sentir mejor?

Richard se quedó en silencio un momento - Si las pastillas no te hacen sentir mejor entonces hay una gran probabilidad de que tengan el efecto contrario y que te hagan sentir peor. En ese caso, tendrás que decírmelo para que te dé otras pastillas.

- ¿Está diciendo de que hay una posibilidad de que esas pastillas me hagan sentir aún más de la mierda de lo que ya de por sí me siento? - preguntó Blaine horrorizado - ¡No puedo hacer eso! Si las pastillas me hacen efecto secundario entonces me terminaré suicidando..

Los dos dejaron de hablar por un momento. Esa era la primera vez que Blaine había dicho la palabra de manera directa y clara.

Se quería suicidar.

- Eso no pasará - contestó Richard después de un momento de silencio - Tú me puedes llamar en cualquier momento. En el momento en que te sientas mal puedes comunicarte conmigo.

Blaine asintió quedándose en silencio por unos momentos antes de contestar - Está bien. Gracias, Richard.

- En cualquier momento. Nos vemos el jueves.

Y con eso Blaine colgó y se dejó caer en su cama.

Honestamente, no se veía a sí mismo siento feliz de nuevo.

Pero quería serlo.