La luz de la luna, alumbraba aquel cuerpo sin vida. Ninguna alma, asomaba su andar por aquellos parajes desolados. Una sombra se proyectaba ante el robo de aquella vida furtiva. Cientos de personas rodeaban a los dos protagonistas.
Los minutos silenciosos, expectantes, avanzaban sin ningún apuro. Ningún murmullo, ningún sonido. La oscuridad y soledad de aquella escena, dejaba en claro lo que más se temía.
Una risa fría, gélida, amarga, fue lo único que quebró el reinado del silencio ya adquirido. El circulo que se encontraba encerrándolos, se estremeció ligeramente, al percibir aquel brillo de triunfo en los ojos de su amo.
Los encapuchados giraron en dirección al joven, cuyo cuerpo reposaba en la fría lapida del cementerio. La varita se encontraba a unos dos metros de distancia.
Pequeñas marcas se podían observar por toda la extensión de su cuerpo, empapadas por un liquido que todavía manaba de ellas…Sus ojos cerrados, sus lentes deslizándose por su rostro. Su pelo desordenado, cubriéndole gran parte de la frente.
Una extraña palidez le comenzaba a cubrir su faz, dejándolo tan blanquecino como la luna. Le habían arrebatado su corta vida.
Un sonido de capas arrastrándose, al igual que unos cuantos murmullos, acompañaban al Niño que Vivió, en su último suspiro.
Harry Potter…había muerto.
Fin
N/A: Este fic se me ocurrió en un momento de cierta "oscuridad", asi que por esa razón quedó asi ¬¬