Sumary: Porque las bragas de abuelita de Rin tenían es-ti-lo.


Rin era una jodida idiota. Sí, sí, una idiota al completo. Una niña mimada y malcriada que lo trataba como su mucama personal. Tan sólo faltaba que le hiciera vestirse como el propio Frank-N-Furter, el sensual, y bailarle porque él era su sirviente personal. Oh, dulce travesti... Ya ni comprendía por qué cantaba esa canción. ¡Cierto! Su hermana le había obligado a aprenderla.

Y ahora, confundiendose con la mujer de la cafetería, limpiaba las bragas de su hermana —incluso con la típica red en la cabeza, que le hacía sentirse como una araña—. Y debía admitir que su hermana tenía un pésimo gusto para elegir su ropa interior. ¡Pobre Akaitro! Cuando decidiera dar el siguiente paso... ¡BUM! Abuela Rin para servirle.

Comenzó a silbar una canción que había escuchado en una película de dibujos animados mientras restregaba la tela con un jabón más grande que su propia mano. Jodida Rin, jodido Akaito, jodido Rinto, jodida Lenka, ¡Jodidos todos! Ahora él era la sirvienta.

—Debes besarme los pies después de esto, Riliane...—masculló con su rostro contorsionado en rabia y una gota de sudor bajándole por el cuello—. Haré de tu vida un suplicio, conejo amarillento

Se secó el sudor de la frente y siguió fregando las bragas.

Su hermana tenía tanto es-ti-lo. Amarillas, rosas, moradas, rojas, azu... ¿Rojas? ¿Con un dibujo de un ají en el lado derecho? Mataría al cabeza de ají de Akaito. La simple idea de imaginarse a su hermanita usándola mientras —oh, casi rompía una—... Compartían sentimientos de una manera algo exagerada.

No debía salirse del tema.

—¡Rin, tienes es-ti-lo! ¡Te envidio, hermana!

Y sólo faltaba encontrarse con la extraña mirada de su hermana, Lenka, mientras admiraba su delantal, su red (atrapamoscas, faltaba) en la cabeza y un montón de bragas junto a él.

—¡Pervertido sociopata!

Y lo único que vio antes de quedar con el rostro hundido en el agua con detergente fue un teléfono golpear con su cabeza. Rin tenía es-ti-lo, pero el tenía una montaña en la cabeza.


Sip, esto es lo que sucede cuando Mar se aburre, tiene hambre, sueño y ve Zero no Tsukaima durante todo el día. ¿¡A quién no le gustaría que Saito lave sus bragas!? A mi madre :3. Ocya, buenas noches.