Disclaimer: Los personajes principales son creación de Stephenie Meyer. La historia fué creada por mi y queda prohibida la distribución de la misma.
Prefacio.
La adolescencia es un duelo.
Esas palabras resonaron en mi mente por un largo rato. Porque así se sentía, como morir y nacer otra vez. Un adulto con la mente de un niño, o quizás un niño con la mente de adulto. Un vacio tan grande que podría partirte en dos y una felicidad inmensa que podría hacerte volar. Aunque había olvidado cómo se sentía esta última, ahogada en una oscuridad tan profunda que no podía reconocer el bien del mal ¿Quién dijo qué es el bien y qué el mal? Hay cosas que algunos le hacen bien pero a otros mal. En fin. Una era de victimización eterna en la cual reinaba un aura de pesimismo invadió mi vida. No había palabras o actos que me hicieran querer cambiar, no había impulso ni razón. Lo amargo nunca había sido tan amargo.
A veces me sentía separada de mi cuerpo, como si lo viera todo desde afuera. Quería una solución rápida pero tenía miedo. No quería morir, solo no sentir dolor. La ira se apropiaba de todo lo que había en su camino y lo destruía como un tornado. Y eso sentía cada día: Ira y dolor, una mezcla que me hundía en un subsuelo de desesperación y melancolía. No había un motivo, o eso creía. Solo la necesidad para dejar escapar todo aquello que me había ocultado tanto tiempo. Tenía esperanza, por eso había miedo, el miedo era solo una advertencia. Pero a veces hay que morir, para resurgir otra vez, como un ave fénix. O al menos eso descubrí.
