Mi gusto por escribir es el origen de esta historia, y solo quitaré a un personaje de la saga. Hay cosas que cambian, no todo es igual, nada de inmortalidad solo mi imaginación. Pueden opinar si quieren.

Bueno eso es todo, gracias por leer. My hero academia es propiedad de Kōhei Horikoshi, no planeo robar nada

Desde que tengo memoria mi vida siempre fue gris, nunca tuve muchos amigos para empezar y mi hogar era la casa de muchos otros como yo. Por obra del destino acabamos juntos esperando por alguna familia que viniera y nos diera eso que tanto queríamos: padres. Pero no todos eran como yo, Baba-chan lo supo en ese entonces y era muy pequeña para entender que cuando me asignaba tareas en ese lugar... más que a todos los demás era por una buena razón. Baba-chan era la encargada del orfanato Kinomoto, era una abuelita muy amable... si no la hacias enojar. Tenía 4 años cuando todos empezaron a mostrar ese "Don" que pequeño o grande, extraño o intimidante, hicieron que también anhelará uno. Shinji era el nieto de Baba-chan, un chico mayor que pasaba los fines de semana en el orfanato.

Amaba esos días, Shinji era muy bueno conmigo, no le importó que no tuviera aun ese "Don". Un viernes que esperaba por él, Hana-chan por accidente me lastimó. No recuerdo mucho de eso, solo despuertar unas semanas después en el orfanato y Baba-chan llorando. A mis 6 años ya había visto unas caras ir y venir en la casa, a esa edad había entendido que jamás me iría de allí. Un año después Baba-chan murió y Shinji se quedó con nosotros, ya era un chico grande y había terminado la universidad. Los primeros meses fueron muy tristes, no tenía una razón para levantarme cada día y viendo a otros felices me dolía, por qué todas mis esperanzas de tener ese algo especial eran en vano.

Acepté que sería otro punto ordinario, dejé de tratar de hacer amigos por qué todos se iban y ninguno regresaba. A los 8 años Shinji me llevó a un parque, era la primera vez, desde la muerte de Baba que mi cumpleaños no parecía tan malo. Parecía que siempre iba a ser así, Shinji y yo contra el mundo, hasta que... lo conocí.

En ese parque mientras esperaba que Shinji regresará mirando a niños correr y jugar, tratando de ser una sombra para no estorbarle a ninguno. Pero mis torpes pies me llevaron con el grupo equivocado, pensando que era un niño como ellos me persiguieron para que pagara por la comida que había pisado. Tropecé con esos zapatos viejos y algo grandes para mí, capucha se callo y mi cabello corto era lo único que podía cubrirme del aterrador niño de cabello rubio ceniza y ojos de fuego.

"Qué patético, llorando como niña. No piensas pelear?" gritaba, y aunque tratará de hablar y en efecto confirmarle que era una niña, de pedir disculpas, mi voz no salia.

Lloré, me arrastré tratando de escapar pero viendolo a él y esos 2 niños con poderes aterradores, cerre los ojos esperando que todo terminará. Mientras temblaba escuché la voz que tendría grabada por siempre en mi memoria. Un niño pequeño de cabello negro todo alborotado y verde en las puntas, corrío y se interpusó en su camino. Temblaba tanto como yo, era más bajito que ese niño rubio y aún así ...

"Eres malo Kacchan. ¿No ves qué esta llorando?" Estaba asustado y aún así estaba dando la cara por mi. Viendo como se ponía en posición como esos héroes de la TV, como si fuera a pelear.

"Si-Sino paras...Nu-Nunca te lo perdonaré!"

"Pesé a no tener singularidad. Sigues haciendote el héroe, Deku?" Y cuando ellos vinieron por él, sin piedad, por una vez en mi vida no dude en golpear a alguien. Jamás lo había hecho pero... pero... me rompía el corazón ver que alguien como yo se enfrentará solo ante algo más fuerte. Así mientras recibiamos sus golpes y trataba de ayudar, tuve un deseo.

El sentir mi corazón palpitar nuevamente, ante la idea de ser valiente. Deseé ser un héroe por primera vez. Esa sensación de vida, como electricidad recorriendo tu cuerpo y el estómago revoloteando de emoción, sentía que con este sentimiento finalmente podría encontrar un camino, tener un sueño.

Shinji afortunadamente vino y nos rescató, realmente no conocía a este pequeño niño pero quería agradecerle. Cómo siempre lo primero que checaba era mi cabeza, era por las constantes migrañas desde el accidente, pero aprendí a vivir con ellas, no me gustaba causarle molestias a Shinji.

"Ya, todo va a estar bien" Lloraba, por el dolor, por alivio, por que ese niño seguía inmovil en el piso. El don de Shinji era algo útil, regeneración celular, lo malo es que por cuidarnos no pudo continuar estudiando para ser médico. Aun así Shinji era un ángel para mi, cuando terminó con ambos el sonrió.

"Gracias por proteger a Nana-chan, mi nombre es Shinji Kinomoto" El niño miraba asombrado las manos de Shinji y de repente se soltó a llorar todo rojo.

"Yo-Yo no hice nada."

Nada. Eso es lo que he estado haciendo por años, definitivamente no era así.Para mí, él me había dado el mejor regalo de cumpleaños del mundo. No lo quería ver llorar, él para mi...

"¡Mentira!" Dejando la seguridad que Shinji me daba, di mi primer paso. "Gra-Gracias, por ser mi héroe!"

Y fue todo lo que pude decir, no resistí mucho siendo tan tímida. Sostener la mirada a esos tiernos ojos verdes, estaba muy nerviosa.

"¿Eh? E-Eres... una niña?"

Y a partir de ese momento, de ese encuentro tan aleatorio y vergonzoso, tuve una meta. Así conocí al héroe de toda mi vida, Izumu Midoriya.