Again

La sensación es tan extraña que no puedo apartar las manos de mi vientre. Tal vez es imaginación mía, o quizás se debe a que soy una extrema paranoica, pero puedo sentir como se remueve dentro mío. Inquieta, impaciente. Una pequeña pececilla molesta.

No presto atención al mundo exterior. Agudizo mi oído, intentando escuchar algo mas allá de lo convencional. Y me vuelven asaltar las puntadas en el estómago, dulces, débiles. Retazos de una molestia agradable.

Quisiera llorar. Quisiera gritar de emoción o felicidad. ¿Qué soy yo ahora? No reconozco a la mujer frente al espejo. Aquellos ojos de un gris desvaído permanecen brillantes, llenos de vida. El dolor parece no existir, es más, no existió nunca. Jamás.

Ella se prepara para vivir.