Papaya

A Hatsune Miku le gustaban mucho las frutas y verduras ¿por qué? Porque eran sanas, deliciosas y fáciles de llevar a cualquier parte listas para comer. Así es, aunque su alimento favorito era el puerro, le gustaban todas y cada una de las frutas que existían.

Bueno, excepto una.

-¡Miku!-escuchó que le llamaba alegremente una chica rubia, un poco más baja que ella misma, sosteniendo un tenedor con…con… esa "cosa" rara y fea que se hacía llamar... Ugh, ni siquiera podía pensar en su nombre. Ahí estaba la excepción, la fea, maloliente, malvada y amarilla excepción.

Una temible PAPAYA.

-di "ahhh"-dijo tiernamente la rubia, acercándole un poco más un trozo de esa cosa que debería en serio estar prohibida en las tiendas. Ahogó un agudo grito que murió en su garganta, poniendo un puchero.

-n-no quiero, Rin, gracias de veras-intentó negarse, ¡de veras que lo intentó! Pero en ese instante la mayor de los gemelos Kagamine puso su mejor puchero de "si no comes moriré de pena, ahogándome en mis propias lagrimas que destruirán la ciudad porque tú no me quieres y como no me quieres y me odias no comes papaya" y… como buena novia que era, tuvo que tragar su orgullo… junto con la papaya.

Se quiso morir ahí mismo.

Justo cuando estaba poniendo la cara de asco de su vida unos delgados labios rosados se encontraron con los suyos, haciéndole detener su respiración en el acto pero, lastimosamente, el contacto sólo duro dos segundos.

-como premio por comerte la papaya-dijo Rin, con una enorme sonrisa.

Entonces supo, que la papaya no era tan mala….