La Última Esperanza
BY: Lady Kiam
El rey Vegeta había advertido las intenciones de Freezer, su raza se extinguiría irremediablemente, herido de muerte decidió mandar a su heredero al planeta donde anteriormente había enviado a su hermano, pensando que su sangre lograría llegar a su máximo potencial y así ambos vengarían a su raza, ese niño se convertía en la última esperanza… pero la explosión del planeta hizo que su capsula cambiara de trayectoria, el príncipe nunca llego a su destino fijado… llegó al planeta tierra, donde otro sayayin ya había sido enviado…
Aclaraciones de la Autora:
Desde que Wiss explicó, en Dragón Ball súper, la existencia de los 12 universos universos paralelos, no pude evitar preguntarme ¿acaso en los demás universos era posible un destino diferente para Vegeta? Mi personaje favorito es el príncipe de los Sayayin, y era obvio que me puse a pensar en esa posibilidad. La mejor historia personal es la de Vegeta dentro del Universo de Dragón Ball, en mi opinión personal, además nunca se le dio el protagonismo que merecía dando a conocer su historia en los años donde Freezer lo tuvo en su custodia, así que decidí hacer algo al respecto. Usé también todos los últimos datos que Akira mostró sobre el origen de Goku y su raza, así que espero no sea un spoiler repentino. Esta idea surgió porque simplemente dejé que mi mente divagara entre las mil y un posibilidades, esta historia alternativa del universo de Dragón Ball, donde claramente el personaje central es Vegeta, es un pequeño homenaje a este gran personaje. Dicho esto aquí inicia el viaje, y espero me acompañen…
Gracias.
Capítulo 1.
Recuerdos de una raza extinta
"Príncipe, tú llegarás a ser el súper sayayin legendario no me cabe la menor duda"
Las palabras de su padre resonaban una y otra vez en su cabeza, recordándole el absurdo y patético momento en el cual se hallaba. La nave estaba averiada y el constante pitido lo había despertado hacia un par de horas, no fue necesaria observar la pantalla para saber que su trayectoria había cambiado, aunque tampoco podría hacerlo, mantener ambos ojos abiertos era una tarea casi imposible gracias a su debilidad, había perdido demasiada sangre... Sintió el frio calándole los huesos, seguramente la maldita máquina tampoco podía regular la temperatura, una sonrisa irónica apareció en su rostro aceptando su patético destino, el príncipe de los sayayins moriría en la espesura de la nada, olvidado en un rincón del universo, sintiendo una mezcla de tristeza y dolor, pero no eran sus únicos sentimientos, también moriría con rencor… con odio hacia sí mismo. Por años lo habían llamado el niño prodigio, el orgullo de la familia real, el futuro "súper sayayin legendario" pero la realidad le mostraba lo insignificante que era. Vegeta, el príncipe de los sayayins no había logrado evitar la extinción de su raza, ni la destrucción de su planeta, tampoco moriría en batalla tal y como era el deseo de cualquier guerrero de su raza… no, moriría como un cobarde traidor, obligado a huir hacia un planeta cualquiera sin dignidad alguna.
Una lagrima apareció en su rostro por la impotencia, no tenía miedo a la muerte, en realidad temía consumirse en la miseria de sus últimos momentos, de volverse loco y acabar con la poca cordura que le quedaba, tenía miedo de olvidar quien era… lo que él era. Maldecía su propio destino, quizás si tan solo la trayectoria de su nave no hubiese cambiado tendría una oportunidad con su hermano en aquel planeta donde yacía, pero estaba seguro que Freezer mandaría pronto a algún pequeño escuadrón para eliminar cualquier vestigio de los sayayins, su hermano pronto estaría muerto, al igual que ya lo estaba toda su raza.
Por unos breves segundos miraba hacia el espacio, recordando el cómo había llegado hasta su actual situación, las imágenes de su padre y de su orgulloso pueblo aparecían mezclados entre las constantes humillaciones y golpizas que Freezer y sus hombres le propiciaban. Sus ojos ya no podían permanecer abiertos, su cuerpo se enfriaba lentamente, quizás ya no volvería a despertar y tal vez sería un alivio, así que prefirió rememorar mejores momentos. Era consciente de que quizás el orgullo era lo único que no había perdido, su orgullo personal, no como príncipe de los sayayin ya que ese orgullo estaba muerto hacía mucho tiempo, si no como Vegeta, un guerrero que en sus 9 años de vida no se había doblegado ante el ser más poderoso del universo ni una sola vez…
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El rey Vegeta estaba orgulloso de su primogénito y eso era más que sabido por todos, no por nada lo había nombrado con su mismo nombre. Nacido con un poder de pelea elevado, el más alto de las últimas décadas, el príncipe era temido y respetado, y aunque su carácter terco y orgulloso lo hacían difícil de manejar era talentoso en cuanto a la pelea, eso era innegable. El hijo menor del rey por el contrario era una deshonra, con tan solo unas semanas de nacido se lo había mandado hacia algún planeta miserable para que su existencia fuera algo beneficiosa, el príncipe ignoraba completamente aquello y pasarían años antes de conocer el destino de su hermano, aunque no le importaba en lo absoluto.
Los días transcurrían de manera regular en el planeta Vegeta, los guerreros de confianza del rey mantenían vigilado al príncipe en sus habitaciones mientras Freezer, el auto proclamado emperador del universo, visitaba rutinariamente en planeta, en cuando recibían el informe de que este se había retirado acompañaban al príncipe para que se encontrara con su padre. El rey Vegeta no perdía tiempo alguno, acompañaba a su hijo rápidamente para verlo pelear, visitando un planeta más difícil que el anterior, pero esto no era conocido por el emperador del universo ya que toda la situación se mantenía en la más hermético secreto.
El gobernador de los sayayins estaba consiente que Frezeer estaba interesado en su hijo desde hacia tiempo, durante años había logrado evitar lo inevitable, que Frezeer se llevara a su heredero. No era un secreto el hecho de que este coleccionaba a sus vasallos desde jóvenes, prácticamente se apropiaba de los guerreros más talentosos, despojándolos de toda idea de sublevación, incluso se corría el rumor de que cada individuo de la patrulla Gyniu se había criado de esa manera, cada uno de ellos, arrebatados muy jóvenes de sus planetas antes de destruirlos, criados en un ambiente cerrado, haciéndoles creer que Freezer era su salvador, de ese modo se habían convertido en los súbditos más fieles y fuertes del emperador. El orgullo sayayin del rey hacia que fuera imposible siquiera pensar en entregar a su hijo a esa bestia, ese niño era su heredero, el más fuerte guerrero sayayin, si esto sucedía todo estaría perdido. Todos estos años había planeado el futuro de su sangre, tenía la certeza de que en un par de años el heredero al trono lograría convertirse en el súper sayayin legendario… cuando pasaran esos años su pueblo se revelaría y acabarían con Freezer de una vez por todas.
El príncipe Vegeta odiaba a Freezer al igual que todos, sabía que no había ningún sayayin suficientemente fuerte como para enfrentarlo, no por el momento. Su padre estaba arriesgándolo todo asignándole en secreto los planetas más peligrosos para incrementar su poder, lo había estado haciendo desde que tenía uso de razón, al inicio no comprendía porque lo obligaban a ello, pero luego de ver el inmenso poder que poseía Freezer comprendió todo.
Estando a punto de morir innumerables veces, el príncipe había llegado a tal nivel que ahora salía ileso de casi todas sus peleas, aprendía nuevas técnicas, estrategias y lenguajes aunque esto no le agradara, él era el único sayayin al que habían obligado a interesarse en esas cosas, ya que no había sido criado como los demás niños de su raza. A todos los sayayins se los llevaba al campo de batalla desde los 3 años, se les enseñaba lo básico hasta los 5 años y de ahí en adelante eran considerados guerreros, pero la "educación" del príncipe se había convertido en una carrera de supervivencia desde su nacimiento. El príncipe Vegeta no había cumplido siquiera los dos años cuando el rey decidió que era tiempo de comenzar su adiestramiento, siendo un prodigio desde pequeño, con tan solo 9 meses había logrado caminar, pero desde los 13 meses su padre hacia que bestias pequeñas lo persiguieran obligándolo a adquirir una agilidad impresionante para su corta edad, las bestias aumentaban de tamaño con cada mes que pasaba y con ellas Vegeta lograba obtener más agilidad y resistencia. Cuando cumplió dos años el rey decidió llevar a su primogénito a un planeta extraño, el pequeño observaba en silencio a su padre mientras este golpeaba a un par de bestias que le triplicaban el tamaño, usaba varias técnicas de pelea para mostrarle todo lo que pudiera para luego abandonar a su primogénito en la espesa jungla, aunque en realidad lo vigilaba a una distancia prudente. El príncipe sobrevivió gracias a su agilidad, pero no fue solo eso, su fuerza se hizo presente cuando tuvo que pelear por su vida con algunas bestias de mayor tamaño, aunque estas no eran tan grandes como las que su padre había asesinado. El tiempo seguía su curso y fue llevado cada mes a un planeta distinto, su padre peleaba primero y luego lo "abandonaba", pero casi al cumplir 4 años tuvo un reto más difícil que todos los anteriores, el primer planeta habitado por oponentes medianamente inteligentes y fuertes. No podía depender solo de su fuerza y agilidad, tenía que hacer uso de toda su inteligencia para encontrar posibles trampas y también evitar a sus oponentes en grandes grupos, casi había aniquilado a todos cuando un grupo lo emboscó, parecía que sería su fin ya que atacaron no solo con armas, ellos también podían emitir energía al igual que lo hacían los sayayins, estaba herido de gravedad, casi mortalmente y parecía que sería su fin, pero el orgulloso rey Vegeta apareció de la nada salvándolo y destruyendo a todos sus enemigos de un solo ataque. Sin decir una palabra el rey tomo por la cola a su hijo quien yacía en el piso desangrándose y lo llevó a la nave, la cámara de recuperación tardo 3 horas en sanar su pequeño cuerpo. El príncipe despertó gracias al pitido constante de la cámara de recuperación, frente suyo estaba su padre quien lo miraba con una seriedad imperturbable, el niño avanzó algunos pasos luego de salir de la cámara, temeroso de la actitud de su progenitor, recibiendo un puñetazo en el rostro. El rey Vegeta entonces habló a su hijo dándole la espalda – no eres débil, no eres un sayayin cualquiera, tienes mi sangre, pero si sigues conteniéndote no vivirás para crear tu destino… no volveré a intervenir, debes hacerte fuerte, la fuerza es lo único que importa… - el rey lo miró fijamente antes de proseguir - Príncipe, tú llegarás a ser el súper sayayin legendario, no me cabe la menor duda – el niño de ya casi 4 años estaba absorto en las palabras de su padre, pudo observar una mueca por un leve segundo, similar a una sonrisa, la cual desapareció enseguida. El rey nunca volvió a intervenir en una batalla, ni tampoco fue necesario, varias veces el príncipe llegaba herido gravemente a la nave de su padre y no pedía ayuda nadie, solo entraba a la cámara de recuperación y salía en silencio cuando esta había finalizado su labor volviendo a la batalla enseguida. El príncipe observaba a sus enemigos y los estudiaba, elaboraba estrategias, así continuo por un año más. Ahora peleaba junto a su padre invadiendo los planetas más peligrosos sin miedo ni dudas, comprendiendo quien era, el príncipe de los sayayins… el futuro súper sayayin legendario.
Su padre no dejaba de vigilarlo, una parte de él sabía que lo protegía y otra parte sabía que no quería perder su mejor carta con Freezer, él era una herramienta y estaba consiente de aquello, pero sabía y sentía que para su padre era más que aquello, también era esperanza, con tan solo 6 años quizás él era la única esperanza de toda su raza… contra él.
Había visto muchas veces a Freezer lejanamente, pero no tenía interés alguno en conocerlo…
Pero Freezer había oído hablar sobre él hacía un año y deseaba conocer al joven príncipe…
- Vine a hablar sobre tu hijo ¿cuándo piensas traerlo ante mí?
Freezer había llegado al planeta Vegeta para una revisión de rutina y con estas palabras se había dirigido al rey del planeta, este por su parte no pudo darle ninguna respuesta, no importaba lo que dijera así que se mantuvo en silencio, pero increíblemente el emperador del universo no se molestó – parece que temes por la vida de tu hijo, es raro, pensé que los sayayin eran guerreros orgullosos sin sentimientos insignificantes, pero, ¿tú tienes una estima muy alta por tu heredero, no es cierto? – sin darle tiempo a responder, Freezer caminó hacia una puerta cercana y ante la mirada desesperada del rey Vegeta presionó un botón con su cola para que esta se abriera, caminó lentamente por un pasillo angosto hasta llegar a otra puerta la cual tenía el sello de la realeza sayayin pero antes que pudiera abrirla la voz del rey se hizo presente – Magnánimo Freezer… solo es un mocoso insolente, no es fuerte todavía, si gusta haré que pelee un poco más para que cumpla con sus expectativas.
- tu sabes muy bien que eso es mentira – el emperador del universo habló haciendo que el rey lo mirara sorprendido - ¿o vas a negar que él es lo suficientemente fuerte como para someter a un par de los planetas más difíciles…solo, sin ayuda de nadie?, a decir verdad Rey Vegeta me enojé mucho cuando me informaron aquello, ya que pensé que estabas planeando usarlo en mi contra, pero eso sería estúpido ¿verdad? – un silencio sepulcral se hizo presente ante estas palabras, el sequito del rey estaba asustado, y el mismo rey ahora temblaba de la impotencia, claramente habría un castigo por sus actos, alguien lo había traicionado contándole todo el plan. Todo estaba perdido, con aquel pensamiento el rey observaba como Freezer abría la puerta que conducía a la alcoba del príncipe.
Sentado y aburrido, sobre una cama bastante hostil, se hallaba el heredero del rey Vegeta, un niño de 6 años quien al escuchar el sonido de la compuerta posó sus ojos en el ser que ahora se adentraba a su habitación.
- Príncipe Vegeta es un gusto conocerte al fin, me han informado sobre tus grandes hazañas, parece que eres un guerrero formidable a tan corta edad, claro que yo a tu edad tenía 10 veces más poder, pero para ser un sayayin ese nivel es bastante decente.
El niño no podía creerlo, bajó su cabeza mientras su cuerpo se tensaba, no se movió de su posición, pero con la mirada buscó a su padre y lo encontró inmóvil detrás de la criatura que se hallaba delante de él, tenía la mirada perdida. El joven príncipe comprendió entonces que el ser más poderoso del universo había descubierto todo el plan de su padre, ya no había esperanza para su raza, todo terminaría con su asesinato…
- Veo que mi presencia te ha puesto nervioso – hablo tranquilamente Freezer – no estoy aquí para eliminarte príncipe, he pedido en varias ocasiones a tu padre que te traiga ante mí, pero como él no está dispuesto a hacerlo decidí conocerte personalmente – en ese instante el príncipe sayayin observó el rostro del emperador, tratando de comprender – veras tengo una selección de guerreros que trabajan directamente conmigo, solamente acepto lo mejor de lo mejor… si estás dispuesto podrías llegar a ser uno de mis hombres de confianza.
Lentamente bajo su cabeza y repitió las últimas palabras de Freezer – ¿hombres de confianza?- cuando pudo asimilar aquellas palabras, súbitamente y sin titubeos se paró erguido, una sonrisa adornaba su rostro y con el orgullo que caracterizaba a su raza respondió – Alteza, no tengo la más mínima intención de volverme un hombre de su confianza - Freezer lo miró sorprendido, ese niño sin duda alguna era alguien distinto a todos sus sirvientes, pero el niño siguió sorprendiéndolo diciendo algo más- Yo planteo convertirme en su mano derecha - Freezer sonrió, era interesante, el niño era totalmente interesante.
- Tienes objetivos muy altos príncipe.
- ¿No es lo correcto, siendo sirvientes del gran Freezer, tratar de alcanzar objetivos altos?
- Tu hijo me agrada – ahora el emperador hablaba al Rey Vegeta el cual también se hallaba sorprendido por las palabras de su hijo – es algo presuntuoso pero también demuestra educación y lealtad, será interesante tenerlo a mi cargo, pero ahora quiero que salgas de aquí, necesito hablar con él a solas.
El rey Vegeta miró a Freezer y luego a su hijo antes de salir de la habitación en silencio, cerrando la compuerta, solo quedaba confiar en la astucia de su sangre…
- ¿Sabes que tu padre planeaba una rebelión no es cierto? –
- Si, lo sabía – el niño no se inmutó ante esta pregunta.
- ¿También sabes las consecuencias sobre aquello, no es cierto? ¿Crees que puedo confiar en ti?–
Vegeta bajo la cabeza pensando en una respuesta correcta – Gran Freezer, estoy seguro que usted entiende que siendo nosotros una raza de guerreros era cuestión de tiempo que alguien se revelara, pero también estoy seguro que nadie siquiera se ha acercado a su nivel, mi padre nunca me dijo cuál era su plan… simplemente me mandaba a pelear en todos los planetas poderosos que encontraba, obviamente así me hacía más fuerte… pero Gran Freezer, para llegar a su nivel necesitaría la vida eterna y yo tenía otros planes –
Freezer lo observó curioso – Continúa
-Verá, mi plan era continuar aprendiendo y ganar poder – avanzos algunos pasos hacia el emperador y prosiguió – porque mi meta era reemplazar a mi padre.
El emperador arqueó una ceja, el niño no tenía ni un ápice de duda en sus palabras - Tu padre no dejó que el ser más poderoso del universo se acercara a ti en varios años, te estaba protegiendo todo este tiempo y aun así ¿estás dispuesto a derrocar a tu padre?, y yo que creí que la lealtad familiar valía algo para los sayayins…
-La familia real y todos los sayayins tienen como cabeza a un guerrero, pero no a un líder y ese hombre también es débil, el orgullo de la familia real y el de mi raza recae en mí ahora, el rey Vegeta fue fuerte en su época, pero ya lo he superado – el principe miraba fijamente al emperador del universo, sin dudas, siguió explicando el plan que tenia en mente para su planeta, sorprendiendo a Freezer con cada palabra.
El rey y su sequito se hallaban en el salón principal esperando, nerviosos y en completo silencio, hasta que unos pasos se oyeron por el pasillo, de pronto Freezer se hallaba ante ellos seguido del heredero. El emperador sonrió ante el pavor que su sola presencia lograba, y decidió hablar a rey - Veo que has educado a tu hijo de forma sorprendente, es un estratega nato y alguien con mucho carácter, a decir verdad me sorprende que tenga tu sangre - Freezer estaba maravillado con su nueva adquisición y decidió informarle al rey su decisión - Tu hijo será uno de mis hombres, pero antes tiene que encargarse de un par de cosas en este planeta – Freezer miró al el joven príncipe quien se hallaba detrás suyo antes de continuar – Te esperaré en mi nave, termina cuanto antes con tus asuntos pendientes.
Diciendo esto último se retiró caminando con una risa estruendosamente maliciosa.
Todo el sequito y el mismo Rey Vegeta se encontraban confundidos, hasta que el príncipe comenzó a hablar.
- Deseo retar a mi padre por la corona del planeta Vegeta - Nadie se esperaba tal afirmación, mucho menos el rey, todos conocían su fuerza pero también sabían que el rey era poderoso, se observaban nerviosos los unos a los otros pensando que hacer, pero un grito de ira les indicó como proceder.
- Largo todos‼ - Ordenó el rey Vegeta, los presentes obedecieron dejando solos al padre y al hijo.
Ambos se miraron fijamente por varios segundos hasta que el niño pensando un segundo bajo su cabeza para luego ponerse en posición ofensiva - No hay tiempo que perder, atacame con todo lo que tengas padre…
El rey Vegeta seguía mirándolo fijamente, no comprendía aquello, pero decidió también adquirir una posición de ataque - ¿Cuál es tu plan?… - preguntó seriamente
- Quedarme con la corona del planeta – respondió el niño
- el plan real mocoso… -
- El plan real es derrotarte padre… estoy retándote en serio.
- No lo dudo – el rey Vegeta cerró los ojos, aceptando la realidad, sus puños se tensaron, quizás esto era necesario, su hijo tenía un plan, estaba seguro de aquello, volvió a posar su mirada en su primogénito, en su única esperanza - espero que mi muerte te de algo de tiempo -
- Tu muerte no me servirá padre…
- ¡¿qué intentas decirme?! – el rey miro sorprendido a su heredero, a ese pequeño niño de 6 años… si no era su muerte parte del plan, ¿entonces qué era lo que quería?
- tu humillación es lo único que me dará tiempo…
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Un fuerte cambio de temperatura y un errático temblor, hicieron que dejara de pensar en lo sucedido hacia 3 años, parecía que su nave estaba entrando en alguna atmosfera extraña, ahora la temperatura era demasiado elevada. Trató de ver la pantalla de su nave pero su nublada vista no pudo hacer más que divisar un nombre, "Kakaroto" había un sayayin en la mismas coordenadas a donde iba… ¿había una esperanza?... no podía estar seguro del todo. Su nave caía en picada y ahora su cuerpo estaba colapsando, no solo por la sangre que había perdido, el extenuante viaje de 3 meses era demasiado para su agotado cuerpo que había aguantado sin agua ni comida, haciendo que se desmayara segundos antes del impacto.
En los cielos de las montañas se podía ver como un rastro de humo y destello recorría el cielo, antes de emitir un fuerte estruendo. Dos personas traían algo de leña para la cena cuando divisaron todo aquello.
- ¿Abuelito que fue eso? – un pequeño niño, de casi 6 años y con una extraña cola, hizo esta pregunta al anciano que se hallaba a su lado.
-…no puede ser… - el anciano miró un momento al pequeño niño antes de recordar como hacía tres años había visto y escuchado un estruendo similar - no… es imposible…Pero….
- ¿pasa algo abuelito? – el niño miró extrañado al anciano, muy pocas veces lo veía preocupado, pero casi podría asegurar que no solo estaba preocupado, si no que parecía nervioso…
- Goku, hijo… debemos ir a ver que paso, puede que haya algún herido.
CONTINUARA…
¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿? ¿?¿?
Aclaraciones, si alguien no entendió muy bien de qué va la historia, aquí me encargaré de explicarles un poco. En este relato Vegeta cuenta con 9 años cuando llega al planeta tierra y Goku tiene 5 años, si leyeron el especial de Jako Patrol Galactic, se cuenta como Bardock manda a su hijo al planeta tierra cuando este tiene 3 años, así que Goku (en este fic), pasó dos años y algo más al cuidado de Son Gohan. En este universo todo sucede cronológicamente como estamos acostumbrados, pero los hechos varían gracias a la presencia de Vegeta. Trato de mantener su carácter hostil y algo venenoso, ya que cambiarlo sería un error. Y bueno hasta ahora esa pequeña aclaración, espero que me lean pronto, Gracias.
