Fantasy Revolutions

Se hizo de día. Y entonces...

Cid Highwind, 32 años. Rubio de ojos azules, fumador. Sus aficiones son la bebida y las mujeres. En cuanto consigue algo de dinero, se va a la casa de citas. Es aviador, piloto de la nave 'Highwind'.

¡¡¡¡¡¡¡Cíiiiiiiiiid!-una encantadora muchacha lo llamaba desde el balcón. Su nombre era Tifa Lockheart, y tenía 20 años. Tifa tenía el largo cabello castaño recogido en una coleta, y los ojos de color de caramelo. El aviador la miró. -¿No tienes clientes ahora?-le preguntó. La joven sonrió.-Me he tomado un descansito. Cloud y Marlene me sustituyen.-Cid abrió los ojos, y rió:-¿Los has dejado a los dos a cargo?-le preguntó, divertido. Se escuchó el ruido de una pelea en el interiror. Cid entró y vió a un joven rubio de peinado extraño empuñando una espada enorme, dos veces más grande que él. Y a su lado un hombre grande y negro, aferrandole del brazo:-Vamos, Cloud, perdonale la vida, no se estaba metiendo con tu cara...-le decía al rubio. Tifa bajó corriendo y le dió una bofetada al joven. Impulsado por la fuerza de la joven, el chico se tragó un par de mesas antes de aterrizar.

¡Cloud Strife, eres la cosa más inútil que he conocido!-le gritó la chica.-Y tu, Barret, podrías haberle dicho algo.-riñó al negro

Pero el negro se desentendió. Cogió en brazos a la niña pequeña que había a su lado.-Marlene, dime que no has tenido nada que ver...-le susurró. Ella se reía con fuerza.-No, papá, no he hecho nada.-le dijo. El hombre suspiró aliviado. Cid se rió ante el panorama. Poco a poco comenzaron a bajar los demás miembros del grupo de sus habitaciones. Una joven alocada, de unos 16 años se acercó a la mesa. Tenía el pelo corto y llevaba una cinta en la frente.-¿¿Eeeeeeh? ¿No hay nada de desayuno?-se quejó. -¡¡Yuffie, si quieres desayunar, te lo preparas tú, que bastante trabajo tengo!-le gritó Tifa. Estaba ordenando el destrozo organizado por Cloud. Apareció también Nanaki (Red XIII), una especie de león de pelo rojizo, de gran inteligencia.-Buenos días, lamento la tardanza, pero tenía demasiado cansancio-se disculpó cortésmente. Todos le miraron sonrientes:-Como siempre, eres el más educado de todos.-dijo el aviador, que miraba impaciente las escaleras que daban al dormitorio.-...¿sigue durmiendo?-preguntó al león, algo cortado. El rojizo meneó suavemente la cabeza:-A medianoche se ha levantado y ha salido.-dijo, tétricamente. El fumador le miró sorprendido.-¿Se-se ha ido?

Cloud se acercó a ellos-Pues tendría que volver enseguida, pues tenía la intención de partir a la mañana...-les dijo, impaciente: -Ya sé, Cid, ¿por qué no vas a buscarle tú?-le preguntó, servil. El rubio le miró asqueado, no tenía ganas de salir:-¿Y por qué yo?-le dijo fríamente. Yuffie se acercó:-Pues porque a tí es a la única persona a la que no le metería un tiro en la cabeza-dijo, con picardía. Él la atravesó con la mirada:-¿Qué estás insinuando?-le gruñó. Cloud se interpuso entre los dos:-Venga, venga, que haya paz...-y miró con cuidado a Tifa, que lo asesinaba con los ojos.-''Mierda...como se peleen aquí Tifa me mata...''-pensó.-Venga Cid, ve a buscarle, anda...-le urgió con prisas.

Cid se iba quejando y quejando por el bosque de las cercanías cuando de repente le llegó un suave sonido de respiración. Fue corriendo hacia donde provenía, y llegó a un hermoso lago que no había visto nunca, rodeado de grandes árboles. A su lado, a los pies de un enorme árbol entre sus raíces, se encontraba tumbado un joven de largos cabellos negros que dormía plácidamente. Su pálido rostro, iluminado por el sol, reflejaba una serenidad absoluta. Estaba tapado con sus ropas negras y rojas. Respiraba con suavidad. Cid lo miraba extasiado, habría estado siglos observándole. Se percató de sus labios rosados, en contraste con la palidez de su piel. Y entonces fue cuando sintió un enorme deseo de besar esos labios, de tomar su cuerpo, de hacerlo suyo. Tuvo que concentrarse con todas sus fuerzas para controlarse. El de largos cabellos abrió los ojos lentamente, descubriendo así sus pupilas del color de la sangre. Se sorprendió al ver al fumador a su lado, mirándole fijamente.

¿Ya te has despertado, Vin?-le preguntó, sonriente. El joven lo miró de pies a cabeza.-¿Qué haces aquí?-le preguntó serenamente.-Vincent, Cloud quiere comenzar el viaje ahora por la mañana, me ha mandado a buscarte.-dijo Cid, encendiendose un cigarro. Extendió su mano hacia el de largos cabellos.-¿Quiere levantarse de una vez, señor Vincent Valentine?-le preguntó con ironía. El joven se levantó sin cogerle de la mano.-¿Cuanto rato llevas aquí?-le preguntó fríamente. Cid puso cara de sorprendido:-Acabo de encontrarte, ¿por qué lo preguntas?-le dijo con inocencia. Vincent se acercó a él y lo miró con el ceño fruncido:-¿Y qué has hecho?-preguntó. El hombre lo miró extrañado:-¿Que qué he hecho?-miró al muchacho sin comprender.-¿Qué quieres decir?

No te hagas el tonto, Cid.-le dijo-sabes a lo que me refiero ¿Ya te debes de haber gastado el dinero en furcias, verdad?-le interrogó. El aviador le miró sorprendido.-¿Y qué te importa a tí si me he acostado con putas?-le dijo. El moreno perfiló su mirada con frialdad.-Bueno, nos espera Cloud.-dijo, tomando el camino de vuelta al Septimo Cielo (el bar de Tifa).

¡Bueno, por fín llegas!-exclamó Cloud, dándole a Vincent unas palmaditas en la espalda. Marlene le miraba como siempre lo hacía:-Eres un monstruo y un borde-Barret le tapó la boca con la palma de la mano y se disculpó a Vincent, que miraba a la cría con sorpresa. Cid miraba a Vincent con parsimonia. Cloud organizaba el viaje.-Bueno, yo me encargaré del todoterreno; Cid, una vez lleguemos a la Highwind te ocuparás del pilotaje; Yuffie, tú...tu vigilarás los objetos y materias que llevemos...Tifa, ¿vienes con nosotros?-preguntó a la joven.-Por supusto que voy. ¿O creeis que voy a dejar solos a un puñado de hombres con una sola chica?-dijo, mirándole con amenaza. Cloud tosió un poco:-Bueno, entonces te ocuparás de la comida, y tú, Vincent...-el de los ojos rojos le miró- Tú serás el encargado de vigilar que ninguno de ellos se salte su tarea.-dijo, esperando una negativa por parte del moreno. Pero éste asintió con la cabeza.-¡¡Y Barret!¿Qué van a hacer Barret y Nanaki?-se quejó Yuffie. Barret se acercó a ella:-Nosotros somos los encargados de preparar una estrategia de combate.-proclamó.-Ya podemos rezar, entonces...-murmuró la ninja. -¡¡¿¿Qué quieres decir con eso!-gritó Barret indignado, agitándo un puño ante la joven. Cid se interpuso:-Paz, paz...-volvió a murmurar. -¡¡¡¡Bien, ya podemos ponernos en marcha!-exclamó el joven rubio, emocionado.