1. Seamus

Estábamos en una cafetería cerca del centro de Hogsmeade y era un día nublado de invierno. Seamus estaba sentado frente a mi del otro lado de la pequeña mesa redonda que nos separaba y ambos sosteníamos un tarro de cerveza de mantequilla caliente en nuestras manos. Era la primera vez que lo veía en persona, el único contacto que habíamos tenido era por medio de cartas ya que él ya había acabado los siete cursos en Hogwarts y ya tenía un oficio como diseñador de escobas. Lo había conocido por medio de un servicio de correspondencia que ofrecía una de las revistas que me había prestado Luna.

Seamus era un muchacho alto, delgado y de tez oscura. No era lo que yo tenía en mente, pero tenía ese algo que me atraía.

- ¿Y cómo te va en el colegio Ron? – me preguntó.

-Más o menos, tengo que escoger una de las materias opcionales y no sé cual elegir. – le contesté mientras intentaba no tocarme la nariz, ya que sabía que eso denotaría inseguridad.

-Te recomiendo diseño de escobas.- me dijo y terminó de contarme en todo lo que consistía su trabajo lo cual me pareció muy interesante.

Terminamos nuestras cervezas y me invitó a dar un paseo por el pueblo. Me levanté de la mesa sintiéndome torpe y nervioso y lo seguí hacia afuera. Durante el paseo le conté cosas normales que me sucedían en el colegio, porque no tenía otra cosa que decir y él se limitó a preguntar si estaba saliendo con alguien.

-No, no estoy saliendo con nadie.

-¿Y eso por qué?.- Me preguntó con una sonrisa que no supe interpretar.

-No lo sé, simplemente no.

Se ofreció a acompañarme hasta el colegio porque ya estaba anocheciendo. Nos acercamos a una especie de callejón durante el camino y le pedí si nos podíamos detener allí porque no podía esperar más.

-Oye, ¿te puedo dar un beso?- le pregunté sintiendo el calor subir por mis mejillas.

-Ron, eso no se pregunta. – me dijo, mientras me rodeaba por los hombros y se acercaba a mi rostro. Estábamos en una cafetería cerca del centro de Hogsmeade y era un día nublado de invierno. Seamus estaba sentado frente a mi del otro lado de la pequeña mesa redonda que nos separaba y ambos sosteníamos un tarro de cerveza de mantequilla caliente en nuestras manos. Era la primera vez que lo veía en persona, el único contacto que habíamos tenido era por medio de cartas ya que él ya había acabado los siete cursos en Hogwarts y ya tenía un oficio como diseñador de escobas. Lo había conocido por medio de un servicio de correspondencia que ofrecía una de las revistas que me había prestado Luna.

Seamus era un muchacho alto, delgado y de tez oscura. No era lo que yo tenía en mente, pero tenía ese algo que me atraía.

- ¿Y cómo te va en el colegio Ron? – me preguntó.

-Más o menos, tengo que escoger una de las materias opcionales y no sé cual elegir. – le contesté mientras intentaba no tocarme la nariz, ya que sabía que eso denotaría inseguridad.

-Te recomiendo diseño de escobas.- me dijo y terminó de contarme en todo lo que consistía su trabajo lo cual me pareció muy interesante.

Terminamos nuestras cervezas y me invitó a dar un paseo por el pueblo. Me levanté de la mesa sintiéndome torpe y nervioso y lo seguí hacia afuera. Durante el paseo le conté cosas normales que me sucedían en el colegio, porque no tenía otra cosa que decir y él se limitó a preguntar si estaba saliendo con alguien.

-No, no estoy saliendo con nadie.

-¿Y eso por qué?.- Me preguntó con una sonrisa que no supe interpretar.

-No lo sé, simplemente no.

Se ofreció a acompañarme hasta el colegio porque ya estaba anocheciendo. Nos acercamos a una especie de callejón durante el camino y le pedí si nos podíamos detener allí porque no podía esperar más.

-Oye, ¿te puedo dar un beso?- le pregunté sintiendo el calor subir por mis mejillas.

-Ron, eso no se pregunta. – me dijo, mientras me rodeaba por los hombros y se acercaba a mi rostro.