Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling. El argumento principal pertenece a los creadores de la pelicula "Life as We Know It" ("Bajo el mismo techo", en Hispanoamérica) el cual sólo tomé como inspiración para crear este fanfic, pues los acontecimientos que se desarrollarán aquí no serán los mismos que los de la película. Así que no es del todo una adaptación, yo sólo quería escribir sobre nuestros protagonistas enfrentándose a una situación como la que verán a continuación.
Custodia compartida
Prólogo
Los aplausos no se hicieron esperar, por supuesto, unos eran más sinceros que otros, y la mayoría sólo aplaudía por uno de ellos. Pero para los recién casados eso no era importante, en ese momento sólo tenían ojos, o mejor dicho, labios para la persona que besaban con intensidad.
Al fin eran marido y mujer, esposo y esposa, el señor y la señora Potter, y no pedían más. Bueno, si pudieran traer un buen champagne para brindar no estaría mal. O mejor un whisky de fuego, de preferencia el más fuerte que tuvieran porque sabía que debía beber algo para poder soportar semejante… evento.
Los padrinos avanzaron rumbo a la salida acompañando a las damas de honor. Primero salieron Longbottom y Astoria, seguidos por Theodore y Lovegood, Blaise y Ginevra Weasley, él y Granger, y por último, siendo los principales, Weasley y Daphne.
El viejo loco de Dumbledore seguro estaría encantado de tan variada reunión. Pero eso sólo era la entrada para algo aún más extraño, pues cuando los padrinos terminaron de salir del lugar de la ceremonia, los recién casados hicieron su aparición listos para las fotos que estarían en primera plana mañana. Ya se imaginaba el encabezado:
"Harry y Pansy, los nuevos señor y señora Potter."
...
Las lágrimas no se hicieron esperar, estaba tan feliz que no podía evitar llorar. Se sentía profundamente agradecida con Harry por concederle tremendo honor, y también con Pansy, por supuesto.
Y aunque sabía que Malfoy estaba rodando los ojos justo en ese momento al ver sus lágrimas, ella se lanzó hacia Harry para abrazarlo con fuerza y darle las gracias, después abrazó a Pansy con cuidado teniendo en cuenta el abultado vientre, y a ambos les aseguró que sería la mejor madrina que su hijo pudiera tener.
Malfoy también agradeció y les dijo que su hijo sería el niño más mimado de todos al tenerlo como su padrino. Después abrazó a Pansy y, para su sorpresa, también a Harry; ese tipo de abrazo masculino que suelen darse los hombres cuando se felicitan por alguna tontería de "machos".
Mientras terminaban de cenar, se preguntó porque nombrarían a Malfoy el padrino de su hijo, estaba segura que con ella sería más que suficiente para que el pequeño estuviera satisfecho de amor por su madrina. Pero al ver la forma en que Pansy y Malfoy se trataban se dio cuenta de que eran como ella y Harry, eran como hermanos y si Harry la había elegido a ella, Pansy estaba en todo su derecho de elegirlo a él.
Como fuera, ambos eran padrinos del futuro niño Potter, pero eso no implicaba que tuvieran que convivir más allá de lo normal para el bien del pequeño. Sí, no había ninguna diferencia.
...
Los gritos no se hicieron esperar, el pequeño Albus quería algo y no tenía mejor forma de pedirlo que gritando y llorando a todo el volumen que sus cuerdas vocales de seis meses le permitían. Se volvería loco sí el bebé seguía con sus berridos y pataletas, así que lo tomó de la silla y comenzó a caminar de un lado al otro por todo el departamento hablándole de la nueva poción que estaba desarrollando.
Por supuesto, escuchar un montón de nombres de ingredientes para pociones no era algo que le interesara a Albus Potter, así que sus gritos se volvieron aún más fuertes. De no ser porque en serio quería al niño, seguramente ya lo habría lanzado lejos de él o lo habría abandonado en el cuarto hasta que se cansara de llorar.
Pero lo quería, lo quería lo suficiente para darse por vencido y llamar… a la otra. La chimenea comenzó a crepitar y segundos después… la otra emergió a la sala del departamento. Un alivio se sintió en su interior al verla llegar, aunque claro que ella no tenía por qué saberlo.
—Mira quien llegó, Al…, la otra —lo último lo dijo con voz áspera y altanera. Granger rodó los ojos al escucharlo.
—Deja de llamarme así, Malfoy —dijo Granger, entrando por completo a la casa y tomando al bebé de los brazos del rubio.
Albus dejó de llorar cuando Granger lo cargó y se entretuvo jalando los mechones de cabello que estaban a su alcance.
— ¡Hey, Albus, deja mi cabello! —soltó la castaña, quitándole un mechón que estaba por llevarse a la boca.
—No entiendo porque parece gustarle tanto ese nido en tu cabeza —dijo Draco frunciendo el ceño y yendo a la cocina por la mamila del pequeño.
Granger volvió a rodar los ojos, de hecho era algo que solía hacer mucho cuando estaba en compañía de Draco. La castaña comenzó a arrullar al bebé y a cantarle una suave canción de cuna, cuando el rubio volvió con la botella Albus estaba medio dormido, sólo esperando su leche para dejarse vencer por el sueño. Hermione tomó la botella y se la dio sin dejar de cantar y arrullarlo un poco.
Draco se quedó embelesado por la escena por alguna razón y no fue sino hasta que la mujer volvió a hablar que pareció recordar qué pasaba, dónde estaba y a quién miraba.
—Parece que ya se durmió —dijo Hermione, mirando enternecida al bebé. Draco agradeció que ella no lo mirara.
—Será mejor llevarlo a su cuna —dijo el rubio. Hermione asintió y ambos se dirigieron a la habitación de sus amigos.
Recostaron al pequeño Albus en su cuna y lo miraron dormir por un largo rato, verlo dormir era tan pacífico y tranquilizador que ninguno quería dejar de mirarlo, era todo inocencia y ambos sabían lo poco de inocentes que eran después de todo lo que habían vivido.
Hermione soltó un suspiro y miró a Draco, sabía que él quería a su sobrino pues veía la misma mirada que ella le dirigía al niño por parte de él. Ambos salieron de la habitación y volvieron a la cocina, donde Draco le ofreció a la castaña algo de beber.
—Tenemos leche, jugo de naranja, agua, café y… más leche —dijo el rubio mirando en el refrigerador.
—Café está bien. Draco preparó dos tazas de café y ambos se mantuvieron en silencio un rato, sin saber qué decir.
— ¿A qué hora dijeron que volverían? —preguntó Hermione.
—A las dos —respondió el rubio—, pero llevan seis meses sin una noche solos así que los espero al menos hasta las cuatro.
—Claro, sí.
No sabían bien cómo, pero algo había pasado entre esa frase y las cuatro de la madrugada, porque cuando Harry y Pansy volvieron a casa todo era un caos. Había tazas y platos rotos en la cocina, los sillones de la sala estaban volcados y la chimenea parecía haber sido impactada con un hechizo, eso sin contar los cuadros y adornos destrozados.
— ¡Eres un idiota! —gritaba Hermione.
— ¡Y tú una estúpida! —gritaba Draco.
Ambos con las varitas en sus manos y bastante molestos. Por fortuna, uno de ellos había sido lo suficientemente inteligente para lanzar un hechizo insonorizador en el cuarto donde Albus dormía y no había escuchado la guerra que se había desatado en la sala.
El pequeño durmió toda la noche, eso era lo importante.
...
Las preguntas no se hicieron esperar. ¿Quién lo había hecho? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué pasaría ahora? ¿El mundo mágico volvería a ese estado de alarma como en los tiempos de guerra? ¿Cómo podrían sentirse seguros si el Gran Harry Potter y su esposa habían sido asesinados?
Hermione se dejó envolver por los brazos de Draco mientras lloraban la pérdida de sus amigos.
¿Quién se haría cargo de su hijo?
...
—Si ambos, Harry James Potter y Pansy Madea Potter (de soltera Parkinson), morimos, dejamos la custodia compartida de nuestro hijo, Albus Severus Potter, a sus padrinos, Draco Lucius Malfoy y Hermione Jean Granger.
— ¿Qué?
—También les dejaron la casa que compraron hace unas semanas.
—Nosotros no podemos vivir en su casa.
—Nosotros no podemos vivir juntos, querrás decir.
—Por ahora lo mejor es mantener al niño en un entorno conocido, por lo cual sería muy bueno si ambos pudieran quedarse en la casa con él hasta que… lleguen a un acuerdo sobre la custodia.
...
Al día siguiente, la recién comprada casa de los difuntos señores Potter recibió a sus nuevos inquilinos. Draco Malfoy y Hermione Granger cruzaron la puerta y entraron al vestíbulo del lugar.
El pequeño Albus Potter dormía en los brazos de ella, cansado y sin tener ni idea de qué estaba pasando.
Soy la peor del mundo, lo sé, lo sé, lo sé, porque llevo tres meses sin actualizar Ultimus spem, lo sé, lo sé, y vuelvo aquí con un nuevo fic, lo sé, lo sé. Peeeeero la carne es débil y no pude resistirme, mientras veía la pelicula no pude evitar imaginarme a Draco y Hermiones viviendo algo así, cuidando al pequeño Albus y viviendo juntos; sí, sé que no es la idea más original, peeeeeero aún así quise escribirla. Estas vacaciones me han tenido inspirada, aunque por desgracia la inspiración no siempre viene de la mano del tiempo para escribir.
En fin, espero sus reviews para saber que tal les parece esta nueva historia, que sin duda será más ligera y fácil de escribir que Ultimus spem (o eso creo), y ya veremos que tal se me da un poco de humor.
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Yiriz
