Disclaimer: nada de lo que podais reconocer durante la lectura me pertenece, no, no gano dinero con esto. Los caracteres y la historia pertenecen a J.K. Rowling y a la WB.

N/a: nueva colección de escenas!! jejejejeje me encantan estos fics donde puedes decir muchas cosas en pocas palabras. Aún no he terminado Escenas de libertad, ni Inocencia mortal, pero estoy en ello, lo prometo. Bueno, estas pequeñas escenas (no son viñetas porque sé que probablmente todas sueperarán las 300 palabras) cuentan los secretos de la familia Black, esos ocultos tanto tiempo... jejejeje. Para empezar, esta no tiene ningún tipo de spoiler, se puede leer perfectamente sin haber leído siquiera el libro 6, pero probablemente, las próximas tendrán spoilers del séptimo, ya avisaré con antelación. Ahora, disfruten de la lectura, si estas tienen la mitad de éxito que escenas... creo que me daré por satisfecha. dejen reviews, por favor, critiquen todo lo criticable... gracias de atemano.

Secretos de familia

Capítulo 1: Enloquecida

Miraba a través de la reja sin ver los árboles que rodeaban la prisión.

Tenía tanto tiempo para pensar en él… cuando saliera de aquella maldita celda, todo el mundo pensaría que Azkaban la había vuelto loca

Soltó una carcajada histérica ¡ja¿Volverla loca a ella Azkaban¿A una Black que se había introducido en el círculo más cercano al señor tenebroso por méritos propios? Su aliada natural, la más fiel, la más cercana… no, nada de húmedas prisiones, era su primo el que la había vuelto loca, aunque quedase mejor decir que Azkaban te volvía loco, aunque todos los presos dieran idéntica versión cuando salían de aquel lugar, lo cierto es que todos se volvían locos por algún motivo. Todo ser humano tiene sus grandes locuras y, por supuesto, sus pequeñas miserias. Son éstas últimas las que hacen que la gente enloquezca; cuando ya le han dado tantas vueltas a la cabeza que cada detalle de lo ocurrido tiene miles de matices, que cada pequeño recodo de las historias personales se perfila con nítida claridad, entonces se encierran en su mente.

Sí… no es Azkaban la que vuelve locos a los presos… sino sus propias mentes, los errores cometidos, y el tiempo infinito, sin medida, para lamentarse de ellos durante noches enteras.

No, no es Azkaban, es Sirius. Por supuesto que sí, siempre es él. Adonde quiera que vaya, la sombra de su primo la persigue, agobiante, incesante, perturbadora… envolvente. Había vuelto loca a su madre, la había vuelto loca a ella y habría vuelto locos al resto de los miembros de su familia si no se hubiera escapado de casa.

Si al menos la hubiera dejado embarazada… sonrió al imaginarse la posibilidad de que el hijo de Sirius fuera un mortífago. Aquello lo habría vuelto loco, sí; completamente loco y así habría probado su propia medicina. Se mordió los labios con fuerza ante la imagen creada por su propia y enfermiza imaginación. Vio a una pequeña Druella correteando entre el círculo de mortífagos. Ella misma se encargaría de que perteneciera al círculo de los más allegados al señor oscuro. La más poderosa, la más cercana… más incluso que su propia madre… volvería a su padre loco, completamente loco. Tanto como él la había vuelto a ella misma una noche de verano.

No había hijos, pero no importaba lo más mínimo; había tiempo, eso sí, era lo único que sobraba en Azkaban. Sobraba tiempo… tiempo para planear su venganza con cuidado, casi con pasión, cuidando todos y cada uno de los detalles. Sirius se acordaría de su maldita noche de insomnio durante el resto de su vida... o lo que quedaba de ella.