Harry Potter, Avengers ni Ironman me pertenecen.

Nota: Este va a ser un fanfiction corto, no más de 5 capítulos, aún no estoy muy segura. Espero que les guste, a mí en lo personal siempre me ha gustado mucho la pareja Tony/Harry, así que aquí va mi versión de la historia. Se desarrolla justo después de la película de Avengers, y Tony y Pepper nunca tuvieron una relación íntima, solo son muy buenos amigos.

Advertencias: Slash, no muy gráfico.

Capitulo: Intriga

Con todo su cuerpo magullado y dolorido después del evento del cubo, Tony Stark llegó a un hospital privado, que como todos, aceptaba a gente como vinieran. Hubiera preferido que lo atendieran sus doctores personales, pero todos los médicos a varios kilómetros a la redonda fueron llamados para atender a los miles de heridos por la invasión. Pudo ver como el hospital estaba atiborrado de gente, y unos pocos fallecidos.

Se movió incómodo en su lugar. La única ventaja es que nadie lo sofocaba, no en una situación como esta, después de haber sido testigo de una invasión del mundo exterior y donde todos requerían algún tipo de atención médica. Tony Stark no era más importante que una persona media con una herida media. Solo quien no estaba en medio de su dolor y lo podía reconocer, le daba un cabezazo en señal de agradecimiento por salvar sus vidas. No es que se podía quejar. Estaba luchando contra sus propios demonios.

Jamás imagino que una guerra podía cambiar el aspecto de ver las cosas. Fue entonces cuando vio de la puerta de emergencias salir a varios médicos. Entre ellos, un hombre joven destacaba en su mente. Con una bata blanca teñida del rojo de la sangre, altura media, y por lo que pudo ver a través de su cubre bocas, piel pálida y unos cuantos mechones negros rebeldes que caen sobre su cara ligeramente perlada de sudor. Pero lo que le llamo la atención fue su expresión. Era la de un hombre que sentía pasión absoluta por lo que hacía. Su ceño estaba fruncido por la concentración, hablando rápidamente con otro médico, y sus ojos llamativos verdes brillaban de forma inusual.

Se fijó en la conversación cuando los ojos del joven destellaron con frustración, y luego resignación y comprensión. Asintió y a paso rápido se dirigió a él.

-Usted es el señor Stark?

Tony inclinó la cabeza – Doctor. – dijo en forma de saludo

El doctor sonrió cansadamente pero con calidez -Sígame por favor. Es su turno.

Lo llevo a un consultorio pequeño, con solo un escritorio y una cama de hospital. Nada de cuadros ni objetos personales que hicieran referencia a la vida íntima del doctor.

-Ahora, si gusta sentarse allá. Voy por mis aparatos.

Lo dejó sin darle una mirada, así que por una vez, decidió obedecer. Había cientos de personas más que necesitaban ser atendidas. Vaya, Pepper debería felicitarlo, había crecido.

El doctor regresó. Sus manos lo examinaban con la facilidad que se gana después de años. Hizo algunas anotaciones y un par de estudios.

-Parece bien, en general. Ninguna estructura interna fue dañada. Rasguños pero nada grave. Tiene una contusión en la cabeza, pero con este medicamento se recuperará en un par de días. ¿De cuánto dijo que fue su caída?

Un escalofrió subió por su espalda y contestó sin expresión. – Unos 100 kilómetros? La verdad que contarlos fue lo ultimo que pensaba mientras llevaba conmigo una bomba conmigo.

El medico asintió sin parecer afectado. Sin decir nada más, limpio y coció un par de heridas, y le dio su receta. Tony estuvo a punto de levantarse para irse, cuando una mano se posó en su hombro.

-Dele tiempo al tiempo Sr. Stark. - El ceño en su rostro y la intensidad en esos ojos le dijo que tenía que tomar en serio sus palabras. - Puede creer haber luchado contra un par de malos antes, pero una guerra es otra cuestión. Porque es inevitable que puedas salvarlos a todos, porque ves morir, y ves en peligro a gente cercana a ti. Ves cosas que nunca has visto. Y eso deja marca señor Stark. Te cambia. - Eso lo detuvo por completo. Lo que dijo acelero su ritmo cardiaco, aunque oculto su sorpresa. ¿Cómo sabía que era lo que le atormentaba? El doctor apretó su hombro, y le dio una mirada - El cambio causado por marcas como es inevitable, porque una persona no puede volver a ser la misma de antes. Pero el cambio no tiene que ser malo, o si?. Afganistán es una prueba de ello.

Lo miro con los ojos entrecerrados, internamente sorprendido – Muchos no opinan lo mismo de Afganistán. Lamentan lo mucho que me cambió.

Y yo lo hago. Lamento lo que le paso. Pero no debido al cambio que produjo en usted. Si no lo que tuvo que sufrir para llegar a el. Muchos no pudieron apreciar su nuevo objetivo, porque seamos francos. Ahora mas que nunca, la humanidad se asimila a la naturaleza, un mundo de depredadores y presas, del que sobrevive por ser el mas apto, y el que se extingue. Las armas dan poder a la gente que se aprovecha de a quienes las armas provocan la sensación de seguridad. Y el mundo es un lugar cada vez mas inseguro.

Envió su mirada perspicaz al doctor – Como habla pareciera que usted ya ha vivido una guerra.

El medico lo ignoró, en cambio, se volteó a su escritorio, reordenando sus documentos – Verá el mundo diferente, pero fue usted quien cambió, no lo olvidé. No espere ser el mismo, pero tampoco deje que estos sucesos lo cambien por completo señor Stark.

Con frustración Tony le agarró el hombro, aunque no duramente – ¿cómo puedes hablar con tanta tranquilidad? Acabamos de ver como no somos los únicos en este planeta. Y en comparación, somos débiles e indefensos, como una hormiga se ve ante un humano.

La ojos del doctor brillaron con intensidad, y un ceño se pintó en su joven rostro -Ellos no son quienes me preocupan señor Stark. Es exactamente eso lo que pensarán los demás. Que no somos los únicos en el planeta. Verán toda vida exterior como amenaza, y en consecuencia, crearan armas, métodos destructivos jamás vistos. Con el original propósito de proteger nuestro mundo.… Esto llevará a competencia en armamento, y como se ve en la historia, la competencia siempre a generado conflictos. Esto incluso podría terminar en guerra mundial, sr. Stark, que logre exterminarnos a nosotros mismos. Nosotros somos masoquistas por naturaleza. Somos nosotros de los que hay que tener miedo. Lamentablemente - agregó alzando la voz energéticamente - está quitándole tiempo a mis otros pacientes, así que tendremos que dejar esta conversación, Fue un placer conocerlo, señor Stark.

Con esa clara despedida, casi fue empujado fuera del despacho. Aún intrigado por el médico, de quien ni siquiera sabía su nombre, algo muy tonto de su parte por no pedir, pudo ver la razón en sus palabras. Antes de la invasión, aunque después de su secuestro en Afganistán, Tony ya de por sí pensaba que si llegaba el fin del mundo, iba ser por nuestra propia mano.


Tony entró a uno de sus bares favoritos. Le gustaba este establecimiento porque era bastante privado, no aparecías en primera plana después de emborracharte y hacer algo vergonzoso, y el ambiente era muy agradable. No lo acosaban ni le pedían autógrafos y hacían unas excelentes bebidas. Se abrió paso a la barra de bebidas, y se sentó a lado de un grupo de personas que parecían estar festejando algo.

-Un whisky por favor – le pidió al cantinero. Hoy solo vino a emborracharse un poco. Sin embargo, su mirada vago a través de las mesas. No encontró a nadie que le llamara la atención, hasta que escucho unas sonoras risas sobrias y sinceras, que se escuchaban mas en lugares como un café con los amigos que en un bar. No. Fue cuando tuvo el perfil del pelinegro que había estado de espaldas. Le tomo unos instantes para darse cuenta de que era el doctor. El doctor. O al menos eso pensaba. No podía ser la misma persona, o si? Podían ser hermanos, o quien sabe, su hijo…. Pero es que se veía tan diferente. Aunque bien podría ser que no estaba con esa bata de médico que ocultaba ese cuerpo bien trabajado, como el de un atleta de alto rendimiento, y unos músculos deliciosamente marcados por una camisa ajustada de un color verde y pantalones negros apretados en los lugares apropiados. Tal vez no lo reconoció por que ya no llevaba el cubre-bocas que cubría unos rasgos hermosos y fuertes. Y su expresión alegre, relajada que tenia de hablar con sus amigos solo le agregaba un extra. No entendía como no se dio cuenta antes. El deseo se agrupó en su estomago y se lamió sus labios repentinamente secos.

Tony se acercó a la mesa y le puso una mano en su hombro. El joven se tensó, hasta que lo reconoció y notó como se relajaba – Buenas noches doctor! - Saludó Tony con una fácil sonrisa ante los ojos arrugados en diversión del joven.

-Buenas noches uhh…. señor Stark, verdad? – Bromeó. Tony no era una persona fácil de olvidar. Tenia ese aire que lo hacia notar donde sea, y el mismo Tony lo sabía. Tal vez por eso notó esa misma sensación en el doctor. Alguien que atraía las miradas, tal como lo demostraban los 4 hombres que detectó por el rabillo del ojo, y que estaban dándole miradas al doctor.

– Sabes que si– respondió en voz baja con una sonrisa con una sonrisa - Que casualidad que nos hayamos encontrado en una ciudad tan grande como Malibú.

El doctor había reído. Un sonido bastante agradable, tenía que admitir. Estaba carente de preocupaciones ni falsedad, era sincero. No tenía nada que ver con la manera en que lo ponía a temblar de deseo. No.

- Es bueno verlo de nuevo señor Stark, esta vez con su característico humor y no como nuestro primer encuentro.

Tony hizo un gesto despectivo con la mano – Preferiría olvidar eso, por favor, que no estaba en mis mejores momentos. Por lo regular soy encantador y lleno de comentarios brillantes. – Eso le valió otra risa del doctor - Pero me parece que estoy en una tremenda desventaja. Ni siquiera sé cuál es el nombre de mi salvador. Y me resulta muy chocante llamarte en mi cabeza "el médico".

El chico volvió a reír – Soy Harry.

-Bueno Harry – ronroneó - déjame invitarte una bebida. Dicen que soy una fascinante compañía.

-No lo dudo señor Stark pero…

-Tony – lo interrumpió – llámame Tony. Por favor – dijo, sin darse cuenta que casi nunca utilizaba esas dos últimas palabras.

Parecía que le iban a negar de nuevo, pero para su suerte, Harry tenia muy buenos amigos intervinieron a su favor. – Oh, por favor, lléveselo – Dijo uno moreno con diversión – Nos harías un favor a nosotros, a Harry y a ti. Necesita emborracharse, relajarse, bailar y tener una buena noche de sexo.

Harry se había sonrojado de indignación, pero Tony no iba a perder esa oportunidad - Perfecto – exclamo, agrandado su sonrisa, y casi jalándolo a una mesa desocupada. Lo miró de reojo – Tu acento es bastante marcado, no eres de aquí, ¿verdad?

-Siempre al punto - Harry negó la cabeza con una sonrisa – No. Soy de Inglaterra. De hecho, fue después de lo de la invasión que fui llamado. Era uno de los más capacitados, y quería… cambiar de aires. Estuve en Nueva York un tiempo, y cuando las cosas se relajaron, me comentaron que Malibú era una zona turística agradable.

La mesera llegó después de haber tomado sus respectivos asientos. Les dio sus bebidas.

La chica salió a trompicones de ahí, y Tony concentró inmediatamente su atención al joven delante de él – Eres muy joven ¿no? – salió de su boca sin permiso, como siempre.

Harry alzó una ceja. –24 años. Mayor de edad

Tony negó. Le costaba creer que una persona de solo 24 años, apenas comenzando su vida, podía tener palabra tan sabias como las que le había dicho en el hospital – En el hospital parecías mayor.

Harry se encogió de hombros –tomo mi trabajo muy enserio señor Stark.

-Tony – volvió a recordar.

Había un pequeño rizo en sus labios encantador – Tony. Volviendo al tema en cuestión, me gusta salvar a la gente, y encontré que esta forma es la mejor de hacerlo, al menos para mí.

– Es irónico. Ambos salvamos vidas, tu curando y yo matando.

- Matando a los chicos malos - Se apresuró a decir Harry con intensidad. Tony le dio una son risa extrañada. Había tan poca gente como el, siempre dispuesto a ver el lado positivo de la gente. Harry ya lo conocía, lo mas probable de los periódicos y noticias. Por lo que solo sabia lo que se publicaba de él, chismes, escándalos, los cuales, tenia que admitir no eran del todo falsos. Harry parecía ser una persona amable y apasionada por naturaleza. Les sirvió a los dos del vino, y alzo la suya – por lo que en esta ocasión, brindo porque hay más de una forma de salvar una vida, y más de una persona que desea hacerlo.

Tony alzo su copa con una inclinación en su cabeza, y la choco con él.

- Así que… acerca de lo que estábamos hablando esa vez, antes de ser despedido de forma tan grosera, debo decir, - un bufido divertido del pelinegro - estabas diciendo que no hay que preocuparse por los seres del exterior? – preguntó.

- Usted no me da la impresión de ser un tonto, ni un idiota ni parte de la multitud. Lo que estaba diciendo, es que si morimos, será primero por acción nuestra antes que una invasión

Tony inclinó la cabeza, la curiosidad en aumento hacia el doctor. Y un tipo de fascinación. - ¿Qué quieres decir con las multitudes?

Con una corta pero divertida risa, negó - Las multitudes son inútiles, y lo podemos ver con las huelgas, las protestas. Sólo perturban y crean revuelo, no hacen gran diferencia. Solo siguen, y no piensa por si misma. Pero a quien siguen? Ahí esta la cuestión. Donde esta la verdadera revolución, los verdaderos cambios, los logran sólo una persona con el carisma, la visión, o el poder. Gandhi, Mandela, Hitler, bueno, incluso usted. Y a eso me refería, usted no sigue a la multitud.

El multimillonario se sentía un poco presuncioso ante esto último, pero luego frunció el ceño - Espera, por Hittler murieron miles de personas, no es un cambio bueno.

- El cambio es el cambio señ… Tony, ya sea bueno o malo. Y los sucesos malos nos impulsan a mejorar, a avanzar y a superarnos.

Una sonrisa ladina comenzó a formarse en el rostro de Tony - Bueno, entonces te consideras multitud o líder?

El doctor entrecerró los ojos, pero una sonrisa estaba jugando en su rostro – Usted adivínelo.

Siguieron hablando un poco, pero con la música, no era un buen ambiente para tener una charla.

Por lo que por un tiempo, se contentaron con seguir tomando sus bebidas, en silencio, mientras se observaban mutuamente, estudiándose. Harry veía a Tony con diversión y curiosidad. En el hospital lo había visto como cualquier otro paciente, agotado, pero no solo física, si no mentalmente. Pero aquí nada le impidió notar que a pesar de estar en sus 35, era de los hombres mas guapos que le habia tocado ver, y todavía se podía ver que los años le iban a venir favorablemente. Guapo, un aire carismático y encantador que lo atrayeron inmediatamente. Pero sabia que su voluntad era fuerte, y a pesar de que siempre tenia una debilidad por hombres como él, no se permitía mas de una noche con ellos. Así que iba a disfrutar a Tony mientras podía. Ademas, seguramente no tenia nada que preocuparse, pues por lo que había leído en las noticias, Tony Stark, playboy, millonario y filántropo, era conocido por sus conquistas de una noche.

Así que Tony lo invitó a bailar después de acabar sus bebidas. Y dijo que si. Se abrieron paso y empezaron una lenta melodía. Podía tener una alta tolerancia al alcohol por ser mago, pero lo que no lograban las bebidas muggles, lo hacia con creces esto. Siempre que iba a los clubes, la música, el calor de otros cuerpos alrededor suyo lo emborrachaban. Toda esa energía y tensión sexual de esos lugares lo llenaba de vida. Pero con Tony, era el doble de intenso. Se sentía mareado y tuvo que cerrar los ojos para disminuir esta sensación de abrumamiento. Sintió a Tony pegarse mas a él, y en su espalda baja sintió la dureza de Tony. Abrió la boca, y no pudo reprimir un gemido. Los movimientos de Tony eran tan sugerentes, que tuvo que besarlo y ya se podía imaginar como tantas personas habían caído en las redes de Tony. Era el mejor beso que había recibido en su vida, y no solo por su experiencia. Cada movimiento de sus labios sensuales lo dejaban mareado.

Tony respiraba entrecortadamente, Harry había cerrado lo ojos y bailaba deliciosamente de espaldas a él, pero tan pegado que en realidad no sabia como tenían espacio para seguir bailando. Sus caderas se mecían con sensualidad y el sudor perlaba su rostro. Tony lo apretó mas hacia él y Harry gimió, seguramente notándolo duro que estaba. De espaldas Harry alzó sus brazos, abrazando su cuello y acercándolo mas a él. Dirigió sus labios a su cuello con lentitud, besando cada parte de el. Entonces cuando lamio una gota de sudor de su cuello con la punta de su lengua, oyó la ingesta del pelinegro, que se volteó abruptamente y antes de que se diera cuenta lo estaba besando en los labios. El calor lo consumió, lo acercó mas a él con una mano en la espalda. Sus labios estaban suaves, y a pesar del alcohol que saboreaba en su boca, era lo mas delicioso que había probado. Estaba dispuesto a decir que era el mejor beso que había recibido, y eso era mucho decir, pero es que Harry parecía besar como si fuera el ultimo beso, lleno de pasión y un fuego único.

Habían dejado de bailar por completo y solo se estaban besando, devorando. Harry pegó su cuerpo más contra el de Tony, sintiendo un pecho bien torneado y caliente. Sintió una mano en su cabello, revolviéndolo más, y otra en su espalda baja. Pero cuando esa mano bajo más, sujetando su trasero, y apretándole se vio obligado a alejar sus labios no sin soltar un gemido. –Vayámonos de aquí – susurró.

Horas más tarde, cuando Tony se despertó, solo en su cama. Las raras veces que alguien lo dejaba era porque tenia que trabajar, pero siempre dejaban su numero en una nota o su dirección, y la esperanza de que Tony se contactara de nuevo, cosa que nunca hacia. No había nada más que una simple nota en el cojín de a lado. Solo decía – Gracias por esa increíble noche.

Frunció el ceño, sintiendo algo en su pecho. Debería de estar aliviado. Siempre consideraba molestas las personas que esperaban mas de una noche a pesar de que todos ya sabían en lo que se metían cuando salían con el. Pues era de conocimiento común que él no pasaba mas de una noche con nadie. Así que por que esa nota lo dejaba vacío. Debería de estar agradecido. Pero no decepcionado. Pero por un motivo, estaba casi seguro de que si hubiera habido un numero, no hubiera caído en la basura como todos los demás.


-… y estoy trabajando en la nueva legislación que adjudicará a todos los empre…

-Este… disculpe señor…? –

-Climan

-Si, señor Climan – sin mostrar un poco de vergüenza por olvidarse de ello - acabe de ver a la señorita Potts y tengo que ver unos asuntos con ella.

-Oh, no se preocupe. Hablamos mas tarde?

-Ahhhh, ya veremos – contesto sin comprometerse, dándole unas palmadas de despedida en la espalda mientras se iba, y esperando que se diera cuenta que era un rotundo no. Se encaminó rápidamente de ahí, mientras llegaba con su secretaria que lo miraba con reprobación.

-Eso fue muy grosero Tony.

-Lo estuve escuchando por 10 minutos – exclamo indignado.

-No. Estuviste fingiendo escucharlo por diez minutos.

-Bueno, es lo mismo – se encogió de hombros. – ¿Alguna persona interesante?

-Depende de tu definición. – al ver su mirada, corrigió con un suspiro. Por supuesto, después de conocerlo por tantos años, ya sabia lo que él consideraba interesante – No. La mayoría políticos que quieren ganar favores para donar en la institución. Aunque tal vez esto te interese. – dijo mientras miraba los papeles que tenia en sus manos. - Esta vez no fuiste el que dio la mayor donación a los niños huérfanos del Sur de Africa.

-No? – pregunto algo sorprendido. Siempre era el accionista mayor.

-Te supera por un par de millones.. P&B Company, accionista de una impresionante cantidad de empresas en Inglaterra. No investigué mas pero no me sorprendería si fuera la persona más rica de Gran Bretaña.

Una risa bastante familiar lo hizo voltearse rápidamente, y se queda sorprendido. De todos los lugares, este era el lugar que menos se esperaba encontrar a Harry. – Y ahí esta la persona interesante que buscaba – Susurró. Como si lo hubiera escuchado, Harry se volteó. No parecía sorprendido de verle, y cuando le sonrió, sabia que no era de esas personas que encontraban a sus amantes días después y se sentían incómodos o intimidados. No sabia si era bueno o malo. No es que le gustara sentir incomodidad, pero si hubiera una reacción de Harry, al menos sabría que esa noche significó algo para él.

Pepper lo miro con curiosidad y le alzo una ceja interrogante – No es el ultimo tipo que trajiste, hace una semana? – Tony asintió, no registrando que en realidad no había salido en una semana.

-Harry!– saludó Tony con una sonrisa coqueta – Cómo estas?

Harry le sonrió abiertamente, después de que parecía haberse escapado de la persona con la que estaba hablando y había ido con ellos. – Muy bien gracias Tony. Tu? No te has aburrido aún?

-La tarde solo acaba de ponerse mejor – dijo con una sonrisa. - . Déjame presentarte a…

-alguien que no necesita ser presentada – lo interrumpió Harry con un guiño. Y con una sonrisa cálida se dirigió a Potts – Soy Harry Potter. Y usted debe ser la famosa señorita Pepper Potts. Es un verdadero gusto conocer a la verdadera persona tras todas las acciones de Industrias Stark

Pepper rió con placer. – El gusto es todo mío señor Señor Potter

- ¿Qué haces aquí Harry? – Interrumpió Tony - Tengo que admitir que no imaginaba verte aquí. Empezaba a pensar que la única forma de volver a verte era terminar herido. – dijo en broma – pero para mi mala suerte la ciudad ha estado muy tranquila.

-No digas eso Tony – Dijo seriamente, aunque con un deje de diversión – Además, tenia la impresión de que los mayores accionistas eran invitados

No tardó demasiado en unir los puntos. -Tu eres el dueño de P&B Company? – pregunto anonado Tony. Harry hizo un gesto afirmativo con la cabeza. – ¿pero no eres doctor? Como eres dueño de semejante empresa? No eres bastante joven?

-ya te lo dije. Soy mayor de edad. – dijo frunciendo el ceño – Y tu eras de la misma edad que yo cuando tomaste la empresa de tu padre.- Tony tuvo que ceder al punto y tuvo la decencia de parecer avergonzado por su hipocresía – vieron su vacilación, pero continuo – Es la empresa de mi familia, en realidad, yo la herede. Al igual que tú. – dijo con una pequeña sonrisa irónica.

Tony alzo su ceja-Entonces tus padres- comenzó a decir Pepper lentamente, creyendo saber la respuesta.

Los hombros de Harry se habían puesto tensos. – ellos murieron cuando tenia un año de edad.

El ceño de Tony se incrementa, huérfano a una edad tan corta… Al menos sabia como ocultar sus emociones de los demás, tenia mucha práctica en ello, pero Pepper era como un libro abierto, y debió de ver algo en su cara, porque dijo bruscamente.

-Miren, no deben sentir lástima por mí. Ya lo supere hace mucho tiempo, y quedó atrás. Apenas puedo sentir su perdida cuando murieron siendo yo tan joven.

Tan pronto como dijo esas palabras, Tony supo que ni Harry se lo creía, pero lo dejó pasar. Sabia lo que era ver compasión en la cara de los demás para tí, y no sentir agradable.

-Bueno, discúlpenme, creo que acabe de ver a alguien – Se disculpó Pepper rápidamente, con la voz un poco ahogada. Esa mujer siempre había sido demasiado simpática al dolor de los demás, pensó con cariño. Ambos se quedaron solos.

-Así que doctor sabio en la mañana, inglés multimillonario melancólico en la tarde y seductor en la noche. Hay otra cara que deba conocer ojos verdes?

Eso pareció romper el hielo. Harry se echo a reír, toda su tristeza ido. Se sentía extrañamente satisfecho – Idiota. – dijo aun riendo, pero con cariño.

Eso le dio tiempo para examinarlo. Se veía excepcionalmente guapo. Es decir, en el bar se veía caliente y sexy. Pero esos trajes verdes oscuro le daban un aire elegante y sofisticado que le convenía. Parecía un noble, pues tenia unos rasgos aristocráticos, y sabiendo que su familia era rica, se pregunto si a lo mejor no venia de una familia noble. – Luces exquisito con esas ropas Harry. – Dijo como siempre no ocultando lo que pensaba.

Notó como se sonrojó, a pesar que se recuperó rápido. Le dio una sonrisa traviesa – ¿Por qué mejor no me dices… que sentiste cuando supiste que no eres la persona mas rica del mundo Tony?

Tony rió roncamente, acercándose imperceptiblemente a él. Esa mirada traviesa… cielos…. Hasta ahora era su sonrisa favorita. Aunque tenia que admitir que cambiaba constantemente, cada sonrisa era mejor que la anterior. – Tengo que admitir, que es tan poco común, que solo me hace desearte más.

Alguien se aclaró la garganta y ambos saltaron de sorpresa, todo coqueteo interrumpido. –Señor Potter. Verdad? – La mujer de aspecto severo, pero de buen corazón los miraba imperturbable.

Harry asintió, pasándose una mano por el cabello para recomponerse, un habito que Tony aprendió a reconocer. Sonrió al ver que ese cabello era lo único que, a pesar de verse bien, quedaba fuera de lugar en ese aspecto tan elegante que llevaba. Se apoyó en una pared, dispuesto a esperar a Harry.

-Soy la señora Malton, la organizadora de este proyecto. Quería agradecerle personalmente por ser mi mayor inversionista.

La sonrisa de Harry era contagiosa. – Soy yo quien debería estar agradecido de que haya personas como ustedes que se dedican a pensar en la realización de proyectos como este. Quería hablar con usted, de hecho. Me gustaría participar en la realización del proyecto.

La señora Malton miró sorprendida, y Tony inclino la cabeza con interés, no quitando la mirada de Harry - Disculpe?

Harry rió a su sorpresa – me gustaría ver como se administra el dinero, si me lo permite por supuesto. No porque tenga alguna duda de que se va a gastar en donde esta destinado. Solo quiero ver de que manera llega y ayuda a los niños. Cómo lo hace. Y apoyar en lo que pueda. Es decir, si es para la remodelación de la casa hogar, quisiera ir por la pintura e incluso pintar. Si es como apoyo para conseguir sustentos alimentarios, yo podría ir a comprar la despensa, y una vez a la semana ayudar en la cocina. Quiero involucrarme y saber en que fue lo que invertí mi dinero.

La señora le dio una mirada pensativa. –Mientras son muy pocos los que ofrecen su dinero, son aun mas pocos los que se ofrecen a si mismos - Y luego una contemplativa – Usted es muy inusual señor Potter – luego una sonrisa sorprendentemente cálida ocupo su rostro – Lo que usted acaba de ofrecer es aún mas bienvenido que su dinero. Llámeme mañana por la mañana y le diré como nos puede apoyar.- La señora les dio una inclinación con la cabeza y se dirigió lejos. Pero se detuvo y se volteó – Invertir. Que palabra tan curiosa ocupó.

-Mi señora, donar? – arrugó la nariz lindamente - yo no estoy donando nada, no estoy dando caridad. Estoy invirtiendo. – expresó con una firmeza que lleno de admiración a Tony - Estoy colocando mi dinero en causas productivas. Que después, será devuelto con creces en la sociedad.

Cuando Harry se volvió a él como si no hubiera pasado nada, Tony se dio cuenta de que Harry era el tipo de gente que uno difícilmente quiere o puede sacar de su vida. Porque que lleguen personas como el en la vida de alguien, es un regalo raro y maravilloso. Que nadie quiere dejar escapar y todos quieren para sí.