Disclaimer: No tengo propiedad alguna sobre la franquicia de Rosario+Vampire Los derechos son facultad de sus autores respectivos. El argumento de este fic pertenece al usuario lord of the land of fire. Sólo me he limitado a aportar el trabajo de traducción y adaptación en un esfuerzo para que los hispanoparlantes que tienen mayor dificultad con la lectura del inglés puedan conocerlo y apreciarlo. Todos mis respetos a las personas antes mencionadas.
Nota sobre formato: Aunque esta historia sea escrita en español, algunas letras se mantendrán en inglés para efectos de consistencia. De igual manera, se sobreentiende que el idioma que los personajes hablan es el japonés. Los monólogos internos, flashbacks, conversaciones electrónicas y letras de canciones, así como algunas locuciones de origen extranjero se escribirán en cursiva. Las negritas son indicativas de énfasis o enojo, de acuerdo al caso.
Notas del Autor: Esta primera historia de hecho no es de mi autoría. El argumento pertenece a "MystressWinowill", quien la envió a mi persona vía PM. Me gustó mucho y le dije que debería publicarla. Ella me dijo que yo debía hacerlo y que le diera el crédito. Así que… otorgado el crédito, y tú sabes que eres mi amante. Aquellos de ustedes que sean mis seguidores sabrán que tengo una historia llamada "Porque Kakashi nunca debería leer en voz alta", donde coloco pequeñas escenas cómicas o one-shots que me vienen a la mente. Esto será algo similar pero con el universo de Rosario+Vampire. Las historias que se agreguen en adelante serán de mi autoría.
Porque Tsukune no debería comer galletas
"Tsu-ku-ne…" Mizore llamaba su nombre en un melodioso tono de voz, al tiempo que con sensuales pasos se acercaba a él, en una provocativa y lenta cadencia.
Jadeo. Jadeo. "Mizore-chan… n-no otra vez… por amor a Kami, ¡ya lo hemos hecho 7 veces!"
"Pues si tú no quieres… preguntémosle a tu cuerpo si quiere."
Agarre, agarre, lamida, lamida, pasar saliva, vuelta de lengua, vuelta de lengua, lamida…
"¡Gah!… ¡Miz-zore-chan!, ¡E-Eso no…eso no es…!"
"¿Justo? Nada en la vida lo es, Tsukune-kun… ahora, respira profundo y relájate. Te prometo que no te dolerá."
La siguiente mañana.
"¡Tsukune!"
La puerta de abrió para dar paso a Kurumu, que venía con un plato lleno de galletas. "Pensé que podríamos compartir esto mientras vemos juntos los fuegos ar… ¡Ack!"
Mizore tenía a Tsukune amarrado, en vaquerita a la inversa y lo montaba con todas las fuerzas de su alma. Su pálida piel color marfil denotaba un leve rubor, y su cabello se adhería a su sudoroso y fino cuerpo. Dio un vistazo a Kurumu y con una mirada que irradiaba placer absoluto dijo: "Ahí…sobre… la mesa… gracias."
Todas vieron a Kurumu regresar con grandes pasos al salón del club, en su rostro había una expresión de absoluta determinación.
"¿Kurumu-chan?" preguntó Moka con curiosidad.
Sin decir una sola palabra, la chica tomó la montura de piel que estaba recostada en una de las paredes y volvió por el mismo camino por el que llegó.
El cuerpo de Tsukune se retorcía entre dolor y achaques mientras que Mizore yacía apaciblemente dormida a su lado, con el cuerpo doblado en los ángulos más raros.
"Agua…" –jadeaba Tsukune– "Debo… beber…agua…"
Kurumu ni siquiera tocó la puerta antes de abrirla, simplemente entró y cerró con fuerza.
"Kurumu-chan… por favor… ayúdame…"
"¡Tú eres mi chico destinado Tsukune!" dijo ella con un toco acusatorio. "¡No dejaré que una chica cualquiera te muestre lo que puede hacer sin que conozcas el verdadero poder detrás del más grande talento de una súcubo!"
Arrastrándolo de una pierna, llevó al chico a otra habitación.
"¡Kurumu-chan, por favor!… ¡no!"
Moka entró a una habitación y se encontró con la imagen de una Mizore desnuda y felizmente dormida, mientras que en la habitación contigua Kurumu recibía las embestidas de Tsukune por detrás, al tiempo que él estrujaba sus cabellos en uno de sus puños, y el aire se llenaba con el húmedo ruido que producía el encuentro de ambos cuerpos.
"¡Tsukune!" lloró una horrorizada Moka.
"¡Son las galletas!, ¡me hizo comer las galletas!, ¡están malditas!" chilló él en su defensa, mientras su cuerpo se estremecía en evidente dolor con los estrujantes y poderosos movimientos.
Los hermosos sonidos que emitía Kurumu iban llenos de genuino éxtasis, e inundaban aquél cuarto con la melodía del sexo.
Moka corrió del cuarto entre gritos.
Llorando en el hombro de Yukari, la chica dijo: "¿Qué debería de hacer?"
"¡Ya se!, ¡Desu!"
La niña desprendió el rosario de Moka, y la imponente presencia de la Moka de cabellos de plata se materializó, poniéndose en pie y quitando de su rostro las patéticas lágrimas con una expresión de enojo. "Mi otra yo es tan débil. Gracias, pequeña brujita. Yo me encargaré de esto."
La vampiresa desapareció en un parpadeo, dejando atrás a una Yukari muy risueña.
"Casi… llego… sólo… un poco…" Tsukune cayó al suelo en un golpe de deshidratación.
Justo frente a él se encontraban las largas y torneadas piernas de Moka, en su verdadera forma.
"Tu vienes conmigo, Tsukune."
Una semana después, Moka y Tsukune reaparecieron, pero por alguna razón, Tsukune llevaba pegadas a sus brazos varias unidades de suero intravenoso, y estaba amarrado a una cama de hospital.
"Gracias, Tsukune. Ahora sabes quién de nosotras es la mejor amante de todas, ¿cierto?"
Quejido.
Era el único sonido que podía hacer.
"Descansa mañana. Me aseguraré de que las chicas y yo nos hagamos las pruebas necesarias cuando estés debidamente preparado. Hasta entonces..." -le dio un pequeño beso en la mejilla. "Aprende tu lugar, Tsukune."
Ella desapareció entre una nube de murciélagos.
Justo cuando pensó que finalmente tendría algo de descanso, dedos muy pequeños subieron por su pierna hasta recorrer su cuerpo.
Quejido.
"¡Desu!"
"Y-Yukari…" Eso fue lo último que escucho antes de darse cuenta que estaba demasiado débil como para siquiera poder resistirse o evitar que usara su magia… su cuerpo se encontraba tan dolorosamente sensible, tan lastimosamente erecto después de que ella moviera su varita y lo hechizara.
"Ahora… ¡a convertirme en mujer!"
"Así que… en realidad no tienes ninguna clase de control sobre esto, ¿eh?" fue lo dicho por el oficial de policía que arrojó a Tsukune en su celda. "¡Aquí no tratamos gentilmente a los pedófilos!"
A pesar de todo, Tsukune meditaba para sí con cierto alivio. "Por lo menos, aquí no me atacarán sexualmente."
"Hey, chico… vaya que tienes un carnoso par de labios." Una voz grave y profunda sonó detrás de él.
"Sí sí, jefe… le apuesto que acabamos de conseguirnos un buen pedazo de carne virgen." Éste último estaba lo suficientemente cerca como para que Tsukune pudiera oler el aroma a Tabaco mascado impregnado en él.
"Ah, demonios."
Nota del Traductor: ¡Hola chicos, Spidey de nuevo reportándose! Y ahora para compartirles una colección de cortas y cómicas historias inspiradas en el universo de Rosario+Vampire. Para quienes hayan leído el manga les será más sencillo captar el chiste, pero si sólo viste el anime también vale. Aprovecho este espacio par agradecer a quien también siguen mi trabajo en ¡Nunca dejes de creer!, especialmente a Yagami fangirl, quien nunca llega tarde a la cita, y me pone muy contento saber que la historia le regala un par de risas a su día. ¡Esa es la intención!
Como siempre, quienes deseen regalarme un comentario, opinión (¿mentada?) o saludo, son bienvenidos/as. ¡Spidey off!
