Hey Hey Hey! Como están! Para los que preguntaban ''¿Habrán One- Shots? Pues... Eh aquí la respuesta! :D
Algo de tiempo libre, muchas ideas, y bueno... Demasiada música XD así que a partir de aquí supongo que dejare simplemente el Summary al comenzar el One y bueno, respectivamente su nombre. Como ya saben respondo los Revs en MP, así que si no le respondo a alguien me avisa ;) (Y bueno, no respondo cuando no entro, ya saben, a veces hay poco tiempo, que a veces, siempre XD Pero bue)
Para esta serie de One-Shorts es recomendable que lean mi antigua historia, UHB (Una Historia de Berk), que es la que da origen a esta serie, pero supongo que si leen directamente tampoco hay problema ;)
Si ven que algo se parece o es igual a otro fic y se sienten mal o plagiados por eso, por favor me avisan y cambio lo que tengo que cambiar o elimino lo que tengo que eliminar ;) (Como veran, sigo todo ahora ya que este preambulo no se repetirá en los demás One - Shorts)
PD: HTTYD, ROTG, Marcas y demás productos con derecho de autor pertenecen, respectivamente, a sus creadores, por ende soy una humilde fan que hace historias malisimas ocupando sus nombres sin fines de lucro :)
Y aquí les presento a su sano juicio (Lo cual quiere decir que si esta muy malo, pueden salir corriendo o dejar un review con criticas negativas, no hay problema) lo que me decido a llamar ''METALEROS EN BERK'' :D
Metaleros en Berk
BLASFEMIAS
Summary:
''[...] quizás el ''Fenómeno Frost'' volvió y ellos se lo están perdiendo. Como hubieran querido que fuera eso''
Esa mañana el ambiente colegial había dado un giro inesperado. Cualquiera que pasase frente al curso donde se encontraban los adolescentes de primero de preparatoria podría admirar pasmado que todos se encontraban reunidos en un solo lugar, en la total oscuridad de lo que pretendía ser una madrugada algo nublada, alumbrados únicamente por un destello cegador proveniente del centro de la muchedumbre.
Algunas caras eran reconocibles, quizás la de Patapez, más alejado de los demás, o la de Patan, quien no paraba de reír y tratar de meterse entre los estudiantes para acercarse innecesariamente al destello. El resto eran puras sombras
-¡No puede ser!
-No lo esperaba de ella…
-¡Y fue apasionado! Demasiado para mi gusto
-Ven… Les dije que era verdad, pero NNNNOOO… Como era Brutacio nadie escucha, a Brutacio aún le queda algo de cerebro, ¿Saben?
Obviamente las últimas palabras provenían de lo que sería el anfitrión de ese revuelo de alumnos, increíblemente juntos, observando como si del fin del mundo se tratase.
Era extraño para la pareja entrar y encontrar esa situación, más para la rubia, que llevaba estudiando tres años en la institución y jamás había visto una cosa como esa. Sin embargo, y a pesar de que el castaño había llegado hace menos de dos semanas, también le era difícil procesar lo que sucedía.
El fin de semana se había dado un tanto extraño, el comenzar a salir para personas bastantes novatas en el ámbito era hasta perturbador, pero bonito. Estuvieron todo lo que pudieron juntos, tratando de conocerse aún más de lo que ya sabían uno del otro, y obviamente, disfrutando de los días soleados, que se presentaban extremadamente románticos. Lastimosamente, la cruda realidad era la de las pisadas aceleradas en los pisos fríos del estudio.
Sus rostros estaban algo paralizados, las dudas crecían con la velocidad de un manantial. Algo se traían entre manos, era demasiado extraño como para que fuera normal, la mayoría de los adolescentes que estaban reunidos por lo general eran de los que llegaban más tarde, y ahora quedaban totalmente derechos ante una subestimación nada placentera, pero que hasta el momento parecía idónea.
Poco a poco, y mientras los recién llegados se acomodaban algo extrañados, las miradas de los demás se iban plantando precipitadamente en ellos, y con diferentes muecas que no justamente demostraban desagrado o alegría, simplemente curiosidad, aunque algunas algo de picardía.
-¡Vaya Haddock! – Exclamo un joven desconocido para el muchacho – Definitivamente ahora tengo una visión muy diferente de ti
Paso a su lado como de un relámpago se tratase, sin dejarlo reaccionar. Anonadado, miro a Astrid buscando una respuesta a que significaba eso, pero consiguió únicamente la misma reacción que él, quizás más reacia y más tímida.
De pronto se comenzaron a escuchar murmullos, casi demasiado fuertes, entre muchas personas, más que nada proveniente de aquellas que hace tan solo unos segundos estaban todas reunidas
-¿Sera que lo saben?
-Lo tienen que haber visto, se están haciendo los estúpidos
-Sí, se difundió por Whatsapp, Facebook, Twiter, ¡Fue algo viral!
-Está en Youtube también…
-Sí, pero no tuvo tantos likes como en Face y en Twiter, sin duda
¿A qué se referían, y a quienes? ¿A ellos? Sus miradas estaban clavadas una en la otra, y de reojo miraban las conversaciones de los demás, demasiado fuertes como para ocultarlas.
Por otro lado, el castaño diviso a una persona que no paraba de sudar, un rubio que el bien sabía que soltaría todo lo que quería saber, y tenía idea de todo lo que sucedía. Sin embargo, se les adelanto.
Tanto Astrid como Hipo recibieron un mensaje en sus celulares que decía que revisaran sus redes sociales. No eran tontos, lo hicieron rápido, sabían que si se difundió con tal velocidad debía ser algo muy malo, o bochornoso, quizás el ''Fenómeno Frost'' volvió y ellos se lo están perdiendo. Como hubieran querido que fuera eso
Era gracioso ver como abrieron la boca instintivamente, pero con mucha razón. Lo que divisaron los involucraba por sobre manera, y no era malo, pero tampoco bueno. La privacidad se había perdido para la pareja con esas imágenes, videos, ¡Hasta escritos! Tenían millones de visitas y más de cien mil comentarios
Astrid no lo soporto, Hipo trato de detenerla pero ella directamente no escuchaba. Su furia sobrepasaba su sentido común y su fama la hacía provocar temblores en cualquiera que la viera de esa forma. Sus manos rasguñaron la mesa y sus dientes rechinaron como bisagra sin aceitar.
Sus pisadas eran secas, aceleradas, sus puños listos para acertar un buen golpe. Sin embargo, las risas la atrajeron a indagar antes de lastimar al que ella creía culpable de todo eso.
El rubio fue levantado del piso, sin saber bien cuando fue que se separó de su mesa. Las risas provenientes de su boca se cortaron abruptamente y ahora tenía el aliento hirviente de Astrid sobre la cara
-¡Vas a pagar, idiota!-Estaba acorralado contra la pared, tratando de defenderse ante esa mano cerrada que apuntaba a su cara
-¡No fui yo, Astrid, te lo juro! ¡No sería tan idiota!
-¡¿Y entonces quién?!
-¡No lo sé, demonios, no lo sé!-Contesto algo tembloroso
Para esos tiempos el castaño se encontraba cerca de su novia tratando de detenerla. Brutacio estaba helado, azul, y temblando. Tanto miedo en un supuesto brabucón era casi irreconocible.
La chica sintió la palma suave y tranquila de la única persona que parecía entenderla en todo este tiempo
-Déjalo, no fue el, ¡Hasta admite que sería una locura meterse con nosotros!-Dijo, casi sin ganas para reír
Con la rabia aun latente y faltando tan solo minutos para que tocara el timbre de entrada, soltó al pobre joven, que salió disparado hacia su hermana, sin un recibimiento del todo cálido.
Se dio vuelta algo deprimida y frustrada, lista para ponerse su capucha en busca de no ver a los demás con sus miradas introvertidas en ellos. Fue detenida por una afirmación un tanto curiosa
-El nombre de la cuenta no es de ninguno de ellos-Afirmo mientras la miraba lo más compasivamente posible
Ella bajo la cabeza, tomo aire y mostrando la pose lo más recompuesta posible se paró firmemente, con la mirada clavada en su reciente novio
-Y entonces quien fue…
-Alguien de nombre ''LoUltimoRubigo''
La rubia se reiría si no fuera que se tratara de la peor cosa que les había pasado. Luego de mirar nuevamente en el celular del guitarrista la publicación junto al nombre de usuario, alzó la vista hacia él y frunció el seño
-Hoy, sin falta, a las dos, en tu casa. Sea quien sea, le partiré la quijada
No podía estar en contra de Astrid, a pesar de que sus métodos de venganza fueran bastante diferentes o directamente nulos. Debía admitir de que si fuera más atlético y fuerte él mismo le volaría varios dientes, pero siempre preferiría dialogarlo, no actuaria de una forma precipitada sin saber los verdaderos orígenes de tanta blasfemia.
La mañana pasó incómodamente lenta. Se sentían observados a cada momento, con curiosidad bastante detestable por parte de los demás. No podían esperar para que fuera de tarde y se juntaran a indagar de quien se tratara
Con mucho trastabilladas e impasables momentos vergonzosos, llego la hora prevista y la Hofferson toco a la puerta de los Haddock, en donde ahora imperaba el hijo del presidente, única persona que se encontraba en el hogar
A pesar de que le costara, a Astrid se le iba haciendo familiar ese tipo de visitas, desde que tan solo eran amigos hasta después del beso definitorio que se dieron cuando confirmo su estadía en Berk. Tanto se llevaban que parecían conocerse de otras vidas, y según aparentaba, nadie podría negar que fuera así, eran la pareja imperfecta-perfecta, en palabras poco coherentes, pero asemejadas
-Hola amor-Saludo la rubia con un beso fugas a su novio, siguiendo su camino una vez terminada esa acción
-H-hola Astrid- Dijo algo atónito por lo que acababa de suceder, jurando que jamás se acostumbraría
La joven tiro su mochila en el sillón y dirigió paso calmado pero tenso hacia el dueño de la casa. Este ya había prendido el reproductor a través del control remoto y comenzó a pasar uno de los temas de Nirvana
-¿Y Bocón?-Pregunto tratando de sonar despreocupada
-Se fue a hacer algunas compras, ya sabes, después de la fiesta…
Ambos esbozaron una sonrisa traviesa, pero sin tranquilidad, estaba esquivando un tema que en realidad era el causante de la reunión
-¿Averiguaste algo?
-No, hasta trate de identificar la dirección IP, pero no pude, está en constante cambio, quien sea esa persona sabe lo que hace, probablemente sea un hacker
Astrid desvió levemente la mirada hacia abajo, y luego la dirigió hacia el pelo de Hipo, donde comenzó a jugar inconscientemente con los mechones que se destacaban a la izquierda, mientras dejaba su otra mano extendida
-No niego que lo averiguarían, es más, pensé que lo sabrían el sábado, bueno, con lo del reencuentro y eso-Comenzó a mirarlo a los ojos preocupadamente-Pero jamás creí que lo harían de esa forma, con fotos estúpidas de besos y sonrisas taradas, videos inútiles de bailes, ¡De NUESTRO fin de semana!
No se alteraba, estaba bastante compuesta, pero miraba con algo de rabia y decaimiento al joven, quien simplemente la correspondía
-¿Qué haremos?
Hipo dio una ojeada hacia todos lados, buscando una respuesta a tal dilema. Parecía que el mundo estaba en contra suyo, porque salía de un problema y entraba en otro.
Sin embargo, la por así decirlo ''Inspiración'' llego a su mente en momentos decisivos.
-Patapez
-¿Qué?
No pudo reaccionar de manera correcta, trato de preguntar pero el chico ya traía unos papeles y un carnet, acompañados por dos cascos. Si era lo que ella creía, aun no sabía muchas cosas de su mismísimo novio.
En tan solo minutos ya se encontraban sobre una moto de nieve negra con toques en verde, bastante llamativa, y aún más impresionante era que lo condujera el, con los debidos permisos y todo lo que eso implicaba
En medio de la nieve y el frio, la pareja, ahora caracterizada por una Astrid aferra a la espalda de Hipo, se dirigían a toda velocidad, agradeciendo que no nevara, y simplemente se tratase de mucho blanco acumulado
Golpes precipitados se oyeron desde dentro de la casa de los Ingerman, pero Patapez no estaba ni mínimamente consiente de ellos. Tenía los auriculares puestos y la vista fija en la pantalla de su tan amada computadora ''Monstruo''. Sus dedos volaban en el control y circunstancialmente pronunciaba algunas frases a través de su micrófono manos libres
-¡Patizito, llego Hipo y una chica rubia que quieren verte! ¡Pon en pausa tu jueguito!-Exclamo su madre desde el primer piso
-¡Mama, los MMORPG no se pueden poner en pausa, es ''Dragon Legends'' y estoy luchando contra un maestro de los alces endemoniados en el nivel 35 de la torre!
Tanto la señora como Astrid no entendieron casi nada de lo que acababa de decir. Para suerte de las dos, Hipo sabía demasiado sobre lo que hacía su compañero, y no tardo en sugerir que si no tenía problemas pasarían a su habitación
Tan pronto como llegaron, el castaño le quito los auriculares y el control a su amigo
-¡Hey, devuélveme eso!
-Tenemos que hablar contigo, y es serio, tienes que ayudarnos Pat
-¡Pero estuvimos organizando este gremio como hace un mes! ¡Teníamos la fecha planeada y todo!
-¡Patapez, es la vida real! Estamos solos contra un hacker, ¿Qué no entiendes?
Ante la última alteración de Astrid, el rubio supo que sería mejor ayudarlos, y tras avisar a sus amigos virtuales que no seguiría, comenzó a escucharlos
-Venimos por lo que sucedió en la mañana…-Comenzó Hipo
-¿Lo de las fotos y eso?
-Si
-¿No pudieron ver quién es?
-Su IP está cambiando a cada segundo, y hay una especie de bloqueo para entrar a su cuenta, ni siquiera se le puede enviar un MP, esta como censurado, un trato parcial a los usuarios
El robusto chico miro a la pareja, un tanto pensativo, y luego de ofrecerles asiento en unos sillones que tenía en su habitación, instalo unos cuantos aparatos más a su computadora y agrego dos pantallas
Al cabo de unos minutos el ambiente se convirtió en pura tensión, lo único que se advertía eran códigos en un fondo blanco segador. Los dedos de Patapez volaban sobre el teclado, y comenzaba a obtener un sudor nervioso. Sus ojos parecían querer salir de su cara, y la vista la tenía en continuo movimiento.
Hipo de vez en cuando se acercaba y lo ayudaba, pero mucho no podía hacer, debía admitir que el joven era prácticamente un genio en lo que a computadoras se tratase.
La situación se complicaba, la dirección de IP cambiaba aún más rápido, y aparecían videos e imágenes nuevas que no solo eran de la fiesta, lo cual significaba que trataba de un espía que los estaba persiguiendo
Al cabo de aproximadamente cuatro horas, el rubio se inclinó hacia atrás, destensándose
-Listo chicos, es lo máximo que conseguí
No se podría describir los deslumbrantes ánimos con los que dirigieron paso hacia el sistema de computación. Los datos eran simplemente eso, datos, pero bastaba, al menos para Hipo, quien con su antiguo mejor amigo (Ya que ahora el lugar lo ocupaba elocuentemente Astrid) habían solucionado problemas como esos y con menor cantidad de información
-Está el nombre real, la edad, la dirección, y las cuentas reales-Aclaro el causante de tanta emoción por parte del dúo
Pero apenas pasados quince minutos Astrid recibió una llamada desconocida
-¿Contesto?
Se miraron entre los tres, algo dudosos, y Patapez se apresuró en conectar el celular al sistema, listo para rastrear, dando confianza a sus amigos
-Hazlo, Astrid
Ante la señal de su últimamente tan prestado amigo, contesto en altavoz
-Podemos hacer un trato, sé que pueden rastrearme, pero yo los veo. Sera confianza opcional, no lo hacen, no paro, y no me importa lo que hagan, se mucho mas de ustedes. Si aceptan, los veré en el callejón cercano a su colegio, a las 10 p.m.
Colgó sin previo aviso. Su voz estaba distorsionada, e hiciera lo que hiciera el genio de las computadoras no conseguía el habla original.
Tenían miedo, los tres, podían estar enfrentándose a una adolescente como ellos, pero dos años mayor, y eso no cambiaba lo peligroso que se sentía.
Su dignidad ya había desaparecido lo que se podría definir como un tercio, y si querían salvar lo demás tendrían que llevar a cabo lo que la voz misteriosa les ofrecía.
Se despidieron de Patapez luego de organizar unos dispositivos que llevarían ocultos en la ropa, conectados a distancia. Así, si el trato era un engaño o no se cumplía, tendrían evidencias que realmente le jugarían a esa persona en contra
La tarde paso lenta, los tórtolos se encontraban totalmente decaídos y preocupados. De a ratos se reían con los mimos que le propiciaban a Chimuelo, pero más que eso no podían lograr, y no tenían fuerzas como para hacer algo que no fuera ver la televisión o escuchar algo de música, estáticos en el sillón de los Haddock, lo cual hasta llego a extrañar a Bocón, quien obviamente ya estaba informado de lo que paso y sería el encargado de llevarlos hasta el lugar de encuentro
Durante el transcurso de la tarde y principios de la noche, la subida de archivos bochornosos contra la pareja se detuvo, pero no se eliminó lo que ya se encontraba en las redes, por lo cual las visitas y los perturbadores ''likes'' aumentaban con gran velocidad. No fue una bonita forma de dar a conocer su relación
Pero a duras penas llego la noche, en específico, las 9:30 pm, por lo cual los adolescentes ya estaban listos y meditando cada movimiento. Terminarían con todo eso, pero seguramente no sería fácil, se enfrentaban a una persona desconocida y con un intelecto bastante desarrollado
Sus equipos ya estaban instalados, e Hipo le tuvo que prestar una de sus camperas a Astrid para que no se notara la instalación que llevaban con ellos.
El único que se encontraba ultimando detalles era el castaño, ya que los otros dos lo único que hacían era observarlo, mientras se dedicaban a analizar o tratar de predecir los futuros sucesos
-Bien, chicos, avísenme cuando están listos, tengo que ver si puedo instalar la cámara que su amigo me dio en mi porquería…-Comento dirigiendo paso ininterrumpido hacia su camioneta
Asintieron casi sin fuerza, y el que siguió internado en lo que a su persona correspondía era el muchacho, aun instalando los últimos detalles, sin notar que la rubia lo observaba
-¿Y qué haremos si no acepta? Quiero decir, nosotros tenemos información, pero y si… ¿Y si nos amenaza o algo?
No estaba asustada, era más bien preocupada. Nadie sabrá realmente si era eso lo que sentía en esos momentos, porque entre tantas cosas la joven escondía muchos sentimientos, y jamás se mostraba como débil, no al menos frente a los demás. Sin embargo, ciertos detalles no se pueden esconder
Hipo la miro por algunos segundos, y luego con una forma demasiado cortante que hasta hacia dudar de si era el o no, saco dos objetos de su mochila
-Pat me dio estos-Dijo lanzándole uno a su novia-Son paralizadores utilizados por la policía
Astrid simplemente lo miro fijo, y quedo un tanto incomodada. Al parecer una escenario de búsqueda al estilo hacker se convirtió en un enredo cuerpo a cuerpo, sin la certeza de saber con lo que se encontrarían.
Para sorpresa de la adolescente, al terminar de analizar su nueva arma de defensa y levantar la vista, observo algo un tanto dramático. Hipo la miraba de una forma que ella nunca había experimentado, y a través de un suspiro comenzó a hablar
-Si, s-si no quieres salir conmigo, bueno, s-si quieres t-terminar con esto, p-pues está bien. ¡Juro que yo no sabía que te meterían en esto! Ya sabes, quieres, q-quieres ser discreto y pasan… Pasan estas jugarretas de la vida, los gajes de ser ''El hijo del Jefe''-Aclaro rodando los ojos, medianamente decaído
Astrid no pudo más que sonreír y posar su mano sobre el hombro del chico, mirándolo tiernamente, en un acto un tanto nuevo para el
-Oye, si elegí salir contigo es porque sabía que este tipo de cosas pasarían. Eres increíble, y no me importa lo demás, lo que pase fuera de nuestra relación y que escape de nuestras manos, pues… Es algo que no controlamos, y que pasa y ya, no te tienes que sentir culpable por eso, Hipo
Acto seguido paso su palma por la mejilla del castaño. Había descubierto en el transcurso del fin de semana ciertas cosas que sabía que a él le gustaban, y esa era una de ellas, es más, lo relajaba.
Sin embargo, cuando estaba a punto de agregar alguna otra acotación, apareció Bocón en el paisaje
-Ya instale las cámaras, increíblemente-Musito la última palabra casi sin volumen-¿Están listos?
Se miraron el uno al otro, y tras una afirmación visual que solo entre ellos sabían comprender, asintieron para levantarse y dirigirse rápidamente al automóvil.
No tardaron mucho en llegar al callejón. El lugar era extremadamente oscuro, y hasta aterrador. Denotaba abandono y descuido, a pesar de ser un lugar en pleno centro social y juvenil.
Antes de bajar de la Trafic probaron la conexión con el nuevo centro de control, o al menos así bautizaron a la habitación de Patapez, con la cual entablaban activa comunicación de video y voz.
Una vez confirmado todo y disimulados los equipos debajo de sus camperas, estacionaron el medio de transporte para que quedara perfectamente en frente.
El caminar era lento, silencioso. La pareja se movía disimuladamente entre la oscuridad, escuchando y captando todo a su alrededor. Los sonidos eran nulos, hasta que el silencio fue interrumpido por el auricular de Hipo
-Chicos, mis censores detectan calor cerca, y también presencia de metales, tecnología, para ser precisos…
-Bien, ¿Esta en movimiento?-Pregunto el castaño
-Sí, y se dirige a ustedes
A pesar de que simplemente se dirigía al muchacho, la chica también escuchaba la conversación por su intercomunicador auditivo. Apenas oyó esas palabras, saco lentamente el paralizador y lo sostuvo con fuerza en su mano, mientras detenía el paso, seguida por su novio.
Estaban nerviosos, chorreaban leve transpiración, pero notable. Comenzaron a darse la espalda ligeramente, esperando cualquier cosa de cualquier lado, pero al poco tiempo advirtieron una silueta oscura que se acercaba por la penumbra.
Su posición fue de una precipitada defensa, pero su ''enemiga'' tenía otros planes. Cuando estuvo a una distancia aceptable para ella, comenzó a hablar
-Bajen sus unidades de defensa-Era una voz no muy aguda, pero hasta agradable y nada inquietante
-¿Qué?-Pregunto un Hipo tratando de proteger a su compañera
-Esas tonterías que trajeron para cuidarse y que la rubia está preparando para usar
Los dos se sorprendieron. Al parecer estaba viendo más de lo que ellos creían. La extraña noto que quedaron confundidos, y tras un suspiro prosiguió
-Miren, cuando les dije que los veía es porque realmente los veía. Alrededor suyo hay cientos de cámaras instaladas en los botes de basuras, paredes y hasta el suelo-Ante esto los dos miraron a su alrededor, algo nerviosos-Escuchen, el nombre y la dirección que encontraron ni siquiera son reales, los invente, con suerte la edad se asemeja.
Luego, en un acto que nadie esperaría, se sacó la capucha negra, dejando ver algo que no era para nada terrorífico o siquiera peligroso, más bien era normal, y hasta adorable. Era una chica de unos dieciocho años, de un pelo color rubio muy oro y extremadamente largo, origen por el cual se suponía que se había hecho una trenza muy ancha, de unos ojos verdes profundos y un cómico rostro que bien podría ser de princesa
Ante la cara de embobado que puso Hipo, Astrid, en un mero intento de controlar sus impulsos celosos y no decir cualquier estupidez, inició serenamente un interrogatorio
-Pero entonces, si se supone que las cosas que averiguamos de ti no son ciertas, ¿Qué es lo que quieres de nosotros?
La joven medito unos segundos, al parecer no sabía que responder. El castaño, por otra parte, empezó a recibir información a través de su intercomunicador
-Chicos, ¿Están hablando con ella?
El muchacho, al fijarse que tanto su novia como la desconocida estaban en constante vigilancia, se separó lentamente y respondió
-A-Astrid lo está, o algo así, la verdad es que no creerás a quien nos enfrentamos, ¡Es hermosa! Ni siquiera parece una hacker- Susurro emocionado
-¡Eso no interesa! ¡Pisa tierra, Hipo! ¿Averiguaron algo?
El adolescente ladeo tímidamente la cabeza y prosiguió
-Sí, algo. Los datos que tenemos no son reales…
Pero de pronto se escuchó interferencia y cuando dio media vuelta para ver a las rubias, ya que estaba perplejo ante lo que paso, no pudo más que notar el ceño fruncido de la Hofferson y la mirada un tanto penetrante y perturbadora de la desconocida
-Dile a tu amiguito que se puede ahorrar toda su informática barata-Acoto la joven misteriosa-Sin embargo, sí hay una causa y un buen trato por el que los llame aquí. Si lo aceptan, lo cual creo fielmente que harán, yo termino con esas porquerías que publique de ustedes
Los dos se miraron algo dudosos, aunque se notaba que la rubia acompañante de Haddock no estaba muy contenta, y el muchacho se dio cuenta tarde de que podría ser porque escuchaba la conversación a través del auricular, ya que no tenían servidores diferentes.
A pesar de todo eso, decidieron asentir al simplemente entenderse entre ellos a través de miradas un tanto distantes
-Bien-Luego, saco un papel de su tapado negro y escribió algunas cosas-Quiero que le den esto a su amigo Patapez, no hace falta explicación, el ya sabrá de que trata, son mensajeros, nada más, saben que yo me entero de todo, si dicen algo que no les incumbe de lo que paso aquí, como lo que dijiste recién, Haddock-Dijo mirándolo algo irritada-Pueden estar seguros de que lo que ustedes llaman ''Blasfemia'' continuara. Pero si se mantienen tranquilitos, sin brusquedades, no tienen de que preocuparse
De a poco se dio la vuelta y comenzó a irse, no sin antes decir unas últimas palabras
-Olvídense de mí y de que me vieron
Poco tiempo después ya se encontraban en la habitación del joven Ingerman, con una Astrid que demostraba indiferencia ante su novio que un poco más se arrodillaba a sus pies, un tanto depresivo
-Tienes la hoja, ¿Cierto?-Pregunto la rubia
-Claro-Respondió el castaño pasándosela ante la mirada de su amigo rubio
-Es que pensé que con tal ''Hermosura'' frente a ti se te había olvidado tomarla-Sus palabras eran reacias
-¡Pero por los Dioses! Si ella es tan hermosa como dices que yo pensaba, entonces tu eres, no lo sé, la magnificencia de la belleza, Astrid. Escuchas heavy, practicas kick - boxing, tienes unos ojos que volverían loco a cualquiera, eres increíblemente inteligente, y… y b-besas de maravilla
Al decir lo último se encogió un poco de hombros ante una mirada un tanto divertida de la Hofferson, quien no dudo en surtirle un puñetazo certero en su hombro. Al poco tiempo de su charla que se iba volviendo muy extrovertida y fuera de tema, el rubio los interrumpió, un poco curioso
-Chicos, entonces… ¿Qué tienen que hacer a cambio? ¿Ya lo hablaron? ¿Va a parar?
Los dos se vieron entre ellos un tanto dudosos, e Hipo extendió la ''carta'' hacia Patapez, quien los miro inseguro
-E-Esto te lo manda la…-Al pronunciar eso recibió un pequeño codazo por parte de Astrid- Digo… La persona misteriosa, o lo que sea, simplemente eso es lo que nos ofreció a cambio
El robusto adolescente la tuvo entre sus manos y la analizó. Era prácticamente imposible leer a simple vista, los símbolos se presentaban extraños, no se asemejaban ni a letras ni a números, ni siquiera a un código conocido en la historia. Sin embargo, para el experto en computación era bastante familiar
La perspectiva por parte de la pareja era perturbadora. Patapez vario rápidamente de un rostro indiferente a una sonrisa gigante, extremadamente irreconocible en tal persona antisocial. Después de unos segundos comenzaron a cansarse y Astrid no pudo más que al menos mencionar algo
-¿Y? ¿Podemos irnos tranquilos y retomar NUESTRA privacidad?-La rubia estaba alterada
El muchacho apenas si pudo reaccionar ante lo que dijo, estaba totalmente inmerso en esa hoja
-Ehh… Si, si, vayan tranquilos, y-yo me encargo del resto
Aun algo dudosos, salieron caminando y trastabillando, mirando hacia todas direcciones en busca de cámaras, micrófonos o cualquier artefacto que los delatara.
Patapez los escuchaba alejarse, hablando y en algún que otro momento riendo, para después sentir el rugir del motor de Bocón y alejarse rápidamente. Pero para el rubio, lo que había recibido fue una sorpresa, todo fue planeado para un objetivo, en donde él estaba involucrado:
''Patapez:
Todo fue pre-hecho. Queríamos hacerte una prueba, sabíamos que no podrían hacerlo solos y acudirían a ti. Es una perdida que no estés en nuestro grupo, somos hackers renombrados, pero no trabajamos con blasfemia, solo en casos extremos de comunicación, como este. Tenemos equipos, acceso a todo. Eres increíble, Pat, espero verte en persona en la convención privada, te mandaremos los datos. Ya sabes cómo contactarme
Espero aceptes.
Rapunzel_19283''
