Exención de responsabilidad: One Piece, sus personajes, historia, y sus películas, no me pertenecen, son propiedad de Eiichiro Oda y Toei. Escribo esta historia sin ánimo de lucro.
He avisado en el título, pero vuelvo a avisar. Se me ocurrió al leer el manga 853 de One Piece, asique SPOILERS EVERYWHERE. Si sigues adelante y no has llegado a tan épico capítulo, es bajo tu responsabilidad.
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REENCUENTROS Y OTRAS ACTIVIDADES
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Todo había acabado. Los mugiwara, finalmente volvían a estar todos juntos, y además con un nuevo compañero, Jimbe. Habían pasado grandes penalidades y un buen compañero se quedó en el camino, pero contra todo lo impensable habían sobrevivido para ver un nuevo amanecer. El amanecer de una nueva Era Pirata, que ellos se encargarían de forjar.
Con la derrota de la Yonkou Big Mom, el mundo temblaría y Kaido ya no dudaría en movilizar todas sus fuerzas en Wano. Los mugiwara que no fueron al territorio de la Yonkou se habían preparado a conciencia, y gracias al apoyo de sus tres compañeros de Wano, habían liberado a cientos de leales al fallecido Oden. Ahora tenían un ejército de ninjas y samuráis de más de cinco mil hombres y mujeres, todos ellos listos para dar su vida por su hogar, su señor y sus nuevos aliados. Aunque el Shogun tenía diez veces más tropas… eso sin hablar de los piratas bestia del Yonkou peli negro, que se contaban por decenas de mies si a ellos les unías las tripulaciones aliadas.
Pero los números eran lo de menos. Lo más importante para la victoria era tener un capitán tan increíble como Luffy. Más leal hacia sus compañeros que nadie, valiente hasta la inconsciencia y fiel a su palabra como nunca nadie lo fue. Sanji ya no podía ver igual a su capitán. Dentro de él sólo entraba el agradecimiento. El más profundo, intenso y admirado agradecimiento que había sentido por nadie… más incluso que por Zeff. Más incluso que por su santísima madre. No tenía palabras para poder describir lo que sintió al ver a Luffy medio destrozado en el punto de encuentro donde le juró que le esperaría. Había combatido contra Comandantes, capitanes y soldados de nada menos que un Yonkou, todo por rescatarle. Igual que hizo por Robin en el pasado. No era alguien normal. Desde el momento en que le vio allí sentado, al borde de la inconsciencia por el hambre, las heridas y el cansancio, se juró a sí mismo que jamás volvería a dudar de su capitán… y que le seguiría hasta la muerte. Daría su vida encantado con tal de poder garantizar que se convirtiera en el Rey de los Piratas. Incluso estaba dispuesto a aceptar que el muy ladrón se hubiera apropiado del corazón de su amada pelirroja.
Cuando Zoro pidió conocer los detalles, y entre Jimbe, Chopper y Nami contaron toda la historia al detalle, piratas, minks y aliados de los mugiwara habían mirado a Luffy atónitos, totalmente impresionados por la absoluta fe, lealtad y confianza ciega que el Capitán tenía hacia sus nakamas. Y también por la fuerza y resistencia que el delgado chico había demostrado tener. Pero éste había agitado la mano despreocupado, quitando importancia a sus hazañas.
"Are, are. Tampoco fue para tanto" había dicho el muy imbécil… cuando había estado a punto de morir dos veces. Una por agotamiento, y la otra por salvar a la familia de Sanji. Como si el Germa mereciera algo como eso. Y aun así, él lo había hecho. El colofón de la batalla en el castillo de Big Mom fue el sacrificio del patriarca de los Vinsmoke para salvar a todos sus hijos. Sí, a todos, incluido a Sanji. El científico, político y guerrero que parecía carecer de corazón había finalmente abierto los ojos, o el corazón, en aras de garantizar el futuro de su familia. Y todo gracias a que Luffy se negó a abandonar a Reiju y el resto de hermanos de Sanji. Cuando Nami le había exigido saber por qué quería salvarles había respondido algo tan simple como…
"Porque son la familia de mi nakama. Además, Riajucu me salvó la vida" Y ya estaba. Ni siquiera se sabía bien el nombre de Reiju, pero estaba dispuesto a arriesgar su vida por esa deuda y por proteger lo que él consideraba importante.
La victoria final sobre la Yonkou no hubiera sido posible sin la llegada del Ejército Revolucionario. Dragón y Luffy se enfrentaron juntos a Big Mom, y lograron derrotarla y arrestarla por los graves crímenes que a ojos de la más correcta justicia de los Revolucionarios ella había cometido a lo largo de sus años de piratería. Ahora, Dragón y Sabo habían formalizado un pacto con Luffy para apoyarle en la guerra de Wano, pero no se encontraban con ellos.
El joven mugiwara no sabía cómo sentirse respecto a su padre. Sabía que había salvado su vida en dos ocasiones, ya que sin él y sus tropas no habrían podido derrotar a la Yonkou. Y también le salvó antes de entrar en el Grand Line. Pero por otra parte, era un completo desconocido para él. Shanks o Rayleigh eran mucho más padres para él que su padre biológico. Al menos por el momento. Ya se vería en el futuro cómo se llegarían a llevar ambos. En cualquier caso, Luffy no le guardaba rencor.
Cuando Luffy dijo que tampoco fue para tanto, Nami le zarandeó con todas sus fuerzas, harta de él, harta de su caballerosidad, valentía, lealtad, inconsciencia y bondad.
"¡Eres un estúpido Luffy! ¿¡Qué se supone que haríamos sin ti!? ¡¿QUÉ SE SUPONE QUE HARÍA YO SIN TI, PEDAZO DE IMBÉCIL!? ¡¿CÓMO CREES QUE ME SIENTO YO VIENDO CÓMO ESTÁS A PUNTO DE MORIR UNA Y OTRA VEZ!?– gritaba ella, hasta que, consumida por el llanto de la impotencia de ver una y otra vez a a su pareja al borde de la muerte por ayudar a los demás, echó a correr alejándose del campamento, en dirección a la playa. Necesitaba alejarse de toda aquella gente que iba volver a poner en peligro otra vez a su Luffy.
Dicho Luffy, idiota como siempre, no supo qué hacer ante el arranque de rabia y llanto de su chica. Se quedó de pie, mirando en la dirección en la que ella se había largado. Sanji, haciendo de trizas corazón decidió que el estúpido de su Capitán podía ser digno de su Nami Swan. Por mucho que le doliera, ahora sí estaba dispuesto a ayudarle en su relación con ella. Porque si alguien no lo ayudaba, el muy idiota jamás aprendería a cómo se debía tratar a una dama
"Luffy, bakka, ve tras ella. No te quedas ahí parado como si fueras un alga de mar" le dijo, y Luffy le miró durante unos segundos, hasta que compuso su gran sonrisa y salió disparado detrás de ella.
"NAAAAAMIIIIIIIIII" gritaba como un loco mientras atravesaba a toda velocidad el campamento.
"Quien lo hubiera pensado, cocinero pervertido. Primero golpeas a una mujer, y luego aceptas que tu "gran amor" se marche en brazos de otro hombre" dijo Zoro Roronoa con una sonrisa. A su lado, Robin tuvo que contener una risita.
"Esa desgraciada de tres ojos se merecería tener su cabeza separada de sus hombros, puede dar gracias de que lo único que se llevó fuera una amorosa patada del pervertido" dijo otro de los mugiwara, un chico de unos 20 años con el pelo plateado embozado en una gran capa negra. Nadie respondió a su brutal afirmación, todos estaban ya acostumbrados a su forma de ser de disparar y luego preguntar.
"Como sea, siempre supuse que eras gay" concluyó Zoro con una sonrisa aún mayor y más cruel. Sanji rodeó su cuerpo de fuego y le miró con odio, listo para saltar sobre él.
"A callar, marimo estúpido" contestó, para después ver a su peli negra y calmarse al momento, mientras comenzaba a dar vueltas alrededor de la hoguera con corazones en vez de ojos "Además, aún me queda mi Robiiiin chwaaaaan" gritó, mientras alzaba los brazos al aire. Pero para su sorpresa y horror, la peli negra apoyó su cabeza en el hombro del peli verde, que puso una cara que parecía incluso de cariño.
"Yo no estaría tan segura de eso, querido Sanji" respondió ella con los ojos cerrados, mientras Zoro la pasaba un brazo por los hombros y la abrazaba.
Sanji cayó al suelo fulminado, con el corazón roto en pedazos.
"Debí haberme quedado con la familia Charlotte" murmuró mientras ríos de lágrimas corrían por sus mejillas.
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Luffy no necesitaba usar su haki de observación para encontrar a la amante de las mandarinas. Estaba tan unido a ella, que podía encontrarla a través de ese vínculo. Estaba sentada en unas la arena de la playa, iluminada por la luna y las luces del gran campamento mugiwara que se alzaba tras ellos. Se sentó junto a ella y observó cómo seguía llorando.
"Le prometí al tipo del molinillo que no permitiría que perdieras tu sonrisa, Nami. No quiero verte así, y menos aún si es por mí" dijo en voz baja y suave. Ella lejos de calmarse redobló el llanto mientras se tiraba a sus brazos y enterraba la cara en la cicatriz de su pecho.
"No quiero perderte, no podría seguir adelante… no puedo soportar cómo te pones una y otra vez en peligro" sollozaba ella, mientras Luffy la acariciaba el pelo y miraba la inmensidad del mar.
"No puedes no seguir adelante, Nami. Pase lo que pase, tienes nakamas, familia y un sueño que cumplir. Soy un capitán pirata con una recompensa de 700 millones por su cabeza. No puedo prometerte que vaya a vivir para siempre. Pero sabes cómo de fuerte soy, y haré siempre lo imposible para volver a tu lado. Yo solo sé proteger a mis nakamas, igual que tú sabes llevarnos a islas donde vivir nuevas aventuras. Ya lo dije una vez, no sé mentir, ni navegar, ni combatir con una espada. Tampoco sé cocinar, ni tocar música ni construir cosas. Yo sólo sé dar todo lo que hay en mí para proteger a mis nakamas y cumplir mi sueño. Si en ese camino llega mi hora, no me arrepentiré. Porque cumpla o no el sueño de mi infancia, yo ya he cumplido el sueño que jamás pude imaginar que podría tener" dijo el Capitán de los mugiwara. Nami, sin separarse de sus brazos alzó un poco su vista para ver su cara. Estaba sorprendida por la súbita madurez de su compañero.
"Nunca me hablaste de eso sueño Luffy... ¿cuál es?" preguntó ella.
"Tú" fue la simple respuesta del peli negro.
A ella se le llenaron de nuevo los ojos de lágrimas mientras se lanzaba sobre él para besarlo con pasión. Cuando se separaron, Luffy estaba tumbado en la arena de la playa con ella estaba sentada sobre él, que la tenía agarrada por la cintura.
"Tienes tus momentos… no muchos, la verdad. Pero sabes cómo cautivar a una chica" dijo ella, mientras se volvía a abrazar a él. Las palabras sobraban ya. Estaban vivos, eso era lo importante. Mañana sería otro día, pero esa noche lo único que importaba era que estaban vivos.
"Sabe una cosa capitán… se me ocurren un par de actividades que podríamos hacer en esta solitaria playa…" dijo ella con un tono de voz sugerente y sensual
"¿Como comer? ¿Mi actividad favorita?" preguntó el idiota de Luffy. Adiós al momento. Pero Nami se había enamorado también de esa inocencia y estupidez del peli negro.
"No… no hablo de comer" contestó, mientras reanudaba la sesión de besos y comenzaba a bajar sus manos hacia el pantalón del peli negro.
Definitivamente, el capitán mugiwara no andaba tan desencaminado en que la actividad que realizaron esa noche fuera su actividad favorita. O por lo menos, a partir de esa noche se convirtió en su favorita.
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Éste es el último one shoot que escribiré antes de empezar la historia de verdad que tengo pensada para One Piece. Si alguien se pregunta quién es el tipo de pelo plateado, os dejaré por el momento con la duda. Sí, es un nuevo personaje made in Altyack, igual que Jack en Fairy Tail. Qué queréis que os diga, me gusta introducir personajes nuevos para poder completar mis historias, es una manía de escritor.
Luffy y Nami, esa pareja que no es una pareja pero que parecen realmente un matrimonio desde hace años.
Y sí, pobre Sanji. Si algo tenemos en común el grandioso Oda sensei y yo es nuestro deseo común de putear todo lo posible al rubio, y el intentar crear las historias más increíbles, largas y bien organizadas posibles. Por supuesto, yo solo le llego a la suela de los zapatos a tan grande visionario.
Como siempre, espero vuestras opiniones, consejos y críticas.
