Un hombre del pasado

Capítulo I

Yo vivía con recuerdos en mi mente que no sabía si eran reales o no: ese hombre, el hombre de mi vida: Él murió. Pero ¿Fue real? Lo sentía demasiado real, eran recuerdos que vivían en mi mente tan frescos que parecían haber ocurrido hacía poco, pero admitir que todo eso existió era confirmar que estaba loca.

Faramir era su nombre, murió en batalla y su hermano Boromir fue quien me llevó la noticia una triste tarde lluviosa, allá a la casa en Ithilien donde vivíamos juntos. Lo recordaba muy bien, ese día, las sensaciones, los olores, y todo el dolor. Pero ¿Fue real?.

Faramir, hijo menor de Finduilas y Denethor II, sufrió mucho por ser el segundo hijo del Señor de Gondor, porque al morir su madre Denethor se ensombreció y renegó mucho de él por ser tan parecido a la esposa que tanto amó. Ante un hermano mayor y fuerte en la batalla, Faramir era discriminado y estaba relegado a ese segundo lugar por no ser el heredero primogénito y no poseer las cualidades de su hermano Boromir. Pero Faramir sí poseía muchas cualidades, una nobleza única pues la sangre de Númenor corría casi pura por sus venas, tenía un corazón incorruptible y otras cosas que su padre.

Cuando yo llegué a aquel mundo era una extraña y moriría si no fuera por él que me amó desde el primer momento con ese corazón lleno de bondad y humildad. Yo no sabía dónde estaba, qué mundo, qué país y qué ciudad era ésa. Era aterrador, habían muchas guerras y monstruos horribles, y las mujeres y hombres tenían cada uno su lugar específico y en ninguno me encontraba yo… Era sin duda una rareza y Faramir, el capitán que me encontró vagando por un bosque y me encarceló, fue amable como todo un caballero de ensueños, y se interesó muchísimo en mí cuando todos los demás querían matarme porque me tenía miedo y creían que yo era una hechicera, una criatura de Melkor.

Faramir tenía el don de ver más allá, de niño había estudiado junto con un mago llamado Gandalf, quien le había dado más amor y apoyo que su propio padre, y eso lo hizo ganarse el nombre de "Pupilo de mago". Él no se dejó llevar por el miedo a lo desconocido, ni por los prejuicios de la gente, él supo escucharme y me trató como un igual, no como hombre ni como capitán, pues él sabía lo que era ser un marginado y tenía la mente muy abierta y avanzada para su época.


El joven capitán de Gondor había encontrado a una mujer desconocida perdida en sus tierras, y aquella mujer era fascinante porque nunca antes había conocido nadie así excepto Gandalf. La mujer era una prueba viviente de que habían más misterios en el mundo que lo que las antiguas razas y sabios elfos podían saber, algo que él mismo había estado intuyendo desde hacía mucho tiempo pero que no lograba comprobar. Faramir la salvó de la muerte y la protegió, y entabló una amistad con ella y juntos aprendieron cosas fascinantes: él sobre un mundo extraño lleno de "tecnología y ciencia" y ella sobre un mundo mágico que aún era insondable. Y el amor nació, la extranjera le había dado lo que nunca tuvo: amor, y por eso valía la pena luchar. Faramir creyó que sería al fin feliz, su amiga estaba aprendiendo todo de su país y las artes en la guerra, enamorándolo aún más, hasta que Denethor II, hijo de Ecthelion, viendo a la extranjera convertirse en una soldado de Gondor digna y única, la quiso para su hermano que recién había enviudado y debía casarse otra vez.


Boromir amó mucho a su esposa pero empezó a interesarse en mí en medio de su dolor, y ante eso yo no tenía manera de escapar. Me había convertido en una mujer de Gondor por Faramir, para ser parte de aquel nuevo mundo al que había sido arrojada, y ahora me había tendido el destino esa trampa.

Desolado, Faramir tampoco tenía opción, pero decide romper todas las reglas y rescatarme. Esa noche asustada lo vi llegar furtivamente y me secuestra del castillo de Minas Tirith días antes de la boda para llevarme con él en una travesía peligrosa y llena de orcos enemigos de hombres, elfos y enanos, que él debía enfrentar. Pero todo eso lo enfrentamos los dos con valor para poder ser felices juntos.

Nunca antes Faramir había desafiado tantas cosas, lo hizo por amor y para proteger a la mujer que lo amaba.

Ocultos nos casamos en Bree y allí en una cálida y pintoresca posada al fin somos felices y viviríamos en Bree ocultos del Señor de Gondor.

Pero Boromir nos encuentra un día y ya casados, así que él lo acepta -porque en realidad Boromir era bueno de corazón- y convence a su padre que acepte el matrimonio y deje a Faramir vivir en paz.

Denethor ante todas las hazañas de su desdichado hijo menor reconoce su error y queriendo redimirse le otorga el principado de Ithilien y allí nos mudamos los dos, a los encantadores jardines de Ithilien, donde vivimos el amor más hermoso.

Hasta que llegó la guerra contra los balrogs más terribles de Melkor que amenazaban Gondor… y mi Faramir es arrebatado de mis brazos...

Nunca me recuperé. Faramir poblaba todos mis sueños, reales o irreales.


¿Fue Faramir un sueño? ¿Lo que vivimos fue una realidad o fue un sueño? Yo lo sentí real y aún percibo su olor y todas las sensaciones de aquellas tierras. Después de su muerte no supe de mí y aquí estaba en Caracas del siglo XXI otra vez, y no supe si había viajado a aquel mundo, y si aquel mundo existía, o si por el contrario, era éste el irreal. Pero no quería volver a la Tierra Media porque allá Faramir estaba muerto y a mí no me quedaba otra cosa que casarme con su hermano Boromir.

No, no quería a otro hombre de ninguna manera, yo ya había tenido el amor de mi vida: Faramir de la Tierra Media, donde quiera que hubiera existido.

Una noche mi corazón se paralizó cuando estando en un hotel citadino de paso, veo a un hombre cruzar el lobby, extranjero y de elegante porte... mi corazón dio un vuelco ¡Era igual a Faramir! Pero su cabello rubio estaba corto y en vez del uniforme Gondoriano de batalla o aquellas ropas medievales, él estaba vestido de elegante traje casual oscuro, muy Europeo... pero aquel hombre me impactó porque era mi Faramir en la realidad, en este mundo, en esta época ¿Cómo era posible que yo hubiera soñado con un hombre que existía en la realidad?

Ahora estaba más confundida que antes.

Aquel hombre pasó y se perdió por las escaleras. Y no creí que pasara de allí y yo no hice nada pues debía irme del hotel esa noche; aquel misterioso extranjero tenía su vida y yo nunca más lo volvería a ver.