Mi inverso
Todos creíamos que era un mundo de fantasía, que la mitología solo se creó para creer en algo o alguien. Pero:
¿Qué si en realidad existieran?
Tal vez viven algunos seres mitológicos entre nosotros sin siquiera darnos cuenta, alguien con un poder sobre natural, con una gran especialidad, con el poder de quitar y devolver la vida… al menos, yo lo pensaría dos veces.
El principio
Jötunheim: Mundo de los gigantes (965 d.C.)
Laufey se había enterado de que su hijo Býleistr y su nuera estarían en una guerra, y que Farbauti, su esposa, estaría a cargo de Hela y Fenrir, sus nietos, pero, el presentía algo, y era bastante malo.
Tiempo después supo que tenía razón, pues su hijo y su nuera habían ganado sus guerras, pero su hijo no había sobrevivido, ya no tenía herederos, y sus nietos eran muy pequeños para gobernar cuando Laufey se los indicara.
Lo extrañarán –dijo Farbauti mientras entraba al salón principal, mientras se acercaba a su esposo.
¿Y ahora? –dijo el jötunn, por primera vez, no sabía qué hacer.
Son nuestros nietos –dijo Farbauti –nosotros los criaremos y cuidaremos de ellos –lo miró –ellos sabrán lo que le pasó a su padre, sabrán que ha muerto con honor –le dijo firme.
Será lo mejor.
Sí… -guardó silencio un momento –no encuentran el cuerpo de su madre, pero nuestro hijo…su cuerpo… o lo que queda de él –murmuró –ya vienen en camino –soltó un sollozo, Laufey bajó de su trono y calmó a su reina, odiaba verla así, pero no provocaría otra guerra, era astuto, no tonto.
Que barbarie.
Iré con los pequeños, hay mucho que deberán aprender.
Farbauti –dijo Laufey mientras caminaban hacia la habitación de sus nietos – ¡son muy pequeños!, espera a que crezcan, no aprenderán mucho a esta edad.
No deberías retarme.
Farbauti, Hela tiene poco en este mundo, Fenrir apenas lleva dos años, ese lobillo es a quien si le deberías educar.
Haremos lo mejor nosotros dos, aquí se entrenarán en todo, derramaran fuerza y sabiduría esas dos crías.
Hela, Fenrir, espero que ya tengan todo listo –dijo Farbauti.
¿A dónde vamos, abuela? –pregunto el niño.
A Midgard, viviremos ahí un tiempo.
¿Por qué? –preguntó Hela.
Por qué es necesario, estaremos primero en Grecia –dijo la reina apurada por llevar a sus nietos a un lugar seguro.
¿Pasa algo malo? –volvió a preguntar, Hela era una niña bastante inteligente y curiosa, le gustaba saberlo todo, y era obvio que no se enteraría de nada bueno.
Sí, mis pequeños… el ejército asgardiano viene en camino –le dijo mientras subían a la carrosa, pues se dirigían a un portal que los llevaría a Midgard.
¿Estamos en guerra? –pregunto Fenrir, tendrá ya siete años, pero, sus dotes de guerrero ya salen a flote.
Sí, amor, trata de mantener esta forma, evita convertirte en un lobillo travieso –le dijo su abuela, que ellos en realidad la consideraban su madre.
¿El abuelo morirá? –exclamó Hela, pero calló al ver a su abuelo llegar con ellos, cargó a su nieta y secó sus lágrimas – ¿vendrás con nosotros?
No, pequeña –contestó.
¿Morirás? –preguntó de nuevo la niña.
No, hace años hicimos las paces, algo más sucede… y, si muriera, aun así seguiríamos viéndonos.
¡Laufey! –lo reprimió Farbauti, pues su nieta aún no lo debe saber.
Ya saben que pueden venir cuando quieran, pero no en estos tiempos, yo les avisaré –bajó a Hela y se despidió de su familia –nos vemos pronto.
Capítulo 1
Hela.
Hoy me he preparado para visitar a mi familia en Jötunheim, pues he pasado un largo día aquí en Midgard, o como la llaman los humanos, "La Tierra". Recuerdo bien las palabras de mi abuela el primer día que estuvimos aquí, en esos tiempos constructores de Grecia y mucho después a los medievales en Inglaterra, no en estos modernos 2011: "a partir de ahora sus vidas cambiaran, estudiaran y se especializaran en lo que quieran, tendrán una buena vida aquí, hasta que la guerra pase, ustedes decidirán donde vivir". Para ese entonces éramos pequeños mi hermano y yo, desde nuestra mansión, lo vimos todo evolucionar hasta ahora, mi hermano se fue al clan de los licántropos cuando cumplió los quince, aunque parecía de dieciocho, yo iba diario con él y con sus amigos, a pesar de que a la abuela no le gustara, ahí conocí a actuales amigos y amigas. En un febrero de 1970, yo seguía con dieciocho y él con veinte cuando se casó con Lilia, una valquiria, eso fue hace cuarenta y un años, pero para nosotros son muy pocos, pues yo me mantengo en la edad de veinticinco desde hace treintaicuatro, dirigiendo un empresa desde treinta y tres. Una de las más importantes, que hasta ahora, me muestro para poder dirigirla yo misma, pues mi magia me ha ayudado a que nadie sospeche, creando copias mías viejas y jóvenes, ahora, yo soy la última "heredera" de mi propio negocio, pues se ha fingido la muerte de mis supuestos familiares para quedarme del todo con la empresa. Llegué a "La Villa O Donell", mi hogar, baje de mi auto y entré hasta mi habitación, a mi closet, ahí nadie vería a donde iría, ajusté mi brazalete de oro de mi muñeca derecha, ese me guarda todo, pero hace años que no lo uso, abrí la palma de mi mano y mi ropa cambio a pantalones y botas negros de piel ajustados, a un saco café y a una bufanda al tono, solté mi cabellera larga, mi abuela siempre la peinaba, "una cabellera tan oscura como las noches de tu mundo y tan larga como lo serán nuestras vidas".
Llegué a Jötunheim, reino de los gigantes de hielo, siempre aparezco en mi alcoba (si así se puede llamar) gracias al frio. Salí de ella, todos los guardias gigantes están alerta.
Señorita Hela, bienvenida –me dijo uno de los gigantes.
Gracias –respondí y me encaminé hacia el trono de Laufey.
Hela –dijo mi padre, en cuanto entre, algunos jötunn salieron, me acerqué a mi padre, el cual me abrasó, orgulloso de mí, aunque sé que algo en mi le extrañó –al fin que llegas.
Sí… ¿A dónde fueron? –pregunté por los jötunn.
Van de camino a Asgard, tardarán –sonrió dichoso.
¿Para qué? –le pregunté con un tono algo molesto.
Para recuperar lo que es nuestro, hija mía –dijo.
¿Piensas causar otra guerra? –exclamé – ¿¡no te es suficiente con la última que hubo!? –las puntas de mi cabello empiezan a arder, esto estará mal, la cara de Laufey me lo dice.
No tienes permitido hablarme así –me dijo ya enojado –además, ¡tú, como reina de la muerte eres quien más tiene sed de sangre!
¡Padre, yo me he controlado todos estos malditos años!
¡Basta, Hela! No discutiré contigo, dudo mucho causar una guerra, seremos cuidadosos, todo Asgard está en el castillo de Odín, hoy nombrarán a su nuevo rey, así como yo lo tengo que hacer lo más pronto posible… pero, no será Fenrir –me dio la espalda.
¿Qué? –murmuré.
Serás tú, Fenrir es igual que el hijo de Odín, egoísta, piensa como guerrero, pero no como un rey –calló por bastante tiempo, algo presiente, lo único que se escuchaba era el frio viento arrastrando la nieve fuera del lugar –en cambio tú –dijo al fin –eres todo lo que Jötunheim debe tener, serás la reina perfecta –me miró – ¡Hela Laufeyson –exclamó –diosa de la muerte, reina de Jötunheim!
La única vez que lloré fue cuando pensé que Laufey moriría en una guerra que fue años, de ahí en adelante, nunca, pero ahora en serio tengo ganas de hacerlo y de coraje, me controlo y lo miró a los ojos.
No –digo.
¿¡Qué!? –gritó.
No lo haré, padre.
Estas cometiendo un gran error, Hela.
¿¡Cómo rayos piensas que voy a dirigirlos!? –grité hecha una furia.
Te nombraré reina de Jötunheim ahora mismo, tú sabrás como dirigirlos, o… yo te ayudaré si no quieres hacerlo tú, pero debes de tener ya este trono, Hela –me quedé callada por un buen tiempo ahora yo, hasta que decidí hablar.
Bien –dije.
Perfección es lo que tengo delante de mí –dijo –cambia tu atuendo, te llamaré cuando los tenga a todos reunidos.
¿Fenrir lo sabe?
Sí –contestó.
¿Cómo lo ha tomado?
De la peor manera, eso fue hace años, cuando descubrimos que eres la más poderosa de los dos, aún está un poco molesto, pero lo prefiere, no quiere dejar huérfanos a sus hijos y viuda a su esposa.
No quiere repetir la historia –dije, salí del lugar, caminé por todos los fríos pasillos hasta llegar a mi alcoba, cerré de un portazo la puerta, tomé una ducha en agua helada, al salir cambié mi atuendo común por el de batalla, cuero, hielo y hierro combinados, por todo el metal y el hielo hay figuras, creo que a esto le dicen serigrafía en Midgard, o algo así, tomé mi casco con cuernos, apenas me la iba a poner, justo cuando alguien tocó la puerta, la abrí, es Laden, un jötunn.
Señorita, la solicitan en el salón principal –dijo.
Gracias –cerré de nuevo la puerta, él se ve más feliz que yo, debería darle mi puesto, me puse mi casco, tomé mi bastón de hielo, la bola de cristal brilla de azul a rojo, mis humos no van a dar nada bueno. Trato de tranquilizarme hasta que la esfera se vuelve completamente azul, salí de la habitación, llegué a la sala principal, abrieron las puertas, al entrar, todos comenzaron a gritar mi nombre, caminé con demasiada tranquilidad por el pasillo, sonreía muy poco, mi padre, Laufey, se encontraba parado frente a su trono, con su sonrisa blanca y sus ojos brillando orgullosos, Farbauti está de pie a su derecha, al igual que Fenrir y mi madre, llegué hasta Laufey, me hinqué y me quité el casco.
Tú, hija de Býleistr, nieta de Laufey, estas aquí por tu honor, tu inteligencia, tu belleza, y tu fuerza –acercó sus manos a mi cabeza –porque yo, Laufey, te proclamo ¡reina de Jötunheim! –exclamó, sus manos comenzaron a crear una diadema (o corona) de hielo sobré mi cabellera negra, me puse de pie – ¡he aquí –dijo –Hela, reina de Niflheim y Jötunheim! –gritó lo último, todos comenzaron a aplaudir, después de eso siguió la cena, donde estaban todos, felicitándome aun.
Te felicito, hermanita –me dijo Fenrir.
Gracias –le dije, sin ganas.
Hija, trata de aceptarlo –dijo mi madre, mi abuela me hiso una de sus miraditas, indicándome mi propio control.
¡Mi reina! –gritó un jötunn abriendo las puertas –han asesinado a tres en Asgard –dijo, miré a Laufey –pero hay algo más.
¿Y qué es? –preguntó bastante molesto Laufey.
Odín, quiere verla.
¿¡Qué!? –gritó mi padre.
Tranquilo –dije –está bien, iré.
Yo me ofrezco a acompañarla –dijo el jötunn en la puerta.
Sí –le dije, Laufey indicó a uno más y salimos de Jötunheim, llegamos al Bifröst, por petición de Odín.
Bienvenida a Asgard, Hela –dijo Heimdall, el cuidador de tal lugar.
Debería de hablarle con respeto a la reina de Jötunheim.
Tranquilos… gracias, Heimdall –los jötunn me miraron extraño, pero lo dejé pasar, mientras caminábamos por el puente, me deshice de mi corona, al llegar al jardín de cerezos en la entrada del castillo detuvieron a mis guardias, dejé que se fueran, tenían que, pues esto es privado y nadie debe saber que puedo hablar sin provocar guerra con Odín. Seis guardias me acompañaron hasta entrar en el castillo, hasta detenernos frente a un trono vacío, Frigga me saludó amable, habló un poco de mi madre, su amiga, entrando Odín, ella se retiró, dejando en la puerta a mis espaldas a solo dos guardias cuidándola.
Señorita Hela –saludó mientras se sentaba en su trono de oro –pensé que no vendría.
Tenía que, en fin, no había nada mejor.
Supongo que no, no con Laufey.
¿Para qué solicitó que viniera? –pregunté.
¿Para qué? –ríe – me gustaría saber ¿por qué habían algunos jötunn aquí? –me miró firme, como si creyera que su mirada pudiera intimidarme.
Supongo que por planes del r… –ya no es rey –de Laufey –dije.
¿Del rey Laufey? –se acercó a mí.
Él ya… ya no es rey –dije casi en un susurro.
¿En serio? –hiso que sus guardias salieran, ahora estamos solos –sé que, contigo, no me arriesgo a morir –dijo –¿Quién es el nuevo rey? –preguntó.
No es necesario hablar de esto.
Debo saber si me causaran más problemas y quién será… ¿Es Fenrir?
No.
¿Entonces?
Soy yo.
Eso es perfecto, ya no habrán problemas entonces –sonrió, al fondo vi llegar a un chico alto, rubio y fornido, con armadura azul y plata, y una capa roja, a su lado iba uno casi igual de alto, no tan fornido, pero buen físico, de cabello negro, tez pálida y con ropa verde y negra, ellos me miraron curiosos, dejé de verlos y le di la espalda a Odín, pues los chicos sí que me observan.
Tal vez, no te confíes tanto, yo no estaré dirigiendo del todo –lo miré de nuevo, los chicos siguen ahí.
Es extraño, pero, como reina, ¡debes de dirigir solo tú!
Él será mi mentor, por petición suya, a mí solo me han nombrado reina por necesidades que desconocemos.
Es absurdo –dijo.
¡Para mí no es ningún gusto, Odín! –exclamé con voz firme apuntándome con mi índice.
Muy bien, tranquila… ¿estarás viviendo en Midgard?
Sí.
Bueno, espero que no tengas problemas, eres muy buen aliado, no quiero perder eso –dijo mientras me retiraba del lugar.
Odín, si ocurre algo, házmelo saber, pero ten en cuenta que no fue mi plan, nadie llegará ni a Asgard ni a Jötunheim sin permisos –cerré con el aire más frio que pude las puertas del lugar, llegué a Jötunheim, el lugar está oscuro, está solo, me fui hasta las profundidades del castillo, hasta mi alcoba, Laufey se ha quedado en el trono junto con casi todos los jötunn, me recosté en mi cama y traté de relajarme.
Pero la incomodidad de que algo no está bien, minutos después me inquieta y me encamino al lugar.
Ustedes han venido muy lejos a morir, asgardianos –escuché la voz de Laufey.
¡Soy Thor, el hijo de Odín! –me acerqué más rápido al lugar.
Sabemos quién eres –le dijo mi padre.
¿¡Cómo es que tus monstruos entraron a Asgard!? –preguntó de nuevo, mierda, sabía que abrían problemas, llegué al lugar y subí a una roca para ver el acto, ahí están de nuevo esos chicos.
En la casa de Odín… hay muchos traidores –dijo Laufey, sin dejar de ver al chico de verde.
¡No deshonres en nombre de mi padre con tus mentiras! –gritó el rubio.
¡Tu padre es un asesino y un ladrón! –dijo mi padre poniéndose bruscamente de pie – ¿y por qué han venido? ¿a buscar de nuevo la paz? –dijo irónico –lo que quieres es guerra, la buscas y no eres más que un muchacho tratando de demostrar que es un hombre.
Este muchacho ha crecido, y se cansó de las burlas –dijo Thor, todos los jötunn comenzaron a ponerse en armas, el chico de verde se le acercó y le murmuró algo, el rubio le respondió.
No sabes lo que desatarían tus acciones –le dijo Laufey –yo lo sé –miró de nuevo con ojos tristes al chico de verde –váyanse, mientras aun lo permito –se acercó a ellos, demostrando que es bastante alto.
Aceptaremos, su misericordiosa oferta –dijo el chico, el rubio lo miró con coraje mientras daba la vuelta.
Mejor vete, princesita –le dijo Laufey, el rubio giró, lanzando a mi padre con su martillo, riéndose por ello, los jötunn se abalanzaron contra ellos, yo llegué rápido con mi padre.
¿Estás bien? –le pregunté.
Sí, pelea, Hela –me dijo, me doble las mangas y obedecí por primera vez.
¡Me gustan los retos! –gritó el rubio mientras golpeaba a más, están muriendo demasiados, Laden, uno de los mejores, le saltó encima, cada golpe y el chico ríe, logró derrotarlo, otro iba a tumbar al chico de verde por un barranco, pero este desapareció y el jötunn cayó, cambió de posición, uno casi mata a otro de nosotros, pero este tomó la mano del pelinegro, un impulso por defenderlo me saltó, pero este también tomó mi antebrazo, haciendo que la piel del chico y la mía se quebrara como porcelana, cambiándonos de color azul, quedé frente a él, hay pánico en sus ojos, en los míos ha de haber lo mismo. Me fui, lo dejé para después, me acerqué a pelear con el rubio.
¿Una dama? –se quedó mirándome –yo te recuerdo –me señaló y pronto un jötunn lo tacleó, a uno de ellos lo atravesaron con hielo, decidiendo ya su retirada, me escabullí, mi padre ha invocado a su mascota, descongelándola, gracias a ese rubio que no se rinde, llegué hasta la bestia y la monte sin ningún problema ya conociéndome, comenzó a perseguir a los otros guerreros, tratando de atraparlos, cambió de lugar, caminando por las cueva, destruyendo el hielo a su paso, saltó, capturándolos en la orilla de la ruina, gruñendo, alzó sus garras, preparándose para un festín.
¡Mierda! –tuve que saltar de él, pues algo atravesó su cabeza, me posicioné de lado de mi padre, miré furiosa al rubio, todos se acercan y los miran furiosos, justo cuando los iban a matar, el arcoíris se abrió, haciendo aparecer a Odín con su caballo negro.
¡Padre, terminémoslo juntos! –gritó el rubio.
Silencio –le dijo Odín en un tono bastante espeluznante, Laufey se acercó a él creando un pequeño puente de hielo.
Padre de todo –le dijo –te ves cansado.
Laufey –dijo Odín –concluye esto ahora.
Tu muchacho lo ha iniciado.
Hay razón, son las acciones de un muchacho, trátalas como son, tú y yo terminemos esto.
¿Padre? –lo llamé, todos me miraron, el solo alzó su mano, haciendo que me detenga.
Evitemos que corra sangre –le dijo Odín.
Hemos pasado la diplomacia, padre de todo… tendrá lo que vino a buscar… guerra y muerte.
Tú lo pediste… pero ella –me señaló –irá con nosotros –le dijo Odín, Laufey trató de matarlo, pero esté alzó su mano y abrió el Bifröst, llegando comenzó una discusión, la cual no me dejó hablar.
¿¡Por qué nos trajiste!? –gritó el rubio.
¿¡No ves lo que has hecho, lo que iniciaste!? –le gritó Odín.
¡Estaba protegiendo mi hogar!
¡No puedes proteger ni a tus amigos! ¿Cómo quieres proteger a un reino? ¡Al cuarto de sanación, ahora!
¡Esto es cobardía! –gritó el rubio –los jötunn deben de aprender a temerme como una vez te temieron –traté de hablar, pero no sería lo correcto, el chico de verde se ha quedado parado, sigue en shock, los demás se han ido, y yo solo veo aburrida esta incómoda situación, hice un banco de hielo y me senté.
¡Escúchate, Thor! –dijo Odín –son el orgullo y la vanidad hablando… necesitas paciencia.
Mientras tú estás con tu paciencia, son los nueve mundos burlándose de nosotros, ¡eres anticuado y das tus discursos de moral mientras Asgard se desploma!
¡Eres un banal, arrogante, cruel y ambicioso! –cada vez suben más el tono, lo cual incomoda.
¡Tú eres un anciano infeliz y acabado! –le gritó Thor, haciendo que la impresión y el silencio llenaran la sala, deshice mi banco y me puse de pie, mi armadura sigue puesta, espero que no piensen mal.
Sí –dijo Odín –solo fui un tonto –murmuró –al creer que estabas listo…
Padre –interrumpió el chico de verde.
¡Eh! –le gritó, haciendo que se quedara en su lugar –Thor, el hijo de Odín has traicionado el mandato expreso de tu rey –comencé a caminar hacia la salida, pues esto no me incumbe – ¡Alto ahí! –gritó, solo me quedé en la entrada –por tu arrogancia y estupidez –continuó con Thor – has llevado la paz al horror ¡y la desolación de la guerra! –colocó su bastón sobre el centro, encendiendo el Bifröst, esto no terminará bien, comenzó a desarmar a Thor, lo último que escuché, fue su destierro, el otro chico solo miró impresionado el acto de Odín.
¿Por qué me has traído aquí? –pregunté, el chico no deja de mirarme, yo lo miré mal y volví a mirar a Odín.
¿Hay muchas cosas que explicar? Debemos hablar, esto no se arreglará solo –salimos los tres del lugar, el sol pega bastante, saqué mis lentes de sol y me los puse, Odín sonrió –te han pegado sus costumbres.
Solo un poco –le dije, al llegar al castillo, el chico se fue a una habitación y de nuevo me he quedado sola con Odín.
Esto será lo que pasará, trataras de mantener tranquilos a los de tu mundo, aún no puede haber una guerra ¿entendido? –me miró.
¿Me estás mandando? –lo miré.
Perdón, te lo pido de favor –sonrió –pero no me señales con eso ojos de hielo.
Odín… ¿Qué pasará con el chico?
Debe aprender a ser todo lo que no es –dijo firme.
Thor, no me interesa, hablo del pelinegro.
Hablas de tu versión masculina.
¿Perdón?
No importa.
Es tu decisión –comenzamos a caminar.
Te llevaré con los demás, convéncelos de que todo estará bien, te presentaré, y, conoce al "pelinegro", tal vez y consiga amigos.
A mí tampoco me gusta hacer amigos y lo sabes –dije, él abrió una puerta.
¿¡Quién le dijo al guardia!? –gritó un pelirrojo, calló al ver a Odín.
Muchachos –dijo Odín –ella estará trabajando con ustedes en esto –les dijo, los chicos no dejan de mirarme, pasan desde mis cuernos hasta mis botas altas de piel y la chica, me mira mal –quiero que se conozcan, es aliada a nosotros.
Ya te he visto –se levantó la chica –tu saltaste del monstruo que mató Thor –dijo molesta.
Y aún no lo perdono por eso –le dije de mala gana, volvió a sentarse.
Los dejaré solos, traten de no matarse –dijo Odín y salió de la alcoba, yo me senté en uno de los sillones, el rubio se levantó por algo y luego se sentó a mi lado, quejándose de sus heridas.
¿Entonces? –preguntó el pelirrojo.
Yo se lo dije –dijo el pelinegro.
¿Por qué?
No debimos ir a Jötunheim, salvé nuestras vidas –le contestó tranquilo –no pensé que lo desterrarían.
Loki –le dijo la chica –debes ir con el padre de todo y hacer que cambie de opinión.
¿Y si lo hago qué? Quiero a Thor más que ninguno de ustedes pero ya saben cómo es –el chico salió de la habitación.
Puede hablar bien de Asgard, pero Loki siempre ha tenido celos de Thor –dijo la chica.
Salvó nuestras vidas –dijo el pelirrojo.
Laufey dijo, que habían traidores en la casa de Odín –dijo un asiático –este maestro pudo haber traído a tres jötunn a Asgard.
Loki siempre disfruta hacer bromas, pero hablas de algo muy diferente –le dijo chico a mi lado.
Y tú, Lady ¿Cómo nos ayudaras? –dijo el rubio -¿Quién eres?
Mi nombre es Hela.
¿Y exactamente a que te trajo Odín? –preguntó la chica.
Ah, claro, seré breve –me puse de pie –entraran en guerra con Jötunheim, eso es seguro, pero yo, trataré de hacer que se retrase un poco… eso, es todo lo que deben saber –dije y salí del lugar, necesito ver al pelinegro, esfumándome, llegué hasta donde él, está tomando el cofre de Laufey.
¿Te diviertes?
¿Quítate los lentes? Quiero ver tu rostro… es una orden.
Ni siquiera estando en tu mundo puedes mandarme.
¡Alto! –gritó Odín, yo solo me fui al fondo del muro.
¿Estoy maldito?
No.
¿Qué es lo que soy?
Eres mi hijo.
¿Algo más que eso? El cofre no fue lo único que tomaste ese día ¿verdad?... ¿y quién es esa chica?
Ese día fui al templo, encontré a un pequeño, abandonado para morir, no se lo merecía… el hijo de Laufey.
¿El hijo de Laufey? Esa chica le dijo padre… ¿es mi hermana?
Si, y no, no hay conexión alguna entre ustedes, solo el mismo lugar de nacimiento.
¿Por qué? Estabas bañado en su sangre ¿por qué me llevaste? –Odín lo miraba y no hablaba – ¡dime!
Pensé que algún día podríamos llegar a la paz, y fue a través de ti, pero ya no importa.
¡Entonces soy otra de tus reliquias robadas!
No cambies el tema
Pudiste decírmelo desde un principio ¿por qué no hiciste eso?
Eres mi hijo, quería salvarte de la verdad
¿Por qué? ¿por qué soy el monstruo con el que asustan a sus hijos? ¡ahora todo tiene sentido, por qué preferiste a Thor todos estos años, porque sin importar cuanto hiciera no podrías tener a un gigante de hielo en el trono de Asgard! –Odín cayó y yo salí de mi escondite, me incliné y lo revisé.
¿Qué has hecho? –le dije.
¡Guardias! –gritó –¡guardias, por favor ayuda! –los guardias llegaron y se lo llevaron, el chico se quedó ahí, conmigo.
Le ha dado un ataque al corazón –le dije.
Tienes lo mismo que yo… ¿Quién eres?
Lo sabrás cuando sea necesario…y espero que nunca lo sea.
En cuanto llegué a Jötunheim caminé hacia Laufey, tiene una extraña expresión, me mira y su rostro cambia, como si se disculpara.
Laden fue quien te tocó –dijo –trataste de defender al chico.
¿Qué soy?
No era de sorprenderse que tuvieses un lado jötunn, hija.
¿Por qué no me lo dijiste? ¡Ahora sí soy un monstruo completo!
De hecho, no era necesario, tantos años no nos dieron sospechas ni un día, lo extraño ocurrió hoy, y espero que no haya otra razón más que la familiar.
