Hola a todos, antes de empezar el fic, quería decir que esta es una idea que hace un tiempo rondando por mi cabeza. Ya que con todos mis años de lectura he visto buenos fanfiction de Naruto en versión femenina, pero ninguno de Sasuke en versión femenina. Por lo que decidí aventurarme en territorio desconocido XD. Aunque si conocen algún buen fic de este estilo estaría mas que agradecido que me lo recomienden...Sin mas espero que disfruten este prólogo y si veo que gusta, lo voy a continuar. Cualquier duda, critica, consejo y demás es bienvenido...
Prólogo
¿Realmente quieres protegerlos? — una pregunta fue dirigida a un chico de cabellos rubios con vestimenta de AMBU, su edad parecía rondar los doce años y no parecía estar en buen estado ya que por todo su cuerpo se podía ver heridas de distintos tipos. Como si acabase de pelear una batalla de vida o muerte. En cuanto al autor de esa pregunta…era totalmente desconocido, incluso para aquel joven quien en ese momento mantenía su mirada totalmente ida, enfocada en el grisáceo suelo que parecía extenderse hacia el infinito.
¿Por qué los proteges? ¿Por qué te traicionan? ¿Por qué te quieren tanto? ¿Por qué te odian tanto? ¿Por qué mueren? ¿Por qué viven? — miles de preguntas rondaban por su mente…preguntas para las cuales solo tenía una respuesta…"ni siquiera yo lo sé"
Kazumi… — Un nombre salió de su boca inconscientemente, como una especie de "protección" ante aquella situación que lo abrumaba, al punto en que amenazaba con romper su cordura. Así se llamaba su hermana, la mujer que mas amaba en el mundo, ya que nunca conoció a su madre, ella era lo más parecido a una y el estaba seguro de que daría su vida con tal de verla feliz. Por último, un nombre más salió de sus labios — Mirai.
Pero ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué aquel chico de nombre Naruto estaba en esa situación?...Todo se originó desde su nacimiento. Un nacimiento en el que nada ocurrió, ya que ese diez de octubre el zorro de las nueve colas nunca atacó la aldea. Desde el momento de su nacimiento nació como una persona normal, sin un ápice de chacra y con su madre Kushina Uzumaki dando su vida, a cambio de su nacimiento…una muerte por una vida. Un hecho que lo había condenado sin poder hacer nada al respecto.
A la tierna edad de seis años ningún niño en la aldea tenía preocupaciones más que ir a jugar a los ninjas en algún parque, o ir por el festival de máscaras que ese día se estaba celebrando en la calle principal. A diferencia de otros niños de su edad, Naruto no podía disfrutar plenamente de ese momento con sus amigos, ya que ese día su propio padre lo había despojado de su apellido y ya no podría vivir con su familia…ni siquiera sabía que iba a hacer a partir de ahora y sentía como una fuerte angustia lo comenzaba a carcomer de a poco…
En fin… ¡al mal tiempo buena cara! — exclamó el rubio citando la frase de su hermana que en esos momentos parecía estar en una importante misión. Acto seguido golpeó sus mejillas para espabilar y se forzó una falsa sonrisa en el espejo. Había decidido que disfrutaría ese día por más triste que fuese, después de todo habían mencionado que en esa feria presentarían una obra de teatro donde su superhéroe favorito aparecería para salvar el día, quizás eso le ayudaría a entretenerse un rato.
En el trayecto a su destino, Naruto no pudo encontrarse con ninguno de los amigos con los que solía jugar a los ninjas, parece que había llegado tarde al punto de encuentro, por lo que no pudo hacer más que largar un suspiro y encaminarse solo hacia el lugar en que parecía haber mucha gente, donde se supone que se montaría la obra de teatro.
Estaba a punto de trasladarse a esa posición, de no ser que por el rabillo del ojo notó que en lo que parecía ser un puesto de frutas, al lado de una caja una niña que parecía ser de su misma edad estaba de cuclillas y cubría su rostro con sus rodillas. Lo único que podía distinguir de ella, era su largo cabello negro, adornado con algunas trenzas y un kimono del mismo color que su cabello junto con decoraciones que eran flores de color celeste claro. El niño impulsado por la curiosidad se acercó a ella y ya enfrente, pensó con que palabras se iba a dirigir. Pero en lugar de eso se le ocurrió una mejor idea.
¡Padre! ¡Exijo una explicación! — exclamó cierta pelirroja en el despacho de lo que parecía ser el Hokage.
Lo que has escuchado — contestó el máximo ninja de Konoha totalmente calmado. Ya previendo la situación carraspeó su garganta y pensó detenidamente, antes de comenzar a exponer su punto— tu hermano tiene ciertas dificultades al no poseer chacra circulando por su cuerpo…sin contar con que directamente ni siquiera tiene el mínimo de las aptitudes esenciales que debería tener a su edad para ser un ninja. Por eso se ha decidido enviarlo a otra familia, ya que al estar en la nuestra se convertiría en un blanco fácil y por lo tanto en peso muerto…su propia presencia no causaría más que dificultades.
¿Tan fácil te deshaces de tu propio hijo? — Lejos de tranquilizarse, la mayor del casi extinto clan Uzumaki frunció mas su ceño, y elevo su vos para que la escuchase bien claro — escúchame padre, yo realmente te quiero…pero no puedo hacer caso omiso a esto…si tú piensas hacer eso, entonces yo misma me haré cargo de la situación y cuidare a Naruto…aunque tenga que hacerlo sola, después de todo yo siempre seguiré la voluntad de mi madre.
Tu madre no es más que un cadáver bajo un ataúd, no tiene sentido que sigas la voluntad de algo que no existe — contestó el siempre impasible Hokage, aunque en su vos se podía notar que habían tocado cierta fibra sensible. Como resultado recibió una bofetada de la pelirroja, quien estaba al borde de las lágrimas, pero lejos de parar el decidió continuar con sus verdades — a penas y tienes la edad suficiente para ver lo podrido que es este mundo…no puedo creer que seas tan ingenua, lo único que te espera al estar con él, es sufrimiento.
¡No hay ninguna manera de que estar al lado de mi hermano pequeño me cause sufrimiento! — tras las palabras de su padre, la Uzumaki estalló, aunque su padre no hizo nada por detenerla. Tan solo la observaba fijamente, esperando a que ella continuase con lo que tenía que decir…después de todo la decisión ya estaba tomada, no había marcha atrás.
Yo ya poseo el rango Chunin, por lo que oficialmente soy un adulto de esta aldea — La realidad era que a pesar de tener 11 años, ella era un prodigio que logró ese rango hacía un año. A su corta edad, solo como broma había logrado infiltrarse y robar unos cuantos pergaminos en una base ANBU sin ser detectada. Cuando su padre la descubrió, se le tomó un examen y se había decidido darle temporalmente ese rango junto a otro prodigio de su generación Itachi Uchiha, aunque este último era por otros motivos, ahora mismo ambos formaban parte de un mismo equipo — me da igual lo que tu o el consejo de ancianos diga, yo cuidare de Naruto y nada me lo va a impedir… ¡ahora mismo me encargaré de los trámites de emancipación y adopción!
Dicho esto se encaminó hacia la oficina donde se realizaban dichos trámites dando un portazo. Por otro lado, dejó a un pensativo Hokage y padre.
Realmente eres fuerte como tu madre — acto seguido dio un largo suspiro y se reclinó sobre su silla, mientras se rascaba la cabeza en señal de nerviosismo — desde que Kushina falleció, a penas y puedo ser el Hokage de esta aldea, ni siquiera soy digno de ser llamado padre…no soy nada más que escoria.
Volviendo con Naruto…
¿Se puede saber que te anda pasando? — preguntó un sonriente rubio, a la misteriosa niña, quien alzó la mirada, solo para encontrarse una manzana acaramelada y al niño en cuestión. Por lo que un poco desconfiada agarro el dulce y le dio una pequeña mordida. Al probarla un pequeño rubor apareció en sus mejillas, y acto seguido comenzó a devorarla más rápido aunque dando pequeños mordiscos, dando una impresión como si fuese una especie de ardilla. Ese fue un gesto en cierta manera le había parecido bastante tierno. De hecho, observándola más de cerca, aquella niña tenía un lindo rostro, ya que sus ojos y sus finas facciones hacían juego con su cabello, y el Uzumaki se dio cuenta al instante que aquella niña pertenecía a aquel famoso clan de su aldea los "Uchiha" — ¿Y bien?
Una vez que terminó su dulce, la niña se decidió a hablar — No es nada — fueron las escuetas palabras, a la vez que desviaba su mirada, ya que no sabía cómo dirigirse a aquel niño que se le había presentado. Cuando nuevamente quiso dirigir su mirada al niño, ambos hicieron contacto visual, y ella pudo jurar que aquellos ojos azules estaban viendo a través de ella como si fuese una especie de libro abierto. Por lo que se puso nerviosa y desvió su mirada nuevamente.
Veo que tu tampoco tienes un buen día — fue la respuesta de aquel niño, acto seguido le acaricio la cabeza a la chica, provocándose un sonrojo, que al chico le causo una leve risa — como sea, mi hermana mayor dijo que los festivales están para divertirse…no permitas que ese asunto te distraiga. Yo te ayudaré — con esas palabras de apoyo, Naruto le extendió su mano a aquella chica, para que fuesen juntos y no se perdiesen — por cierto mi nombre es Naruto…Naruto Uzumaki.
Mirai Uchiha — contestó la pelinegra con una leve sonrisa. Al ver por primera vez esa sonrisa sincera, al chico le provocó un leve sonrojo, después de todo aquella chica incluso a su edad era algo linda desde su punto de vista. Por lo que el chico desvió la cabeza para que no se notase su rubor. Y sin más ambos niños fueron a ver las principales atracciones que ofrecían en ese lugar.
En un lugar desconocido, probablemente una cavidad rocosa un jeroglífico brillaba de un color rojo sangre, y desde algún lugar de allí una vos de ultratumba, casi macabra si alguien la oyese, se pudo oír — "Muy pronto llegará"
