¡Konichiwa! ¡Nynel Hyuga reportándose de nuevo!
al parecer me cansé de las historias cursis de romance...
¡Así que me decidí hacer una de terror!
ya lo saben... -W-
¡Disfrútenla!
Limbo
Todo empezó con una típica casa embrujada…
Las 5:00 Am, apagó el despertador y se apresuró a seguir su rutina matutina; un estrujón a sus ojos que tardaban mucho en acostumbrarse a la luz del nuevo día, se levantó y fue directo a la cocina por una taza de cocoa caliente. Una sirvienta lo miró cariñosa y le sirvió el desayuno, una carta roja descansaba sobre una pequeña mesa; la miró con fingida curiosidad.
-¿Cuándo llegó esa carta Miss Romi?-El rubio miró a la mencionada, una sirvienta algo ya anciana que lo miraba sonriente.
-Llegó anoche Señorito Len, pero vos os veíais cansado y no queríamos despertarlo-La anciana hizo una discreta reverencia.
El joven caminó hacia la mesa con pasos lentos y pausados, la tomó y pidió que lo dejaran solo en el salón; la tomó en sus manos y rompió el sello lentamente, la leyó con igual calma:
Para: Detective Len
De: Detective Meiko
Documentada otra casa con aparentemente demasiado tiempo libre que se da el lujo de andar matando gente; ubicada en Japón lejos de cualquier ciudad decente (Típico de estas mansiones) diez desapariciones de cuatro niños y el resto mayores de dieciséis años, la gran mayoría pueblerinos, nada de qué preocuparse, pero las personas residentes en la zona están empezando a alarmarse y eso no lo podemos permitir.
Te espero en la estación de tren 145
Att: Detective Meiko
Len sonrió; Meiko era su compañera de operaciones detectivescas y habían investigado varios casos de casas ¨Embrujadas¨ Pero siempre terminaba en fraude esta también lo sería.
-¿Un nuevo caso señorito?-Romina se apoyó cariñosamente en el hombro de su joven amo.
-Sí Miss Romi; pero os preocupéis, será un viaje corto a Japón y volveré cuanto antes-Suspiró, Subió a su recámara para preparar todo.
Conociendo bien a la impaciente Meiko sabía que esta ya de seguro lo esperaba; lo mejor era salir cuanto antes.
Llegó a la estación a las 6:50 Am, Meiko lo esperaba junto a un par de guardaespaldas que se asegurarían de que ambos detectives llegaran sanos y salvos a su destino.
-Llegas tarde agente-Meiko miró su reloj con detenimiento.
-Perdone, estaba atendiendo algunos problemas-Len se ajustó su corbata mientras entraban al tren.
-¿Sigues teniendo problemas con tu vista?-Preguntó Meiko cuando tomaron asiento.
-Algunos, estoy pensando en usar lentes enserio-El rubio dirigió la mirada hasta la ventanilla como sugiriendo otro tema que fuera más de su interés.
Luego de casi un día de agobiante viaje en tren y en barco, Len se dejó caer pesadamente en la cama del edificio que tenían preparado para ambos agentes.
-Mañana nos llevarán donde está la tal casa-Meiko bostezaba mientras se recostaba en una cama igual que la de Len y en la misma amplia habitación.
-Ya, buenas noches, ahora es mejor que os durmáis-Len se dio vuelta e intentó dormir.
-Ni que fuerais mi madre-Meiko hizo lo mismo y todo quedó en silencio.
Nuevo día; nublado y ventoso con unas nubes amenazantes en el cielo, salieron y un carruaje con siete caballos salió rápidamente en cuanto ambos jóvenes y cuatro guardaespaldas se subieron al mismo, a eso de tres horas de viaje llegaron a una casa y a la vista se veían dos mansiones más.
-¿Son dos mansiones?-Preguntó Meiko mirando de reojo al chofer.
-No detective Meiko-Chan, la mansión más cercana pertenece a una familia enriquecida; la familia Kagamine.
-La más lejana es la que buscamos-Terminó Len bajándose del carruaje.
El resto del día fue de desempacar maletas y otras cosas, pues se quedarían en esa casa pintada de verde durante algunos días.
-¿Vos creéis que los Kagamine sepan algo?-Preguntó nuevamente Meiko.
-Es muy probable-Respondió el rubio-¿Visteis el acento del chofer? Sin duda estamos en Japón…
Al anochecer llegaron los documentos de las desapariciones, al revisar las fotografías todos parecían personas sanas y felices, no sufrían enfermedades mentales ni nada por el estilo; los niños era pequeños, podrían haberse perdido en el bosque ¿Entonces por qué razón las personas aseguraban que se habían perdido en esa mansión?
-Todos los infantes son menores de diez años; según leí los niños se incluyen en el censo solo si son mayores de doce años, por eso es fácil dar por desapercibida la desaparición de un infante pues no están incluidos en la documentación general-Decía Len mientras revisaba los papeles.
-¡Mirá esto detective!-Meiko le alcanzó un documento.
-¡¿Qué?!-Exclamó el rubio al leer el papel.
-¿Creéis que sea…?
-Es probable… ¿Pero como estáis segura de que es parte de la familia Kagamine?
-¿Acaso vos veis que hay otra familia Kagamine en la zona?
-No… Pero debemos asegurarnos.
-¿Qué tal si visitamos a los Kagamine?
-Primero revisemos la casa-Len se puso de pie y se puso un abrigo.
-Mejor mañana; hoy ya es tarde…
-¿Acaso tenéis miedo, detective? ¿Creéis en fantasmas?
-No… Pero mejor mañana de todas formas…-Meiko puso cara amenazante.
-¡Órale! Está bien… iremos mañana.
Se despidieron y cada quien se fue a su respectiva habitación, Len caminó lentamente hacia el balcón y pudo ver que en el mansión Kagamine una persona tomaba té tranquilamente en la terraza; pero no pudo ver más que su silueta, luego dirigió su mirada hacia aquella mansión sin nombre… Nadie sabía o recordaba quiénes habían habitado allí, tendrían que redescubrirlo ellos mismos.
Se recostó lentamente, miró hacia el techo.
-No necesito lentes todavía…
Holiwis ^-^
Les daré un consejo... no se descuiden...
necesitará un cerebro nivel Einstein para entender la saga COMPLETA
así que...
miren fijamente los detalles
¡Sayonara!
