Prologo
¿A que le tengo miedo?... es cierto cuando te digo que te amo pero, lo siento, no puedo entregarme por completo a un fantasma; hasta el día que pueda ver mi reflejo en tus ojos color miel, hasta ese día, no me pidas más de lo poco que te puedo dar ahora, ¿Por qué te enojas? Porque me exiges cosas, que a veces pienso, tú tampoco das.
Te agradezco esos momentos felices, las risas, las carcajadas; porque me hicieron sentir libre… libre para ser feliz; y te agradezco los momentos tristes y todas esas lagrimas, porque me hiciste recordar que tengo un corazón… un corazón que ya no conoce su camino, que llora con cada palabra malinterpretada y sonríe con cada gesto cariñoso.
Perdón por todas las veces en las que mis "te amo" no eran suficientes para llenar el vacío de tu corazón… por mas imposible que resulte para ti creerme en este momento, nunca mentí al decir que te amaba; perdón por la hipocresía del principio, nunca pensé que las cosas resultarían así…creo que ese es mi error, nunca pensar.
Ansío algún día poder volver a ver el brillo de felicidad de esos ojos color miel que me enamoraron y que al principio guardaban tantos secretos que creí descubrir.
Espero que algún día me perdones por el dolor que te estoy causando.
Siempre tuya:
Sakura
Los recuerdos regresan a mi cuán rápido se acaba los segundos, ¿Es necesario recordar a la única mujer que ame y a la que irónicamente más daño me causó?
Lo sé, es estúpido hacerme esa pregunta, pero es inevitable; en cierto modo agradezco que mi trabajo ayude a sacar esas ideas de mi mente, después de todo ser el mejor stripper de Japón tiene sus beneficios.
Hasta ahora me acuerdo de lo que todos decían al principio: "Le vas a hacer daño Shaoran", "No juegues con ella", "Es demasiado dulce y tú eres una completa desgracia", etc. Ja Ja, me rio ante tantas idioteces juntas ¿Yo hacerle daño?, ella partió mi alma en dos; ¿Yo jugar con ella?, para esa yo fui su muñequito de trapo; ¿Ella dulce y yo una desgracia?, ¿No debería ser al revés?
A pesar de los años transcurridos, es irremediable aguantar las lágrimas que surcan mis ojos buscando ser libres; incluso ahora no puedo entender quien fue el imbécil que dijo que "los hombres nunca lloran"… ah sí, lo recuerdo, fui yo.
