Bring me to life ~

- Por favor, Zero - dijo Yuki firmemente aunque en su voz se entreveía un temblor casi imperceptible.

No le había dicho Zero unas horas antes, aún así la castaña seguía ahí al pie del umbral de la puerta que era lo único que la separaba del peliplateado.

- Ya sé que... – Yuki se calló abruptamente como miraba fijamente la puerta, aparte de la oscuridad esperaba ver a Zero. - Ustedes jamás se han llevado bien, pero necesita ayuda... Él te necesita.

- ¿Porqué yo? - De repente interrumpió Zero toscamente aún sin dar la cara. - Hay muchos otros cazadores.

- ¡Zero! - Gritó Yuki ya exasperándose. - Kaname fue herido por un veneno antivampiro por mi culpa y aunque yo quisiera ayudar, ¡no puedo! - Dijo Yuki dejando su cabeza caer contra la puerta pesadamente. - Solo los cazadores saben cómo contrarrestar los venenos y armas antivampiros. Y tú eres el único cazador por estos alrededores.

Entonces el silencio se hizo, Zero trataba de asimilar todo lo que le decía Yuki.

- ¿Porqué?

- Ya te lo dije!!! - Respondió Yuki como Zero parecía seguir con la misma pregunta.

Aunque lo que ella no sabía era que el peliplateado ya no estaba preguntándole lo mismo sino que ahora le quería preguntar ¿porqué ella se preocupaba tanto por el purasangre? ¿Porqué ella no lo dejaba morir y punto? Después de todo los vampiros eran la peste y los purasangres, especialmente el castaño le era el peor para Zero y es que si no fuera por ella, por Yuki, el cazador ya lo habría matado desde hacía años.

- No lo hagas por él, ¡hágalo por mí!

Y como si aquella sentencia hubiera sido una palabra mágica, Zero por fin abrió la puerta, salió de su cuarto y su mirada fría se encontró con la de Yuki. Claro, él lo haría todo por ella incluso "salvar" al que más odiaba.

- Vamos - dijo Zero dando un paso adelante.

Yuki entrecerró los ojos, suspiró aliviada y mostró una sonrisa débil, ella sabía que podía confiar en Zero aunque no pudo evitar sentir un poco de miedo cuando le vio guardar la BloodyRose en uno de los bolsillos de la chaqueta que llevaba.

- No lo mataré - dijo Zero dándose cuenta de la reacción de Yuki.

- Esta bien - dijo ella girando la cabeza con una sonrisa. - Tú nunca lastimarías a nadie sin razón.

"Qué inocente era Yuki". Pensó Zero caminando como ella le seguía. En medio de la noche, los pasillos de las instalaciones de los dormitorios del día, parecían de lo más tranquilos sin las fastidiosas estudiantes del día que jodían tanto para ir a ver a los de la noche. Yuki no podía dejar de mirar de un lado a otro, la mínima sombra de un árbol e incluso de una hoja que se reflejaba en las paredes la ponía nerviosa, había estado tan distraída cuando estaba vigilando que no se percató de un nivel E acechándola por detrás y así fue como Kaname salió herido por protegerla.

Mientras tanto el director Cross investigaba cómo es que un nivel E tenía un veneno antivampiro.

Atravesando el bosque para llegar a los dormitorios de la luna, solo se podía oír el sonido de uno que otro grillo escondido entre los arbustos. Aido que estaba esperándolos en la puerta trasera de la mansión principal, salió corriendo a recibirlos.

- ¡¿Porqué tardaron tanto?! - Gritó Aido echando una mirada desconfiada a Zero.

- Pero ya estamos aquí - dijo Yuki para tranquilizar al rubio.

- No te creas mucho que si no fuera porque...

- Aido, basta - dijo Ichijo apareciendo tras de él. - Gracias por venir - dijo haciendo una leve reverencia a Zero que ni se inmutó en responder o siquiera mirarlo.

Y es que gracias a su olfato desarrollado por su parte vampirico, podía oler a todos los vampiros reunidos en ese lugar, si no fuera por Yuki..., Zero ya hubiera empezado la matanza. También podía oler a sangre, eso le incomodaba, de repente pasó saliva, se sintió sediento, su corazón latía a mil, algo en él le decía que avanzara.

- Seiren te llevará a la habitación de...

- Ya sé por dónde es - dijo secamente Zero antes de que Ichijo terminara su frase.

- ¿Cómo que ya sabes? - Exclamó Aido con un dejo de confusión y celos.

Zero se limitó a ir por las escaleras como una que otra vez miraba hacia atrás, Yuki seguía en la puerta sin mover un paso, al parecer estaba aún en "shock" y no era capaz de ver a Kaname herido por su culpa, siempre por su culpa.

Tragándose el orgullo y los celos, Zero llegó al segundo piso, el pasillo estaba iluminado por grandes luces de arañas en el techo, hacía que todo fuera brillante, entonces Zero no pudo evitar sonreír con sarcasmo, los vampiros "no soportaban" la luz del sol y aún así se gastaba una buena pasta en electricidad aunque claro que él sabía que la luz "artificial" no haría ni un pequeño rasguño a esos seres detestables.

La habitación de Kaname estaba al fondo del pasillo, como más avanzaba Zero, más podía oler a sangre... Sangre que "envenenaba" el aire, sangre que le acariciaba como si tuviera brazos invisibles y lo arrastrara hacia ella... Sangre que él conocía bien porque sabía de quién era..., sabía a qué sabía...

Sin protocolos ni nada por el estilo, Zero dio un empujón a las grandes puertas doradas que apenas se abrieron de par en par, el cazador se encontró con el purasangre... que más quería cazar, más que cualquier otro vampiro o bestia sobre la tierra. Kaname estaba acostado en la cama, al parecer estaba desnudo, pensó Zero al notar ropa tirada en el piso aunque no podía verlo claramente porque las sábanas lo cubrían.

Primera equivocación de principiante, no se debía hacer eso, Kaname estaba sudando y las sábanas no ayudaban para nada, Zero caminó lentamente hacia la cama como si disfrutara del sufrimiento del castaño, entonces de un tirón echó las sábanas a un lado, no pudo evitar posar sus ojos amatistas en Kaname que yacía desnudo a su merced, tan débil..., sangrando en el pecho cerca del corazón. Era como lo había dicho Yuki, el nivel E que la atacó también consiguió atravesar el pecho del purasangre con una lanza llena de veneno antivampiro.

- "Quien te viera se echaría a reír a carcajadas... Un purasangre herido tan gravemente por un nivel E cualquiera". - Pensó Zero mirando a un lado rápidamente, de repente sintió un dolor en el pecho, se llevó la mano hacia su cuello y se agarró con fuerza. El "tatuaje" brillaba entrecortadamente y sus ojos se tornaban rojos por unos segundos.

Maldición, Zero no había tomado ni una gota de sangre de Yuki, se conformaba con las tabletas... o la sangre de Kaname, sin embargo últimamente se había apartado del purasangre, no solo porque lo odiaba sino porque la sangre de éste parecía hacerse camino a través de sus venas y es que Zero cada vez que tomaba sangre de Kaname, sentía que sus instintos de Vampiro tomaban más lugar, sentía tanto placer en tomar sangre del castaño, el peliplateado terminaba deseando más sangre.

Así que una noche en vez de cumplir con su "cita" de ir a tomar la sangre de Kaname, Zero había desistido..., tenía que controlarse antes de terminar cayendo bajo, antes de terminar convertido en un maldito vampiro a las órdenes del castaño.

- .......... Es por... tu culpa.

Sobresaltado Zero miró a Kaname que entreabría los ojos y lo miraba fijamente.

- Es por tu culpa - repitió Kaname como seguía acostado en la cama, sabía que estaba desnudo, sabía que estaba sangrando, pero ni se inmutaba en cubrirse en vez de eso se limitaba a mirar fijamente a Zero.

Había una voz que ellos no escuchaban, pero sabían que les hablaba, la voz le decía a Zero dar una probadita a la sangre que desbordaba por el pecho de Kaname que parecía "invitarlo" con una débil sonrisa.

NO NO NO NO y NO!!!! Zero no iba a caer en esa trampa, si tomaba la sangre de Kaname ahora tal vez después ya nunca, pero nunca podría detenerse o volver a ser él mismo.

- Es por tu culpa... - Murmuró Kaname antes de volver a cerrar los ojos.

Esa noche era como las últimas noches, Kaname enviaba a Seiren a vigilar los dormitorios por fuera, así Zero era libre de ir a su habitación donde él lo esperaba como si nada.

Sin hablar mucho ni esas cosas, ellos habían hecho un especie de "trato", el cazador tomaría la sangre del castaño a cambio de dejar en "paz" a Yuki, pero no habían premeditado que aquello que hacían se iba a convirtiendo en costumbre: primero Zero iba una vez a semana, después iba dos veces y al fina parecía que iba todos las noches. Por milagro conseguían ocultar esas "visitas", unas veces Zero incluso se "escapaba" por la ventana para no llamar la atención de los otros vampiros, ni aunque fuera Romeo y Julieta, pensaba el peliplateado que llegaba ante la habitación de Kaname.

La puerta estaba entreabierta, hacer eso a "escondidas" les causaba un poco de morbo para no decir mucho, el corazón de Zero siempre latía fuertemente, temía que lo encontraran tomando la sangre de quien decía que odiaba mientras tanto Kaname se divertía, no podía negar que era "divertido" ver cómo el cazador que parecía estar tan bajo control en realidad se perdiera con apenas una gotita de sangre.

- Llegas justo a tiempo - dijo Kaname mostrando su dedo a Zero que entró a la habitación.

El purasangre estaba leyendo un libro como esperaba y se cortó por "accidente" el dedo índice cuando estaba pasando la hoja.

- Ja - masculló Zero cerrando la puerta tras de sí.

Kaname estaba tendido en el diván cerca de la ventana, su camisa estaba a medio abotonar mostrando su cuello apetecible ante la pálida luz de luna que descansaba sobre sus gestos tranquilos aunque en el fondo estaba igual de "emocionado" que Zero. Era verdad que al principio ofreció su sangre al cazador por Yuki y por sus planes, pero como los días y las semanas pasaban, algo en él empezaba a cambiar y es que la última vez que Kaname había tomado sangre era la de Ruka, de eso hacía mucho y ahora que veía casi a cada minuto a Zero tomar sangre..., su propia sangre..., Kaname también quería...

- Vamos a terminar esto - dijo Zero dejándose caer en el diván donde Kaname le hizo un espacio.

- Suenas como un amante en apuros - dijo Kaname llevando su dedo con un hilo de sangre contra los labios de Zero.

Pronto los ojos amatistas de Zero se volvieron rojos y sin perder tiempo abrió la boca mostrando sus colmillos, agarró la mano de Kaname abruptamente y le mordió la muñeca.

- Mmmm... - Kaname no pudo evitar gemir ya que no esperaba que Zero fuera tan rudo, no es que el cazador fuera alguna vez "amable" con él, pero esa noche sentía a Zero diferente…, un poco más bestia.

Kaname veía en los ojos rojos de éste que ya no era Zero, al menos no el humano.

- ¡Ah! - Zero también lanzó un gemido al sacar sus colmillos de la muñeca de Kaname, se relamió los labios antes de fijarse en su objetivo principal.

Zero puso una pierna en medio de Kaname y se deslizó hacia el cuello de éste, sin contemplación pasó sus colmillos por la tersa pie, después enterró sus colmillos en las venas que sobresalían del cuello y empezó a succionar la sangre.

- Zero... - Kaname trataba de llamar al cazador, pensaba que debía calmarlo antes de que perdiera el control y "enloqueciera" y es que Zero nunca lo había mordido con tanta fuerza.

Pero Zero estaba sordo, simplemente bebía y bebía toda la sangre que se le había ofrecido mientras tanto Kaname miraba detenidamente su mano, la que Zero mordió antes. La sangre seguía escurriendo por ella, entonces los ojos cafés del purasangre se tornaron en rojos. Kaname sintió estremecerse al ver su propia sangre brotando de su muñeca, entonces con un dejo de desesperación se llevó la mano a su boca y empezó a tomar su propia sangre.

Kaname se sentía realmente patético, ¿porqué tomaba su propia sangre si podía clavar sus colmillos sobre Zero? La respuesta era simple: nunca se sabía qué esperar de un nivel E, si Kaname tomaba la sangre de Zero y se perdía en el momento, Zero en su estado que ni ya sabía quién era podía sobrepasarse.

- Al menos deberías ser menos brusco - dijo Kaname como se sentía hundirse en el diván, Zero había posado todo su peso sobre él para retenerlo y eso que ni había lugar para "escapar". - ¿Me estas escuchando?

- Grrrr - Zero rugió como respuesta, ya estaba cansado de que Kaname le diera "ordenes"

Por un momento Zero dejó de beber del cuello de Kaname, de hecho sacó sus colmillos y llevó su cara a la altura de éste y lo miró con rabia en los ojos, con sorpresa veía cómo el purasangre se mordía la mano y tomaba su propia sangre!!! Zero humano se hubiera reído, pero a Zero vampiro esa escena le excitaba, como si quisiera "participar", Zero se lanzó hacia la mano de Kaname y la mordió. Confundido Kaname se sobresaltó aún con su mano en su boca, mordiéndose, Zero le mordía la mano por el otro extremo, se podían sentir sus respiraciones y si no fuera por la mano en medio de sus bocas se hubieran encontrado en un casi beso. De repente Kaname perdió el equilibrio y cayó del diván contra el piso, claro que Zero cayó con él..., sobre él.

- Es suficiente por hoy - dijo Kaname soltando su mano y empujando a Zero con la otra mano para que hiciera lo mismo, sin embargo para Zero aún no era suficiente, tenía tanta sed... - ¡Ya! - Replicó Kaname alejando a Zero y agarrándolo por el rostro, lo miró a los ojos fijamente como si hacía uso de sus poderes de purasangre para calmarlo.

Zero sentía su respiración agitada, su corazón rebotaba contra su pecho, un dolor de cabeza, un calor quemándole y sobretodo estaba confundido, como sus ojos cambiaban a amatistas otra vez, se miró extrañado sus manos estaban llenas de sangre y agarrando a Kaname por los costados e incluso sus ropas estaban ensangrentadas aunque el castaño no era la excepción, éste estaba bajo él en un charco de sangre.

- ¿Qué? - Zero se llevó la mano a la cabeza tratando de recordar a qué horas perdió el control, pero las suaves manos de Kaname aún en su rostro lo sacó del trance, ¿porqué un ser así se sentía tan cálido?

Enojado, Zero apartó las manos de Kaname y se limpió con la manga de la camisa la sangre que resbalaba de sus labios..., aquello no podía seguir así.

- ¿A dónde vas? - Preguntó Kaname como Zero se alejaba de él y caminaba hacia la puerta.

- Vamos a terminar esto por hoy y para siempre - dijo Zero yéndose, se sentía tan humillado y perdido, ¿qué demonios estaba haciendo?

Lentamente los primeros rayos del sol empezaron a aparecer, Zero había pasado toda la noche al lado de Kaname. Como éste "dormía", el cazador permanecía de pie recostado contra la ventana. En realidad Yuki había exagerado demasiado, era cierto que Kaname fue herido gravemente, ¿pero como para morir?, después de todo era un purasangre, pensó Zero girando los ojos, lo único que necesitaba Kaname era beber sangre para reemplazar la que perdió y listo, de hecho la herida que tenía en el pecho ya se había cerrado sin dejar una cicatriz siquiera.

- ¿Porqué estoy aquí? - Se preguntó Zero alejándose de la ventana y corriendo las cortinas para que la luz no entrara a la habitación, por alguna razón quiso hacer una "buena" acción.

- Puedes irte si quieres.

Frunciendo el ceño Zero miró hacia la cama donde estaba Kaname, éste "despertaba" como si hubiera estado durmiendo.

- Nadie te esta diciendo que te quedes - dijo Kaname fríamente como se sentaba entre las almohadas y recostaba la espalda contra la cabecera de la cama.

Zero también permanecía estoico como siempre, miraba a Kaname detenidamente, el purasangre tenía los ojos rojos y con pesadez extendía una mano hacia la mesita de noche para sacar del cajón una pequeña caja. El cazador ya sabía que esa cajita contenía las famosas tabletas de sangre que la verdad no servían de nada y menos si se había perdido tanta sangre como en el caso del castaño.

Otra cosa que no pasaba desapercibido a los ojos de Zero era que Kaname seguía desnudo y al parecer al castaño le daba lo mismo, después de todo, el peliplateado siempre lo ignoraba y viceversa, nunca hubo ni habrá nada entre ellos que no fuera solo lujuria por la sangre, pero en ese momento ni eso.

Con un leve temblor en la mano, Kaname dejó caer la cajita con las tabletas apenas la tomó, entonces se inclinó llevando la mano al piso para recogerla cuando se encontró con los pies de Zero, alzó la vista confundido, ¿acaso no le dijo al cazador que podía irse?

- ¿Esto es lo que quieres? - Preguntó Zero quitando los primeros botones de su camisa y mostrando su cuello a Kaname.

- ¿A qué juegas, Zero? - Preguntó Kaname tomando las tabletas como evitaba mirar fijamente a Zero y menos su cuello.

- Éste es tu juego - dijo Zero sentándose en el borde de la cama e inclinándose hacia Kaname siempre con su cuello expuesto.

- No necesito tu sangre - dijo Kaname abriendo la cajita y sacando una tableta. - No soy tan débil como tú.

- Yo tampoco lo hago por ti sino por ella - dijo Zero repitiendo la misma frase que le dijo Kaname una vez.

- Déjate de tonterías - dijo Kaname acercando la tableta a su boca, pero antes de ingerirla, Zero se la quitó de un manotazo.

- Vamos a terminar esto - dijo Zero agarrando a Kaname del rostro, lo puso contra su pecho cerca de su cuello.

Kaname nunca había sido abrazado de esa forma y eso que ni era un abrazo, pero al sentir los brazos de Zero rodearlo tan fuertemente, hacía que algo en su interior se sacudiera. Kaname miró al cuello de Zero, no había ni una gota derramada, aún así ya podía olerla y como veía las venas palpitantes, era como si ellas tuvieran vida propia y le dijera que lo hiciera...

- Después no te vayas a arrepentir - dijo Kaname como mostraba sus colmillos y los llevaba al cuello de Zero.

- No me arrepentiré - dijo Zero sin vacilar como mantenía a Kaname abrazado contra su cuello.

Sin más, Kaname clavó sus colmillos en el cuello de Zero.

- Mmm - Zero trató de ahogar un gemido como sentía los afilados colmillos perderse en su cuello y abrir camino por sus venas.

Sangre... de verdad... Kaname sería muy hipócrita si dijera que no la extrañaba, ese sabor metálico que al simple contacto con su paladar le hacía estremecer. Mientras tanto Zero respiraba agitadamente, era la segunda vez que lo mordían y para su sorpresa no era tan malo.

Siempre recordaba su primera vez con Shizuka como algo abrupto y rápido, ella no tenía sed de sangre sino de venganza en cambio Kaname lo mordía con una casi desesperación. Eso era la verdadera lujuria por la sangre, cuando simplemente se dejaba llevar y los instintos prevalecían por sobre la razón, rápidamente los ojos de Zero se pusieron rojos, entonces respiró hondo mordiéndose los labios, no podía tomar la sangre de Kaname porque éste aún trataba de recuperarse, además si volvía a tomar la sangre de éste, sería como regresar al mismo círculo vicioso, sin embargo como se había dicho antes: La lujuria por la sangre no entendía de razones.

Como Kaname seguía succionando el cuello de Zero, éste hizo lo mismo llevando sus colmillos al cuello del castaño, ya conocía tan bien el camino, de hecho aún había dos pequeñas hendiduras en el cuello perlado del purasangre y que habían sido causadas por Zero en las otras noches, entonces empezaron a beber la sangre del uno y del otro...

Terminar esto

ni era el principio

-.-.-.-.-.

en fin, insisto que zero debería ser seme, tal vez porque me guío más por el manga donde los sentimientos de kaname se expresan más, de hecho chillé a moco tendido con los flashes de su infancia donde nadie quería ser su amigo por ser un purasangre y que vivía encerrado con yuki con el temor de que los otros vampiros los buscaban para exterminarlos..., debe ser triste cuando te quieren solo por lo que tienes.

pd: la sangre al menos la humana se me hace de sabor a metal y no tengo ni idea de porqué... a veces pienso en el hierro, pero ni sé qué es eso ^^ que si es dulce o salado o amargo ya se me hace pura metáfora.

El título es de una canción súper vieja, pero últimamente la escucho mucho O.o