Ei ei ei! Ke continúe la fiesta! XD si eske lo mío ya no tiene arreglo, sigo maltratandome física y psicológicamente con tal de seguir escribiendo!

Bueno, pues voy a empezar con los rollos de siempre: muchos de los personajes que aparecen este fic ya tienen copyright (aquellos que ya conoceis) otros són directamente invención mía. Sigo insistiendo en que la edad de las tortugas es de 22 para Leonardo y bajando de uno en uno (Raph, Don y Mickie), tmb informar que el fic está basado en el show de TMNT del 2003, el más reciente (sí ese en el que a las tortugas les sobra por lo menos metro y medio de bandana XD) y, de alguna manera, es una continuación de Standby, pero para aquelos que no lo hayan leído, podrán percatarse igualmente de que va la cosa.

Pues nada, a la gente que ya me conoce pues les mando un saludo a todos (a mis nenas! ueeeh!) y a los demás pues me presento cómo escritora XD. Espero que os guste

Besos a todos!

YaS

#01# Pactando en oro

La noche en la ciudad era profunda y muy oscura. Tal vez porqué aquella vez no había luna, nada cubría el cielo. Se veía completamente negro, oscuro, pero sin luna.

Las calles corrían vacías y por cada esquina parecían desplazarse millones de sombras en busca de algo a lo que lanzarse. Sombras que se desplazaban por la oscuridad de los rincones y por el frío asfalto cubierto de numerosos papeles que solían levantar el vuelo cuándo el viento soplaba más fuerte de lo normal.

El ambiente parecía volverse más y más húmedo alrededor del puerto. El suelo se cubría de una fina capa de pintura de agua que se esparcía en forma de charcos sucios y mugrientos que apestaban a pescado en toda su totalidad. Los muelles, completamente solitarios, acogían a los enormes barcos atracados. Barcos que parecían desaparecer a la altura por una tenue niebla que cubría el cielo a escasos metros del suelo y se desplazaba cada vez descendiendo más rápido hasta cubrir por completo el suelo encharcado del puerto.

Silencio. Sólo silencio. El único sonido que podía olerse en el ambiente era el crujir de los mástiles al levantarse la ventolera. Nada más. La quietud parecía rodear la zona, e incluso en un grupo tan grande de personas no se desprendía ruido alguno.

Decenas de siluetas permanecían de pie cerca del muelle, confundiéndose entre las sombras, esperando no ser visto por nadie. Acechaban algo. Lo esperaban, eso estaba más que claro. Podía olerse en el ambiente la tensión que se desprendía de cada uno de los músculos de los allí presentes.

Aún y parecer estar estudiando al milímetro el espacio que les rodeaba, parecieron no percatarse de las figuras que los acechaban a ellos. Estudiando cada uno de sus movimientos, entremezclándose en la oscuridad, pasando desapercibidos esperando a atacar.

El grupo de hombres perdió la calma cuándo, entre la oscuridad, escucharon gritar a uno de los suyos para luego perderlo de vista entre las sombras de una de las esquinas. Todos quedaron estáticos, expectantes, y rompieron en pánico cuándo lo único que se vio fue la mano de su compañero cayendo a plomo en el suelo sobre la tenue luz de una de las farolas.

Retrocedieron asustados cuándo escucharon pasos que se desplazaban lentamente en la esquina dónde había caído su compañero. Poco a poco, una silueta se fue dibujando a medida que penetraba en la luz de la farola.

Golpeando su bo contra su mano, Donatello sonreía maliciosamente desafiando con la mirada a todos los que lo observaban con temor, intentando no acercarse demasiado. Algunos empezaron a correr en dirección contraria mientras otros, armándose de valor, saltaban con todas sus fuerzas encima de la tortuga sin dejar de mecer sus cadenas, sus machetes y algunas vigas de metal recogidas del suelo del puerto. Fue poco el tiempo que requirió Don para deshacerse de algunos de ellos en un par de estocadas de su bo.

Los que huían fueron sorprendidos por una sombra que cayó ágilmente des de el tejado de uno de los almacenes. La sombra permaneció agachada, algo brillaba en su mano y podía reconocerse su inconfundible sonrisa irónica en la oscuridad.

Cuándo el viento volvió a soplar fuerte mostrando los dos extremos de una bandana roja que se mecían al son del aire, muchos de los que huían no pudieron reprimir un grito ahogado al reconocer al sujeto en cuestión.

Raphael no esperó y se avalanzó contra sus víctimas con todas sus fuerzas repartiendo estocazos a todo aquél que osase acercarse demasiado o, simplemente, que pretendiera atacarle. Algunos lograron escabullirse y huyeron corriendo presos por el diablo perdiéndose por las solitarias calles de la ciudad:

.-¡Eh¡Malditos cobardes!

.- Déjalos Raphael – La silueta de Leonardo cayó del tejado de uno de los almacenes blandiendo sus dos espadas a lado y a lado – molestarán menos por allí que no aquí – Raph gruñó antes de correr para arremeter contra otro grupo que se enfrentaba a Donatello con fúria. Por unos instantes, la tortuga se vio algo ahogada a causa de los numerosos enemigos que se lanzaban violentamente contra él. Golpeó con un extremo de su bo a uno haciéndolo caer encima de otro a la vez que propinaba una patada voladora a uno que saltaba y volvía a arremeter con su arma a otro que le atacaba:

.- ¡Una ayudita por aquí! – gritó Don cuándo se los vio a todos encima en cuestión de segundos:

.- ¡Wow¡Super-hiper Mickie al rescate de la atemorizada tortuga! – Michelanggelo se dejó caer por la zona meciendo orgulloso sus nunchakus para despachar a unos cuantos enemigos que arremetían contra Donatello. Éste se dejó ayudar con mucho gusto mientras miraba asesinamente a su hermano por lo de "atemorizada tortuga".

Después de vapulear violentamente a la gran mayoría de los presentes, Leonardo agarró de la solapa a uno empujándolo contra un contenedor de metal. El chico empezó a temblar y dejó caer de sus manos la cadena que utilizaba como arma antes de empezar a balbucear:

.- ¿Qué diablos pasa aquí? – preguntó Leo acercando su cara a la del chico para intimidarle mientras le apuntaba con la punta de una de sus espadas en el cuello. Al chico le costó hablar y, tras entornar los ojos, se derrumbó víctima de un ataque de pánico y quedó desmayado colgando a peso de la garra de Leonardo. Éste lo dejó caer al suelo observándolo con algo de compasión:

.- Tsk. Los reclutas de los Dragones Púrpuras cada vez son más jóvenes- comentó mientras enfundaba su espada a su espalda:

.- Cierto – corroboró Raphael – no dan ni para dos asaltos. – la tortuga observó detenidamente los cuerpos que habían quedado inconscientes en el suelo. Cuerpos que se amontonaban entre sí. Algunos todavía parecían tiritar a causa del frío o del miedo – no entiendo porque demonios necesitan reclutar a tanta morralla así tan de golpe.

.- Sí. Es algo sospechoso – siguió Leonardo inspeccionando la zona con la mirada en busca de posibles enemigos.

.- Lo sospechoso es porqué estaba toda ésta troupe reunidos en un lugar cómo éste.- Donatello apareció girando su bo por encima de su cabeza intentando estirar los músculos – Esperaban algo, eso seguro. ¿Tal vez algún envío por barco?

.- ¿Cartas de mam�?- interrumpió Michelanggelo con una sonrisa burlona en la cara.

.- Yo me decanto por la droga – corrigió Raph colocando sus sais en su cinturón.

.-Sea por lo que sea no vamos a descubrirlo aquí. Ésta morralla no tenía ni idea de qué debían hacer, seguramente se encontrarían siguiendo a algún superior que no tardó mucho en esfumarse cuándo nos vio aparecer…..- un largo silencio se apoderó de la zona durante algunos segundos. Leonardo lo rompió finalmente empezando a saltar por las escaleras de emergencia de uno de los almacenes para alcanzar su azotea – Volvamos a casa. Ya no hay nada que hacer aquí.

Los tejados de la ciudad eran los lugares más seguros para poder pasar desapercibidos y no ser vistos por nadie. Las tortugas solían cruzarlos a menudo, sobretodo cuándo salían aunque solo fuese a tomar aire fresco y olvidar por unos momentos el viciado aire de las alcantarillas. Tal vez fuera por eso que solían cruzarlos con facilidad, agilidad y rapideza.

Ningún ruido.

Únicamente se escuchaban ligeros pasos que corrían para luego saltar a metros de distancia esperando encontrar una superficie adecuada para aterrizar y seguir corriendo para saltar de nuevo.

Michelanggelo seguía a Raphael intentando adelantarle, sumiéndose ambos en una extraña carrera por las azoteas de la ciudad. A Mickie le resultaba siempre imposible lograr alcanzar a su hermano, pues solía ser bastante más rápido que él de reflejos y le costaba muchisimo menos adaptarse a las superficies de las zonas para poder encontrar estabilidad en ellas, así que, de alguna manera, Michelanggelo se auto retaba cuándo observaba que Raph lo miraba burlonamente invitándole a seguirle y alcanzarle.

Por unos segundos pareció que Mickie lo alcanzaba, pero justo en lo alto de un salto, algo lo empujó violentamente provocando que la tortuga perdiese el equilibrio y cayese estrepitosamente contra el suelo de uno de los tejados resbalando por la inclinación de éste durante algunos metros.

Raphael se giró al instante al escuchar el gemido de su hermano, comprobó que una rápida sombra se le tiraba encima mientras Mickie todavía recuperaba su conciencia:

.-¡Michelanggelo! – le gritó, pero antes de que pudiera retroceder hacia su hermano, algo lo golpeó también a él por un costado. Algo punzante que le desgarró parte de su hombro dejándole entreabierta una vistosa y sangrante herida - �¡pero que…! – alcanzó a ver cómo su atacante se acercaba a la otra sombra que acechaba a Michelanggelo. Raph se movió con rapidez hacia allí ignorando por completo el dolor de su hombro, pero cuándo llegó, ambas sombras se percataron de su presencia y desaparecieron por el borde de la azotea perdiéndose entre las sombras de los callejones:

.- ¿Estás bien?

.- ¡Uh! Eso creo…malditos, me han herido – Raph tomó la mano de su hermano para ayudarle a levantarse. Comprobó que en el pecho de Mickie también se hallaba un pequeño rasguño sangrante de un tamaño bastante inferior a su herida en el brazo.

Al momento, Leonardo y Donatello se presentaron en la zona:

.-¿qué ha pasado¿Todo bien?

.-¡Hijos de…! – gruñó Raphael mientras Don se apoderaba de su hombro para echarle un vistazo.

.- ¿Os han atacado? – preguntó arqueando una ceja - ¿así sin más?….que extraño.

.- ¿quienes eran? – preguntó Leonardo cruzándose de brazos.

.- ¡Maldita sea Leo¡Si lo supiera los estaría persiguiendo para partirles la cara!- gruñó Raphael acercándose a su hermano.

.- Parecían los foot ninja – soltó Michelanggelo con un hilo de voz – parecían…

.-Bueno, por sus movimientos bien podrían serlo – dijo Raph algo más calmado.

.- Genial. Primero los Dragones Púrpuras y ahora los Foot ninjas. Ya hemos tenido la noche completa, volvamos a la guarida antes de que le de por aparecer a Shredder.

Los primeros rayos del sol empezaron a asomar cuándo las tortugas ya se habían instalado de vuelta a la guarida. El maestro Splinter observaba la incomprensión de sus hijos al verse atacados de aquella manera tan repentina. Pero por lo visto, más que el haber sido heridos así por las buenas, les preocupaba muchisimo más el asunto que podían llevarse entre manos los Dragones Púrpuras.

Leonardo permanecía cruzado de brazos apoyado en el respaldo del sof�, en dónde Donatello curaba la herida de Mickie mientras éste miraba una de las numerosas pantallas que cubrían la sala de monitores. Raphael, por otro lado, había empezado a darle al saco sólo llegar a casa para poder reprimir toda su ira contra la pobre masa de tela que parecía ya algo vieja y magullada:

.- Sigo sin entender nada – murmuró Don fijándose en la herida de Michelanggelo

.- todo aquél grupo…reunido allí en el muelle….realmente parecía que se estaban atrincherando para darle una buena bienvenida a alguien – comentó Leo al maestro que permanecía expectante a las explicaciones de sus pupilos.

.- Una muy buena bienvenida – se escuchó a Raphael corregir des de la sala de entrenamiento. El maestro cerró los ojos por unos instantes intentando ordenar las explicaciones de las tortugas. Todo parecía extraño…primero la reunión de los Dragones Púrpuras en el puerto, y luego el repentino ataque contra dos de sus hijos que, por lo que le habían contando, esos ninjas únicamente querían herirles y salir corriendo antes de que pudieran alcanzarles.

Algo muy extraño….des de luego.

Donatello acabó de colocarle una gasa estéril a Mickie en la herida y se levantó del sofá recogiendo la maleta que utilizaba cómo botiquín. Se dirigió a paso firme hasta su escritorio y la tiró encima del montón de papeles que adornaban la mesa:

.- No sé lo que pensaréis al respecto pero….. – Don se giró mirando a Leonardo – soy partidario de llevar a cabo una ofensiva contra uno de los cuarteles de los Dragones.

.-Estoy de acuerdo – rugió Raphael apareciendo por el umbral de la puerta y ajustándose las vendas que solía colocarse alrededor de los nudillos para no dañarlos contra el saco – creo que si hay algo ahí fuera que nos está buscando¡vayamos nosotros primeros y los machaquemos! – Leonardo torció la cabeza mientras suspiraba, no sabía que decisión tomar y , cómo de costumbre, recurrió a la anciana:rata

.- ¿Qué te parece sensei?- el maestro suspiró nuevamente mientras daba media vuelta meciendo su larga cola dirigiéndose a su habitáculo:

.- Recordad hijos míos que ante la tormenta incluso el roble más fuerte se resguarda.

.- ¿Qué? – todos sonaron al unísono intentando encontrar sentido a las palabras de la rata:

.-¡Qué seáis cautos y no os confiéis demasiado! – les gruñó indignándose por la ignorancia que presentaban sus pupilos frente a la sabiduría oriental.

.-¡Eso está más que claro! – gritó Michelanggelo levantándose del sofá con el puño en alto.

.- ¡Voto por ir de inmediato a patear el trasero a unos cuántos macarrillas púrpuras! – dijo Raph golpeándose los puños entre sí con una sonrisa maliciosa en el rostro.

.- No tan deprisa hermano – lo frenó Leonardo – he hablado con April y ésta noche necesita vigilancia en la tienda. Tienen que traerle una comanda ésta misma noche y las calles suelen estar muy ajetreadas últimamente.

.-¿Y qué? – gruñó Raph con indiferencia.

.- Pues que Kasey y tú vais a dejar vuestras juergas nocturnas y os vais a quedar con ella ésta noche – Leonardo señaló amenazadoramente a su hermano en el pecho bajo la rabiosa mirada de éste:

.- ¡Y un cuerno! Que se quede Mickie, yo me largo a partir caras – soltó Raphael mientras empezaba a retirarse dando la conversación por finalizada:

.- ¡Raphael! – la tortuga se sobresaltó cuándo escuchó la voz del maestro des de su habitación resonar por toda la guarida cómo una especie de gruñido, advirtiendo, de un solo grito, que la tortuga debía de obedecer si no quería ser castigado.

Raphael apartó violentamente la cortina de su habitación antes de lanzar una mirada asesina a Leonardo que le sonreía con malicia por haberse salido con la suya:

.- Todo arreglado pues – dijo éste con las manos en la cintura y girándose a sus hermanos – Nosotros llevaremos a cabo la ofensiva de la que hablabas Don. ¿puedes conseguir algunos planos de ese cuartel? – Donatello arqueó las cejas observando a Leonardo con incredulidad:

.- ¿Por quién me has tomado hermano? Parece mentira que no me conozcas.

.- ¿Lo habéis conseguido?

.- No ha sido fácil – contestó uno.

.-Cierto, hemos tenido que esperar a que se separasen entre ellos.- explicó el otro

.- Bien – el enorme hombre colocó sus manos a su espalda mientras observaba uno de los numerosos cuadros que permanecían colgados en la habitación - ¿lo habéis entregado ya todo a I.D? – los dos hombres vestidos de negro asintieron. Uno de ellos se acercó al otro grandullón que continuaba contemplando el cuadro cómo si el asunto en cuestión no le importase ni lo más mínimo:

.- El jefe quiere buenos resultados. Asegura que, en caso contrario, no tiene ningún problema en romper el contrato – la enorme espalda del hombre empezó a temblar a la vez que soltaba una serie de seguidas y sonoras carcajadas. El chico de negro que había avanzado hasta él retrocedió expectante colocándose nuevamente cerca de su compañero. De golpe, el hombretón se giró con violencia y rapidez agarrando al que no había hablado por el cuello y aplastándolo contra la pared:

.- Pues decidle que va a tenerlos pero que no nos meta prisa – el hombre intentó balbucear algo, pero su presión contra el cuello únicamente le permitió emitir una especie de sonido gutural – Así me gusta. ¡Ahora largaos! – Los dos hombres de negro no se hicieron de rogar, y marcharon tan rápido cómo pudieron de la amplia sala.

.- Menuda mierda.

.- Bah. No te preocupes, la próxima vez nos va a tocar divertirnos a nosotros

.- Más les vale – Raphael le dio un trago a su cerveza - …maldito Leo.

.- No seas así. Es un buen líder – Kasey y Raphael se encontraban en el piso de arriba de la tienda. Observaban detenidamente el camión aparcado en la calle que transportaba las mercancías para la tienda de April. Un hombre algo gordo y viejo, transportaba las cajas de dentro a fuera con la ayuda de la chica. Era normal que April les pidiese vigilancia durante el intercambio, pues al tener que hacerlo en medio de la calle, cualquiera podría aventurarse a robar.

Únicamente dos siluetas se dibujaban en la ventana del segundo piso. Con las luces apagadas, Kasey y la tortuga se instalaban allí con una buena ración de latas de cerveza dispuestos a saltar a cualquiera que se acercase sospechosamente.

April les dedicó una mirada furtiva acompañada de una sonrisa a la que ambos tipos respondieron saludando con la mano:

.- Joder, esto va a ir para rato….- susurró Raph saludando con la mano y forzando una sonrisa dirigida a April.

.- Ya ves

.- ¿Tienes hambre? – le preguntó la tortuga perdiéndose por el pasillo del piso de arriba de la tienda – April tiene una nevera por aquí.

.- Pues traete algo

Las alcantarillas siempre eran frías y húmedas. No importaba porque zona de la ciudad estuvieras, siempre eran exactamente iguales en todas partes. Los mismos pasillos, los mismos riachuelos mugriento, los mismos nidos de ratas aquí y allá. Todo era igual, parecía algo así como otra dimensión que se extendía repitiéndose una y otra vez por los bajos de Nueva York.

Donatello frenó, y detuvo el vehículo justo debajo de una de las escalerillas que solían llevar a la superfíce:

.- Ésta es. – Don miró el mapa que sostenía en una mano- Estoy seguro – Leonardo le echó una ojeada al mapa por encima de los hombros de Don y empezó a trepar por las escalerillas seguido de Michelanggelo y, más tarde, por Donatello.

Cuándo éste último alcanzó la salida de la alcantarilla, divisó a sus hermanos observando cuidadosamente por una de as esquinas de un enorme edificio de piedra. Leonardo le izo un gesto con la mano indicándole que se apresurase para no ser visto:

.- ¿Estaba en lo cierto? – preguntó Don intentando distinguir el lugar en dónde habían ido a parar.

.- ¿Alguna vez no lo has estado? – le contestó Michelanggelo señalándole su objetivo. Delante de ellos, justo en el centro de algo parecido a un solar, se levantaba un mugriento almacén rodeado por una alta y rota valla. Las puertas del almacén permanecían abiertas y , dentro, se podían escuchar numerosos alaridos y voces que parecían conversar en algún tipo de ambiente musical. En la puerta de la casa, se encontraban 4 guardias, altos, fornidos, vestidos de negro, que parecían esconder pistolas en el interior de su chaqueta:

.- Eso….¿no es una discoteca?- preguntó Mickie cuestionando si ese realmente era su objetivo. Leonardo avanzó por las sombras con rapidez hasta introducirse en el solar y permanecer detrás de una de las furgonetas que había aparcadas. Sus hermanos lo imitaron:

.- No hay duda – susurró Don – mirad los tatuajes de los porteros – y evidentemente, cada portero tenía tatuado ocupando parte de su cara y su cuello u enorme dragón de color púrpura, al igual que cada uno de los invitados a los que les permitían entrar. Todos y cada uno de ellos llevaban tatuado algún dragón en su cuerpo y, las pintas que llevaban, los delataban.

.- Bueno y….¿cuál es el plan? – preguntó Leo girándose a sus hermanos.

.- A mi no me preguntes – soltó Mickie- sabes que voy a contestarte que quiero ir a bailar….

.- Qué bien….- soltó Don con ironía. La tortuga sacó otro plano de su riñonera. Parecía ser un mapa sobre las estancias interiores del almacén – ya que no habrá oposiciones porque no hay ninguna propuesta más….creo que….deberíamos entrar por arriba. Se trata de un almacén rehabilitado des de hace poco, así que todavía deben quedar las vigas de la construcción. – Donatello guardó el mapa – deberían poder servirnos para desplazarnos sin ser vistos hasta el ala oeste de la zona.

.- Me parece bien – Leonardo se subió a la camioneta y de allí, sigilosamente saltó hasta las escaleras de incendios que subían hasta alcanzar el techo.

Después de forzar de un sablazo la cerradura de la ventana, las tortugas se deslizaron hasta su interior con cautela. Habían entrado a una habitación que seguramente sería utilizada de despacho. Estaba algo desordenado, papeles aquí y all�, cajas de cartón vacías….pero no parecía haber nada importante.

Donatello se deslizó hasta la puerta abriéndola con cuidado. La estruendosa música de la discoteca entró de golpe en la habitación mostrando justo delante de ells un pasillo que parecía pasar por encima de todo el madrigal de gente que saltaba y bailaba.

Silenciosamente y procurando no ser vistos, pasaron por el pasillo subiéndose a la barandilla de éste para saltar a las vigas de metal que cubrían el techo. Una vez allí, camuflados entre las sombras, se tomaron unos segundos para observar si podían reconocer a alguien entre la multitud. Algún personaje importante de los Dragones Púrpuras con el que ya se hayan encontrado antes, pero les fue realmente imposible poder distinguir algo entre el tumulto de gente, luces y humo.

Casi a gatas, se desplazaron por las vigas con cuidado hasta alcanzar el otro extremo del almacén. Al otro lado, al igual que por dónde habían entrado, se alargaba un pasillo de rejilla metálica que parecía conducir a algunas estancias que quedaban apartadas de la discoteca en sí.

Leonardo fue el primero en llegar y, tras introducir la hoja de su espada por debajo la puerta y comprobar mediante su reflejo que no había nadie dentro, dejó paso a Donatello para que abriese la cerradura de una manera algo más delicada. Unos minutos fue el tiempo que necesitó la tortuga para conseguir que la puerta se abriera con un gruñido. Su interior era oscuro, las persianas se encontraban cerradas y no había ni una débil luz que alumbrase la estancia a parte de la procedente de la discoteca que se colaba por debajo de la puerta.

Michelanggelo cerró cuidadosamente y permaneció aguantando la puerta con atención por si a alguien le daba por entrar. Donatello encendió la luz de uno de los escritorios para poder tener algo con lo que ver. Se trataba de una habitación alargada con mesas a lado y a lado de ésta. Las mesas, cubiertas de papeles de la misma forma que el otro despacho, sostenían numerosos ordenadores en los que Don no tardó en meter los morros buscando algo:

.-Date prisa – le aconsejó Leonardo echando un vistazo por la estancia:

.-Haré lo que pueda, pero no lo sé con seguridad que pueda haber datos importantes en éstos ordenadores.

.- Hombre, de alguna manera tendrán que llevar la cuenta de toda esa droga – explicó Michelanggelo señalando en un rincón de la habitación dónde se encontraba una polea sosteniendo sacos y sacos de cocaína envueltos en precinto:

.- Increíble …- susurró Leonardo al ver tal cantidad de droga junta - ¿cómo diablos se las apañarán para poder entrarla en la ciudad?

.- ¿Por el muelle tal vez? – aclaró Mickie jugueteando con uno de sus nunchakus mientras aguantaba la puerta con una mano – Apuesto lo que quieras a que nos hemos montado la historia nosotros solitos y únicamente estaban esperando algún cargamento de éstos en el puerto.

.- ¿Y para qué contratar a tanto novato para eso? Es más¿para qué estar tanta gente¿no se supone que tienen que pasar desapercibidos para traficar? – argumentó Donatello con la mirada perdida en la pantalla del ordenador – estoy seguro que se trata de algo más – en aquellos momentos alguien intentó abrir la puerta provocando que Mickie la volviera a cerrar inmediatamente antes de que pudieran abrirla lo suficiente:

.-�¡Quién hay allí! – se escuchó gritar a una voz masculina claramente irritada. Las tortugas se sobresaltaron y Leonardo corrió a acudir a Michelanggelopara ayudarle a aguantar la puerta que no dejaba de ser golpeada por el hombre:

.- Date prisa Donny ….- susurró Leo apoyado por completo contra la puerta.

.- Espera.

.-Sí claro, para eso estamos nosotros ahora, para esperar – dijo irónicamente Michelanggelo soportando con su peso y el de su hermano cada uno de los golpes que propinaban des de el otro lado.

.- Me parece que tengo algo….

.- Pues que no te lo parezca tanto y sácalo de allí ¡ya!

.- Ya va ya va – Donatello alcanzó una tarjeta de memoria de su riñonera y la introdujo en el ordenador para luego empezar a pasar los archivos de un lado a otro.

Un estridente disparo sonó al otro lado de la puerta provocando que un agujero apareciera en el centro de ésta. Otra bala pasó silbando por el hombro de Mickie a la vez que reventaba de nuevo una parte de madera convirtiéndola en añicos. Leonardo alcanzó a Michelanggelo y lo apartó a un lado antes de abrir la puerta de golpe y, colgándose del marco superior de ésta, se balanceó propinándole una patada al hombre que se encontraba al otro lado con el arma en la mano:

.- ¡Ya no hay tiempo Don! – gritó Mickie arrancando a su hermano del ordenador justo después de que éste alcanzase la tarjeta de memoria con la información en ella.

.- ¡Por la ventana! – Indicó Leonardo sin perder de vista al sujeto que había quedado tendido en el suelo y se incorporaba con velocidad. La tortuga cerró la puerta y corrió a unirse a sus hermanos que lo esperaban abajo, para luego correr y desaparecer entre las sombras de los callejones que rodeaban el solar.

Unos cuántos disparos más tronaron por todo el cielo nocturno de la ciudad. Las calles de los alrededores se llenaron al momento de hombres con traje que inspeccionaban la zona pistola en mano buscando a los intrusos.

Ocultos en una azotea, las tortugas observaban todos los movimientos de sus perseguidores esperando a que marchasen antes de proseguir el camino de vuelta a casa:

.- ¡Uffff! Por poco – suspiró Michelanggelo – No entiendo porque hemos huido.

.- ¿Cómo quieres enterarte de qué se llevan entre manos si saben que pretendemos saberlo? – gruñó Donatello guardando la tarjeta de memoria en la riñonera:

.- Van a saberlo de todas formas. Ahora ya saben que hemos estado allí….- susurró Leonardo sin perder de vista las siluetas que recorrían hiperactivamente los callejones de los pies de los edificios que los rodeaban – espero que la información que hayas conseguido sea suficiente Don, porque no creo que vayamos a tener otra oportunidad de entrar.

.- Bueno…se trataba del único archivo oficial que se encontraba en el compartimento C. No me habéis dado tiempo de mirar en los demás.

.- Sí claro, ahora será culpa nuestra que les haya dado por ir a meterse unas rallas y entrar en la habitación – Comentó Micke sentado en la esquina apoyado en la pared. Lenardo se acercó y le pateó levemente el costado indicándole que se levantase:

.- Vayamos hasta la alcantarilla. Tenemos allí el deslizador.

La nevera de April era, claramente, la nevera de una chica. Ni comida grasa, ni porquería ni nada que pudiera considerarse bueno para comer.

Raphael arrugó la nariz observando toda aquella cantidad de yogures desnatados y de frutas demasiado maduras que adornaban el fondo del refrigerador. Arrugando la nariz en una mueca de asco, pegó el último trago de la cerveza apurándola al máximo para luego cerrar la nevera de un portazo y apretar el pedal de la basura que hacía que la tapa de ésta se levantase. Fue a arrojar la lata vacía cuándo divisó, en el fondo de la basura, un extraño aparato alargado de color grisáceo con una pequeña pantallita. Curiosa, la tortuga lo alcanzó y lo observó detenidamente sin tocarlo demasiado por encontrarse dentro del contenedor. Observó que en la pantallita habían los números colocados del uno al tres, y una pequeña rallita justamente en el número dos.

Arqueando las cejas, la tortuga adoptó una postura de sorpresa y gritó a Kasey:

.- ¿qué ocurre¿Ya has roto algo?

.- No digas chorradas….mira esto – Kasey alcanzó el extraño aparatito - ¿eso no es…?

.- ¿Un test de embarazo? Eso parece, des de luego – Kasey no pareció percatarse del asunto por unos instantes, pero tras seguir observando el aparato con detenimiento se llevó una mano a la boca sorprendido – esto…..tiene que ser de April…¿no?

.- De la perra si te parece – Raphael volvió a tomar el aparato en sus manos – yo no entiendo mucho de esto pero….por lo poco que se, me parece que si la ralla ésta está en el centro…..

.- ¿Embarazada….? – Raphael asintió ante la aturdida y confusa mirada de Kasey el cual empezó a temblar y se sentó aparatosamente en una de las sillas con la cabeza entre las manos.

La tortuga tiró de nuevo el aparato a la basura y se acercó a él apoyándose con los codos en la mesa de al lado. Lo observaba con una mirada interrogatória en la cara, esperando a que el humano le dijese algo, pero al parecer se encontraba en algún tipo de estado de shock:

.- Te has acostado con ella cabrón – dijo tomando una postura seria. Kasey sacudió la cabeza aún sosteniéndosela entre las manos:

.- No sería la primera vez pero…..no creí que fuera a pasar – Raphael se desplazó lentamente rodeando a Jones hasta situarse delante de él con los brazos cruzados. Kasey levantó la cabeza y miró a Raph con ojos temblorosos - ¿puede que sea mío?

.- O puede que no.

.- ¡No digas eso!

.- ¡Eh! No se que es lo que prefieres, que sea tuyo o que la chica se lo haya montado con otros – Kasey se levantó violentamente tirando hacia atrás la silla. Empezó a caminar nervioso por la cocina intentando digerir el mal trago del momento:

.- No puede ser, no puede ser, no puede ser – se repetía una y otra vez bajo la atenta mirada de Raphael. De golpe, Jones se giró hacia la tortuga y se le acercó con violéncia - ¡Tú sabes algo!

.- ¿Por qué lo dices?

.- Porque si no estarías igual de preocupado que yo o ya habrías hecho algún comentario de los tuyos! – Raphael apartó la cara intentando no cruzarse con la mirada culpabilizante de Kasey:

.- ¿No será tuyo?

.- ¡Ni de coña! No me metas en esto – un silencio incómodo pasó por la pequeña sala que únicamente disponía de una nevera, una mesa y algunas sillas. Raphael continuaba evitando la preocupada mirada de Kasey que parecía esperar algún comentario esperanzador sobre el tema:

.- Raph………….por favor….- suplicó Kasey pidiéndole a la tortuga que le contase lo que sabía. Raphael entornó los ojos y se apoyó en la mesa aún cruzado de brazos y suspiró antes de vocalizar la primera palabra:

.- No tengo fuentes de confianza pero……creo que Leo también ha estado con April contadas veces – la mandíbula de Kasey pareció caerse unos centímetros. Por unos instantes quedó con la mirada perdida en la cara de Raph hasta que éste se incomodó y le soltó un bofetón para que reaccionase:

.- Me estás mintiendo

.- Lo que tú digas atontado – Raphael empezó a marchar de la pequeña sala para ocupar de nuevo la ventana y controlar el intercambio de mercancías. Se percató de que Kasey no le seguía y se volteó a mirar. Alcanzó a ver cómo Jones se sentaba en la silla apoyándose con los codos en la mesa con la cabeza entre las manos. La tortuga pareció apiadarse de él por unos instantes y se arrepintió de no haber sido algo más suave con un tema así.

Raphael se acercó por detrás y posó su mano en el hombre del chico que no tardó en girar su cara:

.- Hoye, no creo que sea el momento de derrumbarse ahora. Me parece que lo que deberías hacer es hablar con ella…..más que nada para saber si es tuyo o no…..- "porque si es de Leo me parece que tenemos un problema" pensó para sí mismo a modo de acabar la frase. Kasey le sonrió levemente antes de resoplar desesperado:

.- No puedo…no me veo capacitado para hablarle sobre eso…..debería de ser ella la que me lo dijera ¿no? – Raphael torció la cabeza dándole la razón algo dudoso – tienes que hablar con Leo, Raph.

.- ¿Sobre eso¡Ah no¡Ni hablar! – la tortuga empezó a marcharse pero Kasey lo retuvo por el brazo mirándolo de una manera culpabilizadora:

.- Menudo amigo estás hecho.

.- Me estás pidiendo que le pregunte a mi hermano mayor si ha dejado embarazada a la chica que, a su vez, también se acuesta contigo. Yo si que no estoy capacitado para eso Kasey – el chico observó a Raph con ojos de cordero degollado, pero tras comprobar que no sacaba ningún tipo de reacción compresiva por parte de Raphael, le dio la espalda a la tortuga mostrando su enfado. Raphael entornó los ojos en una mueca de cansancio y desesperación:

.- Esta bien, maldita sea – la tortuga empezó a marchar de nuevo bajo la sonriente mirada de Kasey – intentaré sacarle algo, pero no prometo nada. ¿entendido? – Jones no respondió y continuó mirándole con una amplia sonrisa algo entristecida en la cara. Cuándo la tortuga empezó a marchar, Kasey susurró algo con la intención de ser escuchado lo mínimo:

.- Después de todo va a ser ella la que más te conocía cuándo solía decir que no eres nada más que una coraza escondiendo un corazón blandito – Raphael se detuvo en seco y apretó sus puños mientras enseñaba los dientes en la oscuridad de la sala deseando golpear a Kasey por unos momentos. Pero consiguió calmarse y ignoró el comentario por completo ubicándose, nuevamente, en la ventana observando cómo el viejo regordete y April seguían cargando las cajas. Solía ponerse muy nervioso con ese tema, pero, con el tiempo, había conseguido mantenerse impasible frente a los comentarios sobre Kyara.


Ke tal veis la cosa? Sigo en mi línia ¿no? Bueno, espero que os haya gustado y que os empuje a continuar leyendome :P. Sólo informaros que vamos a tener cotilleos, encontronazos y sorpresas para rato, pero todo se irá viendo (leyendo más bien XP)

Espero no haber dejado a nadie con la duda de algo por no haber leído la primera parte (si alguien se pregunta quien es Kyara ya lo sabrá más adelante ) pero si os preocupa algo ke no sea cómo demonios pueden besarse una tortuga y una humana (duda llevada a cabo por Hada XD) mira ke eres complicada! jajajajaj es broma nena, me izo mucha gracia!) pos que me lo pregunte en los reviews y contestaré en la proxima actualización.

Pues nada gente, nos vemos en el segundo capítulo. Dejadme reviews para comentarme haber que tal (tanto lo malo cómo lo bueno! ) Y besiyus a todo el mundo!

Bye bye! YaS!MUAKS!