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Married
(Casada Con El)
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—Resumen Completo: Sakura Haruno era una chica que estaba en la flor de su juventud, esperando su tiempo para entrar a la universidad y hacerse de una carrera… Su padre era un hombre despiadado y para su desgracia un magnate de los negocios que haría cualquier cosa con tal de ganar dinero incluso… ¿Casar a su hija? Para él, casarla con Sasuke Uchiha quien era un millonario arrogante, era lo que lo llevaría a la gloria y se lo estaba proponiendo a dicho hombre, pero sin saber que Sasuke tenía algo entre manos y nadie sabía lo que era… Un pacto… Un secreto.
—Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, le pertenecen a Masashi Kishimoto pero la historia es de mi total autoría. Lea bajo su propio riesgo y si la historia no es de su agrado, no la lea. Simplemente no vaya por ahí arruinando el trabajo de otro con su envidia. Gracias :)
—Advertencias: Lemmon — OOC — Lenguaje Explicito — Aquí Sasuke es un poco diferente y lo pongo en advertencias para que quede claro.
—Rating: M (+18)
—Notas: Esta es la nueva versión de Matrimonio de Conveniencia. La he traído aquí porque algunas me lo pidieron ya que la antigua versión esta algo mal escrita en algunos lugares y no tiene mucho sentido. Esta es la versión que está en Wattpad como versión Original. Espero que les guste y que le den una oportunidad nuevamente a la historia. Con respecto a las otras historias que aún no continuo, las continuare a su debido tiempo. Gracias.
—Posdata: Y para los que leyeron la antigua historia, aquí hay cosas iguales que la anterior pero hay otras que cambian, para saberlo, si tiene curiosidad, lo mejor será leer la historia en vez de preguntar.
—Historia Original: «Matrimonio de Conveniencia» por «MizzDeedeeBaby» en «Wattpad»
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Capitulo 1
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*—Sakura:
En ese momento, ella, Sakura Haruno, se encontraba con los audífonos de su reproductor de música puestos mientras cantaba a puro pulmón la canción que sonaba en el aparato. La canción se acabó y al mismo tiempo, escuchó como tocaban su puerta.
—Sakura…—llamaron su nombre mientras seguían tocando la puerta—Sakura...
Sakura bajo de la cama y caminó hacia la puerta, la abrió encontrándose con el ama de llaves de su familia. La mujer la miró con las cejas arqueadas y la chica le sonrió.
—¿Qué pasa, Yoko?—preguntó Sakura quitándose los cascos de los audífonos y deteniendo el reproductor.
—¿No vas a bajar a cenar?—le preguntó dulcemente la mujer, con una agraciada sonrisa—Tu padre mando a llamarte.
¿Su padre la mando a llamar? Sakura se extrañó. Esto era muy extraño. Su padre la llamaba muy poco, era rara vez cuando este deseaba verla. Su padre no era muy dado a ponerle atención a su hija menor, que era Sakura, este decía que era una chica rebelde, y Sakura no lo negaba porque esa era la verdad, así que pasaban el tiempo ignorándose mutuamente.
—No voy a bajar—le dijo al ama de llaves. Yoko puso una cara triste y Sakura le sonrió—Tu sabes cómo están las cosas. Ahora que termine el instituto y pasare el tiempo de vacaciones que tengo aquí junto a ese despreciable hombre que tengo como padre es mejor que nos ignoremos—le dijo a la mujer y volvió a sonreír—Extraño estar en el instituto, al menos cuando estaba allá no tenía que ver la cara de mi padre—dijo Sakura recordando su vida antes de salir de instituto, era divertida.
Yoko le palmeó el hombro.
—Sé que es así, pero es tu padre. Si él no hace el esfuerzo para que se lleven bien, hazlo tú. Enséñale a tratarte bien—le aconsejó la mujer.
Sakura intento reírse pero Yoko la miró seriamente.
—No voy a bajar—dijo Sakura por ultimo—Así que dile a mi padre que no lo hare—dijo esto dándose la vuelta y volviendo a la cama, se colocó los audífonos al tiempo que veía como Yoko salía de la habitación, sin decir nada por su decisión. Sakura sabía que no iba a decir nada y que la próxima persona que estaría en su cuarto en menos de cinco minutos seria su padre y acertó, porque su padre apareció por su puerta. Todo alto e imponente, Kizashi Haruno la miró con una mirada tan fría que podía congelar toda la habitación.
—He mandado a llamarte—dijo su padre.
—¿Que deseas, padre?—le preguntó Sakura comportándose por primera vez y siguiendo un poco el consejo de Yoko.
—Como dije, he mandado a llamarte, pero Yoko me dijo que no ibas a bajar—dijo su padre cruzándose de brazos.
—Si estabas ahí mismo porque no viniste a decírmelo tú, pero no tuviste que mandar a la pobre Yoko que de seguro está muy cansada—dijo Sakura recordando a la pobre mujer que debía de estar ya cansada de tanto trabajar.
—Eres algo irrespetuosa—murmuró su padre.
—Tengo algo de tu sangre—contrarrestó la chica.
Su padre sonrió gélidamente y se dio la vuelta.
—Hay alguien a quien quiero que veas, así que es mejor que bajes antes de que te arrepientas—dijo el hombre.
—¿Qué pasara si no bajo?—preguntó Sakura jugando un poco con su padre.
Su padre se volvió.
—¿Disculpa?
—No voy a bajar—dijo Sakura decidida. No quería ver a nadie y tampoco quería ver a alguno de los amiguitos de su padre—¿Acaso es otro de tus verdes vejetes amigos, que no pierden la oportunidad de acosar a cualquier chica menor de veinte?
Su padre entrecerró los ojos y dio un paso hacia ella. Sakura se echó hacia atrás. Si, sabía que estaba mal responderle a tus padres, pero su padre se lo había ganado y si su padre la golpeaba se lo tenía merecido. Ella odiaba a su padre y hacia las cosas para hacerlo sentir mal. Su padre trataba a todo el mundo con amor, menos a ella. Siempre se había preguntado si era su hija de verdad, ya que este solo se mostraba amable con estas, quizás porque estas seguían las órdenes de su padre sin rechistar. Estaba harta de sus riñas, estaba harta de todo, si no fuera por su madre, que se sentiría muy mal si ella se fuera, se hubiese largado de ahí hace años, pero no quería causarle sufrimiento ya que la quería demasiado, era su madre después de todo.
—Kizashi—dijo una voz femenina.
Su padre y ella miraron hacia donde había sonado la voz, su madre, Mebuki Haruno, apareció a su vista. Mebuki entró por completo en la habitación y cerró la puerta a su espalda.
—¿Qué pasa?—preguntó su madre mirándola.
—Papa no entiende que no quiero bajar a conocer a su vejestorio…—le dijo Sakura a su madre.
La mujer ahogó una risa y miró a su esposo.
—¿Vejestorio?—le preguntó Mebuki a su esposo.
Su padre se encogió de hombros y su madre soltó una carcajada, para luego mirarla otra vez.
—¿Por qué no bajas?—preguntó su madre con una sonrisa dulce.
—Pero…—quiso objetar Sakura.
Su madre le imploró con la mirada que no objetase nada, o al menos así lo vio Sakura, que asintió y se quedó callada. Su progenitora sonrió y agarró a su esposo de la mano, conduciéndolo hasta la salida, abrió la puerta y empujó a su padre afuera, antes de irse, se giró hacia ella.
—Ponte algo presentable—dijo su madre mirando sus pequeños shorts y su holgada blusa.
Sakura asintió para después ver como su madre le sonreía y se marchaba después, cerrando la puerta. Sakura se acercó a su armario haciéndole caso a su madre y buscó en su repertorio de ropas con poca tela, algo presentable. No tenía nada, ya que la ropa que usaba solo era para estar en casa y salir con sus amigas por ahí. Se alejó del guardarropa, quizás podía pedirle prestado algo a alguna de sus hermanas mayores… quizás… No, mejor no, tenía que encontrar algo presentable.
Se volvió otra vez al guardarropa y divisó algo blanco largo en él. Se acercó, ¿había estado eso ahí…? Sacó la prenda y la analizó. Era un vestido blanco, recordó que una de sus mejores amigas se lo había regalado hace unos meses, era un regalo y nunca lo había usado, quizás esta era la oportunidad. Se despojó de su ropa y se puso el vestido, volviéndose hacia el espejo observó su reflejo, no era muy corto pero tampoco muy largo, le llegaba a medio muslo. Se encogió de hombros, era lo único respetable que tenía además de su viejo uniforme del instituto.
Buscó unos zapatos que le combinasen y encontró en su zapatera unas sandalias del color del vestido, se las puso. Se acercó a la cómoda, quitándose la cinta que sujetaba su llamativo color de pelo, el cual era rosado. Se pasó un cepillo y lo dejo suelto. Miró sus ojos de color verdoso, se veían opacos y tenían bolsas negras debajo de ellos por el poco dormir que tenía. Se colocó una breve capa de maquillaje, tapándose las ojeras y solo para que pareciera natural y su cara no se viera muy opaca. Comprobó su estado otra vez en el espejo, se veía bien, decente, pero sabía que a su padre le molestaría de todas formas, sonrió para sí, aún mejor.
Salió de su habitación y se dirigió hacia donde sabía que estaban sus padres con el vejestorio, cuando entró en el salón, la conversación cesó y los presentes dirigieron su mirada hacia ella, Sakura se fijó rápidamente en el hombre que estaba sentado al lado de su padre, que no era para nada un vejestorio, era un hombre joven, lo que más llamaba la atención era su pelo, que era negro y largo, atado en una coleta, no combinaba para nada con el traje que llevaba.
«Es muy guapo…», pensó Sakura mientras se acercaba con una sonrisa en la cara.
Se sentó al lado de su madre y fijo la mirada otra vez en el hombre que la miraba por igual.
«Que ojos tiene…», pensó viendo profundos y siniestros ojos negros. Parecía como si el hombre fuera un misterio andante.
—Ella es mi hija menor, Sakura—dijo su padre presentándola ante el hombre.
—Un placer, Sakura-chan—dijo el hombre guapo con una sonrisa demasiado derrite mujeres—Soy Itachi Uchiha.
—¿Uchiha?—le preguntó Sakura, le resultaba demasiado conocido el apellido.
Itachi asintió.
—Soy el hermano mayor de Obito—dijo Itachi refiriéndose al esposo de su hermana mayor. Con razón el apellido le parecía conocido, además de que el hombre en si se parecía al esposo de su hermana.
«Con razón se parece mucho a Obito…», pensó Sakura mirando al hombre por el rabillo del ojo, aunque tenían varias similitudes, era obvio que Itachi se veía mil veces mejor que su cuñado, además de que se veía más amable que su cuñado.
—Un placer—dijo Sakura mostrándole su buena educación, eso y para que su padre vea que ella era una chica educada cuando se lo proponía.
Itachi levantó la barbilla en forma de saludo y Sakura vio que Itachi parecía como si hubiese dormido mucho en su vida, tenía algo de ojeras, pero eso le daba un toque sexy y como había dicho antes, misterioso.
—Pensé que ibas a venir con Sasuke—dijo su padre volviendo a la conversación de antes.
Itachi se sobresaltó y miró rápidamente hacia el padre de Sakura.
—Mi hermano no está en la ciudad en estos momentos—agrego rápidamente Itachi e hizo una mueca—Así que por eso vine solo—contestó Itachi.
—Ya veo—murmuró Kizashi pasando una mano por su barba oscura—¿Cuándo vuelve a la ciudad?—preguntó su padre—Cuando lo llame ayer no dijo nada de estar fuera de la ciudad.
—Quizás se lo olvido—dijo Itachi encogiéndose de hombros.
Sakura se quedó mirando al tipo. Este era muy extraño. Actuaba de una forma igual de extraña. No entendida cual era la razón por la que Sakura tenía que estar allí escuchando a su padre y a este hablar del tal Sasuke este… Sabía que era el hermano menor de Itachi y de Obito, lo había visto en la boda de Obito hace unos años pero ella nunca se relacionó con él. ¿Por qué hablaban de él…? ¿Qué era tan interesante sobre aquel tipo? Aquella vez que lo vio, le pareció un tipo frio y arrogante, de seguro el seguía siendo igual, claro, con ese gran físico que tenía cualquiera lo seria.
—Ya lo llamare y hablare con él—dijo su padre a Itachi.
Itachi hizo otra mueca.
—Si es lo mejor—dijo Itachi y miró a Sakura con expresión seria, Sakura se preguntó porque la miraba de esa manera—Ya tengo que irme.
—¿Pensé que te quedarías a cenar?—cuestionó su padre.
—Emm…—Itachi se rascó un lado de la frente con un dedo—Recordé que tengo cosas que hacer—dijo Itachi.
Si no fuera por su expresión nerviosa, Sakura se lo hubiese creído, pero era obvio que el hombre quería irse de allí rápido. ¿Qué le pasaba?
Su padre y el hombre se levantaron, Itachi se despidió de su madre quien había permanecido en silencio y se marchó del salón junto a su padre. Sakura miró a su madre que se levantó y se alejó de ella, aquello era muy extraño. ¿Por qué aquel hombre estaba ahí? ¿Por qué su madre se sentaba en otro lugar y tenía esa expresión de tristeza en la cara? Algo estaba pasando… Se siguió preguntando sobre Itachi… Ella nunca lo había visto en su vida, ni siquiera en la boda de su hermana con Obito. Obvio, sabía que era hermano de Obito porque lo había escuchado pero parecía que la relación entre estos hermanos no era muy buena.
Sus hermanas mayores hicieron aparición en el salón. Shizune y Tenten se acercaron a ella mientras que Rin iba con su madre. Shizune tomó a Sakura del brazo.
—Viste que guapo era, Sakura—dijo Shizune con ojos brillosos—Es igual que sus hermanos.
Sakura se rió, al parecer a su hermana le había gustado Itachi, bueno a cualquiera le gustaría, incluso a ella le había gustado y ella que había pensado que era un vejestorio o peor aún un hombre igual que su padre, pero se llevó todo lo contrario, con las pocas palabras que intercambiaron le pareció un hombre muy simpático, aunque uno no podía juzgar un libro por su portada. Él había parecido muy nervioso y algo misterioso, como si ocultase algo… No podía fiarse de este.
—Sí, se ve muy bien…—admitió Sakura encogiéndose de hombros.
—¿Bien? ¡Es guapísimo!—exclamó Shizune emocionada.
Shizune comenzó a hablar con Tenten sobre Itachi y Sakura las ignoró para observar a su madre y a la hermana mayor de todas, Rin. Ellas dos se mantenían hablando en voz baja. Se levantó, era mejor irse de allí. No entendida porque la habían hecho bajar para conocer al tipo ya que no dijeron mucho sobre este ni la razón por la que vino. Sakura se quedó pensativa… Se estaba imaginando cosas.
—Te quedas ahí—dijo su padre apareciendo en el salón, deteniendo a Sakura que volvió a tomar asiento en el sofá. Su padre se detuvo frente a ella y la señaló con el dedo—No entiendo porque has tratado a este hombre de esa manera.
Sakura parpadeo confusa. ¿Qué diablos? No había hecho nada, pero no objeto sobre ello, por primera vez iba a escuchar lo que su padre iba a decir antes de replicar, a veces ella tenía por manía mirar a la gente fijamente con miradas extrañas pero era porque era muy expresiva, quizás lo había mirado mal y no se había dado cuenta.
—Ese hombre que estaba aquí es uno de mis más grandes asesores y te comportas de esa manera, va a creer que no te damos educación y tú sabes muy bien que es bastante la que te damos—le espetó este.
Sakura arqueó las cejas. ¿Por qué mierda su padre le saltaba con aquello? Había sido educada con Itachi, se había mantenido al margen, guardando a la chica rebelde que era dentro de su interior.
—No he hecho nada—le dijo Sakura levantando el mentón hacia su padre.
—Tú nunca haces nada—dijo su padre exasperado—Te quiero el lunes en mi despacho temprano—dijo Kizashi.
—¿Es una orden?—preguntó Sakura siguiendo desafiando a su padre.
Este se rió y la miró con una mirada gélida pero no respondió. Sakura entrecerró los ojos y su padre le lanzo una mirada asesina. Maldición había perdido la batalla de miradas. Sakura desvió la mirada lejos de este. Era injusto, ella no había hecho nada delante del hombre no entendía porque su padre la trataba así. Su padre no dijo más nada, se fue del salón y cuando escuchó como la puerta del estudio de su padre se cerró con fuerza, su madre se acercó a ella y dijo:
—No le hagas caso—dijo Mebuki sonriendo con una sonrisa dulce.
—Yo no he hecho nada—dijo Sakura a su madre haciendo un puchero.
Mebuki le sonrió.
—Lo sé, es solo que tu padre está muy…—comenzó a decir su madre pero se calló abruptamente y se llevó una mano a la frente, frotándosela como si le doliera.
Rin se acercó a su madre.
—Mama es mejor que vayas a descansar…—dijo está poniéndose detrás de ella y masajeando sus hombros.
—Si—aceptó su madre, pero no se fue a descansar, se quedó ahí frente a Sakura mirándola con la misma expresión de antes, de tristeza—Sé que tu padre te ha tratado muy mal últimamente, lo siento, es solo que tu padre… estamos pasando por una situación muy… —su madre se interrumpió y desvió la mirada.
¿Qué es lo que sucede? Sakura arqueó las cejas. No entendía porque su madre se había interrumpido.
—¿Qué está pasando, madre?—preguntó Sakura, se estaba preocupando.
Mebuki negó con la cabeza.
—No pasa nada—dijo Mebuki sonriendo para tranquilizarla—Solo quiero que me escuches y por primera vez has caso a lo que tu padre dice—dijo está dándole un consejo que a Sakura no le gustaba mucho.
—¿Por qué debo hacerlo?—cuestionó Sakura, aquello no era algo muy bonito que digamos, acaso su madre no sabía que odiaba a su padre, bueno, no lo odiaba en sí, pero no lo toleraba, hasta que su padre no comenzase a entenderla y a hablarle así como le hablaba a sus hermanas, sin presión, las cosas cambiarían entre ellos y quizás, Sakura comenzaría a respetarlo.
Su madre volvió a frotarse la frente.
—Por favor—pidió Mebuki—Solo hazlo.
—Madre no gastes saliva en Sakura—dijo Rin mirándola y haciendo de muy mala manera—Lo que le dices a Sakura le entra por un oído y le sale por el otro. Es la persona más egoísta que he conocido hasta ahora.
¿Qué mierda? Sakura abrió la boca. Okay, al parecer hoy era el día de Jodan a Sakura. Esta apretó las manos, haciéndolas puños. No le importaría golpear a su hermana por lo que estaba diciendo. Era cierto que Sakura a veces era egoísta e insensible con otras personas lo era pero con su madre era un asunto aparte.
—No sé de qué hablan—dijo Sakura—Hablan como si yo me hubiese comportado de mala manera delante del visitante o como si hubiese hecho algo malo cuando lo único que hice fue sentarme en silencio escuchando a papa y a ese hombre hablar sobre otro y otras cosas que no me importan—dijo Sakura—Baje solo para ver a un hombre atractivo… ¿eso era todo? ¿Qué más querías? ¿Qué le abriera una alfombra roja para que caminase allí o algo?
—Claro que no fue para eso, solo queríamos que lo conocieras—murmuró su madre—Emm, es mejor que lo olvides por el momento—dijo ella haciendo un ademan de manos como restándole importancia para después darse la vuelta.
—¿El qué? ¿A qué te refieres?—preguntó Sakura, su madre estaba diciendo cosas raras. ¿Por qué tenía que conocer a ese hombre?
—Madre—murmuró Rin—Pienso que…
—No te metas en esto Rin.
Esto era tan confuso.
—Mama, no te guardes la lengua y suéltaselo—dijo Rin.
Sakura miró de mala manera a su hermana mayor. ¿Qué no se guarde la lengua y que se lo suelte? ¿Qué mierda era lo que pasaba allí? Sakura estaba más confundida que estar en una clase de trigonometría la cual no entendía para nada.
—¡Rin!—la regañó su madre.
Su hermana frunció el ceño y le cortó la mirada. Sakura se acercó a esta. Estaba a punto de volarle encima. Se merecía una cachetada, estaba harta de su hermana mayor. Le hablaba como si ella tuviese la culpa de todo lo que pasaba, lo cual ni siquiera sabía que sucedía realmente.
—¡Rin me estas cabreando!—le dijo Sakura con tranquilidad, solo esperaba que su hermana siguiera con su actitud de estúpida para entrar en acción. Sakura no tenía mucha paciencia con estas cosas.
—¡Sakura! ¡Rin! ¡Ya basta!—se metió su madre.
—Está bien—dijo Sakura cruzándose de brazos.
—Solo creo que deberías decirle mama para que así deje de ser tan mente vacía y ponga los pies en la tierra pronto—dijo Rin.
—¿Cuál es tu problema?—preguntó Sakura—¿He hecho yo algo que te ponga de mal humor? ¿O es que acaso tienes problemas con tu esposo y quieres pagarlos conmigo?—preguntó Sakura y soltó una carcajada—Ya sabía yo, ese matrimonio de ustedes fue muy rápido, jure que era porque estaba embarazada pero ya veo que no—murmuró Sakura mirando el vientre de su hermana, este no había crecido los meses después de la boda, la cual fue hace dos años—De seguro ya él está harto de ti y tiene a otra mujer, y quizás la otra chica se parece a mí y por eso montas la bronca conmigo.
Rin soltó una carcajada.
—No me hagas reír.
Sakura se encogió de hombros.
—Puede suceder—dijo Sakura—Es un tipo bastante guapo y tú no eres lo bastante bonita—dijo Sakura dándole una mirada despectiva. Esto cabreó a su hermana ya que dio un paso hacia ella pero se detuvo y sonrió maliciosamente.
—Ríete todo lo que quieras—dijo Rin cruzándose de brazos—Cuando el destino te golpee en la cara no estarás riendo—dijo antes de darse la vuelta y marcharse del salón.
¿Qué mierda? Que no iba a estar riendo cuando el destino le golpease la cara. No sabía a qué se refería con esto. Sakura no había hecho nada malo hasta ahora, bueno, ser irrespetuosa con sus padres, pero eso lo hacía cualquiera, sucedía de vez en cuando.
—No le hagas caso—dijo su madre acercándose para después seguir los pasos de su hija mayor y marcharse del salón.
Sakura se quedó en el salón preguntándose qué estaba pasando con su familia. Shizune y Tenten se acercaron a ella y le palmearon la espalda, para luego marcharse del salón, eso sí, después de que Shizune murmuraba algo que casi no entendió bien, la única palabra que pudo entender fue matrimonio.
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*—Sasuke:
Había pasado varios minutos desde que se había bajado del avión y ahora caminaba junto a su asistente hacia su vehículo privado. Le dolía la espalda y estaba hecho polvo, había pasado aquel fin de semana revisando informes cuando debió de haber estado descansando. Soltó un suspiro. Quería irse directamente a su piso a hacerle el amor a su cama, pero no, tenía que ir a una estúpida reunión con un imbécil que no podía esperar otro día.
Su chofer abrió la puerta trasera y Sasuke Uchiha entró junto con su asistente. Una vez que se acomodó en el asiento, recostó la cabeza contra en respaldo del asiento al tiempo que el chofer se subía al auto y arrancaba. Si hubiese sido otra persona le hubiese dicho a su chofer que pusiera rumbo a su piso y no a la empresa del socio de su padre, Kizashi Haruno, pero como él era un hombre muy competente y no le gustaba dejar las cosas para después, no dijo nada.
—Señor—lo llamó su asistente a su lado, llamando su atención.
Sasuke la miró con una ceja arqueada. ¿Qué quería su asistente ahora? Esperaba que no le dijese que tenía una reunión después de la de Kizashi, seria tedioso.
—¿Qué pasa?—preguntó a la mujer.
—Puedo llamar al señor Haruno y cancelar la reunión—dijo su asistente—Si usted quiere...—dijo está sonriendo.
Sasuke negó con la cabeza.
—No importa, mientras más temprano salga de esto, mejor—dijo Sasuke revolviéndose el cabello negro con una mano.
—¿Esta conforme?
¿Conforme? No lo estaba pero que mierda importaba, él solo quería llegar a sus metas y para hacerlo tenía que ver a Kizashi Haruno.
—No importa—volvió a decir Sasuke al parecer la mujer no entendía que ya no importaba.
El silencio volvió en el auto.
—¿Está bien?—pregunto su asistente que no entendía que Sasuke no deseaba hablar—No parecer estarlo—dijo ella tan cerca de él, demasiado cerca.
Sasuke bajo la mirada hacia los pechos de la mujer que se asomaban por la blusa entreabierta de su asistente, si no hubiese estado cansado quizás estuviese haciendo otra cosa, como tener relaciones en el auto con su asistente, sin importarle que el chofer los viera. Sonrió con su sonrisa característica.
—Solo estoy cansado—le dijo Sasuke conteniendo un bostezo, además tenía algo de sueño. Tenía par de días sin dormir bien. Aquella semana que había estado en Washington se la había pasado de reunión en reunión, resolviendo algunas cosas, revisando informes. No había tenido mucho tiempo para descansar.
—¿Por qué no duerme señor?—preguntó ella—Puede tomar una pequeña siesta...—dijo su asistente y se señaló el regazo—Aquí...
Sasuke arqueó las cejas y luego sonrió. Sabía muy bien lo que pensaba su asistente. Se recostó su regazo, quedando conforme y cerrando los ojos para echar una pequeña siesta.
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*—Sakura:
La pelirosa maldijo mientras entraba en el edificio donde está la empresa de su familia. Odiaba tener que venir allí y más cuando ella deseaba estar sentada en su habitación escuchando música o viendo series. Miro su reloj, había llegado a la hora acordada, no iba atrasada, lo único que le molestaba era como estaba vestida. Su madre había insistido en que se vistiera como si ella fuese a una entrevista de trabajo. Bajo la mirada, mirando la falda negra por debajo de las rodillas que llevaba y la blusa de manga larga de color blanca, no le gustaba esa ropa, pero su madre la había obligado a que se vistiera así y que también se pusiera tacones para que se viese más formal. Ella no le gustaba mucho los tacones, era alta y con ellos parecía una jirafa. La mayor parte del tiempo usaba sandalias, zapatillas de deporte o botas de tacón bajo, pero los tacones eran otra cosa, era demasiado alta para usarlos, además de que eran incomodos.
Se detuvo frente al ascensor y lo llamó. En el reflejo de la puerta se vio, Genial, el moño que tenía en la cabeza estaba hecho una mierda, su cabello nunca se quedaba quieto cuando ella quería además de que este era de un asqueroso color. Lo había heredado de su padre al parecer lo único en un tono mucho más claro. Se llevó una mano al moño, intentando arreglárselo, pero lo que hizo fue desarreglarlo más y lo dejo. Ya más tarde lo arreglaría, eso sí, si es que tenía tiempo.
—¿Dios, por que tarda tanto esta cosa…?—preguntó Sakura refiriéndose al ascensor.
Estaba desesperada. Quería irse de allí. Empezó a mirar por el lugar, hacía tiempo que no pisaba los condominios de su padre. Sakura hizo una mueca. ¿Para que lo haría de todos modos si de todas formas no era muy bienvenida allí? Comenzó a jugar con sus pies, para luego escuchar unos ruidosos pasos de tacones sobre el suelo. Sakura volvió la cabeza sobre el hombro para curiosear, para ver quién era que llevaba esos tacones tan molestosos.
Una pareja se acercaban hacia ella. Sakura sin discreción alguna observó a la mujer que tenía la cabeza gacha como si le hubiesen dado un sermón o quizás era pura vergüenza, había mujeres que todavía actuaban así en esta época. No le dio importancia y sus ojos se dirigieron hacia el hombre, quien se parecía a alguien que había conocido, la mierda es que no supo a quién. El hombre era guapo y muy alto. Según vio tenía el cabello oscuro y algo desarreglado, como si se hubiese levantado, cosa que le daba un toque muy sexy.
Sakura se mordió el labio inferior y siguió comiéndose con los ojos a aquel hombre, hasta que tuvo que darse la vuelta rápidamente, ya que ellos estaban a unos pasos de ella, probablemente pensaban que era un pervertida acosadora.
En ese mismo momento se abrieron las puertas del elevador y Sakura agradeció al cielo. Entró junto a la pareja que acababa de llegar. Las puertas se cerraron y Sakura se acercó al panel de control para indicar el piso al que iba, pulso el botón del quinto piso que era el piso donde estaba la oficina de su padre. Con el rabillo del ojo observó a la pareja, que ni se inmutaron en presionar algún botón, tal vez iban al mismo piso que ella.
Sakura volvió a observar al hombre que estaba a su lado, de cerca era mucho más guapo. Seguía diciendo que se le parecía a alguien pero no podía asociar el parecido a algún nombre.
—Me duele el cuello—dijo el hombre llevándose una mano a este y sobándose el área adolorida.
—Cuando salgamos le daré un masaje, mi señor—dijo la mujer coquetamente.
Sakura silbó bajito, no era metiche, pero era obvio que la mujer se sentía atraída y que era alguna empleada del hombre, claro, por el «señor» o al menos que fuese una sumisa y que a este le gustaba que lo llamasen por ese arquetipo.
—No importa—la interrumpió el hombre—Cuando termine de hablar con Kizashi me iré y tú me acompañaras—coqueteo el hombre.
Genial, Sakura se estaba sintiendo el tercero en discordia, una violinista. Se movió incomoda en su lugar. Vio como la mujer asentía. Sakura observó la escena con una mueca, al parecer a la mujer le gustaba el hombre o quizás tenían una relación, pero a ella que mierda le importaba, ni siquiera lo conocía, aunque se sintió un poco celosa de la mujer, una mujer como ella y tenía a un hombre como él.
—Le dije que podíamos haber llamado al señor Kizashi y…—dijo la mujer.
—Shh—la mandó a callar el hombre—Ya estamos aquí, ¿no? Kizashi me está esperando.
Sakura parpadeó sorprendida al darse cuenta de que el hombre había mencionado el nombre de su padre y ella sabía que su padre era el único que tenía ese nombre en su edificio, iba a preguntar pero antes de replicar algo su bolso comenzó a emitir su canción favorita de su grupo de pop coreano supo que era su celular, lo sacó del bolso. Hablando del diablo… Contestó.
—Dígame—contestó.
—Aun no te veo aquí—escuchó que decía su progenitor.
Sakura se tragó un improperio y sonrió.
—Estoy en el ascensor, padre—murmuró rodando los ojos. El hombre era un maldito, ni que ella fuese Flash para llegar rápidamente.
—Más te vale—dijo su padre y le colgó dejándola con la palabra en la boca.
Sakura gruño saliéndosele un improperio y luego se tapó la boca, miro hacia la pareja. El hombre la estaba mirando con las cejas arqueadas. Sakura le sonrió y susurró una disculpa. El hombre sonrió y Sakura se fijó en que sus ojos eran tan negros como la noche y llamaban mucho la atención. Obvio que él también llamaba la atención, tenía una cara muy hermosa, como si hubiese sido tallada por los dioses. Intento no ruborizarse, diciendo que había hombres más guapos que él, como su mejor amigo Sasori, él era guapo también.
Dejó de comérselo con la mirada y agachó la cabeza, sintiendo como sus mejillas se calentaban. Desvió sus pensamientos. Metió el móvil de gama alta en el bolso. De seguro él pensaba que quizás era una empleada de aquel lugar, todo por la ropa que llevaba. Lo que su madre le hacía hacer, o mejor dicho su padre la obligaba a hacer.
«Maldito viejo», murmuró en su mente y deseando decírselo a la cara a su padre.
El elevador se detuvo y cuando las puertas abrieron, salió rápidamente de él, quería irse de allí rápido, de todos modos ni siquiera sabía para que estuviera allí hoy. Fue hacia la secretaria de su padre, quien estaba fuera de la oficina de este. Cuando estuvo frente a ella, la mujer, quien estaba hablando por teléfono, se apartó el aparato de la cara.
—Te espera adentro—le dijo la secretaria al verla y volviendo a lo que estaba haciendo.
Sakura asintió y se dirigió hacia la doble puerta de madera, se detuvo frente a esta y suspiro mientras llevaba una mano hacia el manubrio, lo giro y empujo la puerta. Entró en la oficina de su padre. Lo buscó con la mirada. Su progenitor estaba sentando en su enorme sillón detrás de aquel amplio escritorio con su aire de dictador. Tenía las manos unidas y la miraba fijamente. Ella le sonrió y su padre siguió con la mirada dura sobre ella. Sakura suspiro, cerró la puerta y marchó hacia el centro de la habitación, tomó asiento frente a su padre.
—¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué quisiste que viniese aquí…?—preguntó Sakura confundida, no entendía porque estaba allí.
—Espera a que llegue—dijo su padre.
¿Esperar a que llegue? ¿Quién? En ese instante se abrió la puerta, Sakura volvió la cabeza y se sorprendió bastante. La persona que estaba entrando en ese momento, era el guapo hombre del ascensor e iba solo.
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Luego de que una lectora me hablase sobre la idea sobre hacer una edición a la antigua versión de Matrimonio de Conveniencia que esta qui, me dije, ¿por que no? No pierdo nada pero no quise perder el tiempo con la antigua versión y preferí modificar la que tengo publicada en Wattpad. Asi que es por eso que traje la otra versión aquí a Fanfiction. Aquí cambian uff muchas cosas, obviamente comenzara un poco parecida a la otra pero ira cambiando en algunas cosas, pero les diré que para los que me leen desde hace mucho y se han leído dicha historia, es mejor que no vuelven capítulos y seguirla pie a pie.
Gracias por leerla y apoyarla. Se los agradezco de corazón.
