01: Invocaciones.
Tragué en seco, mientras sentía una gota de sudor caer lentamente por mi frente, con la cabeza oculta bajo mi capucha. Sin darme cuenta, apreté de forma nerviosa el orbe verde que llevaba en mi mano derecha, indeciso...
¿Debería esperar un poco? ¿O mejor invocar ya? ¿acaso existe la posibilidad de que el resultado sea diferente con segundos diferencia? ¡AHHH!
Estas preguntas no me dejaban dormir...
Suspiré profundamente, haciendo lo posible para alejar todas las tontas intrigas de lado para proseguir con mis planes.
Despacio, coloqué el orbe sobre el altar, junto a otros 5 de color arcoíris a su alrededor, y finalmente, dí unos cinco pasos atras para alzar mis brazos y susurrar unas palabras que cruzaban por mi mente, eran vitales para usar esta habilidad especial: ¡La invocación!
Al terminar la frase, todo a mí alrededor fue cubierto por un haz de luz que lentamente se materializó en una figura, mis esperanzas eran altísimas. El reino de Askr necesitaba héroes fuertes, y traerlos desde sus mundos usando este poder era mi misión desde que tenía memoria...
...
-Adelante, demuestrame tus habilidades - me ordenó el principe de Aslkr Alfonse, quién a pesar de actuar amable su semblante delataba que no confiaba en mí.
Nosotros éramos los únicos aquí, la comandante y la princesa estaban haciendo otras cosas.
-¡Va...vale!- respondí sin titubear, aunque su semblante solo empeoraba mis nervios. La invocación era una habilidad extraordinaria que podía ser capaz de traer héroes de otros mundos... No obstante, estaba la posibilidad de traer ante tí algun pueblerino corriente que más que ayuda solo sería una carga para el equipo.
Desde el inicio de los tiempos, nacieron muchas leyendas sobres distintos héroes espadachines quienes acompañados de grandes ejércitos enfrentaban los males de sus respectivos tiempo con una determinación digna de un heredero al trono, junto a una sabiduría inigualable.
Y esta vez... ¡debía demostrarle al destino que sabía mi papel en este mundo!
Tras hacer los preparativos de la invocación y ser rodeado de la luz blanca, finalmente, la silueta apareció.
No pude evitar shockearme al ver que tras la luz había aparecido una de las tantas figuras legendarias. Una chica con cola de caballo, vestida con un traje de aprendiz, el viento revoloteaba su morada cabellera tal como las leyendas solían describir a estos héroes, y su mano derecha sujetaba el mango de su enfundada arma.
Alfonse se sorprendió, aunque quizás su expresión no superaba mi repentino shock.
¡Lo había logrado!
La recién aparecida, desenfundó su arma, extendió un poco sus piernas y estiró su brazo armado hacia su derecha, esbozando una sonrisa -Mi nombre es Fir, aprendiz del arte de la espada, viajó por el continente en busca de nuevas técnicas. Estoy a tu servicio.
Mi cara no podía salir de su asombro en ese momento, porqué técnicamente esta era la primera invocación que logré con resultados positivos. Las lágrimas de felicidad no paraban de formarse en mi ojos.
-Lo Logré... ¡Lo logré!- alzé mis brazos para celebrar mi "victoria" acción que tomó por sorpresa a mis dos expectantes.
-¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?- Fir me preguntó preocupada.
Sentí una mirada algo burlona de Alfonse, supuse que le causó gracia mi reacción.
No paré de demostrar mi euforia manteniendo mi ánimo positivo el resto del día(hasta que me dolieron las mejillas)
...
Usar la invocación era bastante arriesgado, se trataba de un poder que podría volver a cualquiera avaricioso por seguir invocando héroes más poderosos. Por ese motivo la habilidad decidió regularse a si misma a depender de la suerte. En mi tierra natal existían varios medios para utilizarla, yo apenas la había practicado, por eso me sorprendió lo que logré ese día.
Tras eso seguí practicando, en paralelo con mis técnicas de estratega. Tenía el presentimiento de que necesitaríamos guerreros más poderosos en un futuro cercano.
No podía decepcionar ni a askr, ni a los héroes en esta guerra contra Embla. Ellos ya habían pasado por lo mismo, estaba claro que entendían nuestras intenciones tras ser llamados por mi poder.
Yo, tenía que seguir entrenando, debía seguir invocando, era mi deber como el estratega de askr, y subcomandante de este ejército, ¡no podía fallarles a mis compañeros!
Finalmente, la luz desapareció y mi visión se enfocó con ligero shock al ver quién respondió a mí llamado.
Una figura fornida, de cabello castaño, quién tras un movimiento usando su acha y colocar el filo en el suelo, me observó con una sonrisa, una que hacía resaltar su bigote -mi nombre es Bartre, un guerrero por así decirlo, ¿crees que pueda ser suficiente para tu ejército?
-Ehh pues, ahh...- ¿Qué demonios debería decir? No es que odiara tener su ayuda, o que no fuera lo que esperaba... en parte.
-¿Qué ocurre chico? Pareces nervioso, ¿hiciste algo inapropiado?- insinuó entre risas.
¡Mierda... espero no lo haya dicho enserio!
¡Rápido Kiran, piensa una mentira!
-¡ALLÍ ESTÁS!
-Rayos...-murmuré, antes de mirar hacia atrás sobre mi hombro. La expresión de Bartre seguro es un dilema ahora mismo.
-¡¿Pensabas que podías esconderse de mí verdad?! ¡No dejaré que te salgas con la tuya!
-Ba...Bartre, puedo explicarlo...
Verán, hace unas semanas invoqué a Bartre por primera vez... Por alguna razón mi invocación seguía volviendolo a traer otras versiones similares de distintos héroes.
-No hace falta, lo vi con mis propios ojos...
-Si me permite, ¿quién eres tú?- preguntó el Bartre recién invocado.
-Soy tú, es difícil de explicar pero te lo aclararé luego, tengo asuntos pendientes con Kiran.
El recién aparecido asintió, ahora mirándome con los brazos cruzados - No suelo enojarme hasta este punto con mis líderes, ¡Por naga! ¿Qué hiciste?
Tragué en seco, ambos me miraban con la misma expresión amenazante. Di unos pasos hacia atrás, sin apartar la mirada, levemente esperanzado de encontrar la forma de escapar a escondidas.
-Verás compañero... ¡Este idiota, está saliendo con mi hija!
-¡QUÉEEEEEEE!
-Puedes volver a casa cuando quieras... eh ehhhh... jeje, nos vemos!- me despedí antes de salir corriendo de allí, apartando de mi mente la idea de parar al momento de escuchar las fuertes pisadas de ambos siguiendome.
-¡En serio no es lo que creen! ¡Déjenme explicarles!
-¡CALLATE Y DETENTE, ENFRENTA LAS CONSECUENCIAS!- me gritaron los dos a perfecto unísono.
Si tuviera que hacer un resumen explicando la habilidad de invocar, definitivamente colocaría lo increíble e importante que es para mí vida...
-¡No escaparás estúpido!- al unísono de nuevo.
Seguí mi camino a toda prisa, sin idea de donde parar, con la adrenalina al límite.
Pero...
Traía consigo la maldición de la suerte...
-¡QUÉ INFORTUNIO!- Grité finalmente, sin remota de idea de en dónde terminé perdiendo a los dos héroes ese día.
