Disclaimer: Naruto no me pertenece, sino a Masashi Kishimoto.

Hola a todos de nuevo, ya sé que debería estar escribiendo ''Las apariencias engañan'', pero es que he estado muy ajetreada estos meses. Y mejor no me enrollo más, que son las tres de la mañana y estoy agotada xD.

Aquí os traigo un nuevo escrito ''Ojo por ojo''

¡Ojalá lo disfruten!


CHAPTER 1 : DESEO

Ninguno de los dos se acordaba desde cuando eran amigos.

Diez años, tal vez quince, o puede incluso que fuesen amigos desde que habían nacido. Ninguno de los dos lo sabía. Solo sabían que eran amigos, y eso era lo único que importaba. Conocían hasta el más mínimo detalle de la vida del otro, siempre se lo contaron todo.

Desde pequeños, esa relación fue madurando, Sasuke veía en Hinata a su hermana pequeña. Y ella pensaba que le pasaba lo mismo con Sasuke..., pensaba.

Debían de tener doce o trece años, cuando aquella tarde Sasuke se dejó en el aula unos libros. Hinata los cogió, dispuesta a llevárselos a Sasuke a su casa. Decidió acortar el camino a casa de él cruzando por el parque. No debió hacerlo. Allí estaba su amigo, con una chica de su clase, sentados en un banco fundidos en un abrazo, con los ojos cerrados y con sus lenguas enredadas.

Hinata dejó caer los libros. No sabía por qué, pero le dolía el pecho, era una sensación agobiante que no la dejaba respirar. Salió corriendo de allí, con las lágrimas humedeciendo sus pálidos ojos. Al llegar a su casa estaba agotada de tanto correr, así que entró en su cuarto, se tiró en la cama y se puso a reflexionar sobre el tema.

Sasuke era su hermano, así que... ¿por qué le dolía verle con una chica?, ¿no se suponía que debía estar feliz por su hermanito?, ¿acaso era una mala persona por desearle lo peor a aquella chica que no le había hecho nada?

Tardaría Hinata en darse cuenta que cuanto más pasaba el tiempo, y Sasuke quien cada vez salía con más chicas, empeoraba esa sensación. Tampoco tardó en darse cuenta de lo que era.

Se llamaban celos. Celos de que su hermano tocara de esa forma a esas chicas y no a ella. Celos de que fuera a ellas a quien más atención mostrara. Celos de que no la quisiese a ella como quería a las otras.

Tampoco preocupaba demasiado ese tema a Hinata, por que al poco de empezar a salir con alguna de esas chicas, cortaba. Sin embargo, le seguía doliendo el hecho de que la viese solo como a su hermana. Solo como a su hermana...

SEIS AÑOS DESPUÉS

Se despertó cinco minutos antes de que sonase la alarma. Lo prefería así, si hubiese llegado a sonar, habría despertado a su acompañante. No, mejor así, sin despertarla, al fin y al cabo, todas eran igual de molestas al día siguiente.

Se sentó en la cama, y buscando su ropa con la mirada, se mesó los cabellos negros como la noche. La encontró tirada en un rincón de cualquier forma. Se vistió lentamente, sin hacer ruido.

Echó una última ojeada a su habitación antes de salir. Hizo una mueca de asco al verla a ella durmiendo desnuda en la cama. Todas eran igual de fáciles, te acercas, les echas un piropo, y al momento siguiente están lamiéndote los pies, rogando por que hagas cualquier cosa con ellas, se dijo Sasuke.

Pero bueno, al menos había pasado buena noche... si se quitaba el incidente que había tenido, y del que nadie jamás se enteraría. Por suerte, aquella mujer, de la que ni sabía el nombre, estaba tan borracha, que ni se acordaría de lo que había pasado por la noche. No... nadie jamás se enteraría, y mucho menos ella. Pero a decir verdad, no era la primera vez que le pasaba. Se acordó que una semana antes le había pasado lo mismo con otra mujer, pero en aquel momento pensó que se lo había imaginado, porque la mujer con la que estaba no le dijo nada, así que lo tomó como una mera alucinación, cual fue su sorpresa al ver que aquella noche le había pasado lo mismo. No... ella jamás se enteraría o sería el fin de su amistad.

Cogió un bloc de notas que tenía encima de la encimera de la cocina y escribió lo que le ponía a todas al día siguiente:

Tienes fruta en la nevera. Cuando termines lárgate. Te quiero fuera de aquí en una hora.

Sasuke

Arrancó la hoja del cuadernito y la pegó en la nevera.

Cogió la mochila con todos sus libros de la Universidad y salió de la casa.

Antes de montarse en su coche, miró el edificio. Sus padres le habían comprado aquel piso un año atrás, tras su graduación. No era como el edificio con el que vivía con sus padres cuando era más joven. Pero era un piso de lujo, espacioso y con unas increíbles vistas, los gajes de tener unos padres ricos...

Se montó en su deportivo rojo y dejó su mochila en el asiente del acompañante. No le llevó más de un cuarto de hora en llegar. Fue una suerte para él encontrar a Hinata al terminar de aparcar el coche.

—Buenos días Sasuke —saludó ella con su habitual sonrojo.

Sasuke respondió al saludo.

Hinata y Sasuke se encaminaron hacia la entrada, ella hablando del examen que tenía a primera hora, y él intentando escuchar sin que se le fuese la cabeza a otra parte. Recordando lo sucedido aquella noche, y pensó que lo mejor sería pasar un momento agradable junto a su amiga, que hacía mucho que no quedaban para hacer algo juntos. Si mal no recordaba, la última vez que habían quedado fue para ir al cine.

—¿Quieres venir a mi casa esta noche? —preguntó Sasuke de sopetón, cortando la conversación que le estaba dando Hinata.

La chica palideció, y se quedó parada en su sitio. Hacia tiempo que sabía lo que Sasuke hacía con algunas chicas de la Universidad por las noches, no lo aprobaba, pero tampoco lo desaprobaba, hacía tiempo que había decidido olvidarse de él y empezar a hacer su vida con otros hombres, y que de repente le dijese que si quería ir con él aquella noche suponía un shock para ella. Cambió su semblante sorprendido a uno enfadado, ¿cómo le podía preguntar aquello como si fuese lo más normal del mundo?, no era una niña, ya tenía diecinueve años, y a pesar de que muchos chicos se le hubiesen insinuado, ella siempre rechazaba, en el fondo seguía manteniendo la pureza que la caracterizaba desde que era niña.

Sasuke comprendió el qué estaba pensando su amiga al ver su rostro, así que intentó explicarse mejor.

—Quiero decir como amigos, que hace mucho que no salimos juntos. ¿Querrías venir conmigo esta noche a mi casa para ver una película de miedo? —preguntó.

Hinata sintió como se sonrojaba violentamente. Desvió la vista hacia el suelo, sintiéndose realmente estúpida por haber pensado semejante tontería, ¿cómo iba a querer alguien como Sasuke tener algo con alguien insignificante como ella? En momentos como esos era cuando deseaba que la tierra se la tragase.

—¡Oh!, por supuesto, sí, tienes razón, hace mucho tiempo que no hacemos nada juntos. Dime una hora y estaré allí —intentó sonreír, y se preguntó si no se vería demasiado falso.

—A las nueve y media, en mi casa —levantó una mano y señaló al pasillo opuesto del qe se dirigía Hinata—. Mi siguiente clase está por allí, nos vemos esta noche.

Hinata vio como Ssuke desaparecía entre la masa de alumnos. Esa mañana iba a ser muy larga, estaría todo el día pensando en la estupidez que había pensado. Sí, se le iba a hacer muy larga.


—Bueno, ¿qué opináis? —preguntó una nerviosa Hinata.

Sus tres amigas se miraron entre ellas, pero fue Sakura la que se atrevió a hablar primero.

—¿Nuestra opinión sincera? —preguntó Sakura, que tras una afirmación con la cabeza de su amiga, continuó—. Tú sigues coladita por él.

—Bueno, o puede que no —saltó Temari al ver decaer a Hinata—. Tal vez solo te preocupas por él porque es tu amigo.

—¿Qué dices? —casi gritó Ino, que no se dio cuenta de las intenciones de Temari por subirle la moral—. Tú te mueras hasta por el últimos de los huesos de tu amado Sasuke. Yo si fuera tú no iría esta noche a su casa. Haría que me deseara, que me deseara hasta ponerle malo, y cuando viniese buscando mi amor, que se diera con un canto en los dientes.

—¡Ino! —le reprocharon Sakura y Temari al mismo tiempo. Ino solo se encogió de hombros.

—Dejadla, si tiene razón —Sakura y Temari se miraron extrañadas, rara vez Ino tenía razón.

—¿Qué harás al final?, ¿irás a casa de Sasuke? —quiso saber Sakura.

—Sí, ante todo Sasuke es mi amigo,y no quiero romper nuestra amistad por un tonto capricho mío —Hinata sintió que aquellas palabras le abrasaban la boca cuando las pronunció—. Él que haga lo que le dé la gana, yo no soy quién para ponerle unas esposas y obligarle a que me ame. Ni siquiera creo que sepa qué significa esa palabra.

Sus amigas se miraron extrañadas y alucinadas. Que Hinata hablara mal de Sasuke era todo un caso, rara vez lo hacía, por no decir nunca. Era ella la que salía siempre primera en su defensa.

Antes de que pudiesen decir nada, se levantó de la silla en la que estaba sentada, y salió del lugar.


Se había puesto la mejor ropa que tenía en el armario, la ocasión lo requería. Un vestido negro que le llegaba por la mitad del muslo, lo único en lo que tenía dudas era en el escote, demasiado para su gusto...

Se acordó cuando lo vio en la tienda, al igual que sus amigas, que la obligaron comprárselo. Aquel día aprendió una lección importante, nunca ir de compras con Sakura e Ino.

Entró en la tienda y se lo provó. Le pareció demasiado pequeño para ella, y que enseñaba más de lo que debía. Acabó por comprárselo, pensando que jamás en su vida se lo pondría. Pero aquella tarde cuando lo vio abandonado en una esquina de su armario, un impulso hizo que lo cogiera, al fin y al cabo, puede que la idea de Ino no fuese tan mala.

A juego con el vestido llevaba unos zapatos de tacón negro, con el bolso a juego.

Llamó al timbre, no esperó ni cinco segundo cuando Sasuke abrió la puerta. Hinata comprendió que había sido mala idea ponerse ese vestido. Sasuke la taladraba con su fría mirada hasta el último rincón de su cuerpo. Cuando se cansó del examen o se dio cuenta de que la miraba embobado —Hinata no sabía cual de las dos razones— se hizo a un lado y la dejó pasar.

—Me hubiese dicho que ibas a venir así, y me vestía yo también de etiqueta —Hinata solo se encogió de hombros—. Estás muy guapa.

Y antes de que Hinata pudiese mirar el rostro de Sasuke, este ya se dirigía a la cocina.

Hinata no se extrañó de la cara porcelana, o de las increíbles ventanas, de cristal desde el suelo hasta el techo. Aquella era prácticamente su segunda casa. Desde que se la regalaron a Sasuke, estaba allí casi todos los días con él.

Se sentó en el sofá, en el sitio en el que acostumbraba a ponerse cuando estaba con Sasuke. Al poco regresó el joven con una bandeja llena de comida que dejó en la mesa que había frente al sofá en el que se encontraba Hinata.

—¿Qué película vamos a ver? —preguntó ella.

Sasuke pareció vacilar un segundo, y antes de que Hinata dijera nada más, se acercó a la televisión, que estaba al lado de la mesa donde estaba la comida y sacó una película. Hinata leyó el título y se estremeció. Hacerle preguntas a Sasuke sobre películas era mala idea, rara vez coincidían en gustos cinematográficos, pero es que las películas de miedo a la pobre Hinata le aterraban.


Pegó la cabeza aún más al pecho de Sasuke, mientras se tapaba los oídos con toda su alma con las manos. Por lo menos habían cogido una manta y se habían tapado con ella, así Hinata se sentía más segura. Se atrevió a mirar de reojo, y se arrepintió de inmediato. Soltó un pequeño grito y agradeció que Sasuke estuviese con ella. El joven rió al ver la reacción de su amiga. Hinata le miró con reproche, intentando decirle con la mirada que la próxima vez escogería ella la perlícula.

Sasuke pasó el brazo por encima de los hombros de Hinata, haciendo que ella se pegase aún más a él. Ella lo agradeció con toda su alma, con aquellas películas lo pasaba muy mal,

No pudo evitar levantar la vista y mirar a Sasuke a los ojos. Estaban tan cerca, y aun así tan lejos... Intentó pensar qué habría detrás de esa mirada tan fría para tantos, pero sin embargo tan cálida para ella. Jmás debió haberle mirada a los ojos estando tan cerca. Sentía su fragancia, sentía las pulsaciones de su corazón a mil por hora.

No, jamás debió mirarle a los ojos.

Veía esa piel tan blanca en la que reflejaba la luz de la televisión. Por un momento olvidó la película y se concentró solo en la persona que tenía delante. Y no le importó nada más.

Si metía la pata sería a lo grande.

Cerró los ojos, sintiendo como cada vez se acercaba más a su amigo. Y antes de que él pudiese reaccionar, ella rozó con sus labios los de él.

Fue un simple contacto, pero un contacto en el que intentó expresarle todo lo que sentía.

Sintió que él se tensaba, pero no apartó los labios, se quedaron así, como si el tiempo no corriese, y Sasuke pareció acceder.

Notó como él también cerró los ojos. Y la presión de sus labios aumentaba. Sintió como Sasuke apretaba los brazos en sus espalda y la pegaba aún más a él, como si intentara fundirse con ella. Olvidaron la película, por un momento fueron ellos dos y nadie más. Por un momento todo lo demás desapareció.

Era la primera vez que Hinata besaba a nadie, y Sasuke lo notó. Apuntó, triunfante, que era el primero en provar aquellos carnosos labios. Sasuke movió sus manos por la espalda de Hinata, y sin darse cuenta, fueron descendiendo, hasta meterse por dentro del vestid de ella, acariciando sus muslos.

Hinata se tensó y abrió los ojos, Sasuke hizo lo mismo. Se miraron, y por primera vez a ella, le parecieron unos ojos crueles y fríos. Tal y como los describían las chicas a las que Sasuke había dejado plantadas tiempo atrás.

Continuará...


Lo sé... cortito, pero compréndanme, son las tres de la mañana y estoy completamente agotada xD.

¡Celebremos que se ha acabado el colegio y comienzan las vacaciones!

¡Espero que os haya gustado!

Besos a todos ;)