Hola mis lindos IchiRukis, hoy vengo con una comedia cómica que no se si lo cómico me salga bien, es de uno de mis actores y productores favoritos en comedia: Adam Sandler. "Just go whith it" en estados unidos, "Sígueme el rollo" en España y "Una esposa de mentiras" Es una de las muchas películas que me gustan y en cuanto la vi me recordó a Ichigo y Rukia. Por que el amor no esta en lo físico si no en lo que esa persona te hace sentir.

Bueno aclaraciones

**La historia no me pertenece, es una adaptación.

**Los personajes tampoco me pertenecen son de Tite Kubo.

**He arreglado algunas cosas de la película a como me gustaría que hubiesen sido así que no es enteramente igual.

Bueno, aquí les dejo el primer capitulo, espero y les agrade.


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Una esposa de mentira

Capitulo 1

"El anillo"

By: Mazzy Kuchiki

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Todo estaba listo, la comida, los invitados, la iglesia y el salón. Todo listo para esperar a la mujer que había elegido para que fuese mi esposa. Riruka Doukaganime. Una chica que estuvo comigo en la universidad y que además de todo es bellísima. Se que es de mala suerte ver a la novia con vestido pero no aguanto estar tanto tiempo lejos de ella, así que. Falta una hora para ir a la iglesia pero le compre unos pendientes de diamante azul que quiero que use.

Voy con cuidado hasta la habitación donde se esta cambiando pero Renji, mi primo me ve.

—¿A dónde vas Ichigo?

—Le tengo un regalo a Riruka —le muestro una cajita negra— solo será un segundo.

Sonríe junto a mi y vamos hasta la habitación, la puerta esta entre abierta y se escuchan muchas risas de mujeres. Nos detenemos en la puerta sin embargo tienen una platica que me llama la atención.

—Ya dinos Riruka. ¿Qué paso con Ginjo?

—Lo fui a ver ayer y le dije que si quería detener la boda solo debía decirlo, pero dijo que nunca se va a casar y que lo hiciera.

—¿Y te dio tu regalo de bodas?

Todas se rieron al unísono.

—¡Claro chicas! Pero les juro, es la última.

—Si, claro. —dijo una entre risitas.

—Ichigo es el esposo perfecto, nos mudaremos a Tokio, va a ser cardiólogo y es un idiota. Podré ir de vacaciones a donde sea mientras él salva vidas.

Me volví a ver a Renji, tenía una cara de perplejidad peor que la mía. Le di un empujón y me fui de ahí, si ella quería humillarme yo lo are al doble. Dejare que todo siga su rumbo mas nunca llegare a la boda, se quedara plantada y es lo menos que se merece. Con furia aplaste la cajita del regalo Renji no me siguió. Tome mi auto y maneje y maneje hasta llegar a un bar.

Cometí una equivocación, ella no es más que pura mierda, no puedo casarme con alguien que no iba a amarme. Así son todas las mujeres, solo piensan en dinero. ¿Por qué yo no jugar con ellas también? El amor no es más que basura, mierda, asco, una estupidez.

Pedí varias copas, aun no estaba borracho y creo que no lo haría, no vale la pena estar así por algo tan vil. Mientras esperaba mi siguiente ronda una atractiva mujer de cabellos azul agua se acerco y se sentó a mi lado, apenas la vi de reojo pero se callo su bolso, desgraciadamente mis reflejos como un hombre bueno fluyeron y levante su bolso.

—Se te cayo tu…

—¿Puedes dejar de decir idioteces por cinco minutos? —se veía muy molesta.

—Se te cayo tu bolso. —dije sin ganas y la puse a su lado. Ella se volvió a verme

—Lo siento, no me había dado cuenta y menos de que eras casado. ¿Tu esposa se fue al baño?

Baje la mirada a mi mano y ahí estaba mi anillo de bodas que ya tenia puesto para no perderlo, sonreí sin ganas. Le iba a decir, juro que le iba a decir que era un idiota que se iba a casar con una mujerzuela prostituta que no me amaba pero no. Altere la verdad.

—¿Dónde esta mi esposa? Bueno, eso deje de preguntarlo hace tantos años.

—¡Que cruel!

—Ella dice que trabajo demasiado para mantenerla a ella, y a su adicción por las compras y al crack.

—¿Por qué no solo la dejas? —sus ojos azul agua eran luminosos.

—Por mis hijos, tres hermosos pequeños. Es que, yo, no puedo arruinar su infancia.

—Como lo siento… pero…. —paseo su dedo índice por mi anillo y con una voz tremendamente sensual dijo:— ¿Quieres ir a otro lado?

Me sorprendí, así de fácil conseguí dormir con una mujer ardiente. Le dice que si y salimos del bar… y… bueno, el resto ya lo sabrán.

Y así entendí que ese maldito anillo el símbolo que fue mi peor humillación se volvió un arma para ir tras ellas, jugar y dejarlas como lo que eran.

Cambie mi especialidad por cirugía plástica, empecé a hacer ejercicio y bueno, fue fácil para mi conseguir sexys y hermosas chicas cada noche en bares, fiestas y lugares inimaginables.

Tras varios años, todo sigue igual solo que ahora vivo en Tokio y me convertí en uno de los mejores cirujanos plásticos del mundo, sigo siendo guapo, tengo treinta y cinco años y estoy disfrutando de mi vida y dinero en soledad. Abrí mi propio consultorio plástico y fin de la historia. Y así estaré para siempre.

—¿Qué es esto? ¡Esto no es lo que el doctor Kurosaki pidió!

Llegue a mi consultorio como todas las mañanas a las nueve en punto y como siempre mi asistente desde hace ya diez, Rukia Kuchiki estaba con mi negocio limpio, abierto y con gente esperando.

—Necesito que me haga un descuento por este inconveniente. —Rukia como siempre de agresiva le lanzo la caja al mensajero, este se fue sin más.

—Buenos días Rukia —le salude con una taza de café de Starbucks en la mano.

—Hola Ichigo. Tienes diez citas para hoy y una invitación de Urahara a su fiesta de inicio de primavera.

—¿Por qué no vienes conmigo?

Se acerco a su escritorio y se sentó para hacer algo en la computadora.

—Mis hijos Ichigo no puedo dejarlos así nada más.

—Pero tienes a la nana ¿no?

—Si pero… tu eres soltero Ichigo, no sabes que es tener dos responsabilidades.

—Bueno, te traeré pastel.

—Idiota.

—Hola, Hola —Entro el idiota de mi primo, Renji.

—Hola Renji —dijo de mala gana Rukia, a ella le cae mal mi primo, lleva el tiempo que tengo de conocerla para invitarla a salir. Aun después de que se había casado él seguía tras ella, y no creo que le guste si no que ya es solo por molestar.

—¿Qué haces aquí inepto? —le pregunte apartando su cara que estaba apunto de besar a Rukia en la mejilla.

—Dijiste fiesta y me aparecí. ¿Crees que alguien no querría estar con este bombón?

—Mas bien, un bombón quemado y seco —sonrío Rukia.

—Si quieres ir adelante pero aléjate de Rukia mientras estoy trabajando. Escucho un solo ruido molesto de ella y te largas.

Eso sirvió para que los dos estuvieran tranquilos, Rukia es demasiado agresiva y se que puede cuidarse sola pero aun así, siempre he tenido la sensación de que debo cuidarla. Ella se divorcio hace unos seis años y el imbecil la dejo con dos niños que solo conozco de vista pero gran parte de que ella esta aquí es por que quiero ayudarla y cuidarla, es una mujer demasiado fabulosa y gentil. No puedo dejarla, creo que ella es la única verdadera amiga que tengo en la vida.

Termine mi día de trabajo y como siempre, lleve a Rukia hasta su apartamento y de ahí me fui a la fiesta de Urahara, un viejo cliente que se ha estirado mucho su vieja cara para estar con su tercer esposa. Yoruhichi, una mujer muy atractiva y que podría ser hasta mi hermana. Pero los dos se aman, eso lo se.

—Hola Urahara —lo salude en cuanto lo vi en su hermosa y lujosa casa, muchos de los que asistieron son y fueron mis clientes.

—Ichigo, que gusto verte.

—Mira, él es mi primo, Renji.

—Hola gorrón

—¿Qué?

—Nada. Gracias por haber venido, siéntanse como en su casa.

—Gracias y quería decirte que…

—¡Urahara!, ¡Urahara!, es Jinta, tu hijo se callo de las escaleras.

—¿Esta bien?

—Se corto la rodilla. Esta sangrando. —Era su esposa, Yoruhichi. Morena y de cabello morado y largo. Hermosa.

—Yo puedo coserle. —intervine—. Renji ve por mi maletín que esta en el auto. —saque mis llaves del pantalón y se las entregue.

—Si.

El chico pelirrojo estaba en el baño, sentado con su rodilla sangrando, necesitaría solo unos dos puntos pero mientras llegaba Renji con mi maletín lave la herida. Cuando llego Renji le pedí que se retirara y cerré la puerta. Me lave las manos y me quite mi anillo para conquistar y lo guarde en mi pantalón.

—Y bien Jinta ¿Por qué te caíste?

—Estaba viendo una chica —tome una jeringa con aguja esterilizada y un poco de morfina para que no le doliera al cocerle.

—Era morena, rubia, pelirroja.

—Castaña, ojos azules, sus curvas, excelente cuerpo, enormes pechos.

—¿Quieres estar solo?

—Ah, no yo no hago esas cosas, aun.

Termine de cocerlo, lo volví a limpiar, lo vende y como nuevo. Salio del baño y grito un "Estoy vivo" Todos aplaudieron mi trabajo que fue sencillo.

—Excelente trabajo doc.

Una mujer de cabello castaño y largo, enormes ojos azules y de un cuerpo perfecto se acerco a mí moviendo su cintura de una forma muy sensual.

—La distracción —dije.

—¿Perdón?

—Que Jinta se callo por que te vio.

—Así que yo tuve la culpa.

—¿Y tu nombre es?

—Orihime Inoue.

—Oh, una princesa. —sonrío y me quede maravillado—. Yo soy Ichigo Kurosaki.

Caminamos por la casa de Urahara mientras platicábamos.

—Creo que la cirugía es demasiado falsa. —menciono Orihime mientras los invitados de Urahara se paseaban con todas sus deformidades.

—Bueno, creo que depende del doctor. Yo soy muy bueno y lo que hago parece real.

—¿Enserio?

—Si, busca a alguien que se vea decente.

Ella movió su cabeza por todos lados y no vio a alguien decente y en ese momento iba pasando Keigo, un antiguo cliente, me posesione detrás de ella y tome su pequeño rostro entre mis manos.

—¿Ves a ese chico? —pregunte con mis labios cerca de sus oídos.

—¿Al del trasero sexy?

—Si, cuando llego no tenia trasero, la espalda le llegaba a los talones —se volvió a mirarme sonrojada—. Cuando iba al baño resbalaba o caía dentro de la taza.

Nos reímos sin parar y salimos de la casa de Urahara, me quite mi chaqueta beige y se la puse alrededor, su diminuto vestido azul rey era demasiado provocador y no quería que nadie mas la viera.

Nos subimos a mi auto y seguíamos platicando.

—¿Y cuantas veces has audicionado?

—¿Crees que soy actriz? —tomo mi mano entre sus dedos.

—Bueno, es que eres hermosa.

—Gracias, pero no. Doy clases de Matemáticas en la primaria que no esta muy lejos de el juzgado de Tokio.

—¿Y que te trajo a Tokio?

—Mis padres se divorciaron cuando era pequeña, quise hacer un cambio y me vine a Tokio para vivir con mi hermano y cambiar de aire.

—Viniste al lugar indicado.

Nos quedamos mirando y mis labios se acercaron a los de ella y la bese. No costo mucho para convencerla de ir a un hotel y paso lo que paso. La hice mía, y creo que jamás habida hecho conexión con alguna mujer, creo que por segunda vez me he enamorado y ella parece ser sincera y leal.

Ella es la mujer que estaba buscando.

A la mañana siguiente la tenía entre mis brazos.

—Buenos días —le bese el cabello lacio.

—Buenos días Ichigo.

—Te juro que esta fue, la mejor noche de mi vida.

—Y la mía. Siento que esto fue, algo mágico.

—Siento que esto es verdadero.

—Tengo que ir a trabajar pero podrías darme tu número y te llamo luego.

—Si, esta bien, toma una tarjeta de mi pantalón.

Orihime salio de la cama y se puso su vestido azul marino de nuevo, tomo sus sandalias y se calzo. Busco mi pantalón entre las cosas que había en el piso y al fin encontró lo que buscaba.

—Te lo hubiera dado yo pero te daría un susto verme desnudo en plena luz de mañana.

Sonrío y siguió buscando entre las bolsas de mi pantalón hasta que sus sonrisa se evaporo y saco mi anillo de matrimonio.

—¿Qué es esto Ichigo?

—Ammm… ¿Un circulo?

—¿Estas casado?

—¡No!

—¿Entonces?

—Tardare un minuto en responder —Salí de la cama y ella seguía con el ceño fruncido y con el anillo en manos—. Bueno tardaría mas pero…

—¡Soy una idiota! ¡No me llames!

Me aventó el anillo a mi pecho y se salio corriendo. No importo realmente que la siguiera por que no iba a escuchar, eso lo he aprendido de Rukia. Me duche y salí del hotel.

De regreso a mi trabajo Rukia ya estaba más que lista para iniciar el trabajo, eran las siete de la mañana y aun no habría.

—Llegaste de madrugada. ¡Vaya! Creo que mis conjuros para que dejes de ser un holgazán funciono.

—Tuve una mala mañana.

—¿Por qué?

Se dirigió a la cafetera y sirvió dos tazas de café, a mi taza le puso dos cucharadas y le puso leche descremada, ya sabe como me gusta. Se que a ella le gusta el café solo sin azúcar y con canela. Me senté en los sillones donde la gente espera para que le atienda y Rukia, con su bata de doctora, sus gafas y su cabello recogido en un práctico chongo tenia pinta de psicóloga. Le conté lo que ocurrió con esa chica, de que ella me gusta y mucho, que me fascina y que ahora por vivir una vida de mentiras estoy pagando.

—¡Te dije que ese anillo te traería problemas! —Acuso sirviéndose una tercera taza de café— ¿Por qué no le dijiste solo la verdad?

—¿Querías que le dijera solo la verdad? —achico su boca y agrando mas sus hermosos ojos violetas y me hizo su famosa carita dulce de "Yo tengo razón" de la cual, siempre la tiene—. Haber déjame práctico contigo. Tú serás ella ahora.

—¡Ah! Claro. —se levanto, se quito su bata, soltó su cábello largo y negro, mordió sus lentes, y sosteniendo su cintura tomo su celular y hacia poses de chiquilla de Facebook con caras graciosas y de miedo.

—¿Q-Que haces?

—Ser ella, dijiste que tiene veintidós así que conociendo tus gustos es hueca.

—Ella no es así p-pero, bueno… Orihime, uso ese anillo en ocasiones para…

—Eres un puerco. —Soltó su celular y se puso de nuevo sus gafas—. Lo siento zanahoria pero eres un puerco.

Bufe por lo bajo y me levante, y en eso dos niños entraron corriendo, ambos con cabello negro y de piel pálida como Rukia, no tenia que preguntar por que sus gritos decían que lo era.

—¡Mama danos dinero! —dijo un niño pálido con ojeras bajo sus ojos amatistas, cabello negro y corto, tenia en sus manos un PSP.

—Hola, buenos días, si yo también los quiero hijos. —dijo en tono sarcástico—. Al menos saluden al doctor Kurosaki.

—Señor Kurosaki es un gran placer conocerle —dijo la niña que era mas alta que el niño y del mismo tono pálido y mismas ojeras solo que con ojos azules. Tenía un acento español

—Hola española. Y tu eres —le extendí la mano.

—Shirayuki Kuchiki. —me regreso el saludo y tenia la misma sonrisa que Rukia.

—¿Por qué tienes ese acento?

—Esta practicando acentos —dijo Rukia.

—Voy a entrar a un curso de actuación este verano y seré famosa

—Y tu que me dices niño —dirigí la mirada al niño que estaba perdido en su videojuego—. ¿Te gusta Hallo?

—Prefiero ver Californication.

—¿Cuándo en tu corta vida has visto eso Kaien?

—La niñera nos deja ver lo que queramos cuando habla con su novio. —dijo ya sin acentos extraños la pequeña Shirayuki.

—Se nota que también eres exigente con tus hijos. —Rukia me lanzo una mirada asesina y se fue a su escritorio.

—Doctor Kurosaki, ¿Me llevaría a Hawai?

—¿A Hawai?

—Vi un reportaje en la tele que decía que si vas a Hawai te dejan nadar con delfines —su pequeño cuerpo y su ropa negra me daba miedo, se veía demasiado deprimente—. Y mi mama dijo que es rico.

—¡Kaien! —grito Rukia asustada.

—Esta bien Rukia —le sonreí. El enano se sentó a mi lado en el sillón—. Puedes buscar como ir, puedes ayudar a viejitas a cruzar la calle o vender periódico. Yo no hago viajes a gente que me lo pide.

—Mi mama dijo que hace donaciones a niños deformes.

—¡Dije que con labio leporino Kaien! —intervino de nuevo Rukia.

—¿Si fuera deforme me llevaría? —el enano no dejo de hablar.

—De nuevo te digo, yo hago donaciones a niños y no los llevo a lugares por que seria arrestado y si fueras deforme te llevaría lejos de aquí por que no quisiera verte.

—Ya niños dejen a Ichigo, quiero cambio de este billete —le dio el billete verde a la niña que estaba riéndose de nosotros—, y quiero que la niñera me diga que realmente comiste Shirayuki.

Su hija puso los ojos en blanco, realmente se parecía a ella.

—¿Puedo ir al baño antes? —pregunto el fastidioso enano deprimente.

—Si, vallan, acompáñalo Shirayuki, pronto abriré y no puede estar solo.

Cuando la mana de niños se fue me quede de nuevo a solas con Rukia

—Dime Rukia que voy a hacer. —ella se acerco a su escritorio y la seguí.

—Hay no lo se Ichigo, te quiero pero te dije que eso de ser falso era malo. Nadie quiere un amor así. Y estas pagando lo que le hiciste a esas pobres chicas.

—Es que con una mierda Rukia, no me estas escuchando, ella es la mujer de mi vida, la mujer que he esperado todos estos años. Es decir. Me veo casado con ella.

—Wow. —su expresión fue de sorpresa y luego oculto su rostro en su cabello alborotado—. Entonces no le digas la verdad por que si tu relación va en serio te casaras y ya no podrás salir con mujeres cada noche. Te divorciaras y ve a mis hijos, el imbecil de su padre dijo que vendría hoy por ellos y aquí están conmigo y …

—Rukia… —con eso ella se tranquilazo, cuando habla de ese maldito que la dejo comienza a llorar y me enoja verla así.

—Bueno, tuve la conciencia de divorciarme y aunque mis hijos no son feliz tienen una mejor vida que la que habríamos tenido con su padre.

—Yo quiero a Orihime, la iré a ver.

—¡Espera!


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