CORAZÓN
BY: K. G. Á. É.
El Conde nuevamente ataca... es revelado el corazón de la inocencia, pero éste no es el único entre los exorcistas... Yullen, Leencest… aunque parezca ser Allena en algunas partes…
Gracias por los reviews en DESNUDO (GRavity Girl, rohvandutch, chungyang-chan, amatsuki-aresta, YunaYuu)…
DEDICADO A: ¡¡CONCHITA!! (Una gran amiga mía) por su cumpleaños el pasado 15 de agosto.
¡¡FELICIDADES!!
D.Gray-Man no me pertenece.
CORAZÓN
Luego de una misión en busca del corazón Lenalee había muerto, todos estaban tristes. No. Había alguien que pese a todo tenía una sonrisa en el rostro…
—Walker-dono parece no haber sido afectado—
—Siempre creí que sería de los que más lo resentiría—
—Quizá es cierto lo que dijo el supervisor, que fue él quien la mató—
—Por eso no está triste—
—Eso es una locura—
—Pero él está maldito. Es eso algo por lo que saber que alguien es más infeliz que tú, te llenaría de gozo—
—Él no desearía algo así—
—Aún así él sonríe con calma, como si nada hubiera pasado—
—Quizá nada paso, para él—
Eran algunos de los tantos comentarios que podían oírse luego de que el cuerpo de Lenalee fuera llevado a la orden por un mal herido Allen, quien cayó inconsciente apenas sabiéndose en la Orden. No. Más bien por lo que pasó después…
Ambos chicos habían sido enviados a una simple misión de recuperación de inocencia, después de todo en aquellos momentos era su prioridad la obtención de ésta, careciendo aún de la información sobre la forma del llamado "Corazón" que tanto ansiaba el Conde del Milenio, y sin embargo, sólo Allen Walker había vuelto con vida.
Aún a pesar de la gravedad de sus heridas, el chico despertó a la mañana siguiente, y se dirigió a donde el Supervisor Komui se encontraba, justo al lado del cuerpo inerte de su querida hermana, de quien negaba separarse, sintiendo un muy profundo dolor, y contagiándoselo a las personas a su alrededor, nunca antes nadie le había visto tan abatido como en esos momentos, tan muerto pese a seguir respirando, habían tratado de alejarlo, pero nadie lo había logrado, y sólo por esa noche Reever le permitió dejar de lado sus obligaciones sin decirle nada.
No había derramado lágrima alguna, parecía perdido, incrédulo aún de lo sucedido, esperaba que las palabras de Allen le dijeran que Lenalee seguía con él, que no la había perdido. Necesitaba creer en eso, y se aferró a ello con fuerza, con demasiada quizá, porque cuando de Allen, solo recibió un "Lo siento" mientras sonreía como si nada hubiera pasado, perdió la cordura gritándole "¡Tú la mataste! ¡Devuélvemela!" mientras con sus manos hacía presión en el cuello del peliblanco, quien aún bajo sus circunstancias le miraba piadoso, fue Reever quien, al escuchar el alboroto, junto a Kanda y Lavi le salvaron del supervisor, a quien irremediablemente tuvieron que sedar para que le soltase.
—Deberían quemar a la joven Lee antes de que el supervisor reaccione—fue una sugerencia por parte de Bookman, que a todos les pareció demasiado cruel, y sin embargo en aquellas circunstancias parecía ser la más acertada.
Abogando por el supervisor Allen se opuso ante tal sugerencia:
—Para Komui-san sólo está durmiendo—decía mientras acariciaba la mejilla de la joven a quien tenían en una camilla aún—A pesar del dolor jamás la convertiría en un Akuma. Es el Supervisor después de todo, deberían esperar por sus órdenes—y sin decir más salió del lugar, sonriendo.
Nadie podía entender esa actitud en él, cuando trataron de preguntarle lo sucedido permaneció en completo mutismo y Timcanpy tampoco coopero, mordiendo a quien trato de hacer mostrar lo acontecido, en la misión, por la fuerza. Es quizá por ello que nadie pudo imaginar sus pensamientos.
—"Sólo necesito un poco de tiempo.
Si me desmorono en este instante, lo que ella espera nunca será una realidad y al final sólo el Conde cantará. No es eso algo que desee. Algo que vaya a permitir.
Todo el tiempo me mantuve en pie apoyado en mí mismo pero entonces, sin darme cuenta, alguien más comenzó a ayudarme a aligerar mi propio peso. No voy a permitir a nadie arrebatarles la fuerza a quienes me la han dado. A quienes me han ayudado a no darme por vencido.
Lenalee y yo no somos iguales, pero ambos hemos luchado por alguien más. No. Sé que no sólo hemos sido nosotros dos.
Nuestra familia no se desmoronará. ¿No es así? Lenalee…"—eran sus pensamientos.
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Tal como había dicho Allen, Komui despertó al día siguiente siendo más consciente de la realidad, dejando que las lágrimas recorrieran su rostro en silencio por algunos minutos, pasando a comenzar los preparativos para el funeral de su Lenalee.
Las enfermeras iban a comenzar con la preparación del cuerpo a quien nadie más que Komui había tenido acceso, todos se sentían tristes pero a la vez extrañados, porque el cuerpo no presentaba un estado de descomposición, como debería de ser.
—¡¿Qué pasa?! —gritó de pronto una enfermera.
—¡Algo sucede! —le secundo una de sus compañeras.
—El entorno de la chica… ¡se está cristalizando! —gritó sorprendida la enfermera en jefe.
—No puede ser… ¡Lenalee!—Komui gritaba desesperado, confundido.
Mientras veía como el cristal se expandía en torno al cuerpo de su hermana, alejándolo aún más de ella.
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—"¿Moyashi?"— pudo verlo fuera de la enfermería, de donde podía escuchar gritos. De pronto comenzó a caer. Apresurándose hacia él alcanzó a atraparle quedando de cuclillas con él en brazos.
—¡Moyashi!—le gritó moviéndolo un poco. Pero no recibió respuesta.
—¿Qué…?—entonces notó que bajo la prenda de exorcista, sobre su corazón, una brillante luz se hacía presente.
Realmente necesitaba saber que era todo aquello. Por lo que pediría ayuda.
Pero al ver frente a sí, notó el cuerpo de Lenalee atrapado en el interior de un cristal. Y también pudo percibir un fuerte brillo sobre el corazón de la chica igual que el de Allen.
Sintió como si el tiempo se hubiera detenido, podía ver a todos correr de aquí a allá, alterados, pero no escuchaba sus gritos.
De pronto… sintió la temperatura de Allen bajar drásticamente, centrando su atención en él. El chico, estaba pálido…
—Le...nna...—susurraba.
—Imposible…—volteó su vista en dirección a Komui, dueño de aquella palabra.
—¡Ella estaba muerta!—entonces giró su vista a la joven a quien con sorpresa veía el supervisor.
—A...lle... —salía de los labios de la china en el interior del cristal.
De repente, el cristal desapareció ante los sorprendidos ojos de todos…
—¡Supervisor…! ¡Supervisor Komui…! ¡El arca…! ¡Lenalee está en el arca!—decía Reever por el comunicador segundos después.
—¿Qué está pasando?—Komui sentía que en cualquier momento caería, aquello era demasiado para él, primero se muere su hermana y después comienza a hablar, cosa ilógica siendo que los muertos no deberían hablar, y no habiendo sido suficiente es transportada en un cristal al interior del arca, la cual se supone sólo una persona dentro de la Orden ha podido controlar…
—¡Moyashi reacciona!—fue la voz de Kanda la que le devolvió a la realidad y llevó a un grado superior de confusión.
En cuanto le escuchó giró su rostro hacía donde estaba, encontrándolo con la dicha persona capaz de controlar el arca, inconsciente para su mayor frustración. Por un instante se sintió ceder ante la presión, sin embargo…
—¿Supervisor Komui qué hacemos con Lenalee?—la voz de Reever le hizó reaccionar.
—Que nadie se le acerque pero no la pierdan de vista, en cuanto pueda iré para allá—fueron sus ordenes y sacando fuerzas de quien-sabe-dónde fue hacía Kanda quien cada vez se oía más desesperado.
—¿Qué sucede con él? ¿Qué hacían aquí afuera?—preguntó mientras hacía que las enfermeras trataran a Allen.
Sin embargo Kanda no respondió, limitándose a observar a Allen.
Las enfermeras hacían lo que podían tratando de regular la temperatura del chico, pero Allen tampoco reaccionaba.
—Desapareció…—Kanda notó que aquel brillo había desaparecido, no sabiendo si eso era bueno o malo.
—¿A qué te refieres?—Komui estaba confundido, no entendía el comportamiento del samurái en aquel instante.
Ante su pregunta Kanda pareció volver a la realidad.
—Lo mejor será que vengas conmigo y me cuentes lo sucedido—sin decir más llevó a un, extrañamente, dócil Kanda, consigo, esté por su parte sólo miró hacia atrás brevemente viendo una última vez, antes de salir de la enfermería, a Allen, teniendo un extraño sentimiento.
Mientras estaba en su oficina analizando lo que le había dicho Kanda, a quien había mandado a su habitación, hacía nada, alguien entró presuroso.
—¡¡Allen Walker no está!!—dijo de pronto.
—¡¿Qué?! ¡Pero si estaba en la enfermería! ¿Cómo pudo salir de ahí? ¡Ni siquiera estaba consiente!—levantándose, rápidamente se dirigió a donde había dejado a Allen.
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Caminado en un desolado paisaje, una persona de oscuras ropas se encontraba…
—"Hay tantas cosas que deje atrás. Pero yo no deseo perder a nadie más.
Maná…
Continúo caminando como tú querías, pero ahora no sólo lo hago por mí; por eso pase lo que pase continuaré en este camino, el camino que elegí…"—sonreía melancólico.
—Konbanwa Allen Walker— la sonrisa del Conde se amplió mientras que la de Allen desapareció tornándose en determinación al verle unos metros frente a sí, deteniendo su andar.
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Eso no podía estar pasando. ¿Qué significaba aquello? ¿Cómo se le ocurría al Moyashi salir en las condiciones en que se encontraba? ¿A dónde rayos podría haber ido? Y más aún ¿Por qué rayos le había dejado tal mensaje en una nota en su cuarto? Se preguntaba Kanda que presuroso caminaba por los pasillos, deteniéndose al escuchar a alguien llamándolo…
—¡Yuu! ¿Qué sucede? Acabo de llegar de una misión ¿Qué fue lo que paso? Todos parecen muy alterados ¡¿En dónde está Allen?! —le llenó de preguntas el joven Bookman.
—Eso quisiera saber yo—le respondió por lo bajo.
—¿Qué es eso?—preguntó viendo un papel que con insistencia presionaba el samurái en su mano.
—Es una nota del Moyashi—mencionó abriendo su palma.
Se la arrebato en seguida el pelirrojo, leyéndola con prontitud:
"De Allen Walker
Sé que encontrarás a la persona que tanto ansias.
Te quiero tanto que eres la persona más importante para mí.
Descuida no te agobiaré con mis estúpidos sentimientos.
Quema este trozo de papel y olvídame.
Mi amado Kanda Yuu"
—¡Yuu! ¡Esto es como una despedida!—le grito sorprendido, porque aquello era también una declaración.
—Eso ya lo sé—claro que lo sabía, si no fuera así, nunca le habría escrito aquello, quizá jamás se habría enterado.
—¡Tenemos que ir con él! ¡¿En dónde está?!—exaltado, Lavi le tomó de los hombros presionándole.
—¡No lo sé! ¡Nadie en la Orden lo sabe! Escapó de la enfermería en donde estaba…—Desesperado gritó, disminuyendo el volumen tratando de calmarse.
—¡¿La enfermería?! ¡¿Qué rayos pasó mientras no estaba, Yuu?!—Lavi realmente había quedado preocupado ante lo dicho por su compañero.
—¡Cállate! Sólo tenemos que encontrarle—no quería sentirse impotente pero no tenía idea de que hacer, todo era tan confuso—"¡Maldito Moyashi!"—
—¡El arca Yuu! ¡Él puede usar el arca! —reflexionó el pelirojo, esperanzado.
—Vamos para allá—ordenó el samurái, aunque maldiciéndose por no haberlo pensado antes.
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N/A: ¡GRACIAS POR LEER ESTO…!
Y SI DEJAN REVIEWS ¡GRACIAS TAMBIÉN POR ELLOS!
Aunque no lo crean esto fue el primer fic que empecé a escribir sobre ésta grandiosa serie, y por fin pude terminarlo… ¡Espero les este gustado…!
En cuanto pueda traeré la segunda y última parte de esto…
