Me encantaria ser la mente detras de estos increibles personajes, pero tenemos que agradecerle a Himaruya su existencia.

-EL FRANCÉS-

Era una típica tarde londinense, oscura y húmeda, pareciera que la lluvia no para aquí... llevaba cerca de un mes en esta ciudad, te adaptaras decía, solo necesitas pasear y que la ciudad te enamore con su encanto –solo suspiro y rio un poco- pero me gano esto por andar tras él. Creo que no está todo mal, Antonio parece muy feliz, al ver su hermosa sonrisa olvido que he dejado atrás a mi hermoso parís y que esta ciudad cada vez me deprime más.

¿Mi vida? Yo soy... un francés relajado que vivía y soñaba con el amor perfecto, un "hombre de negocios" soy inversionista en una empresa de Londres pero esta ciudad nunca fue de mi agrado así que deje todo en manos de los demás socios y solo asistía a las juntas 1 vez al mes para ponerme al corriente... pero le conocí, Antonio un español alegre y sexy, al menos eso fue lo que me flecho?... tuvimos una linda historia de amor en mi bello parís, mi sueño hecho realidad un hermoso romance. Vivíamos juntos y éramos felices, pero tuvo una promoción laboral y lo solicitaban en, adivinen... si, Londres; no podía dejar ir mi felicidad solo por la comodidad de permanecer en mi bello parís. Empaque mi vida en un par de maletas y me mude con él.

Ahora estoy aquí deambulando es esta ruidosa ciudad, no me gusta... nunca me gustara; a pesar de venir regularmente no la conocía, mi novio me animo a recorrerla y "descubrir su belleza oculta" – imita al Español con sonrisa y todo- tengo un mes recorriéndola y no hay nada que me parezca bello... bueno las chicas no están mal... y los chicos tampoco.

Esta es mi rutina diaria, pasear e intentar encontrar algo que me haga sentir feliz en esta ciudad, y al terminar esperar a mi sexy novio en este pequeño restaurant cerca de las oficinas en las que labora... y ahí viene mi lindo mesero Arthur...

- ¡Hola cejitas! – le sonríe de forma burlona-

- Buenas tardes – mira a todos lados y sonríe al no ver a nadie cerca- bastardo francés, tienes suerte que no tenga la autoridad para correrte ahora mismo del lugar

- Lo mismo de siempre caballero...

- Sabes que puedo escupir a tu comida si deseo hacerlo, cierto?... – ahora el ríe burlón-

- Confió en mi adorable mesero... – sonríe y le guiña-

Arthur sale casi corriendo sin darme la oportunidad de seguir molestándolo... pero casi no me da tiempo de extrañarlo porque en ese preciso momento llega Antonio... lo saludo para que vea donde me encuentro, se acerca y... otra vez no...

- Francis, de verdad lo siento pero...

- Tienes una cita de negocios...

Teníamos un mes aquí y podía contar con mis manos las veces que habíamos comido juntos... el me miro pidiendo disculpas, no puedo molestarme, él siempre se esfuerza mucho...

- Yo de verdad esperaba poder comer juntos pero se presentó un negocio importante y...

- No me tienes que explicar. Solo, ya vete...

Me miro un rato y yo me acerque un poco para recibir mi beso de despedida al menos, pero algo o al parecer alguien llamo su atención, afuera estaba un joven castaño señalándole el reloj y el salió apresurado... yo, esperando mi beso...

-EL INGLES-

Era ya la hora y el bastardo francés no aparecía, no sabía su nombre, pero hacia aproximadamente un mes que venía. Desde el principio me pareció una persona insufrible, además le gustaba coquetearme... a mí! Soy un hombre en todo el sentido de la palabra. Intente dejárselo a un compañero, pero ese bastardo preguntaba siempre por mí, FUCK! Estúpido francés casi me hace tirar la vajilla, me apresure para atender su mesa...

- Hola cejitas!

- Buenas tardes

Solo un maldito mes, y este bastardo ya sabe que es lo que más me molesta... Tenía que mantener las apariencias, no podía perder este trabajo solo por dejarme llevar... antes de que cualquier mala palabra saliese por mi boca debía verificar que ningún otro empleado me escuchara y al no haber ningún oído indirecto...

- Bastardo francés, tienes suerte que no tenga la autoridad para correrte ahora mismo del lugar

- Lo mismo de siempre caballero...

- Sabes que puedo escupir a tu comida si deseo hacerlo, cierto?... –ríe burlón-

- Confió en mi adorable mesero...

El bastardo francés volviendo a coquetear, sus estupideces siempre me desconcertaba, y me sentía a enfermar con esos comentarios, así que desaparecí sin darle oportunidad de decir nada más...

Seguí atendiendo mis demás mesas sin poder evitar regresar mi mirada al lugar donde estaba aquel rubio ojiazul... había llegado ya ese hombre... lo veía y me ponía de mal humor, no sé qué tenía que su sola presencia amargaba mi día, era el novio del Francesito.

- Hey Arthur! El pedido de tu novio ya está...

No me di cuenta que me quede parado junto a la cocina observando aquella mesa, el rubor se subió a mis mejillas... bastardo...

- No es mi novio estúpido!

- Entendido, entonces no lo mires como si lo quisieras esta noche en tu cama...

La cara ya me ardía, bastardo Scott... solo tome el plato para ir con la razón de mis burlas, aunque el castaño ya se iba, y el france... tenía una cara muy delicada viéndolo detenidamente, tenía los ojos cerrados como esperando un... beso? Otra vez me asegure que nadie más pudiese verme y me acerque lo suficiente para espantarlo y burlarme de... acerca sus labios y me besa... me sorprende y me aparto... limpio mis labios mientras escucho la risa del francés...

- Pensé que tu si querías un beso mío mon ami!

- Hell no! Aquí está tu comida, si me disculpas debo ir a quemarme los labios...

- Merci, cuando desees poseo amor de sobra...

El estúpido francés aun sonríe mientras yo voy a toda velocidad a los sanitarios... ese hombre me enferma, me enfada tanto que el calor sube a mis mejillas y mi estómago se irrita... tanto que cada vez que sonrie no puedo evitar desviar la mirada para no sentir esas cosas horribles... sin embargo no se por que ahora no puedo borrar esta sonrisa.