¡Uff! Por fin pude terminar este prólogo, sí eso es lo que es, de este fic. Llevaba bastante tiempo queriéndolo terminar, pero la pereza, escuela y todo lo demás no me daban la oportunidad de hacerlo. :'C Pero bueno, espero y les guste. Ya que apenas es como una introducción a la historia y toda la cosa, o eso fue lo que traté de hacer y no lo logré, hahah. Esto no sé cuántos capítulos tenga, pero dudo que pase de tres, ya que pues no es una historia larga, creo. x'DDD
DISCLAIMER: Shingeki no Kyojin no me pertenece, sí no a su respectivo autor Hajime Isayama. Yo sólo uso sus hermosos personajes para crear historias las cuales puedan agradar al lector.
PAREJAS: RivaillexEren (Riren)
ADVERTENCIA: Ninguna por ahorita.
Prólogo
Rivaille era un hombre exitoso en el trabajo, popular, adinerado y de una clase alta en la sociedad. Era dueño de varias compañías heredadas por su familia; la más importante para él era una editorial de libros la cuál empezó él mismo al graduarse de la universidad, era una de las editoriales más famosas del país. Cada semana iba a checar que todo estuviera en orden y que las publicaciones se hayan realizado a tiempo. Así que siempre cuando él iba a supervisar, todos rápidamente ordenaban el cochinero que tenían y se ponían a trabajar hasta el cansancio. Ya que, al parecer no le gustaba el desorden ni la suciedad, podía soportar todo menos eso. Tenía su oficina impecable, no había ni siquiera una pelusa que invadiera su espacio.
Algo que le fascinaba de su empresa era su oficina, cada vez que llegaba a ella se ponía de buen humor, aunque no se le notara tanto, pero con tan sólo contestarle correctamente a sus empleados y no andar gritando a los cuatro vientos, todos sabían que estaba de buen humor o que algo bueno le había pasado, porque cuando venía de mal humor ni su misma oficina lo podía poner de buenas.
Sus demás compañías también eran supervisadas, pero como ya eran bastante populares e importantes en el país, no le ponía mucho empeño. Por eso casi nunca iba a supervisar y realmente no tenía una oficina propia en las demás. Sólo una que otra vez le decía a sus secretarias (tenía tres por tanto trabajo que tenía que supervisar) que hablaran a las demás empresas, pero como su familia también se encargaba de ellas pues no había que empeñarse tanto, pero en su editorial sí; había llevado esa compañía hasta la cima en un solo año, algo que ningún miembro de su familia había logrado jamás.
Él era muy popular entre las mujeres, aunque jamás le había atraído una, ninguna alcanzaba sus expectativas para una pareja, por eso mismo en ese momento se encontraba soltero. Tal vez en un futuro se casaría, pero vamos, él no quería nada de eso en ese momento. De sólo pensar en todos los caprichos que su esposa tendría, poco a poco sus ganas disminuían. Aunque su familia quería casarlo a la fuerza, ya que sí no tenía hijos, ¿a quién le heredaría toda su fortuna? Era en lo que menos pensaba en ese momento, lo único que le importaba era seguir con su trabajo y hacer su editorial popular por todo el mundo, no sólo en el país. Y eso que al parecer una de sus secretarias estaba enamorada de él, pero todos sabían que él jamás le prestaría atención, parecía que lo único que le importara era su trabajo y la limpieza. El nombre de esta desafortunada jovencita era Petra Ral, una joven bastante linda, que al parecer le tenía bastante aprecio y admiración a Rivaille. Muchos en la empresa chismoseaban de aquello, ¿será que la señorita Petra logre algún día estar con él? Al parecer no. Él no estaba interesado en ella ni lo iba a estar jamás, por eso se rumoreaba en las oficinas que el dichoso dueño podría ser homosexual; eso sólo era un rumor, aparte él jamás se había confesado gay ni nada por el estilo.
Era un día entre semana, Lunes para ser más precisos; el día en que tenía que levantarse más temprano que lo usual para ir a supervisar su gran empresa, Corporal, la editorial más importante en el país, como ya había mencionado.
En ese momento nuestro pelinegro se encontraba dormido plácidamente en su cómoda cama tamaño King Size, ya que era de bastante dinero, su habitación era muy espaciosa, con muebles exportados de Europa, de los muebles más caros de tal continente, cada uno era de diseñadores bastante famosos. Su buró, el cual posaba a un lado de su cama tenía una textura lisa y era de color negro, su habitación estaba decorada al estilo moderno, ya que todo era de colores con tonalidades oscuras y alguno que otro color claro, el que más prevalecía era negro, blanco, café, gris y algunos colores como el naranja o morado. Aunque el prefería que todo fuera simple, no tanta decoración ni color, con unos simples muebles y colores no tan llamativos estaría perfecto, pero su mejor amiga se lo impidió. Ya que cuando se mudó por primera vez a ese lujoso departamento, ella le había escogido los muebles y toda la decoración que llevaría su departamento. Pero el se lo buscó por haberle dado permiso a la castaña de realizar tal acto, no se podía quejar, aparte que lo había decorado bastante bien, ya que ella había estudiado diseño de interiores, una carrera bien pagada sí la sabías realizar correctamente.
Su nombre era Hanji, ella no tenía tanto dinero como su mejor amigo, ni mucho menos dueña de alguna compañía, pero se conocían desde la secundaria, porque ella y él estudiaban juntos en la misma escuela. Ya que era muy inteligente, le habían ofrecido una beca en varias escuelas bastante caras del país, de las cuales eligió aquella. Le había llamado bastante la atención, aparte que ahí fue donde conoció a Rivaille y desde ese momento son mejores amigos, que después de la universidad, se dejaron de ver por unos meses. Trataban de verse cada semana, cuando el tanto trabajo que tenían les permitía. Aunque esa misma semana no la había podido ver, sin embargo se habían quedado de ver en la oficina del azabache para platicar un rato y después regresar con el arduo trabajo.
Un sonido bastante molesto corrompió el silencio de la habitación, ocasionando un grave quejido de parte del ojiplateado. Se levanto lentamente quedando sentado encima de su cama, apartando las sábanas de sus pies y apagando la alarma de su celular. Al prenderlo se dio cuenta que tenía un mensaje de la castaña. Le oprimió para checar lo que le había mandado.
Hanji:
¡Enano! Date prisa, ya estoy en tu oficina tomando un poco de café y tú no has llegado, ¿qué debo hacer mientras? Estoy aburridaaaaaaaaaaaaaaaaa. Y al parecer una de tus secretarias quiere hablar contigo sobre algo importante. Uyyy, no sabía que tenías preferencias por las chicas altas. ¡HAHAHAHA!
Recibido: 6:05AM, Ene 13
Llevó su mano al arco de su nariz, frotándolo algo irritado. -¿Qué rayos le pasa a esa cuatro ojos…?- susurró poniéndose de pie de la cama dejando el celular encima del buró. No pensaba responderle, aparte que el no era de los que respondían los mensajes porque sí, el prefería leerlos y luego hablar en persona, le parecía más adecuado.
Se dirigió a la puerta que daba al baño, agarrando la perilla y abriéndola. Al abrir se miró al espejo mientras se deshacía de la pijama que llevaba puesta, para que al terminar cerrara la puerta; abrió la llave del agua caliente, sinceramente odiaba bañarse con agua fría, era algo que le molestaba bastante. Le gustaba sentir el agua caliente recorrer todo su cuerpo, así disfrutaba más los baños.
Observaba el agua mientras caía, muchos pensamientos recorrían su mente, como el porqué su secretaria quisiera hablar de algo importante con él. La verdad no le importaba mucho, tal vez debía ser algo sin tanta importancia como Hanji creía que fuera.
Al sentir un poco de vapor proveniente de la regadera, abrió un poquito la llave del agua fría para que no estuviera tan caliente y así poderse meter a gusto. Puso su mano para sentir el agua cayendo y checar que estuviera a buena temperatura para que ya por fin se metiera.
Sintió como el agua caía en su cabeza y de ahí recorriendo todo su desnudo cuerpo, era una deliciosa sensación, así se sentía más limpio, sabía que al bañarse todo su cuerpo se limpiaría de toda la suciedad del aire y todo lo demás que pudiera lograr ensuciarlo. Tomó el champú colocándoselo en sus negros cabellos y sobándose la cabeza con delicadeza, al enjuagarse el champú, tomó el jabón de cuerpo y se lo frotó todo detenidamente y cuidadosamente, no iba a dejar que nada de mugre invadiera su valioso cuerpo.
Terminó y cerró las dos llaves de agua, para así abrir el portón de la regadera y salir tomando su toalla y secando cada parte de su cuerpo. Agarró una de sus batas, la cual era negra y se la puso encima para salir y cambiarse.
Ya estando fuera del baño, fue hacía su closet a elegir la ropa que llevaría ese día, por lo que eligió una camisa blanca de botones con un saco color negro, unos pantalones y zapatos del mismo color. Tenía que presentarse correctamente al trabajo, no llevar cualquier tontería que se encontrara en el closet.
Se colocó la camisa, abrochando los botones uno por uno y acomodándose las mangas, luego se colocó los pantalones y se fajó, para después abrocharse el cinturón.
Agarró uno de sus cientos relojes de uno de sus cajones y se lo sujetó a la muñeca, no tan apretado ni tan flojo, una medida donde se le hiciera cómodo traerlo puesto y lucirlo sin ninguna preocupación.
Tomó su celular y cartera, para después salir de su habitación, bajando unas pocas escaleras, ya que su departamento era de esos lujosos que tenían unas pequeñas escaleras que daban hacía la habitación principal. Se encaminó hacía la cocina y ya estando ahí se preparó un delicioso café, lo degustó lentamente y al terminar, dejó la taza en el fregadero para que la sirvienta que fuera a limpiar esa tarde, se encargara de lavarlo.
Salió del apartamento agarrando las llaves de este y de su coche y se marchó hacía afuera.
Abrió los seguros de su coche oprimiendo uno de los botones que tenía la llave consigo y entró al coche. Arrancó y se dirigió al edificio donde su mejor amiga lo esperaba.
Al llegar saludó amargamente a todos los empleados del lugar que se le cruzará enfrente, necesitaba tener una buena imagen como dueño de la editorial. Subió hacía su oficina y al llegar entró.
-Oh si, ¿en qué puedo ayudarle?- la morocha yacía sentada en la silla del azabache con los pies arriba de su escritorio y al parecer hablando sola. -¡No claro que no! Yo quiero ver que las publicaciones estén perfectamente listas el día de entrega, ¿de acuerdo? ¡HAHAHAH!- se empezó a reír fuertemente y prosiguió imitando a Rivaille. –Cerdos de mierda, ¡¿cómo se atreven?! Y todavía que les pago… ¡Que se vayan a joder a….- en eso la castaña se dio cuenta de la figura de baja estatura y de cabello negro observándola detenidamente y con una cara asesina, se notaba que en cualquier momento podría asesinarla, pero la reacción de la otra fue sólo reírse a carcajadas. -¿Te gusto mi imitación? ¡Igualito! Hahaha.-
-Tsk. No, ahora quítate de mi asiento, imbécil.- dijo el azabache mirándola muy molesto cruzando los brazos.
-Owww, siempre tan cariñoso. Está bien.- se puso de pie y se sentó en una de las sillas que se posaban al frente del escritorio del pelinegro. -¿Y ya hablaste con tu secretaria? Se veía algo preocupada….-
-No, no he hablado con ella. La verdad no me interesa no debe ser algo importante de todas formas.- dijo sin ninguna preocupación sentándose en su silla y organizando algunos papeles que tenía encima de su escritorio.
-Hey, vamos. Nunca sabes lo que puede pasar, ¿qué tal sí se te va a declarar? No sería algo genial, tal vez y así ya te consigas una novia. No queremos que mueras virgen, ¿verdad?- se echó a reír al terminar esas palabras sin parar.
-Ya cállate, no me dejas trabajar como se debe.- dijo leyendo los papeles detenidamente.
-Pero vine para que platiquemos, hace una semana y media que no te veo. ¡Tengo mucho que contarte!- mencionó emocionada.
-¿Ah, si? ¿Cómo qué?- dijo sin despegar la vista de los papeles.
-Rivaille.- sonrió la castaña. –Me voy a casar la próxima semana. Sólo quería avisarte para que me desees lo mejor y pues tú sabes que estás invitado a la boda.-
Despegó la mirada para ver a su amiga con una sonrisa imperceptible. –Me alegro. Por fin te animaste a casarte, espero y ahora ya no me molestes tanto.-
-Hahaha, eso lo seguiré haciendo.- sonrió y se puso de pie. –Bueno, me retiro. Tengo varias cosas qué hacer.- se dirigió a la puerta abriéndola. –Adiós, nos vemos otro día que no estés tan ocupado.- se despidió con la diestra y cerró la puerta.
-Vaya mujer.- se quejó el ojiplateado. Prendió la computadora para checar sus correos y en eso escuchó la puerta tocar. –Adelante.-
Se abrió la puerta y resultaba ser que era una de sus secretarias, que entró suspirando. –Rivaille, necesito hablar con usted.- lo miró fijamente.
-Te escucho.- la miró detenidamente con sus afilados orbes plateados.
-Verá…. Renuncio.- agachó la mirada.
-Bien. No te detendré ni nada, de todas formas es tu decisión. No me tienes qué explicar el porqué, está bien.- volvió a mirar hacía el monitor de la computadora como sí nada.
-Gracias.- sonrió delicadamente. –Ah, por cierto. Mi vecino al parecer busca trabajo, le dije que estaba a punto de renunciar. Y pues le recomendé este trabajo, ya que la verdad, disfruté mucho al estar trabajando con usted y se lo agradezco mucho. Es un buen chico mi vecino, así que por favor acéptelo, acaba de terminar la universidad y necesita un trabajo con el cual se pueda sostener.. Y al parecer a él le encantan los libros, siempre se la pasa en la biblioteca, heh. Bueno eso era todo, me despido. Iré recogiendo mis cosas.- se retiró y cerró la puerta.
Rivaille se quedó en silencio todo ese tiempo leyendo sus correos.
-Tch. Se van como sí nada, bien no me importa. Sólo espero que ese mocoso trabaje bien.- apagó la PC para seguir con el papeleo.
Pasaron las horas y ya casi era hora para que todos los empleados se fueran a sus casas, así que el pelinegro se retiró de su oficina, cerrando la puerta y bajando por el elevador dirigiéndose al estacionamiento para que de ahí suba a su coche y se retiré, mañana también se tendría que levantar temprano e ir a trabajar.
Cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue bañarse nuevamente para después sólo recostarse, en la cama con sólo una bata color negra encima; pensaba pasar la noche de esa manera, la verdad no le incomodaba mucho dormir sin nada más que una simple bata.
Estaba a punto de dormirse cuando escuchó un sonido, el cual provenía de su celular. Era un mensaje de Petra, pero ¿qué hacía Petra mandándole mensajes tan tarde? Tal vez era algo relacionado al trabajo, eso fue lo primero que pensó, por eso mismo prefirió olvidarse del trabajo por un momento y prender el aire acondicionado para luego recostarse en su cama y por fin descansar de un largo día lleno de noticias extrañas. Era algo temprano para él, ya que usualmente se acostaba a las 12PM o a las 11PM, pero ese día no. Tenía migraña hasta morir, y realmente no sabía porqué, lo único que le interesaba era dormir para que así tenga que olvidarse de todo y poder descansar como es debido. Mañana iba a ser otro día largo, aparte que vendría el chico ese que había mencionado su secretaria, la cual renunció, para una entrevista de trabajo. No le importaba en lo más mínimo, lo único que se fijaría de él, es que al menos tenga noción de su trabajo y que lo haga de acuerdo a sus expectativas.
Se despertó temprano, como todos los días. Realizó la misma rutina: Ducharse, vestirse, desayunar y retirarse al trabajo. Esa era su rutina entre semana, para el era algo muy repetitivo y cansado, pero no había de otra. Tenía que asistir a toda costa, para eso era el dueño de la empresa.
Ya llegando al edificio y encaminándose a su oficina, recordó el mensaje de Petra que había recibido la noche anterior. Ya que no se había tomado la molestia de leerlo el mismo día que fue recibido, tomó el celular subiendo por el ascensor y oprimió el icono de Mensaje y lo leyó en voz baja.
Petra
Señor, mañana llegaré un poco tarde. Tengo unas cositas que hacer, ¿está bien….? Lo siento sí esto le causa problemas, pero es que es muy importante…
Recibido: 11:23PM, Ene 13
-Vaya….- dijo mirando sin importancia el celular, guardándolo de nuevo en su bolsillo del pantalón. Él ya sabía, desde que recibió ese mensaje que era algo relacionado al trabajo. No era nada lo cual tuviera que alardearse o algo así.
Llegó a su oficina y se sentó en su escritorio para empezar con su rutina de trabajo.
Cuando en eso escuchó a alguien tocar la puerta, ese sonido realmente lo irritaba, pero trataba de disimularlo un poco. –Adelante.- dijo con un tono medio molesto, ese día venía algo cansado y no tenía idea del porqué, sólo sabía que estaba un poco de mal humor, lo que ocasionaba el cansancio.
-Señor, vino un chico preguntando por usted. Dice tener una entrevista de trabajo.- dijo uno de los empleados de Rivaille de nombre Eld.
-Dile que entre.-
En eso un chico castaño, ojos aquamarina, alto, esbelto, con un tono de piel entre blanquecino pero bronceado, una sonrisa que podría cautivar a miles de personas, con un uniforme no tan impecable, pero parecía que iba con su estilo entró por la puerta. –Con permiso.- se sentó en una de las sillas, mientras que Rivaille sólo lo observaba detenidamente con sus orbes abiertos como plato y un ligero rubor en sus mejillas, el cual no era de vergüenza ni nada por el estilo, simplemente era un rubor de haber visto a alguien extremadamente lindo. No podía creer que por primera vez alguien le atrajera físicamente a simple vista y eso que nunca pensó que fuera un hombre el que lo hiciera sentir así.
Su corazón latía bastante rápido nervioso por hablar con el castaño, su boba sonrisa lo hacía ver bastante tierno, aunque parecía un poco torpe, pero el azabache no podía soportar tanta lindura que contenía ese muchacho. Podía decirse que ese fue amor a primera vista.
Continuará…
Lo dejé como en suspenso o algo así. Ptfff, lo siento es que era sólo la introducción y así.
Pero, díganme. ¿Le sigo? ¿Lo dejo? ¿Lo mando al diablo? :'DD
Es que no sé, porque sí la verdad no es buena idea o la historia es una popo de hormiga pues no vale la pena seguirle. :C Y pues a mí sólo se me vino esa idea rara de que Rivaille sea un jefe acosador y y así(?)
Hahah, bueno espero y les haya parecido interesante y así. Trataré de actualizar lo más pronto posible, sí es que me animo…
Sí tienen alguna critica constructiva o sugerencia que me puedan dar o qué les pareció la intro, me encantaría que me lo comentaran. :'33
Byee~! Mikuri fuera!
